Sendero Picapedreros-El Boticario/Acueducto San Telmo
near Roman Catholic Diocese of Málaga, Andalucía (España)
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Itinerary description
El punto de partida de esta ruta está en los alrededores del enclave conocido como los molinos de San Telmo (COORDENADAS 36.764292, -4.420279). Para llegar hasta allí hay que dirigirse hacia el barrio de Ciudad Jardín. En la zona norte de éste, hay que tomar el carril que discurre paralelo a la autovía por la que se sale al norte, es decir, el mismo vial que sirve para dirigirse en primera instancia hacia el Jardín Botánico de la Concepción, pero en esta ocasión, en lugar de pasar al otro lado de la carretera (por debajo de la autovía), hay que desviarse hacia la derecha hasta un carril de tierra que conecta con el inicio del sendero.
El sendero toma su nombre de los dos antiguos lagares situados tanto al principio (Lagar de Picapedreros) como a su término (Lagar de Boticario), ambos en clara alusión a las profesiones de algunos de sus antiguos propietarios y que pasaron a formar parte de la denominación popular con la que se reconocía a los dos inmuebles. Arranca de la zona conocida como Molinos de San Telmo, un enclavado a las afueras de Málaga junto al viejo acueducto del mismo nombre, en servicio desde 1784, que fue proyectado por el arquitecto José Martín de Aldehuela y del que todavía son visibles algunas infraestructuras.
Precisamente en el lugar de comienzo del sendero fueron construidos, al amparo de dicho proyecto, dos molinos harineros aprovechando la disponibilidad del agua corriente, aunque a lo largo del trazado del acueducto fueron edificados otros diez más cuyas aportaciones económicas sufragaban los gastos de mantenimiento de esta impresionante obra hidráulica, considerada como la más importante realizada en España en el siglo XVIII y que en el caso concreto de Málaga tenía por objeto mejorar el abastecimiento de la ciudad con aguas del río Guadalmedina.
Desde este punto, el más meridional del Parque Natural Montes de Málaga, se avanza por una pista forestal que deja en todo momento a su derecha a los Arroyos de Don Ventura y Hondo, alcanzándose a poco de comenzar las ruinas del citado Lagar de Picapedreros y el salto de agua del mismo nombre, un lugar que vale la pena ver en épocas lluviosas cuando el cauce está en situación de crecida temporal.
El carril continúa ascendiendo entre el pinar de repoblación a base de pinos carrascos, dejando en sus inmediaciones más ejemplos de construcciones típicas de épocas pasadas y de las que ya sólo percibimos restos, a modo de mudos testigos de la dura vida a la que antaño se veían sometidos los antiguos pobladores de estos terrenos. El siguiente lagar por el que pasamos, y que veremos a nuestra derecha, es el denominado de Don Ventura.
Continuando con nuestra progresiva ascensión, siempre por la pista principal y desechando las salidas de menor entidad que nos vayamos encontrando, podremos observar en algunos puntos donde la cuenca visual es amplia unas buenas perspectivas de la ciudad de Málaga al sur y de la cuenca del Arroyo Hondo, con el Cerro de la Matanza como hito de mayor cota, si miramos hacia el noreste, hasta que finalmente se alcanza el Cortijo del Boticario que no es más que otro ejemplo de las construcciones típicas con las que los habitantes de los montes jalonaban el paisaje y reunían, en un mismo inmueble, tanto la vivienda como otras dependencias ligadas a las actividades agrícola y ganadera que eran las base de su subsistencia.
Acueducto de San Telmo
Situado sobre el arroyo de Humaina, es una obra colosal del sistema hidráulico. Está construido en ladrillo y posee 75m de longitud, 15 de altura y 4 ojos de 7m de diámetro, siendo su espesor de 2,5m en la parte superior y en 5,8 en la inferior. Las pilas tienen un grueso de 3, 34m. Los pilares son de planta cuadrada, disponiendo sus tamajares en forma de proa (agujas arriba) y circulares (agujas abajo). El paso de los tajamares hasta las pilastras del petril se consigue con un pequeño contrafuerte, rematándose por una sencilla moldura que actúa a modo de impostra para el arranque de arcos.
Este acueducto fue construido para mejorar el suministro de agua de la ciudad ya que incluso para la época, Málaga carecía de las más elementales medidas higiénico sanitarias, aunque ya desde la época romana se conocen datos con intentos, propuestas y proyectos encaminados a potenciar y mejorar el suministro de la ciudad.
Molinos de San Telmo
Los dos molinos de San Telmo, hoy en desuso, componen uno de los conjuntos más singulares asociados al canal desde su origen. Se trata de los únicos elementos industriales conservados de los doce que se proyectaron junto con el acueducto y de los seis que finalmente se llegaron a construir. Éstos eran los dos primeros molinos de todo el sistema. Ambos son de proporciones cuadrangulares, con planta baja y alta.
El primero presenta dos vanos de acceso de diferente tamaño, con pequeños ventanucos en planta baja y ventanas alargadas con pretil en la superior; en la parte trasera se dispone la estructura del molino, con dos arcos de medio punto realizados en fábrica de ladrillo que sirven para la evacuación del agua desde el cárcavo.
El segundo repite el mismo esquema, diferenciándose por la mayor regularidad de los vanos de la planta baja. Cuenta con una espectacular rueda metálica vertical para generar movimiento que nunca llegó a entrar en uso. En realidad, ambos molinos funcionaron con sendas ruedas horizontales o rodeznos que daban movimiento a un par de paradas o muelas. El resto de los molinos han desaparecido; los últimos en hacerlo fueron los molinos 5 y 6 que se encontraban en el lateral del cementerio de San Miguel. Fueron demolidos en 1988, funcionando en sus últimos años como serrería hidráulica de mármoles para las lápidas del cementerio.
El sendero toma su nombre de los dos antiguos lagares situados tanto al principio (Lagar de Picapedreros) como a su término (Lagar de Boticario), ambos en clara alusión a las profesiones de algunos de sus antiguos propietarios y que pasaron a formar parte de la denominación popular con la que se reconocía a los dos inmuebles. Arranca de la zona conocida como Molinos de San Telmo, un enclavado a las afueras de Málaga junto al viejo acueducto del mismo nombre, en servicio desde 1784, que fue proyectado por el arquitecto José Martín de Aldehuela y del que todavía son visibles algunas infraestructuras.
Precisamente en el lugar de comienzo del sendero fueron construidos, al amparo de dicho proyecto, dos molinos harineros aprovechando la disponibilidad del agua corriente, aunque a lo largo del trazado del acueducto fueron edificados otros diez más cuyas aportaciones económicas sufragaban los gastos de mantenimiento de esta impresionante obra hidráulica, considerada como la más importante realizada en España en el siglo XVIII y que en el caso concreto de Málaga tenía por objeto mejorar el abastecimiento de la ciudad con aguas del río Guadalmedina.
Desde este punto, el más meridional del Parque Natural Montes de Málaga, se avanza por una pista forestal que deja en todo momento a su derecha a los Arroyos de Don Ventura y Hondo, alcanzándose a poco de comenzar las ruinas del citado Lagar de Picapedreros y el salto de agua del mismo nombre, un lugar que vale la pena ver en épocas lluviosas cuando el cauce está en situación de crecida temporal.
El carril continúa ascendiendo entre el pinar de repoblación a base de pinos carrascos, dejando en sus inmediaciones más ejemplos de construcciones típicas de épocas pasadas y de las que ya sólo percibimos restos, a modo de mudos testigos de la dura vida a la que antaño se veían sometidos los antiguos pobladores de estos terrenos. El siguiente lagar por el que pasamos, y que veremos a nuestra derecha, es el denominado de Don Ventura.
Continuando con nuestra progresiva ascensión, siempre por la pista principal y desechando las salidas de menor entidad que nos vayamos encontrando, podremos observar en algunos puntos donde la cuenca visual es amplia unas buenas perspectivas de la ciudad de Málaga al sur y de la cuenca del Arroyo Hondo, con el Cerro de la Matanza como hito de mayor cota, si miramos hacia el noreste, hasta que finalmente se alcanza el Cortijo del Boticario que no es más que otro ejemplo de las construcciones típicas con las que los habitantes de los montes jalonaban el paisaje y reunían, en un mismo inmueble, tanto la vivienda como otras dependencias ligadas a las actividades agrícola y ganadera que eran las base de su subsistencia.
Acueducto de San Telmo
Situado sobre el arroyo de Humaina, es una obra colosal del sistema hidráulico. Está construido en ladrillo y posee 75m de longitud, 15 de altura y 4 ojos de 7m de diámetro, siendo su espesor de 2,5m en la parte superior y en 5,8 en la inferior. Las pilas tienen un grueso de 3, 34m. Los pilares son de planta cuadrada, disponiendo sus tamajares en forma de proa (agujas arriba) y circulares (agujas abajo). El paso de los tajamares hasta las pilastras del petril se consigue con un pequeño contrafuerte, rematándose por una sencilla moldura que actúa a modo de impostra para el arranque de arcos.
Este acueducto fue construido para mejorar el suministro de agua de la ciudad ya que incluso para la época, Málaga carecía de las más elementales medidas higiénico sanitarias, aunque ya desde la época romana se conocen datos con intentos, propuestas y proyectos encaminados a potenciar y mejorar el suministro de la ciudad.
Molinos de San Telmo
Los dos molinos de San Telmo, hoy en desuso, componen uno de los conjuntos más singulares asociados al canal desde su origen. Se trata de los únicos elementos industriales conservados de los doce que se proyectaron junto con el acueducto y de los seis que finalmente se llegaron a construir. Éstos eran los dos primeros molinos de todo el sistema. Ambos son de proporciones cuadrangulares, con planta baja y alta.
El primero presenta dos vanos de acceso de diferente tamaño, con pequeños ventanucos en planta baja y ventanas alargadas con pretil en la superior; en la parte trasera se dispone la estructura del molino, con dos arcos de medio punto realizados en fábrica de ladrillo que sirven para la evacuación del agua desde el cárcavo.
El segundo repite el mismo esquema, diferenciándose por la mayor regularidad de los vanos de la planta baja. Cuenta con una espectacular rueda metálica vertical para generar movimiento que nunca llegó a entrar en uso. En realidad, ambos molinos funcionaron con sendas ruedas horizontales o rodeznos que daban movimiento a un par de paradas o muelas. El resto de los molinos han desaparecido; los últimos en hacerlo fueron los molinos 5 y 6 que se encontraban en el lateral del cementerio de San Miguel. Fueron demolidos en 1988, funcionando en sus últimos años como serrería hidráulica de mármoles para las lápidas del cementerio.
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