SENDA DE LOS MINEROS DE ÓRGIVA Y BARRANCO DE LOS CASTILLEJOS (SIERRA DE LÚJAR)

Nos metemos ya de lleno en la Alpujarra Granadina, al seguir principalmente el track de avhinojosa en este bastante caluroso martes de junio. Aparcamos el coche en un pequeño aparcamiento junto a las A-346, unos pocos cientos de metros antes del túnel y el desvío por el Puente de los Siete Ojos viniendo desde Vélez de Benaudalla. Comenzamos a caminar por la pista del Barranco de los Castillejos, para enseguida abandonarla a la derecha y tomar la famosa Senda de los Mineros de Órgiva. Se trata de un camino claro, con mucho desnivel y algunos tramos de piedra suelta, que hay que tomarse con calma. En contrapartida, las vistas de Órgiva, el Valle del Río Guadalfeo y la Alpujarra Granadina en segundo plano. Tras un par de tramos de fuerte pendiente, nos desviaremos a la izquierda para visitar la boca de una antigua mina siguiendo un camino llano de unos pocos cientos de metros (de esta forma también damos descanso a las piernas. Volviendo sobre nuestros pasos seguimos por la Senda de los Mineros de Órgiva, recorriendo ahora los tramos más empinados y más duros desde el punto de vista físico (es mejor tomarse con calma esta parte ya que la pendiente es más que considerable). Finalmente accedemos a una ancha pista que cogemos a la derecha para seguir ascendiendo, pero ya de una forma bastante más relajada. Pasamos por un par de bocaminas (es sorprendente el viento intensamente frío que nos encontramos en una de ellas y que nos reconforta y nos ayuda a bajar la temperatura del cuerpo tras el esfuerzo realizado). En un giro de 180ª de la pista, seguimos hacia adelante por un pequeño sendero que discurre junto a verticales paredes de indudable belleza. Ante nosotros se extiende la maravillosa Sierra de Lújar, en su umbría, con mucha vegetación y estupendas vistas del Embalse de Rules. Seguimos un poco más allá de donde termina el track de avhinojosa, pero enseguida decidimos regresar sobre nuestros pasos a la pista, pasar de nuevo frente a las diferentes bocaminas (ya en descenso) y acercarnos finalmente al Mirador de los Mineros. Tras disfrutar de las alucinantes vistas del Valle del Guadalfeo, seguimos descendiendo por la ancha pero tremendamente empinada pista, hasta acercarnos a la famosa Mina de los Carriles, todavía en funcionamiento. Tras un nuevo giro de 180º llegamos a las zetas de bajada de la pista, teniendo cuidado con algunos camiones cargados de material que también descienden por la pista como nosotros. Dejando el Cortijo del Royo a nuestra izquierda, abajo, continuamos recto por la pista hasta acceder a una bifurcación. En dicho punto, vamos a abandonar el track de avhinojosa para introducirnos un poco más en el fascinante Barranco de los Castillejos, llegando hasta un pequeño azud donde se acaba por completo la pista. Lo atravesamos por su lado izquierdo y continuamos por una senda que atraviesa un par de canchales hasta llegar a un pintoresco aprisco frente a una sorprendente ladera con mucha arena. Cuando la vegetación ya hace más complicado el paso, decidimos volver sobre nuestros pasos hasta el azud y posteriormente la pista donde habíamos abandonado el track de avhijonosa. Continuamos en ligero ascenso hacia la derecha para, tras otro giro a la derecha, llegar al punto donde abandonaremos dicha pista cogiendo una senda a la izquierda en bajada. Tras pasar junto a la Casa Forestal del Royo (en ruinas) nos metemos de lleno en el conocido como Camino de los Rojos. Seguimos descendiendo, pasando junto a los restos del Cable de Transporte de la Loma del Señor Rivas, hasta llegar a la conocida como Escarihuela de Los Locos. Hay ciertos tramos de piedra suelta y hay que tomarse este descenso con calma; tras muchos zig-zags finalmente nos introducimos en un bosque de pinos y poco a poco nos vamos acercando de nuevo a la carretera (la A-348), a la cual accedemos justo a la altura de la Cruz de Tablones. Una vez en la misma, vamos a seguir la carretera (A-348) por su borde derecho (es posible transitar por el arcén, agarrándonos de vez en cuando al quitamiedos por la parte exterior (ya que a nuestra derecha hay un terraplén bastante considerable y abajo el cauce del Río Guadalfeo). Llegamos finalmente al Puente de los Siete Ojos y descendemos junto al cauce del Río Guadalfeo para sortear el túnel de la carretera (ya la A-346). Regresamos a la misma por una pista y seguimos caminando por el arcén, pasando junto a las ruinas de la Venta del Castillejo. Precisamente en este punto cogemos una senda que poco a poco va ascendiendo, paralela a la carretera, hasta el punto de inicio donde tenemos aparcado nuestro coche. Una ruta intensa, con un desnivel acumulado considerable (principalmente concentrado en el tramo inicial, que menos mal que hemos hecho temprano, con no demasiado calor), increíbles vistas, quizá demasiada pista, pero con un tramo de inusitada belleza en el Barranco de los Castillejos. Una verdadera maravilla (20-06-2023).