Sendero de dólmenes y ermitas
near San Vicente de la Sonsierra, La Rioja (España)
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San Vicente de la Sonsierra
El carácter de frontera de San Vicente de la Sonsierra ubicado mirando al Ebro, y protegido por la Sierra Cantabria, ha configurado su historia desde el siglo IX, en las luchas entre navarros y castellanos. En el XIX de nuevo forma parte del escenario bélico de la guerra de la independencia y posteriormente de las guerras carlistas. Cada uno de estos hechos históricos, ha modificado el recinto amurallado. Hermosas casas blasonadas muchas de ellas ligadas a la elaboración del vino salpican el casco urbano. San Vicente es también el pueblo de los Disciplinantes o Picaos (Semana Santa declarada de Interés Turístico Nacional en 2005 y Bien de Interés Cultural de Carácter Inmaterial en 2017). No es posible estar en San Vicente sin sentir cómo viven sus habitantes, su vinculación con la cultura del vino, con más de 20 bodegas familiares (reconocidas por la elaboración de los famosos vinos de autor sonserranos) algunas de ellas con renombre internacional.
Necrópolis de Artajona o de San Pablo
Conjunto de trece sepulturas antropomorfas, una piscina ritual de planta rectangular, y un pequeño eremitorio. Los primeros documentos que dan fe de la existencia del poblado de Artajona datan de la época medieval, concretamente en el año 1083, precisamente la época en que se desintegra el reino de Nájera-Pamplona y se institucionaliza la frontera entre Navarra y Castilla en el río Ebro. Al Sur de la necrópolis, en la misma roca hay un lagar rupestre.
Ermita de San Bartolomé
Se encuentra en muy mal estado de conservación. La planta es rectangular, dividida en tres tramos que se cubrirían en lunetos, sobre pilastras toscadas. Del siglo XVIII y esta prácticamente en ruinas. San Bartolomé, imagen titular, se halla en la sacristía de la parroquia.
Ermita de San Roque
Parece del siglo XVIII con bóvedas de lunetos y arcos de medio punto ya caídos, que la soportaban. En época de Semana Santa, el día viernes santo, se acude en Calvario a dicha ermita. Antiguamente quedaban en ella La Dolorosa y el EcceHomo, hoy el calvario exige el volver a la iglesia con las efigies, ya que la ermita esta totalmente en ruinas.
Ábalos
Junto a Briñas y San Vicente de la Sonsierra es uno de los tres pueblos de La Rioja situado en la margen izquierda del Ebro. Situado en la falda sur de la sierra Cantabria, uno de sus mayores atractivos es el casco urbano con sus casas solariegas, palacios, su iglesia parroquial y sus bodegas. Al este de la localidad, en una colina se encuentra la ermita románica del siglo XII de San Felix o San Felices y junto a ella una necrópolis y un eremitorio.
Ermita de la Virgen de la Rosa
Data del siglo XVIII, aunque lamentablemente se encuentra en ruinas desde la guerra de la independencia a comienzos del XIX, cuando fue incendiada. La leyenda cuenta que hacia 1650 un pastor mudo se sorprendió de encontrar en este lugar una rosa en pleno invierno y, tras cortarla, recuperó la voz. Regresó al pueblo y contó a todos lo ocurrido, y cuando un grupo de vecinos volvió al lugar, escondida en una gruta, encontraron la talla de una virgen. Tras estos hechos se levantó el santuario para guardar la imagen, que actualmente se conserva en la iglesia parroquial de Ábalos.
Lagar de Santa María
Lagar formado por pileta, canal y torco. La pileta, incompleta, tiene forma irregular. Un canal estrecho y profundo une la pileta con el torco, que tiene poca profundidad y está erosionado.
Conjunto de Santa María de la Piscina
La ermita de Santa María de la Piscina es el edificio románico más completo y bello conservado en La Rioja. Pertenece al románico pleno, pues fue comenzada hacia la mitad del siglo XII, y no tiene añadidos posteriores (excepto el escudo de la Divisa, colocado encima de la portada sur hacia 1537). Su interés radica en que es la única ermita románica de la región que se mantiene en un estado bastante puro y en su temprana cronología, ya que casi todo el románico riojano es más tardío. Es una construcción en piedra de sillería, que consta de una nave de cuatro tramos cubierta con bóveda de cañón con tres arcos fajones de medio punto, presbítero rectangular cubierto de igual modo, y ábside semicircular cubierto por bóveda de horno. Adosada al muro norte de la nave se sitúa una cámara rectangular cubierta con bóveda de cuarto de cañón (posible sala de juntas para reunión de los diviseros) y en el hastial oeste, una torre campanario cuadrada. Junto a la ermita se encuentra la necrópolis de un antiguo poblado. Se asienta sobre una ladera suave que desciende hacia el valle, formando amplios escalones tallados en la roca caliza del suelo. Es de las llamadas "de repoblación" y se data entre los entre los siglos X al XIV. En las tres campañas de la excavación se descubrieron 53 tumbas, 39 labradas en la roca caliza de la ladera y 4 junto al muro este de la iglesia, muy próximas al ábside. Las de la primera época (anteriores a la ermita, segunda mitad del siglo X) son antropomorfas, y las de la última época de utilización de la necrópolis son de lajas (siglo XII), habiendo también algún sarcófago exento (siglos XIII y XIV). En el cuadrante noroeste de la necrópolis hay excavada en la roca una piscina o pila circular de sección troncocónica, que podría ser una piscina bautismal, único resto de un supuesto templo anterior a la necrópolis y al templo actual. En el ángulo sureste se descubrió una pileta de forma oval excavada sobre una superficie de roca con forma de trapecio, y un banco tallado del tamaño aproximado de una tumba, estructuras que pudieron servir para lavar a los muertos antes de la purificación. En el ángulo suroeste existe un largar formado por una plataforma oval que destruía dos tumbas, lo que indica que cuando se construyó, la necrópolis ya había sido abandonada y había perdido su carácter sagrado. En cuanto a su cronología sólo se puede afirmar que fue construido a partir del siglo XIV, época en que se despobló el lugar trasladándose sus habitantes a Peciña.
Desvío para bicicletas
Para evitar la subida por un sendero muy estrecho, se propone una alternativa para bicicletas desde este punto
Dolmen de la Cascaja
Se integra dentro del grupo de dólmenes denominados sepulcros de corredor y está situado entre dos fincas en el término de la Cascaja, junto al arroyo de los Alces y a 500 metros de la aldea de Peciña. Consta de una cámara poligonal con losas de arenisca de la que parte un corredor en dirección SE hasta el borde del túmulo, que se halla dividido en dos compartimentos. En el momento de su descubrimiento, en su interior se hallaron cráneos y otros restos de treinta y un sujetos, huesos de animales, además de restos de vasijas de cerámica o una punta de flecha de bronce
Peciña
Peciña, es una de las dos aldeas de San Vicente de la Sonsierra. En su origen se llamó La Piscina, ya que estuvo ubicada en el lugar de la Iglesia Románica de Santa María de la Piscina. Fue arrasada en el siglo XIV por las tropas de D. Enrique de Trastamara que, al no poder adueñarse del castillo de San Vicente, ordenó que incendiaran los arrabales y aldeas de San Vicente de la Sonsierra. En ella destaca la Iglesia Parroquial de San Martín, sita en la parte más elevada del pueblo, que cuenta con una escalinata de acceso y el antiguo lavadero. Su ubicación en la falda de la sierra del Toloño permite tener unas magníficas vistas panorámicas del valle desde la plaza de la iglesia.
Necrópolis de San Andrés
Cuenta con una gran necrópolis altomedieval con unas setenta tumbas, restos de una antigua ermita, dos lagares rupestres y una piscina ritual posiblemente reconvertida en lagar. Hasta la fecha se desconoce la localización exacta del propio poblado, aunque existen indicios para pensar que se ubicó en el cerro del norte, pues algunos bancales de su ladera sur están realizados en sillarejo. Excavada en la vertiente sur de la parte más occidental de la necrópolis estuvo la iglesia, cuyos restos enlazan con el límite de una viña. Hoy sólo se conserva el lado norte, tallado a pico, quizás se pueda corresponder con la antigua ermita de San Andrés. Hay dos lagares totalmente excavados en la roca, formados por un gran recinto circular en desnivel, lugar donde se depositaba la uva, y un depósito adosado de mayor profundidad, comunicado con el anterior por un canalillo, en el que se recogía el jugo. El primero está excavado en el cerro que se alza al sur de la necrópolis, y el otro se encuentra al suroeste, excavado en la propia masa rocosa de la necrópolis. Aunque son de difícil datación, estos lagares parecen posteriores al siglo XIV, apareciendo en casi todas las necrópolis conservadas. En el borde meridional de la necrópolis hay una piscina ritual con forma rectangular y un desagüe para evacuar el agua, que posiblemente fue posteriormente reconvertida en lagar. Su fecha de ejecución sería posterior al abandono de la necrópolis, por lo menos del siglo XII o XIII.
Ermita de San Martín
Ermita románica de la segunda mitad del siglo XII. Todo parece indicar que se trata de un primitivo edifico mozárabe al que se le proporcionó un abovedamiento románico. Es manifiesta su sobriedad decorativa, pues sólo se ornamenta la imposta del primer tramo de la nave con ajedrezado. Dado el estado ruinoso con el que llegó a nuestros días, fue restaurada en 1986.
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