Salgüero de Juarros Paleolítico Vivo

Salida circular en un día fresco, ventoso y con riesgo de lluvia, que al final no nos ha llegado a aguar la fiesta. Si han caído cuatro gotas, estas han sido cuatro en toda la literalidad de la palabra. Pero el cielo ha estado gris y encapotado todo el tiempo que ha durado la excursión. Solo en momentos muy puntuales se ha visto alguna ventana de cielo despejado e incluso el sol.
A las 10.15 salimos de Salgüero por una pista ascendente a las afueras del pueblo que bordea un cerro por el sur denominado de forma muy original, el Cerro. Toma dirección sureste al principio. Después de un campo de labranza bastante extenso, y que bordeamos por su parte norte (la Canaleja), entramos en un monte denso de robles y de maleza. El mapa del IGN marca una pista que transcurre por el fondo de una vaguada en el pago de Juan Percuna y que asciende al Monte las Matas. Pero de pista nada. Al principio no hay indicio ni siquiera de una triste trocha. Vamos entre la maleza. La única guía es el fondo de la pequeña vaguada tenemos que seguirla en sentido ascendente. Por supuesto no hay agua, pero se adivina a ratos un cauce seco. La mencionada maleza de espinos va desapareciendo y, además, no es muy cerrada. Deja paso a un bosque de robles y empieza a adivinarse una pequeña senda. Es útil llevar el GPS para saber que, al menos estamos transcurriendo por lo que está marcado como tal camino en el mapa. Esperamos que más adelante ya tome una forma más consistente y definida. Siguen dominando los robles. Aún no son de excesivo porte pero algunos sí destacan sobre los demás. Dejamos a nuestra derecha una cota marcada como de 1.093 metros en el mapa. Ahora la senda es más ancha y mucho más reconocible. Seguimos por dirección sureste hasta el pago de Ribagrande. Aquí alcanzamos un cruce a una pista principal. Tomamos el ramal de la izquierda en un amplio claro del bosque. Ahora nuestro rumbo gira bruscamente hacia el noreste (11.09).
Enseguida atravesamos un cortafuegos que atraviesa perpendicularmente nuestro camino. Vemos a lo lejos la izquierda, noroeste, la zona de Burgos y el vapor que emana de las chimeneas de Cronospan (11.17). Inmediatamente después de este cruce nos encontramos con una estructura de andamios instalada por los cazadores. Empieza ahora una zona en la que el arbolado predominante es el de los pinos silvestres en detrimento de los robles, aunque estos se resisten a desaparecer y volverán a imponer su presencia más adelante. Descendemos por el paraje denominado los Campillos. Hay una sucesión de curvas a lo largo de algo más de medio kilómetro. Vemos a nuestra derecha en la bajada que toma rumbo nornoreste unas escombreras de minas abandonadas (11.31). Nuestro camino desciende hasta otro cruce al que se incorpora. Ahora es una pista más ancha que discurre paralela a un cauce que, después de las últimas lluvias, lleva algo de agua. Vemos más escombreras que se van cubriendo poco a poco de vegetación.
Alcanzamos la carretera de Salgüero a Brieva de Juarros. Estamos en la amplia vega del arroyo de Salgüero (11.50). Frente a nosotros unos pequeños cortados rocosos que luego veremos desde su parte alta. En las inmediaciones está el llamado molino de San Adrián. Por aquí transcurre el itinerario del experimento ecoturístico novedoso de Paleolítico Vivo, el cual recomiendo vivamente conocer, sobre todo si se llevan niños.
Por espacio de medio kilómetro circulamos por la carretera en sentido Salgüero, hacia el oeste hasta que nos topamos con un camino que se abre a nuestra derecha y asciende ligeramente una vez atravesado el arroyo por un puente. Este lugar está marcado en el mapa del IGN como el Pontoncillo (11.59). En las inmediaciones vemos un cartel de Paleolítico Vivo dando instrucciones sobre el tránsito por la zona en la que vamos a adentrarnos. Aquí hay una reserva de animales que debieron vivir en tiempos pretéritos. De ahí el nombre de Paleolítico Vivo. Hay bisontes traídos de centroeuropa. Son especies de las que han quedado relictos en la parte nororiental de Polonia. Hay cruces de especies que han tratado de recrear el desaparecido uro. Pero hoy no los hemos visto. Se ven los característicos caballos przewalski, de origen mongol. Se dice que es el último caballo realmente salvaje que existe en la actualidad. Casi desapareció a mediados del siglo XX pero fue salvado por naturalistas. Uno de sus últimos refugios en Europa está en las cercanías de la tristemente famosa central nuclear de Chernobil. Son un poco más pequeños que los caballos que acostumbramos a ver y tienen unas crines bien largas. Hemos tenido ocasiones de verlos de cerca porque son ellos los que se nos han acercado.
Para poder ver este elenco de animales tenemos que ascender por la pista hacia el Pastizal, hacia el norte. A nuestra izquierda transcurre el arroyo de Vallegrande, que luego se une al de Salgüero, y forma una amplia vega herbosa en la que retozan todos estos animales. Los bisontes no se acercan al vallado por lo que nos viene bien unos prismáticos.
Llegamos al pilón de la fuente de Soladillos (12.21) en Vallegrande. Los vallados a un lado y otro de la pista que lo atraviesa y que sube en dirección al pueblo de Arlanzón, nos separan de los pastos acotados para los rebaños. Regresamos sobre nuestros pasos hasta una pista que se abre hacie el este a medio camino entre el pilón y el cruce con la carretera. Esta pista, a la que se accede atravesando un paso canadiense, sube hacia el alto de El Cabrial.
Iniciamos la subida tendida a las 12.35. Nos adentramos en un bonito robledal. Al cabo de algo más de un kilómetro encontramos a la derecha un claro en el bosque en el que se han construido chozas imitando las que servían de acomodo a nuestros antepasados de hace decenas de miles de años (12.56). No lejos de estos precarios refugios hechos con las ramas de los robles abundantes en la zona, como a unos doscientos o trescientos metros hacia el sur, llegamos al borde de esta meseta. Es la parte superior del roquedo que hemos visto hace unos minutos desde la carretera (13.04). El lugar se denomina el Canchero. Bajo nuestros pies queda el molino de San Adrián.
Volvemos a la pista principal que recorre el centro del alto de El Cabrial para seguir hacia la derecha, hacia el este. En otro claro la pista da un pronunciado giro hacia el norte y envuelve la cabecera del del arroyo seco de Vallegrande. Entramos en zona adehesada con algunos robles de gran porte y pastos (13.26). Estamos regresando hacia Salgüero de Juarros. Primero vamos por la parte baja del Vallegrande. Hoy no vemos animales pero en otras ocasiones en las que hicimos el recorrido en todoterreno sí vimos por esta zona los sucedáneos de uros y los bisontes. Nos acercamos de nuevo hasta las inmediaciones de la fuente de Solanillos en la que hemos estado antes. Pero al llegar aquí, tenemos que ascender a nuestra derecha por una cuesta de cierta pendiente que bordea el cercado de bisontes y caballos salvajes (13.40). Es un suave ascenso que apenas salva una treintena de metros de desnivel y nos deja en un extenso llano con pinar que nos separa del pueblo de Arlanzón y de la vega del río de su mismo nombre.
Circulamos paralelos al cercado hacia el oeste. A nuestra derecha, la meseta con vegetación rala y los pinos a lo lejos. A la izquierda la ladera poblada de robles que encierra el Vallegrande por su vertiente noroeste. Vemos al lado de la valla unos sillares que debieron de ser antaño parte de una tenada. Aunque parecen mucho más gruesos de las piedras que habitualmente se usaban para estas construcciones. Parecen más bien hitos macizos bien plantados en el suelo. Estamos en la cuesta Lechal (14.00).
Ahora toca bajar atajando hacia el oeste en vez de seguir el trazado de la valla. Volveremos a encontrarnos con ella unos minutos más tarde cuando ya hayamos llegado al nivel del pastizal. Topamos con una pista que en su día estuvo revestida de asfalto pero del que ya no quedan más que unas pocas muestras. Es perpendicular a la dirección que traíamos. Giramos a la izquierda y alcanzamos la carretera (14.12). Recorremos hacia la derecha los últimos metros de nuestra ruta por esta carretera que une Brieva con Salgüero, la misma por la que antes hemos transitado parcialmente.
Alcanzamos el pueblo que fue nuestro punto de partida en menos de un cuarto de hora. Nos detenemos un minuto para contemplar un molino que ha sido restaurado recientemente y proseguimos dejando las antiguas escuelas a nuestra derecha también. Nos llama la atención uno de sus sillares de arenisca en el basamento de la construcción. La erosión ha hecho de él una obra de arte con sus alveolos y su gama de colores en distintas capas.
Damos gracias que no nos ha llovido en un día en el que Protección Civil ha dado la voz de alrama por las crecidas de los ríos de la cercana Sierra de la Demanda. A las 14.25 llegamos al punto de inicio de nuestra ruta y damos por finalizado el que ha sido un precioso y bucólico paseo otoñal.
Hemos participado en esta excursión Mariamor, Mónica, Mariajo, Marta, Miguel Ángel, Mariano, Fernando y el que suscribe.