Senda de Camille: Del refugio de Arlet a Lescun

Tras recibirnos con niebla y lluvia la tarde anterior, la mañana trajo un día soleado, con el amanecer inundando de luz montes que el día anterior no nos había permitido ver. ¡Bello refugio el de Arlet!. Y, por cierto, comimos bien y nos trataron muy bien; no espere el lector los servicios de un 5 estrellas, pero no es de los peores refugios a visitar (en verdad, ninguno de los de la senda lo es, y son mejores que muchos). No debe ser fácil solucionar el problema de las toilettes, pero la verdad es que merecería la pena. No vimos el refugio libre, situado al lado de las toilettes, pero casi seguro mejor haberlo evitado. El desayuno fue bueno, y poco después ya estábamos en orden de marcha.
Siguiendo el trazado de la Alta ruta pirenaica francesa (HRP) bajamos por la izquierda del drenaje del ibón de Arlet, para alcanzar la cabane Lapassa, para después llegar al coll de Saoubathou. Desde aquí el sendero sube a la izquierda en dirección al Col de Pau, o puerto de Lo Palo (punto más alto del camino de Santiago aragonés más antiguo), pasando por el Portillo de la Cunarda, a cuyo nivel cruzamos Le Chemin de la Liberté, de duro recuerdo con seguridad para todos los que tuvieron que utilizarlo para proteger sus vidas o mantener su libertad, desde un lado u otro de la frontera, durante la Guerra Civil y la segunda Guerra Mundial. Desde aquí el camino sigue cresteando alrededor del Pie de Burcq, pasado el cual inicia una preciosa bajada hacia el valle, pasando por varias Cabannes, hasta alcanzar el bosque de Labrénere, en las cercanías de Lescun. En el aparcamiento de Labrénere es posible seleccionar entre dos rutas: una, más corta, sigue la carretera asfaltada hasta Lescun, mientras la otra , más larga y con suelo embarrado cuando ha llovido, sigue por el bosque de la derecha del valle para luego acabar uniéndose a la anterior en las cercanías del camping Lauzart. Nosotros seleccionamos la más corta (aunque teníamos pensado haber cogido la otra, pero el barro que habíamos encontrado anteriormente nos hizo desistir de esa idea). Para compensar, cuando dejamos nuestras cosas en el camping, nos dirigimos hacia el pueblo, a unos 1000 metros y con una buena cuesta por en medio, donde tuvimos buena ocasión de probar los quesos, cervezas y finalmente vinos del lugar. Volvimos más contentos al camping, donde tuvimos además una buena cena y un feliz encuentro con dos runners catalanes (Gerard y Joan, si mi memoria no falla), con los que compartimos mesa y vino. Si mi recuerdo es bueno, y creo que lo es, fue una cena agradable y cortés, en la que las mutuas invitaciones se sucedieron, siempre aceptadas. A lo mejor habría que llevar a algunos a Lescun.
El desayuno fue igualmente bueno, y la noche, con buenas camas y duchas y una excelente atención de los propietarios del camping, así como la visita al bello pueblo de Lescun, quedan como un excelente recuerdo de un gran itinerario multidía.