137. Senda del Valle de Lunada
near Rioseco, Castilla y León (España)
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📸 FOTOS:
▶ Las 6 primeras seleccionan aspectos de interés (con descripción al pie).
▶ Las siguientes se ordenan según el itinerario (asociadas a cada 'waypoint').
📝 TEXTO (5 secciones):
▶ Índice IBP de la ruta,
▶ Preámbulo: antecedentes y motivos,
▶ La Ruta: recorrido y dificultades,
▶ Destacado: rasgos sobresalientes, y
▶ Anécdota: hechos curiosos.
INDICE IBP de Dificultad de la Ruta
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 64 (para Senderismo): dificultad 'Media' para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 614 metros (superior al que estima Wikiloc).
PREÁMBULO
Si anticipas un día luminoso, pon tus pies en esta senda; uno delante del otro. En un día despejado, la senda te proporcionará vistas panorámicas suntuosas, de valles profundos y montañas imponentes.
Y si no, también. En un día gris o brumoso, te sumergirás en una dimensión de misterio en el interior de sus pulcros hayedos.
Incluso si no tienes especial devoción por el senderismo o el monte, deberías hacer esta ruta al menos una vez en la vida.
Era nuestro segundo día (consecutivo) en la comarca de las altas Merindades, en el área de Espinosa de los Monteros. Hay por allí innumerables opciones senderistas o montañeras. Era difícil elegir. Nos sobró tiempo vespertino el día anterior, así que hicimos un corto viaje exploratorio. Nos sirvió para decidirnos por una ruta entre tres pre-seleccionadas.
El río Seco estaba totalmente seco, y no porque sea seco: las enormes y redondeadas piedras en su descarnado lecho atestiguan que por él ha corrido el agua con ímpetu. Al río Trueba, en otras épocas del año orgulloso de sus cascadas, sólo le quedaban un hilo de agua y unos charquinales. Del río Lunadas subsistía sólo un escuálido arroyete.
--“Esperemos que se recuperen pronto. Ahora nos entraría la pena en el alma si hacemos una ruta por ellos. Hay que ir más arriba”.
El Valle de Lunada seguía verde. Las montañas se recortaban fastuosas por encima. El circo que se forma entre uno y otras era un espectáculo en sí mismo. No había duda en esta ocasión. Allí estaríamos a las 8 de la mañana.
LA RUTA
Con el fin de planificar nuestros pasos, encontramos enseguida al menos cuatro usuarios de Wikiloc que han dejado constancia de su realización de la ruta elegida, el ‘Valle de Lunada’ (iñakiandarín, HasTarriba-Jpesquera, BETRO/Basca del Rabillo, y Estiego). Eso sin buscar mucho. Muestra del interés que la ruta suscita. Por algo será….
También es cierto que en ella debe haber sitio de sobra para todo el que quiera disfrutarla: con nadie nos encontramos y a nadie vimos en más de 4 horas de marcha. Y eso a pesar de que era sábado y gozando de un tiempo espléndido (soleado y fresco) en el final del verano.
Las versiones de la ruta por parte de los cuatro usuarios mencionados son muy parecidas entre sí. Lógicamente, se ajustan en gran medida al itinerario oficial. En los cuatro casos, el recorrido tuvo una longitud algo inferior a los 12 km y una pendiente algo inferior a los 500 m.
En nuestro caso, alargamos la travesía en torno a 1,5 km y elevamos el desnivel en unos 20 metros. Eso fue debido a dos añadidos intencionados. Uno, entre el km 2,0 y el 2,9. Era allí el hayedo tan cautivador que, ‘por si no fuera a haber un mañana’, quisimos inundarnos de él; llevárnoslo sellado en las circunvoluciones de la memoria. Otro, entre el km 8,0 y el 8,4, un desvío hacia los Collados del Asón, para rastrear posibilidades futuras.
La ruta se inicia en una pequeña área de descanso en el camino El Bernacho. Se halla algo escondida, a unos 200 m de la carretera BU-572 (saliendo por la izquierda, subiendo hacia el Portillo de Lunada, poco después del punto kilométrico 3).
Desde allí, es posible seguir el itinerario en una dirección o a la inversa. Nosotros elegimos esta segunda orientación, al revés que los otros cuatro usuarios; en sentido contrario a las agujas del reloj. Había varias razones para nuestro 1 frente a 4:
-Queríamos recorrer el hayedo a primera hora, en penumbra; antes de que los rayos del sol y los fuertes contrastes de luz y sombra disipasen el hechizo del lugar.
-Además, pareciendo esa parte la más inclinada del trayecto, suponíamos que sería menos duro subirla que bajarla (y también evitar posibles resbalones, etc.).
-Y, otra más, por qué tener vergüenza en decirlo, si se fuera a extinguir el mundo a lo largo de la ruta, queríamos irnos con la experiencia del hayedo, al menos….
Esto último (‘lo del mundo’) creo que no ocurrió…, pero las otras dos razones sí resultaron acertadas en su objetivo y eficaces en su realización.
Desde el comienzo en el área de descanso, se asciende (no era ‘tan fiera’ la pendiente) hasta un extenso bosque de hayas (‘…que no se acabe…’), con mil recovecos. Algunas ventanas al exterior se abren para ver el valle abajo y los roquedos arriba.
Por fin, dejamos el bosque y se desvelan en toda su plenitud el Valle de Lunada y las elevadas montañas que lo rodean. Iniciamos después un largo y suave descenso por el valle hasta el punto de origen.
Posibles Dificultades:
No encontramos dificultades significativas. El suelo estaba seco y firme; también en el hayedo. Las pendientes no son excesivas para subir o bajar. Siempre hay un camino o sendero, y estaban razonablemente limpios y despejados.
Desde el km 9,4 al 10,3 hay un tramo de carretera; con más ciclistas (dos) que vehículos de motor (uno, y parado). Se puede evitar esa vía (y acortar así el trayecto) atravesando una pradera.
En términos de orientación, toda la ruta está muy bien señalizada con dos franjas, azul y blanca.
DESTACADO
Sobresaliente lo es todo en esta ruta. No hay una brizna de ‘paja’; todo es grano. Así que voy a abreviar con unas pocas pinceladas esquemáticas. ‘Lo bueno, si breve, dos veces bueno’, dice el sabio proverbio. Y, además, ‘mejor verlo que leerlo’, añado.
Hay que empezar por reconocer que el esplendoroso cielo azul muy probablemente magnificó todas las bondades de la ruta. Quizá con niebla o muchas nubes se pierda la espectacularidad del panorama.
Las vistas son fastuosas, de lujo. Tanto desde abajo como desde arriba, e igualmente desde las medianías. Mires donde mires, cada centímetro reluce. Párate cuando contemples lo que te rodea, no vayas a tropezar.
Ahí están, encumbradas sobre el valle, y exhibiendo su crestería y su talle, el Cubada Grande, el Castro Valnera, el Pico de la Miel, el Picón del Fraile, Peña Lusa, etc., etc. Para la erudición, me remito a los entendidos, que yo soy sólo un recién llegado.
Las cabañas pasiegas y los cercados de las fincas con tapias de piedra sobre piedra. ¡Vaya trabajo! Parte de la zona media y baja del valle están sembradas de ellas. Muchas parecen deshabitadas, pero dan vida terrenal al paradisíaco paisaje.
Y, cómo no, los hayedos; o el hayedo que se enlaza con los que vienen después. Trasmite la impresión de inmaculado; sin maleza; aseado, acicalado; como recién peinado. A trechos, las hayas se adornan rodeándose de formaciones rocosas; como en un altar. ¡Cómo debe de ser en el otoño!
Claro que, conociéndome, cualquier cosa que yo diga de los hayedos puede parecer de dudosa credibilidad. Tal es mi grado de asombro y embelesamiento con ellos. Así que mejor si lo compruebas en directo.
ANÉCDOTA
Hoy no hubo encuentros humanos. No cuentan algunas vacas pastando; a lo suyo. Todo monte. Ninguna población. Sólo algunas cabañas solitarias. Así que ninguna experiencia anecdótica salió de esos no-encuentros. El regalo anecdótico nos vino desde la propia montaña de modo completamente inesperado, y con retroceso….
"Éranse una vez…" (o “Van un…vasco, un… y un...”, que diría ‘Iñakiandarín’ en otra ruta). Éranse, pues, ahora un par de senderistas: cántabro, el uno; castellano, el otro. Amistad forjada desde cuando no existían fronteras (ni esas cosas…, ni otras).
--"Oye, que me encantan las excursiones que hacemos por Burgos. Pero mañana nos acercamos muy al norte. Me gustaría ver y pisar mi tierra". (Cántabro).
--"Eso está hecho. Cogemos el coche y subimos hasta el Portillo de la Sía, o el de Lunada, o el de las Estacas de Trueba". (Castellano).
-"-Hombre, eso no vale. Hay que pateárselo por el monte".
--"Pues tendrá que ser otro día. La ruta está marcada dentro de la provincia burgalesa, y precintada por escarpadas cumbres. Cantabria debe ser ‘otro mundo’".
Cogimos la Senda del Valle de Lunada (desde Burgos). Subimos y subimos; y bajamos algo y subimos más. En un punto (km 8), vimos un letrero-flecha orientando hacia la derecha. Indicaba ‘Collados del Asón’.
--"¡Uy!, eso me suena a Cantabria. Vamos a ver lo que se ve. Así tendremos una vía abierta para el futuro". (Cántabro o Castellano, no importa quién lo dijo).
Caminamos unos 200 metros. Todo parecía igual (…de bonito; de lujoso) que lo que dejábamos atrás. Una mirada escrutadora; unos momentos de contemplación; unas fotos. A ver si…. Dimos media vuelta (pero ya con todas las ganas de regresar allí y avanzar).
Aparentemente, todo había quedado así; pero no. Consultando después los mapas, vimos que habíamos superado la ‘línea divisoria’ entre Burgos y Cantabria. (En nuestro trazado se puede comprobar que en el km 8,2 habíamos entrado *una decena* de metros en Cantabria).
--"¡Hemos estado en tu tierra…! Y sin pretenderlo; esta vez…".
Y en el monte seguía sin haber fronteras. Y Cantabria seguía siendo el mismo mundo.
RUTAS CERCANAS
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/prc-bu-37-quintanilla-del-rebollar-113107267
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/entre-desfiladeros-y-ojo-guarena-84677827
▶ Las 6 primeras seleccionan aspectos de interés (con descripción al pie).
▶ Las siguientes se ordenan según el itinerario (asociadas a cada 'waypoint').
📝 TEXTO (5 secciones):
▶ Índice IBP de la ruta,
▶ Preámbulo: antecedentes y motivos,
▶ La Ruta: recorrido y dificultades,
▶ Destacado: rasgos sobresalientes, y
▶ Anécdota: hechos curiosos.
INDICE IBP de Dificultad de la Ruta
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 64 (para Senderismo): dificultad 'Media' para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 614 metros (superior al que estima Wikiloc).
PREÁMBULO
Si anticipas un día luminoso, pon tus pies en esta senda; uno delante del otro. En un día despejado, la senda te proporcionará vistas panorámicas suntuosas, de valles profundos y montañas imponentes.
Y si no, también. En un día gris o brumoso, te sumergirás en una dimensión de misterio en el interior de sus pulcros hayedos.
Incluso si no tienes especial devoción por el senderismo o el monte, deberías hacer esta ruta al menos una vez en la vida.
Era nuestro segundo día (consecutivo) en la comarca de las altas Merindades, en el área de Espinosa de los Monteros. Hay por allí innumerables opciones senderistas o montañeras. Era difícil elegir. Nos sobró tiempo vespertino el día anterior, así que hicimos un corto viaje exploratorio. Nos sirvió para decidirnos por una ruta entre tres pre-seleccionadas.
El río Seco estaba totalmente seco, y no porque sea seco: las enormes y redondeadas piedras en su descarnado lecho atestiguan que por él ha corrido el agua con ímpetu. Al río Trueba, en otras épocas del año orgulloso de sus cascadas, sólo le quedaban un hilo de agua y unos charquinales. Del río Lunadas subsistía sólo un escuálido arroyete.
--“Esperemos que se recuperen pronto. Ahora nos entraría la pena en el alma si hacemos una ruta por ellos. Hay que ir más arriba”.
El Valle de Lunada seguía verde. Las montañas se recortaban fastuosas por encima. El circo que se forma entre uno y otras era un espectáculo en sí mismo. No había duda en esta ocasión. Allí estaríamos a las 8 de la mañana.
LA RUTA
Con el fin de planificar nuestros pasos, encontramos enseguida al menos cuatro usuarios de Wikiloc que han dejado constancia de su realización de la ruta elegida, el ‘Valle de Lunada’ (iñakiandarín, HasTarriba-Jpesquera, BETRO/Basca del Rabillo, y Estiego). Eso sin buscar mucho. Muestra del interés que la ruta suscita. Por algo será….
También es cierto que en ella debe haber sitio de sobra para todo el que quiera disfrutarla: con nadie nos encontramos y a nadie vimos en más de 4 horas de marcha. Y eso a pesar de que era sábado y gozando de un tiempo espléndido (soleado y fresco) en el final del verano.
Las versiones de la ruta por parte de los cuatro usuarios mencionados son muy parecidas entre sí. Lógicamente, se ajustan en gran medida al itinerario oficial. En los cuatro casos, el recorrido tuvo una longitud algo inferior a los 12 km y una pendiente algo inferior a los 500 m.
En nuestro caso, alargamos la travesía en torno a 1,5 km y elevamos el desnivel en unos 20 metros. Eso fue debido a dos añadidos intencionados. Uno, entre el km 2,0 y el 2,9. Era allí el hayedo tan cautivador que, ‘por si no fuera a haber un mañana’, quisimos inundarnos de él; llevárnoslo sellado en las circunvoluciones de la memoria. Otro, entre el km 8,0 y el 8,4, un desvío hacia los Collados del Asón, para rastrear posibilidades futuras.
La ruta se inicia en una pequeña área de descanso en el camino El Bernacho. Se halla algo escondida, a unos 200 m de la carretera BU-572 (saliendo por la izquierda, subiendo hacia el Portillo de Lunada, poco después del punto kilométrico 3).
Desde allí, es posible seguir el itinerario en una dirección o a la inversa. Nosotros elegimos esta segunda orientación, al revés que los otros cuatro usuarios; en sentido contrario a las agujas del reloj. Había varias razones para nuestro 1 frente a 4:
-Queríamos recorrer el hayedo a primera hora, en penumbra; antes de que los rayos del sol y los fuertes contrastes de luz y sombra disipasen el hechizo del lugar.
-Además, pareciendo esa parte la más inclinada del trayecto, suponíamos que sería menos duro subirla que bajarla (y también evitar posibles resbalones, etc.).
-Y, otra más, por qué tener vergüenza en decirlo, si se fuera a extinguir el mundo a lo largo de la ruta, queríamos irnos con la experiencia del hayedo, al menos….
Esto último (‘lo del mundo’) creo que no ocurrió…, pero las otras dos razones sí resultaron acertadas en su objetivo y eficaces en su realización.
Desde el comienzo en el área de descanso, se asciende (no era ‘tan fiera’ la pendiente) hasta un extenso bosque de hayas (‘…que no se acabe…’), con mil recovecos. Algunas ventanas al exterior se abren para ver el valle abajo y los roquedos arriba.
Por fin, dejamos el bosque y se desvelan en toda su plenitud el Valle de Lunada y las elevadas montañas que lo rodean. Iniciamos después un largo y suave descenso por el valle hasta el punto de origen.
Posibles Dificultades:
No encontramos dificultades significativas. El suelo estaba seco y firme; también en el hayedo. Las pendientes no son excesivas para subir o bajar. Siempre hay un camino o sendero, y estaban razonablemente limpios y despejados.
Desde el km 9,4 al 10,3 hay un tramo de carretera; con más ciclistas (dos) que vehículos de motor (uno, y parado). Se puede evitar esa vía (y acortar así el trayecto) atravesando una pradera.
En términos de orientación, toda la ruta está muy bien señalizada con dos franjas, azul y blanca.
DESTACADO
Sobresaliente lo es todo en esta ruta. No hay una brizna de ‘paja’; todo es grano. Así que voy a abreviar con unas pocas pinceladas esquemáticas. ‘Lo bueno, si breve, dos veces bueno’, dice el sabio proverbio. Y, además, ‘mejor verlo que leerlo’, añado.
Hay que empezar por reconocer que el esplendoroso cielo azul muy probablemente magnificó todas las bondades de la ruta. Quizá con niebla o muchas nubes se pierda la espectacularidad del panorama.
Las vistas son fastuosas, de lujo. Tanto desde abajo como desde arriba, e igualmente desde las medianías. Mires donde mires, cada centímetro reluce. Párate cuando contemples lo que te rodea, no vayas a tropezar.
Ahí están, encumbradas sobre el valle, y exhibiendo su crestería y su talle, el Cubada Grande, el Castro Valnera, el Pico de la Miel, el Picón del Fraile, Peña Lusa, etc., etc. Para la erudición, me remito a los entendidos, que yo soy sólo un recién llegado.
Las cabañas pasiegas y los cercados de las fincas con tapias de piedra sobre piedra. ¡Vaya trabajo! Parte de la zona media y baja del valle están sembradas de ellas. Muchas parecen deshabitadas, pero dan vida terrenal al paradisíaco paisaje.
Y, cómo no, los hayedos; o el hayedo que se enlaza con los que vienen después. Trasmite la impresión de inmaculado; sin maleza; aseado, acicalado; como recién peinado. A trechos, las hayas se adornan rodeándose de formaciones rocosas; como en un altar. ¡Cómo debe de ser en el otoño!
Claro que, conociéndome, cualquier cosa que yo diga de los hayedos puede parecer de dudosa credibilidad. Tal es mi grado de asombro y embelesamiento con ellos. Así que mejor si lo compruebas en directo.
ANÉCDOTA
Hoy no hubo encuentros humanos. No cuentan algunas vacas pastando; a lo suyo. Todo monte. Ninguna población. Sólo algunas cabañas solitarias. Así que ninguna experiencia anecdótica salió de esos no-encuentros. El regalo anecdótico nos vino desde la propia montaña de modo completamente inesperado, y con retroceso….
"Éranse una vez…" (o “Van un…vasco, un… y un...”, que diría ‘Iñakiandarín’ en otra ruta). Éranse, pues, ahora un par de senderistas: cántabro, el uno; castellano, el otro. Amistad forjada desde cuando no existían fronteras (ni esas cosas…, ni otras).
--"Oye, que me encantan las excursiones que hacemos por Burgos. Pero mañana nos acercamos muy al norte. Me gustaría ver y pisar mi tierra". (Cántabro).
--"Eso está hecho. Cogemos el coche y subimos hasta el Portillo de la Sía, o el de Lunada, o el de las Estacas de Trueba". (Castellano).
-"-Hombre, eso no vale. Hay que pateárselo por el monte".
--"Pues tendrá que ser otro día. La ruta está marcada dentro de la provincia burgalesa, y precintada por escarpadas cumbres. Cantabria debe ser ‘otro mundo’".
Cogimos la Senda del Valle de Lunada (desde Burgos). Subimos y subimos; y bajamos algo y subimos más. En un punto (km 8), vimos un letrero-flecha orientando hacia la derecha. Indicaba ‘Collados del Asón’.
--"¡Uy!, eso me suena a Cantabria. Vamos a ver lo que se ve. Así tendremos una vía abierta para el futuro". (Cántabro o Castellano, no importa quién lo dijo).
Caminamos unos 200 metros. Todo parecía igual (…de bonito; de lujoso) que lo que dejábamos atrás. Una mirada escrutadora; unos momentos de contemplación; unas fotos. A ver si…. Dimos media vuelta (pero ya con todas las ganas de regresar allí y avanzar).
Aparentemente, todo había quedado así; pero no. Consultando después los mapas, vimos que habíamos superado la ‘línea divisoria’ entre Burgos y Cantabria. (En nuestro trazado se puede comprobar que en el km 8,2 habíamos entrado *una decena* de metros en Cantabria).
--"¡Hemos estado en tu tierra…! Y sin pretenderlo; esta vez…".
Y en el monte seguía sin haber fronteras. Y Cantabria seguía siendo el mismo mundo.
RUTAS CERCANAS
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/prc-bu-37-quintanilla-del-rebollar-113107267
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/entre-desfiladeros-y-ojo-guarena-84677827
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Information
Easy to follow
Scenery
Easy
Ruta muy bien indicada y para hacer incluso con niños
Muchas gracias, Aitor mart, por tu valoración. La ruta la merece. Respecto a lo de los niños, sí, pero deben estar ya 'creciditos', en 'buena forma' física, y ser 'mandaderos' (en su sentido de obedientes; 😉). Los 505 m de desnivel, con 13 km largos, conllevan su exigencia. Es cierto que no hay puntos de riesgo. Saludos.
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Easy to follow
Scenery
Easy
Prados y hayedos. Muy recomendable.
Un saludo, maisid
Sí, ... y tus queridas montañas de esa tierra. ...Y con la suerte de un cielo que a todo sacaba brillo. Gracias, luis.itxina.