Sendero del Altotero (desde Poza de la Sal)
near Poza de la Sal, Castilla y León (España)
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Itinerary description
El monte Altotero(1.177 mts) corona el puerto del mismo nomnbre,y se sitúa elevado por encima de la histórica población de Poza de la Sal y su famoso Castillo de los Rojas en el risco El Castellar, en la actualidad esta zona de Paramo de Masa esta jalonada por un parque eólico que afea el entorno en una planicie casi carente de de vegetación ,exceptuando algun pinar.
El Pto. de Altotero(de 2ª categoria),es muy conocido en el ámbito ciclista,con una longitud de 6,25 km y una pendiente media del 6,13% desde Poza de la Sal.
Comenzamos la ruta enPoza de la Sal, preciosa villa medieval en la entrada de La Bureba famosa por las salinas,fueron su fuente de riqueza hasta el siglo XX o la vieja Salionca romana, con el castillo encaramado sobre el risco llamado El Castellar. Fue cuna del doctor Félix Rodríguez de la Fuente, famoso divulgador de la naturaleza en TVE fallecido en Alaska en 1980, que es recordado con un monumento en el portillo.
Echamos a andar en la Casa de las Salinas, un bello edificio del siglo XVIII restaurado. Fuentes que manan todo el año, paneles de caminos y senderos, marcas de pintura y agua por todas partes, a pocos metros tenemos el desvio para ver el monumento a Feliz Rodríguez de la Fuente.
Por la derecha sube una senda bien señalizada (PR-BU-67 Salinas de Poza de la Sal) y mejor pisada que remonta la ladera entre salinas restauradas con fines divulgadores. Se ven muchas eras hundidas y aterradas, este camino entretenido que permite ganar metros con rapidez. Por la izquierda, el castillo de los duques de Rojas se recorta en lo alto del roquedo y Altotero queda arriba, enfrente.
Llegamos a un abrevadero ,en el cual por encima está el arruinado almacén de La Magdalena, donde vemos salinas derrumbadas por todas partes,la senda sigue de frente y llega a un cruce con letrero de PR; por la izquierda sigue hacia la ermita de La Magdalena y la carretera, nosotros seguimos el hito que nos guía por la derecha por un sendero más pendiente y pedregosa que sube entre endrinos, aulagas, rosales y zarzas.
Despues de un corto repecho ,la senda enlaza con la pista de los generadoresen un bosque de pinos de repoblación, seguimos con comodidad por el pinar a la izquierda,cuando terminan los árboles abandonamos la pista (izq.) para remontar un corto tramo la cuesta y subimos de frente por una excelente pista para camiones hasta el enorme mojón del Altotero (1.177 mts). Sobre el cemento han pintado la palabra La Majoya. El vértice geodésico está sobre él.La cima está venteada y cortada por un precipicio. Desde arriba se abarca un amplio tramo del páramo de Masa salpicado de generadores y de la comarca de La Bureba. Alcanza hasta Pancorbo y La Sierra de la Demanda. En la actualidad toda la zona del páramo de Masa hasta donde alcanza la vista está ocupada por aerogeneradores.
El buzón esta unos metros más abajo. Tiene forma de cohete y fue colocado por el Mirandés de Montaña,adosada está la placa en memoria de Itziar López Lazúrtegui.La pista nos lleva hasta el monumento a Félix. Enorme y algo descuidado recuerda al entrañable amigo de los lobos y a unos metros está la carretera BU-502 la cual cruzamos y seguimos el camino que asciende brevemente para luego ye en un decidido descenso por el monte del Hundido y siguiendo casi paralelos a la carretera llegar al Castillo de los Rojas.
El Castillo de los Rojas(Siglo IX) lo construyo el conde Diego Porcelos, siendo la familia Rodríguez de Rojas la que construyo el actual castillo sobre el anterior, el castillo fue rehabilitado en 1808 por tropas francesas soportando los continuos ataques de guarniciones burgalesas hasta el final de la guerra.
El emplazamiento del castillo en la cima de un macizo rocoso, aislado, de una verticalidad que lo hace casi inaccesible, no permitió otro acceso que peldaños tallados en la propia roca. El castillo y el roquedo en el que se asienta se encuentran en el borde oriental del diapiro, en el escalón entre el Páramo y la Bureba, lo que supuso por el oeste el control de la entrada a la villa y a la Bureba desde el páramo y también el control de todo el territorio salinero, y por el este un dominio visual absoluto sobre la cuenca burebana. Protegió sobre todo el caserío de la villa, ceñido por la muralla y asentado en su falda oriental, sobre la Bureba.
Al pie del peñón quedan los restos de los dos cubos que flanqueaban el arco de entrada, del que aún se puede ver el salmer , y que constituyó la puerta de acceso al patio de armas de la fortaleza. En la cima el castillo se dispone en dirección norte-sur, con la fachada en el oeste, y los restos de la torre en el extremo sur. Un vano ojival doblado, con aparejo de sillería colocada a hueso, sobre el que se encuentran lo que parece las ménsulas de arranque de un matacán, permite el paso al interior: una estancia larga y estrecha cubierta por una bóveda de cañón levemente apuntada cuyas tensiones se resuelven directamente sobre los propios muros, de gran potencia. Existe también un tramo que parece cubierto por bóveda de arista. Esta estancia está parcialmente excavada en la roca, y aparece dividida en dos espacios por un paño de muro en el que se abre un arco de medio punto; antes de pasar este vano es destacable una caverna artificial, también excavada en la roca. Al fondo una escalera tallada en la roca conduce al piso superior, una terraza de unos 36 metros de longitud en la que está excavado un aljibe. Son elementos constructivos importantes además de los ya mencionados y el aljibe, los garitones sobre modillones, y también la aspillera con un amplio derrame al interior.
Este castillo tuvo las funciones de prisión, vigilancia y defensa. Entre los días 22 de enero y 19 de mayo de 1528, siendo noveno señor de Poza Juan Rodríguez de Rojas, los embajadores de Francia, Milán, Florencia, Inglaterra y Venecia, de la Liga Clementina, estuvieron presos en este Castillo por orden de Carlos I. Fueron conducidos a la villa por Pedro López Hurtado de Mendoza. Andrea Navaggero, el embajador de la república de Venecia, describe su estancia y la villa en su obra Viaje por España. Al mismo tiempo que estos embajadores, el día 15 de abril de 1528, Carlos I ordenó el encierro en Poza de Ricardo Cuper, Procurador de los corsarios ingleses que asaltaron y tomaron la nao “Espíritu de Gracia”, propiedad de mercaderes burgaleses, en Belém, cerca de Lisboa, en la noche del 10 de marzo de 1525.
La función defensiva del castillo se puso de manifiesto en la Guerra de la Independencia entre las tropas francesas al mando de General Palombini y la guerrilla de Francisco Longa y Juan de Mendizábal en la que se conoció históricamente como acción de Poza. Durante las Guerras Carlistas el castillo fue ante todo lugar de vigilancia.
Una vez visitado el castillo,seguimos en descenso y después de un quiebro a izquierdas llegamos a los restos del Palacio de los Marqueses de Poza y entrando por la Puerta de las Eras ,callejeamos por la localidad hasta llegar a las salinas dando por concluida la ruta.
El Pto. de Altotero(de 2ª categoria),es muy conocido en el ámbito ciclista,con una longitud de 6,25 km y una pendiente media del 6,13% desde Poza de la Sal.
Comenzamos la ruta enPoza de la Sal, preciosa villa medieval en la entrada de La Bureba famosa por las salinas,fueron su fuente de riqueza hasta el siglo XX o la vieja Salionca romana, con el castillo encaramado sobre el risco llamado El Castellar. Fue cuna del doctor Félix Rodríguez de la Fuente, famoso divulgador de la naturaleza en TVE fallecido en Alaska en 1980, que es recordado con un monumento en el portillo.
Echamos a andar en la Casa de las Salinas, un bello edificio del siglo XVIII restaurado. Fuentes que manan todo el año, paneles de caminos y senderos, marcas de pintura y agua por todas partes, a pocos metros tenemos el desvio para ver el monumento a Feliz Rodríguez de la Fuente.
Por la derecha sube una senda bien señalizada (PR-BU-67 Salinas de Poza de la Sal) y mejor pisada que remonta la ladera entre salinas restauradas con fines divulgadores. Se ven muchas eras hundidas y aterradas, este camino entretenido que permite ganar metros con rapidez. Por la izquierda, el castillo de los duques de Rojas se recorta en lo alto del roquedo y Altotero queda arriba, enfrente.
Llegamos a un abrevadero ,en el cual por encima está el arruinado almacén de La Magdalena, donde vemos salinas derrumbadas por todas partes,la senda sigue de frente y llega a un cruce con letrero de PR; por la izquierda sigue hacia la ermita de La Magdalena y la carretera, nosotros seguimos el hito que nos guía por la derecha por un sendero más pendiente y pedregosa que sube entre endrinos, aulagas, rosales y zarzas.
Despues de un corto repecho ,la senda enlaza con la pista de los generadoresen un bosque de pinos de repoblación, seguimos con comodidad por el pinar a la izquierda,cuando terminan los árboles abandonamos la pista (izq.) para remontar un corto tramo la cuesta y subimos de frente por una excelente pista para camiones hasta el enorme mojón del Altotero (1.177 mts). Sobre el cemento han pintado la palabra La Majoya. El vértice geodésico está sobre él.La cima está venteada y cortada por un precipicio. Desde arriba se abarca un amplio tramo del páramo de Masa salpicado de generadores y de la comarca de La Bureba. Alcanza hasta Pancorbo y La Sierra de la Demanda. En la actualidad toda la zona del páramo de Masa hasta donde alcanza la vista está ocupada por aerogeneradores.
El buzón esta unos metros más abajo. Tiene forma de cohete y fue colocado por el Mirandés de Montaña,adosada está la placa en memoria de Itziar López Lazúrtegui.La pista nos lleva hasta el monumento a Félix. Enorme y algo descuidado recuerda al entrañable amigo de los lobos y a unos metros está la carretera BU-502 la cual cruzamos y seguimos el camino que asciende brevemente para luego ye en un decidido descenso por el monte del Hundido y siguiendo casi paralelos a la carretera llegar al Castillo de los Rojas.
El Castillo de los Rojas(Siglo IX) lo construyo el conde Diego Porcelos, siendo la familia Rodríguez de Rojas la que construyo el actual castillo sobre el anterior, el castillo fue rehabilitado en 1808 por tropas francesas soportando los continuos ataques de guarniciones burgalesas hasta el final de la guerra.
El emplazamiento del castillo en la cima de un macizo rocoso, aislado, de una verticalidad que lo hace casi inaccesible, no permitió otro acceso que peldaños tallados en la propia roca. El castillo y el roquedo en el que se asienta se encuentran en el borde oriental del diapiro, en el escalón entre el Páramo y la Bureba, lo que supuso por el oeste el control de la entrada a la villa y a la Bureba desde el páramo y también el control de todo el territorio salinero, y por el este un dominio visual absoluto sobre la cuenca burebana. Protegió sobre todo el caserío de la villa, ceñido por la muralla y asentado en su falda oriental, sobre la Bureba.
Al pie del peñón quedan los restos de los dos cubos que flanqueaban el arco de entrada, del que aún se puede ver el salmer , y que constituyó la puerta de acceso al patio de armas de la fortaleza. En la cima el castillo se dispone en dirección norte-sur, con la fachada en el oeste, y los restos de la torre en el extremo sur. Un vano ojival doblado, con aparejo de sillería colocada a hueso, sobre el que se encuentran lo que parece las ménsulas de arranque de un matacán, permite el paso al interior: una estancia larga y estrecha cubierta por una bóveda de cañón levemente apuntada cuyas tensiones se resuelven directamente sobre los propios muros, de gran potencia. Existe también un tramo que parece cubierto por bóveda de arista. Esta estancia está parcialmente excavada en la roca, y aparece dividida en dos espacios por un paño de muro en el que se abre un arco de medio punto; antes de pasar este vano es destacable una caverna artificial, también excavada en la roca. Al fondo una escalera tallada en la roca conduce al piso superior, una terraza de unos 36 metros de longitud en la que está excavado un aljibe. Son elementos constructivos importantes además de los ya mencionados y el aljibe, los garitones sobre modillones, y también la aspillera con un amplio derrame al interior.
Este castillo tuvo las funciones de prisión, vigilancia y defensa. Entre los días 22 de enero y 19 de mayo de 1528, siendo noveno señor de Poza Juan Rodríguez de Rojas, los embajadores de Francia, Milán, Florencia, Inglaterra y Venecia, de la Liga Clementina, estuvieron presos en este Castillo por orden de Carlos I. Fueron conducidos a la villa por Pedro López Hurtado de Mendoza. Andrea Navaggero, el embajador de la república de Venecia, describe su estancia y la villa en su obra Viaje por España. Al mismo tiempo que estos embajadores, el día 15 de abril de 1528, Carlos I ordenó el encierro en Poza de Ricardo Cuper, Procurador de los corsarios ingleses que asaltaron y tomaron la nao “Espíritu de Gracia”, propiedad de mercaderes burgaleses, en Belém, cerca de Lisboa, en la noche del 10 de marzo de 1525.
La función defensiva del castillo se puso de manifiesto en la Guerra de la Independencia entre las tropas francesas al mando de General Palombini y la guerrilla de Francisco Longa y Juan de Mendizábal en la que se conoció históricamente como acción de Poza. Durante las Guerras Carlistas el castillo fue ante todo lugar de vigilancia.
Una vez visitado el castillo,seguimos en descenso y después de un quiebro a izquierdas llegamos a los restos del Palacio de los Marqueses de Poza y entrando por la Puerta de las Eras ,callejeamos por la localidad hasta llegar a las salinas dando por concluida la ruta.
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