Sierra de María (2.045 m)

Recorrer por lo alto esta Sierra de María es todo un espectáculo natural, con vistas que causan impresión durante la mayor parte de la ruta.

No hay ninguna dificultad especial a lo largo de ella, salvo algún corto tramo de fuerte desnivel, al comienzo de la subida, y el hecho de ir casi todo el trayecto de ida monte a través por la cuerda de la montaña, pero sin que esto suponga gran problema, pues el terreno es fácilmente transitable. Hay escasa vegetación, puede hacerse con pantalón corto, pero hay que llevar cuidado con el sol, pues no hay sombras.

Está poco más o menos a hora y media de Murcia. Al entrar a María se gira por una calle a la izquierda (hay un cartel que indica el sendero de la umbría del Maimón), y enseguida la calle se transforma en camino de tierra por el que puede transitarse cuidadosamente con un turismo hasta el punto de inicio, donde hay amplitud para aparcar.

Los primeros dos kilómetros son por pista forestal muy llana para ir estirando las piernas.

Al llegar a un collado se abandona el camino y ya todo es monte a través hasta ganar la cuerda de la montaña y no abandonarla hasta coronar la cima más alta. Es una buena subida, sin apenas toboganes, siempre hacia arriba, de modo que metro subido es metro ganado. Las vistas y panorámicas de las que se disfruta todo el tiempo son de esas de ir echando fotos a cada recodo.

En numerosas ocasiones avisté el vuelo de grandes rapaces, que por lo visto son bastante abundantes y se encontraban muy activas.

Así mismo, al superar un repecho salió corriendo un buen rebaño de cabras que estaban escondidas tras él.

En algunas umbrías se conservaban aún en estas fechas pequeños neveros.

El vértice geodésico, siendo el lugar de mayor altura, no es el mejor punto desde donde abarcar toda la envergadura de la sierra.

La bajada es muy cómoda, pues es toda por senda. Desde el collado de Portalchico baja una preciosa senda en pronunciado zigzag, gracias a la cual se desciende un considerable desnivel con gran suavidad y poco esfuerzo, toda una obra de ingeniería en su sentido más puro (cuánto ingenio en los antiguos), a pesar de que los más modernos y valientes tienen abierta por medio, rompiendo el zigzag, su trocha que cae a tumba abierta. Para estos guapos hasta han tenido que poner carteles rojos en muchos puntos de los senderos de esta cara norte de la sierra, para advertirles que no se tiren para abajo por cualquier sitio, porque la pendiente es muy pronunciada, el terreno muy suelto y es ciertamente peligroso.

Al término del zigzagueo, en el cruce, se toma por la derecha otra senda de mampostería, deliciosa, a media falda de la sierra, con vistas preciosas sobre el pueblo de María y decenas de kilómetros a la redonda, y que cruza unos maravillosos bosques de pinos laricios y carrascos de una hermosura apabullante, que me recordaron al bosque vertical de la Sagra.