Sayalonga - Corumbela

El cementerio de mi pueblo es singular…

Esto se lo oímos decir a un sayalonguino con el que coincidimos en una ruta de montaña y a partir de ahí surgió una conversación sobre los cementerios curiosos y singulares que conocíamos. Al final nos dimos cuenta que todos éramos unos “moernos” y habíamos practicado, sin saberlo, turismo necrológico.

Pero no, no éramos unos avanzados, el turismo de cementerios es una opción ya consolidada en algunos países europeos y desde 2010 está reconocida como itinerario cultural la Ruta Europea de Cementerios y desde 2001, la Asociación de Cementerios Significativos en Europa (ASCE) trabaja para preservar los cementerios como parte importante del patrimonio cultural europeo y para que los ciudadanos tomen conciencia de que son parte importante del patrimonio de sus ciudades y que pueden servir no sólo como una opción turística, sino un recurso para poner en valor la historia local, su arte, cultura y tradiciones a través del tiempo.

En España se puso en marcha la iniciativa “Cementerios Vivos” para dar visibilidad y difundir el patrimonio artístico, cultural histórico y paisajístico de los cementerios españoles. En su web https://cementeriosvivos.es/ se puede consultar la información detallada y las opciones de visitar hasta 38 cementerios agrupados en categoría de naturaleza, arte, encanto, historia y panorámica.

Pero esto es una crónica de senderismo, mejor volvamos al camino, tiempo tenemos de estar en estos camposantos. Hoy vamos de Sayalonga a la aldea de Corumbela. Su cementerio redondo, al que se refería el sayalonguino fue el estímulo, pero no el único incentivo: escondido entre las montañas de la Axarquía está el pueblo de Sayalonga, donde los mejores nísperos de España. Si no te lo crees, el primer domingo de mayo, celebran el Día del Níspero, acércate y pruébalos; el Museo Morisco; sus calles; el curioso Callejón de la Alcuza, el más estrecho de la comarca, con un tramo de apenas 56 centímetros de ancho; las Rutas de los Murales y de los Miradores; su gastronomía y la amabilidad de las almas que lo habitan merecen una visita.

Y en Corumbela el Alminar Múdejar adosado a la Iglesia de San Pedro, construida sobre una antigua Mezquita y vivo ejemplo de que la arquitectura ha permitido lo que la historia no, que árabes y cristianos fuéramos vecinos en el mejor sentido de la palabra.

El camino lo iniciamos en Sayalonga buscando el río Cájula. Estamos en un precioso valle que tenemos que recorrer hasta llegar a Corumbela; vamos caminando con vistas a Cómpeta, el Pico de La Maroma ...y nos acompañan nísperos, aguacates, mangos,…restos de acequias árabes y algún pasero, donde duerme la uva moscatel al sol para convertirse en la exquisita pasa malagueña.

Ya de vuelta en Sayalonga nos dirigimos al cementerio redondo (octogonal). En la entrada se encuentra el Centro de Interpretación donde se nos muestra las particularidades y el origen de su construcción.

La creencia popular del porqué de su diseño está asociada a la costumbre de no enterrar a los fallecidos dándose la espalda. Hay autores que lo asocian a los caballeros templarios. El historiador y profesor Valentín Fernández, autor del proyecto museístico del propio Centro de Interpretación del Cementerio y del Museo Morisco, sitúa su construcción en 1840 y le atribuye a Pedro Gordillo, maestro albañil de la Catedral de Málaga, la posibilidad de que lo diseñara: «Él, probablemente, era masón». «Por ello, ejecutó el cementerio con estructura octogonal, con una clara intencionalidad, ya que el octógono representa para los masones el equilibrio e indica la idea de una obra perfecta y acabada»

En la provincia de Málaga además de este de Sayalonga, tenemos otros cementerios de interés como el de Casabermeja; el Judío en las afueras de Casabermeja; el Castillo-Cementerio de Benadalid; el de Casares y el Cementerio Histórico de San Miguel y el Cementerio Inglés en la capital.

Mejor no pensar en comentarios del tipo “yo no viajo para eso” o “para ver cementerios me quedo en casa” porque sobre gustos sabéis que prima la libertad individual de cada uno y mientras no salpique… además cualquier motivo es bueno para viajar.

¡Vamos! salta del sofá y a vivir…que ya tendrás tiempo de descansar… ¿sabes dónde?...pues disfrútalos ahora que luego, aunque sean bonitos y tengan buenas vistas, dicen que no te enteras