São Luis - Boavista dos Pinheiros
near São Luis, Beja (Portugal)
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Trail photos
Itinerary description
Salimos prontito porque la etapa se promete larga y divertida.
En el primer tercio de la jornada caminamos por el mismo paisaje rural de días pasados con pequeñas quintas y sus huertas en proceso de abandono, medianas explotaciones ganaderas de vacuno y caprino en las dehesas de alcornoques y grandes extensiones de tierra de pan llevar, ahora con un verde insultante.
El segundo tercio de la jornada discurre junto a la Ribeira de Torgal, una maravilla de sitio con toda la representación arbórea de la vegetación de ribera: álamos, fresnos, quejigo y el, en estos pagos, insustituible alcornoque; el silencio, el cantar del agua, el frescor y la humedad del aire, los trinos de los pájaros… son cosas que ni salen en las fotos no las sabemos contar.
Cuando el Torgal vierte las aguas al Miras comenzamos la tercera parte de nuestro periplo: se nos presenta como un gran río, marrón por el lodo de las últimas tormentas, dando curvas, perezoso cuando ya vislumbra su final en la Costa Vicentina;
lo cruzamos por un puente peatonal y sin entrar en la ciudad de Odemira emprendemos una exigente subida de 100 m de desnivel hasta nuestro alojamiento en Boavista do Pinheiros.
En el primer tercio de la jornada caminamos por el mismo paisaje rural de días pasados con pequeñas quintas y sus huertas en proceso de abandono, medianas explotaciones ganaderas de vacuno y caprino en las dehesas de alcornoques y grandes extensiones de tierra de pan llevar, ahora con un verde insultante.
El segundo tercio de la jornada discurre junto a la Ribeira de Torgal, una maravilla de sitio con toda la representación arbórea de la vegetación de ribera: álamos, fresnos, quejigo y el, en estos pagos, insustituible alcornoque; el silencio, el cantar del agua, el frescor y la humedad del aire, los trinos de los pájaros… son cosas que ni salen en las fotos no las sabemos contar.
Cuando el Torgal vierte las aguas al Miras comenzamos la tercera parte de nuestro periplo: se nos presenta como un gran río, marrón por el lodo de las últimas tormentas, dando curvas, perezoso cuando ya vislumbra su final en la Costa Vicentina;
lo cruzamos por un puente peatonal y sin entrar en la ciudad de Odemira emprendemos una exigente subida de 100 m de desnivel hasta nuestro alojamiento en Boavista do Pinheiros.
Waypoints
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