Senda de Camille: De Lescun (Camping Lauzart) al refugio de Linza

Lescun, un precioso pequeño pueblo del Pirineo francés, es el punto de partida de esta etapa. Su población ha ido disminuyendo a lo largo del último siglo, pero sus casas de piedra siguen estando bien cuidadas, y los bares del pueblo, relativamente numerosos para su tamaño, te atienden muy bien (o tal vez uno llega con tanta hambre y sed que todo le parece maravilloso). El entorno es maravilloso, rodeado por altas montañas. En ese viaje todavía no había adquirido la costumbre de crear sitio para añadir las fotos más interesantes, pero mi colección de la Senda de Camille es muy amplia (más de 2.000 fotos), y sirve para no olvidar ni uno de los fantásticos sitios que encontramos en nuestra ruta.
Cuando salimos al día siguiente, a las 8 de la mañana, las nubes bajas y la niebla impedían ver bien el circo de montañas que tanto nos había gustado la tarde anterior, así que empezamos a caminar por el camino por el que llegamos la tarde anterior; tras un tiempo relativamente corto alcanzamos la desviación a la derecha que debía llevarnos al pont de Lamareich, con niebla baja espesa cubriendo el valle del arroyo de Ansabère y el bosque de Landrosque, para después pasar por el pont de Lamary, siguiendo por una pista asfaltada en excelente estado para coches. A partir de Lamary comienza un ascenso continuado, primero por bosque y luego por extensas pedreras, con sendero progresivamente más estrecho hasta alcanzar las cabañas de Ansabère, donde hay una fuente. Desde aquí una senda estrecha nos lleva hacia el collado de Petrachema o puerto de Ansó; en la última parte de esta ascensión la niebla espesa nos impedía ver la belleza del entorno, salvo en contadas situaciones en las que la niebla desaparecía casi de repente, para volver de inmediato: en una de ellas se tomó la fotografía de las agujas de Ansabère que se acompaña y que hasta poco antes apenas si habíamos intuido; esta zona es un pedregal relativamente inestable, que es mejor rodear por la izquierda, por debajo del pico Sobarcal, aunque hay otros pasos tal vez algo más expuestos. Más arriba se sigue la vaguada, en fuerte pendiente por una pedrera, que nos lleva hasta el collado de Ansabère o Petrachema. Superado el collado, la bajada por las foyas del ingeniero y su continuación por el barranco de Petrachema, a través de un sendero que va haciendo lazadas hasta el fondo del valle, donde entramos en un bosque que desemboca en los pastos de Liza, y desde aquí se sigue un camino que vuelve a entrar en un bello bosque, donde encontraremos las pasarelas del circuito de esquí nórdico. Seguimos el camino, que nos deja en el refugio de Linza tras una jornada de paisajes extraordinariamente bellos. La atención que recibimos en el refugio de Linza fue excelente y las instalaciones son también excelentes.
Después de comer y beber, decidimos acercarnos a Zuriza, bajando por el barranco de Petrachema por el camino asfaltado, pero a unos 2 km de Zuriza, y tras una bajada considerable, decidimos coger un sendero a la derecha, para ascender -tras cruzar el barranco- por el barranco de la Contienda al Collado de Mas. De aquí seguimos a la fuente de Mas, y de esta al Collado de Zaparreta, lo que nos situó por encima del refugio de Linza, a donde bajamos en 10 minutos más.
Esta última ruta, no mostrada en el track ni contabilizada, es una bella ruta a realizar con base en el refugio de Linza. La verdad es que, tras haber hecho en la mañana el recorrido Lauzart-Linza, fue un poco demasiado para acabar el día, aunque desde luego sirvió para aumentar nuestro consumo de comida y bebida en el refugio.
Toda la senda de Camille es una maravillosa sucesión de increíbles paisajes. Si les digo que esta etapa es la mejor, no sabría como justificarlo. Tras ver de nuevo todas las fotografías, solo puedo decir: ¡Qué bonito ha sido todo el camino!. No se lo pierda si puede hacerlo. En invierno, con nieve, debe ser la pera.