SIERRA DE LA DEMANDA. POZO NEGRO, PICO OTERO, TEJO MILENARIO DESDE EL REFUGIO DE TRES AGUAS EN FRESNEDA DE LA SIERRA TIRÓN.

CONOCEMOS LAS MONTAÑAS DE CASTILLA Y LEÓN.
La ruta que presentamos se ubica en la sierra de la Demanda, provincia de Burgos.
Muy temprano nos presentamos en el pequeño pueblo de Fresneda de la Sierra Tirón. El punto de partida es el refugio de Tres Aguas, lo que supone superar una pista de tierra y con algunos baches, el camino de las Zarras; unos 6 km.
El entorno del refugio es un lugar propicio para dejar nuestro vehículo y prepararnos para esta ruta que tiene como atractivos principales: el bosque de hayas, el pozo Negro y el tramo de cordal de esta sierra entre los picos S. Millán y los Trigaza por el W y el pico S. Lorenzo por el E.
Iniciamos el camino desde el refugio mencionado por la pista que recorre el barranco del Pozo Negro, poblado por un maravilloso hayedo. Dese el punto de partida ya vamos paralelos al arroyuelo por donde corre el agua limpia y cantarina contribuyendo al nacimiento del río Tirón.
Después de recorrer unos 3,5 km nos vemos obligados a abandonar la pista para continuar por el mismo barranco y abandonar otro que nos subiría hacia el pico Pobolraza. Ahora y durante unos 2,5 km el protagonismo lo va a tener un hayedo espectacular tanto por el número elevado de ejemplares de gran tamaño y altura como por el estado de equilibrio y salud que demuestra este bosque. Podemos añadir que la estación otoñal le da un plus de belleza a este ecosistema con la variedad de colores que lucen las hojas de los árboles y las pequeñas setas que se observan saliendo del manto que forman las hojas secas y en los propios troncos de algunos árboles. Una verdadera sinfonía de luz, colores y sonidos en un entorno incomparable. Realmente da la sensación de caminar por un bosque encantado.
El final de este magnífico bosque nos pone a los pies del pozo Negro, bajo el pico Otero.
Aunque hace muchos meses que las lluvias son mínimas el pozo se mantiene con abundante agua. El entorno carece de vegetación a excepción de algún pino silvestre y algunos matorrales como los brezos y las plantas de arándanos con hojas de tonalidad rojiza.
Ahora continuamos subiendo en dirección W para llegar a una loma que en dirección S nos pone definitivamente en el cordal de esta sierra. Ni que decir tiene que el tiempo que estemos por estas alturas vamos a tener que soportar el fuerte viento que nos viene de SW. Nos abrigamos convenientemente y nos protegemos la cabeza para progresar hasta el pico Otero. Una vez en su cumbre comprobamos que el fuerte viento no nos va a dejar disfrutar del paisaje todo lo que nos hubiera apetecido. No obstante, sí divisamos por el W algunas montañas importantes como los Trigaza y el pico S. Millán; por el E también sobresale el pico de S. Lorenzo en la estación de Valdezcaray. Los valles del entorno albergan aún importantes bosques autóctonos como los hayedos, presentando unas tonalidades amarillas, marrones y de color anaranjado que contrastan con el verde de los pinos silvestres de repoblación.
Con el indiscutible protagonismo del viento descendemos de esta cumbre para recorrer los 3 km de cordal en dirección W-NW. El silbido del viento y el cimbreo de los aislados pinos que aparecen a nuestro paso nos hacen pensar que las rachas de viento están siendo de importancia. Dos nuevas cumbres van a ponerse en nuestra ruta: los picos Poborlaza y Tobolraza. Ascendemos a las dos pequeñas cumbres para "echar un vistazo" al paisaje del entorno con ese atractivo otoñal que le dan estos bosques de hayas. Desde la última de estas cimas tenemos muy buenas vistas hacia los picos S. Millán y Trigaza así como hacia los valles de la vertiente sur de la sierra.
Iniciamos el descenso hacia N abandonando de forma progresiva la vertiente S y protegiéndonos del viento cada vez más a medida que perdemos altura.
Bajamos por una loma que nos presenta unas pequeñas lagunas, ahora secas. Con rumbo NW y a poca distancia, de nuevo, nos introducimos en otro precioso hayedo. Nuestro ánimo se renueva y comenzamos a sentirnos muy cómodos observando y disfrutando de este equilibrado y complejo ecosistema. Con esta orientación llegamos al bonito collado Hermoso que hace honor a su nombre.
Desde el collado cambiamos de rumbo, ahora SW, para bajar al fondo del barranco de Zarzabala, disfrutando de este frondoso bosque que conserva una humedad importante.
Ya en el pequeño arroyo en el fondo de este barranco, volvemos a cambiar de orientación NW para encaminarnos hacia la ubicación del tejo milenario. Al llegar a este longevo árbol, te das cuenta inmediatamente que el milenio lo puede tener sobradamente. Tenemos que recordar que tiene su origen en el período Jurásico y que puede llegar a vivir 4000 años. El tronco es descomunal, con las texturas características de estos árboles. A pesar de tener tanta edad su salud es envidiable. Merece la pena visitar y contemplar este gran ejemplar.
Bajamos de nuevo al fondo del barranco por una senda bastante vertical y con mucha piedra suelta. La precaución es importante en estos tramos para no resbalar. Una vez en el arroyo iremos siguiendo su curso para buscar la pista. Antes de conectar con la pista tenemos la cascada de los Chapatales. A nosotros nos ha costado encontrarla. Ha sido el único lugar en todo el itinerario donde las retamas y las zarzas se han interpuesto en nuestro camino para llegar a esta pequeña caída de agua. Cuando ya pensábamos que no la íbamos a poder ver aparecieron ante nosotros a unos 30 m de nuestra situación. Ya no nos quisimos acercar más. En pocos metros cambiamos de arroyo y de barranco, ahora seguiremos por el barranco de Rehoyo, pegados al arroyuelo hasta conectar con la pista que nos conduce, de nuevo, al refugio de Tres Aguas.
Itinerario precioso al poder disfrutar del bosque autóctono, el pozo Negro, el cordal de la sierra de la Demanda y el inigualable tejo. Como siempre, pensamos que es necesario tener experiencia en rutas de montaña, buena forma física e ir equipados convenientemente para moverse por estos entornos de montaña.