SCHAFFHAUSEN-CATARATAS DEL RIO RIN-CANTÓN SUIZO DE ZURICH

Marcha realizada el miércoles 10 de julio de 2013
AVISO: Se entiende, que todo aquel que quiera realizar esta misma ruta, asume la responsabilidad que conlleva una actividad no exenta de posibles riesgos o incidentes, en un entorno en el que el sentido común y las circunstancias pueden marcar la diferencia entre pasar un buen día o todo lo contrario.
Hoy por seguir con la temática fluvial, y tal vez por el fuerte calor que se está dejando sentir en esta zona de Alemania, hemos decidido acercarnos hasta la población suiza de Schaffhausen, para ver las Rheinfall que llaman los suizos en su peculiar alemán o cataratas del Rin. Estas se encuentran en su curso alto y se merecen una visita, e incluso un recorrido por su entorno, como hicimos nosotros. Se puede ver un buen tramo, totalmente gratis, si se hace por su margen derecho y más cerca de la población, o bien se pueden también ver por su margen izquierdo, pagando cuatro euros los adultos, pero teniendo acceso a una serie de miradores y terrazas, algunas de ellas tan cercanas y metidas en las cataratas, que en algunas zonas se tiene la sensación de estar flotando sobre ellas mismas. También hay barquitos que se acercan hasta cerca de la base de su caída. Esto hay que pagarlo a parte. Nosotros iniciamos la marcha pasando por el antiguo edificio inicial, que permite el acceso al recorrido (todo el tiempo bajando escaleras) de los mejores miradores y ángulos de visión desde donde poder contemplarlas y fotografiarlas. De ahí, que el track en su recorrido inicial haya dibujado un montón de líneas que se entrecruzan, muy cerca las unas de las otras. Una vez hecho y disfrutado de este pequeño tramo, decidimos continuar el curso del río hacia abajo, por un bonito sendero de algo menos de un kilómetro, para llegar hasta un puente peatonal, que permite el acceso al otro margen del río. Ahora subimos, contracorriente, y digo esto porque la corriente del Rin es impresionante. Vemos a un valiente y arriesgado bañista que muy pegado al margen y en una zona accesible se ha puesto a nadar contracorriente a toda potencia, sin moverse ni un solo centímetro del sitio. Es un buen tramo, para tomar algo, pues tiene bancos a la sombra y unas buenas vistas de las cascadas de frente. Aunque el salto de agua no es brutal, la cantidad del líquido elemento que se precipita y el ruido y las zonas por las que lo hace le dan un atractivo especial, que convierte al sitio en uno de los más visitados de toda la zona. Nosotros queríamos ver el río y sus cascadas desde todas las perspectivas posibles, y de ahí que río arriba, sobrepasáramos la población de Schaffhausen, para continuar, siempre muy cerquita del río, hasta el segundo puente (este totalmente metálico) que nos permitía el acceso hasta el margen de bajada y vuelta al coche. Digo bien, segundo puente, puesto que entre el de abajo que usamos nosotros y el de arriba, hay otro más (este de piedra) que usaba mucha gente para regresar al aparcamiento (que por cierto era totalmente gratuito). Esto en Suiza no es nada frecuente, y la prueba es que desde aquí marchamos hasta Zurich. Se encuentra a unos cincuenta kilómetros, y allí había que pagar hasta por respirar. Y qué precios! Así no es de extrañar que en la frontera con Suiza, una esbelta y muy recta police-woman nos preguntará en un ininteligible suizo-alemán que si teníamos algo que declarar: “tabaquen…” a lo que le contestamos que “nothing”.