Sendero Las Viñas-Adelfal y Ermita de Cuadros-Cueva del Agua (Bedmar, P.N. Sierra Mágina)
near Ermita y Torreón de Cuadros, Andalucía (España)
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Trail photos
Itinerary description
Aparco bajo la Ermita de Cuadros y sigo la Vereda de Cañada Morena y Batán, en dirección norte; pronto se convierte en una pista terriza, que sube por el olivar girando a poniente, y a los 750 metros del inicio de ruta se bifurca: el camino de la izquierda lleva al Torreón de Cuadros, primer objetivo de la jornada. La torre (de morfología cilíndrica, doce metros de altura y aproximadamente seis de diámetro, con un aspecto bicolor debido a que se construyó con piedras de dos canteras distintas), se levanta sobre un farallón rocoso en el piedemonte nororiental del Cerro Carluco, a 1441 msnm, siendo el único vestigio del Castillo de Quadros (citado en un documento de Alfonso X fechado en 1260); se construyó sobre un “edificio antiguo de moros", que se remontaba al menos al siglo XII (cuando al-Jatib ya cita el topónimo "Qutrus" -seguramente proveniente del término latino "Quattuor"- para referirse a este lugar). Los castellanos construyeron la torre a principios del siglo XIV para proteger el paso que desde Bedmar cruza la serranía, entre los picos de Sierra Mágina y Almadén, hasta Cambil, apareciendo citado el Castillo de Cuadros en las Capitulaciones del Tratado de Algeciras (1310), por las que el rey nazarí Nasr cedió a Fernando IV Quesada, Bedmar y sus castillos Cuadros y Chunguín. A finales del XVI solo la torre quedaba en pie (como mencionan las Relaciones de Felipe II de 1575).
Tras disfrutar de la vista panorámica del Valle del río Cuadros (también llamado Bedmar o Garcíez), bajo
nuevamente a la Vereda de Cañada Morena y Batán y la sigo hacia el oeste hasta entroncar con otra vía pecuaria, la Vereda de Jimena al Abrevadero de la Fresneda, a aproximadamente los tres kilómetros de ruta; el camino que continúa al frente llega hasta Albanchez, mientras que el de la izquierda, que toma rumbo sur, viniendo desde Jimena acaba algunos metros más arriba en el estanque de la Fuente de la Fresneda.
A partir de la fuente, el carril se introduce por un pinar, zigzagueando, lo que facilita el ascenso, a la sombra de altos pinos. Se sube suavemente hasta el Paraje de Canalejas, dejando el carril principal por otro que sale a la izquierda y que inicia un lento descenso, convirtiéndose luego en un delicioso sendero. Esta bajada por el pinar, pudiendo ver también algunos ejemplares de enebro y lentisco, además del tenacísimo esparto, es realmente bonita, terminando junto al río Cuadros, cerca de su nacimiento, en el paraje del Adelfal de Cuadros (sus fuentes principales son los dos manantiales del Sistillo, situados en la confluencia de los barrancos del Perú y del Mosquito, provenientes del corazón de Sierra Mágina).
Sin cruzar un puente de madera (que lleva al sendero del Caño del Aguadero), continúo junto al margen izquierdo del río, bajando hasta el curso de agua tras dejar atrás la Cueva del Nacimiento del río Cuadros. Ahora sigo el sendero del Adelfal de Cuadros, uno de los más importantes del continente. Aquí las adelfas alcanzan unos tamaños considerables, de hasta cuatro metros de altura, formando pequeños bosquetes en galería, bóvedas bajo las que se puede transitar (al estar tan próximas unas plantas de otras, apenas dejan pasar la luz, por lo que los tallos se han alargado y las hojas sólo aparecen al final de ellos, para intentar captar los rayos del sol).
La adelfa (también conocida, entre otros nombres, como laurel de flor o rosa laurel -su nombre griego Dafne, “Laurel”, nos ha llegado a través del árabe) es una planta con varios compuestos tóxicos, principalmente oleandrina y neandrina (glucósidos cardíacos como la digoxina, que pueden originar arritmias), sobre todo en sus raíces, también en tallos y hojas y algo menos en sus flores. Su amargor la hace desagradable para la mayoría de los animales, también para los humanos, por lo que son raros los casos de intoxicación y bajo el riesgo de muerte; aún así pueden ocurrir intoxicaciones al inhalar el humo de la quema de sus hojas y tallos o al usar éstos como espetos: se cuenta que durante la Guerra de Independencia, en un campamento francés doce soldados asaron carne de cordero ensartando pinchos en estacas de adelfa, muriendo ocho y quedando seriamente afectados los cuatro restantes.
Ampliamente usada en ornamentación, se ha utilizado también como parasiticida, en cestería (los tallos, que también se colocaban entre las siembras de garbanzos, habichuelas y otras leguminosas para protegerlas de ciertas enfermedades), para fabricar matarratas con el polvo de tallos y hojas, ungüentos (para combatir la caspa y la caída del cabello, usando las hojas maceradas) o pólvora (con la ceniza de quemar su madera). Planta adaptada a la sequía y condiciones difíciles (aunque soporta mal las heladas), en Hiroshima fue la primera que floreció tras el lanzamiento sobre ella de la bomba atómica.
Siguiendo entre adelfas, tras dejar atrás el área recreativa de Cuadros, se llega a una acequia (con un paso aéreo) y, tras visitar las ruinas de un molino y un bonito salto de agua junto a ellas, continúo por su interior (ya sin agua), atravesando un túnel. Terminada la acequia, arriba a la izquierda se alza el Santuario de Nuestra Señora de Cuadros. Ya en las Relaciones de Felipe II se cita la gran devoción que se sentía en la comarca por la Virgen de Cuadros desde el medievo (quizás al ser tierras con mucha actividad militar), levantándose en 1615 la ermita (formando un conjunto con el torreón y un molino medievales) por mandato de Don Juan de la Cueva Benavides y Mendoza, hermano del primer Marqués de Bedmar. Alberga la imagen de la Virgen de Cuadros, patrona de Bedmar, que (según la tradición) fue descubierta por un pastor de Jódar que apacentaba su rebaño a la sombra del torreón y cuyo culto se relanzó en base al modelo de religiosidad popular promovida por el Concilio de Trento y por la política eclesiástica llevada a cabo por el obispo Dávila en la provincia jienense. La imagen fue destruida en 1936.
Tras visitar la ermita (en un agradable entorno con su fuente y rebosante de macetas), vuelvo al aparcamiento y bajo por unos escalones hasta el río, donde me aguarda la impresionante Cueva del Agua; hay que remontar apenas unos pocos metros (aquí el track se vuelve loco), salvando grandes piedras con mucho cuidado, pero sin duda merece la pena ante la espectacular cascada que cierra este bello espacio y este recorrido por la siempre sorprendente Sierra Mágina.
Waypoints
Panel informativo Veredas de Cañada Morena y Batán y de Jimena al Abrevadero de la Fresneda
Torreón de Cuadros (siglo XIV)
De planta cilíndrica, con sus muros perforados por 3 saeteras, está desmochada y ha perdido el parapeto de su terraza; su interior tenía 3 plantas, las dos primeras con techumbre de madera (en el muro pueden verse los mechinales de las vigas de madera) y la superior con cúpula semiesférica, pasando de una planta a otra por una escalera de madera y a la terraza por otra empotrada en el muro, con acceso por un vano rematado por arco de medio punto. La sala inferior (de solo 1.55 metros de altura) debió de servir como almacén (no presenta ningún punto de luz ni ventilación) o como aljibe; en la intermedia, al nivel de la entrada, se abre una saetera muy derramada hacia el interior y cubierta de bóveda, y su entrada se cubre con bóveda apuntada; el habitáculo superior posee otra saetera, con el encuadre exterior de las saeteras y el perfil de los vanos de la entrada a la torre y a la terraza de sillería (el resto de la torre es de mampuestos en hiladas regulares, muy ripiados y calzados en sus huecos)
Santuario de Nuestra Señora de de Cuadros
Realizada en mampostería, la portada (abierta al norte) tiene un arco de medio punto sobre impostas, enmarcada por una cornisa moldurada; espadaña de dos cuerpos, el inferior con dos arcos también de medio punto y el superior con uno, frontón triangular y jarroncillos. De planta rectangular y una sola nave cubierta con falsa bóveda de cañón de yeso, con falsos arcos fajones que se apoyan en pilastras arquitrabadas; la nave y el presbiterio –con bóveda de media naranja sobre pechinas, al que se accede por un arco toral rebajado- están decorados con motivos geométricos y temáticas vegetales. Camarín de planta poligonal (de principios del XVIII, con distintas reformas) y coro a los pies, sostenido por dos columnas con zapatas
Comments (3)
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Magnífico relato, como siempre, y estupenda descripción de las propiedades de la adelfa
Fabulosa descripción
Gracias, Paco, un lugar sorprendente, otro, de Sierra Mágina