Santa Cruz - Volcan Turrialba

Comenzamos con mucho entusiasmo a las 10:00 PM con el objetivo de experimentar un amanecer en la cima del Volcán Turrialba.

Llegamos alrededor de las 2 AM a los Bajos de Bonilla. El camino hasta los Bajos fue relativamente sencillo y solamente hasta al puro final encontramos algunas bajadas un tanto pronunciadas. En los Bajos de Bonilla nos recibió una manada de perros bravos que nos pegaron un buen susto y terminaron por despertar a un finquero quien a su vez muy amablemente nos orientó el camino que debíamos tomar para comenzar a subir el Volcán.

El ascenso del macizo de noche es complicado y desgastante. Es muy fácil perderse y salirse del camino el cual tampoco es que está muy bien definido. A las 5 AM ya era un hecho que no íbamos a llegar a ver el amanecer a la cima puesto que no llevábamos ni la mitad del ascenso. Tuvimos que parar varias veces para descansar y recobrar energías. Es muy interesante ver como el macizo va cambiando de paisaje conforme se va ascendiendo. Se pasa de montaña cerrada, a laderas y pastizales y finalmente a páramo. Tuvimos la oportunidad de observar el Mar Caribe mientras subíamos.

Al mediodía por fin llegamos a la cima del Volcán y es una sensación indescriptible estar de frente ante el inmenso poder de la naturaleza. El Volcán estaba muy tranquilo y tuvimos la dicha de que también estaba despejado.

La bajada fue más rápida y sencilla ya que de día el camino era mucho más visible, pero de todos modos no deja de ser demandante en el aspecto físico y mental pues ya teníamos mucho desgaste acumulado.

En el punto final, afortunadamente unos finqueros nos hicieron ride y nos llevaron en el cajón de su Hilux de vuelta hasta Santa Cruz de Turrialba ahorrándonos alrededor de 15 km bajo una lluvia torrencial y hostil.