Ruta turística por Nantes: Trentemoult e Isla de Nantes

En esta excursión vamos a centrarnos en Trentemoult, un barrio muy pintoresco al otro lado del Loira, aunque también recorreremos parte de la Isla de Nantes que quedó fuera en nuestra salida de ayer.

Arrancamos la caminata desde la Plaza del Comercio y buscamos la margen derecha del río Loira. Llegamos a la altura del Memorial de la Abolición de la Esclavitud, que visitamos.

Avanzamos y pronto alcanzaremos La Maillé Brézé, un buque militar hoy convertido en el Museo Naval. A continuación llegamos a la estación marítima, donde cogeremos el ferry que nos llevará al puerto de Trentemoult en escasos diez minutos. El ticket es barato y hay mucha frecuencia en las salidas.

Tras la agradable travesía fluvial amarramos en Trentemoult y empezamos a deambular por sus calles. Primero la rodeamos, sin encontrar nada de especial interés, pero cuando nos adentramos en sus entrañas descubrimos un lugar muy especial, con ese aire bohemio tan característico de ciertos lugares vinculados al mar, o en este caso a un gran río como es el Loira.

Entre sus casas multicolor nos saluda algún que otro gato, unos confiados y otros huidizos.

En lugar de regresar en ferry decidimos caminar y cruzar a la Isla de Nantes para ver su extremo oeste, donde se encuentra la Grúa Titán Gris y un singular monumento que ocupa gran parte del muelle: Los Anillos (Les Anneaux, en francés).

Para ello caminaremos un kilómetro y medio aguas arriba, hasta el primer puente: el de los Tres Continentes. Este tramo tiene una primera parte bonita por un camino fluvial, y luego otra bastante poco agraciada por un pseudo polígono. Al cruzar el puente no mejora la cosa, ya que transitaremos por suelos industriales bastante antiturísticos, pero vale la pena.

Por fin conseguimos llegar a la Grúa Titán Gris, cuyo nombre la define perfectamente. A su lado empiezan los anillos. Seguramente toda la belleza de éstos se aprecie de noche, cuando se encienden, vistiéndose de vivos y luminosos colores. De día son algo sosos, la verdad.

No tardamos en llegar a la segunda grúa monumental: la Grúa Titán Amarilla. También imponente, aunque menos grande que du hermana mayor, la gris.

A pocos metros está el Carrusel de los Mundos Marinos, una preciosidad que no tiene desperdicio. Muy cerca está la Galería de las Máquinas, y el Gran Elefante debía estar allí a la espera de su próxima salida, ya que no lo vimos junto al carrusel, como el día anterior.

Nuestra ruta de hoy está próxima a finalizar, peto aún nos quedan unos minutos de caminata. Junto al río pasaremos al lado de dos puentes para cruzar al continente por el tercero: el de Haudsaudine.

Éste nos deja justo a la altura de la Plaza del Comercio, a la que retornamos enseguida, poniendo el punto y final a la ruta.