Activity

San Lorenzo a Ermita del Cubillo (Aldeavieja) 2013

Download

Trail photos

Photo ofSan Lorenzo a Ermita del Cubillo (Aldeavieja) 2013 Photo ofSan Lorenzo a Ermita del Cubillo (Aldeavieja) 2013 Photo ofSan Lorenzo a Ermita del Cubillo (Aldeavieja) 2013

Author

Trail stats

Distance
22.69 mi
Elevation gain
3,182 ft
Technical difficulty
Difficult
Elevation loss
2,864 ft
Max elevation
5,381 ft
TrailRank 
36
Min elevation
3,580 ft
Trail type
One Way
Time
7 hours 49 minutes
Coordinates
2224
Uploaded
June 11, 2013
Recorded
June 2013
Be the first to clap
Share

near San Lorenzo de El Escorial, Madrid (España)

Viewed 1882 times, downloaded 18 times

Trail photos

Photo ofSan Lorenzo a Ermita del Cubillo (Aldeavieja) 2013 Photo ofSan Lorenzo a Ermita del Cubillo (Aldeavieja) 2013 Photo ofSan Lorenzo a Ermita del Cubillo (Aldeavieja) 2013

Itinerary description

++++++Si has realizado esta ruta y te ha gustado, haz una valoración, o escribe un comentario++++++

Puntuales como todos los años, a las 4:30 AM nos juntamos en El Rincón Andaluz unos cuantos locos que nos hemos hecho a la idea de volver otro añito más andando hasta la ermita del Cubillo. Esta vez nos damos cita Jules, Servilio, Chechu, Javi (basuras), Pepe (del Ayto), Manolo (del mercado), Antonio Iglesias, Jose (Pescadero), David (taxista) Luis (Pilili), Fernando (Rebujina), Antonio (Vaselina), Paco (cocinero del Alfonso XII) y un servidor.
En cinco minutos, después de hacernos una foto casi a oscuras, nos ponemos en marcha. La mañana es fresquita, aunque nadie duda de que se va a arreglar el tiempo y vamos a disfrutar del típico sol espléndido de todos los años (para eso estamos a mediados de Junio). Con este aire de optimismo encauzamos Cañada Nueva arriba hacia la presa del Romeral donde encendemos las linternas para adentrarnos en la espesura del bosque y visionar el primer cartel de nuestra ruta al Cubillo (37kms hasta allí, reza el cartelito).
En poco más de 15 minutos llegamos al cruce con la carretera que sube al puerto, y en otros 20 más casi estamos listos para el premio de la montaña del Malagón. Después de esperar un poquito para reagruparnos (poco, porque hace un frío que pela), avanzamos por carretera hacia La Casa de Las Cuevas dejando la pista hacia Abantos a nuestra derecha. Todavía es de noche hoy porque hay una niebla que se espesa por minutos y hace que nos mojen las primeras gotas del día. Recuerdo otros años por estas fechas y a estas horas cómo empieza a clarear el día, pero eso es historia de otros años… hoy la tónica general iba a ser de niebla, lluvia y aire.
Unos kilómetros adelante, y cerquita de Peguerinos, nos desviamos a nuestra derecha para dirigirnos a Las Damas. La lluvia aparece y desaparece a intervalos, pero continuamos adelante. Menos mal que llevábamos alguna navaja entres nuestras pertenencias, porque en cada cancela del camino había un par de bridas puestas por Paco del grupo anterior, que debíamos eliminar si queríamos seguir camino.
Desde aquí hasta nuestra parada en el refugio, poco que reseñar: charlas amigables con la gente que nos acompaña, historietas, chistes, anécdotas de alguna novieta antigua de Manolo, etc, etc. Mención especial al jabalí que se nos cruzó en nuestro camino. Antes de llegar al refugio, echamos de menos al grupo que nos precedía y que habían salido a las 3:00 AM. EL año anterior les “pillamos” desayunándose una sandía con unos tragos de la bota en la Cepeda, pero este año por culpa de la lluvia no habían parado, así que les cazamos en el refugio donde ya habían encendido un fueguecito agradable.
En poco menos de 10 minutos nos zampamos el bocadillo, entramos medio en calor, y proseguimos la marcha. Son poco más de las 9:30 y nos quedan menos de tres horas para llegar a nuestro destino.
Es aquí cuando empezaba lo peor de la travesía, porque si bien estábamos mojados de tobillos para arriba, al atravesar las fincas con hierba alta, nos íbamos a mojar de calcetines para adentro también… y es que la hierba estaba empapada, el suelo chorreando y varios charcos ocultos entre la espesura. No hay que olvidar que la lluvia seguía alegrándonos el camino.
Al finalizar esta finca y habiendo cruzado la carretera nos esperaba el momento de pánico del día. Finca con unas cincuenta vacas, un par de sementales y muchos becerrillos que nos miran con cara de pocos amigos. A los dos minutos comienzan a dirigirse hacia nosotros lo que hace que nos asustemos y corramos. La historia se repite una vez más, hasta que deciden dar media vuelta y nos dejan tranquilos. ¡Vaya susto!
Con los pies empapados (los de todos sin excepción), con más frío que vergüenza, y con ganas de llegar cuanto antes, alguien ordena al grupo a continuar en fila india siguiendo al macho alfa de Jose (el Pescadero) que se sabe el camino óptimo desde aquí. Atravesamos vayas, cruzamos puertas y coronamos el monte donde, sin niebla, se divisa ya la ansiada ermita. Es aquí donde la tradición cuenta que Fernando debe cantar las consabidas canciones militares que el resto del grupo corea con ilusión.
La última sorpresa del día es que nos hemos desviado un poco (bastante) hacia nuestra derecha, y la ermita es más hacia la izquierda, por lo que hay que corregir rumbo, saltar otras cuatro vallas de piedra extras, para ir hasta la puerta del chalé de doña concha Piquer. Entramos en la pista que en dos kilómetros nos deja en la ermita, y que Javi, Fernando, David y Manolo, todos los años se emperran en hacerla corriendo. Los demás decidimos disfrutar del paisaje y saborear estos dos últimos kilómetros (a lo mejor es que alguno iba justo, como yo), esperando a ver si en estos últimos cambiaba el tiempo…
La recompensa estaba esperándonos: chóferes con cervezas, la ermita en sí, ropa seca y un pilón para lavarnos. Yo, y muchos como yo, decidimos no usar el pilón (nos comentaron que por restricciones presupuestarias no había agua caliente en él) así que nos cambiamos dentro del bar, nos tomamos media cerveza (estaba demasiado fresquita, como nuestras manitas) y nos metimos en los coches de nuestros amigos (Jaime, Miguel el Bolo, Goyo y Luis Picola). La superpaella del Ratón nos esperaba. Nos vemos al año que viene seguro, porque esta experiencia es una de mis favoritas.

Comments

    You can or this trail