Ruta por Gredos, de Navaluenga a Piedralaves

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Reseña de la ruta en Adventoorer: Ruta por Gredos, de Navaluenga a Piedralaves.

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Aunque ya llevo algunos años como miembro del Club Alpino, hasta ahora he pasado bastante de él, y no he salido prácticamente a ninguna ruta de las que organiza. De hecho, a veces recordaba mi pertenencia cuando veía que me habían cobrado la anualidad... Ahora me estoy animando un poco. Es especialmente interesante para hacer rutas lineales como esta por Gredos. La logística que hay que montar para que te espere un transporte en el punto de llegada es complicada.

Así que tras un rato en autocar, intentando dormir pero sin conseguirlo, llegamos a Navaluenga. Un pueblo bonito, con sus iglesias y sus cosas. A lo lejos, al sur, aparece Gredos, con bastante más nieve que en Guadarrama. El plan es subir hasta el Puerto de Navaluenga y bajar por el otro lado hasta Piedralaves.

Atravesamos el pueblo y cruzamos un puente romano muy chulo, y en cuanto se acaban las casas enfilamos la pista que nos va a ir subiendo hasta el puerto. Es un camino agradable, pasando por bosquecillos pelados, metiéndonos cada vez más en la nieve. Van apareciendo neveros, y según subimos por la Garganta de los Cabalares, se van haciendo más amplios, hasta que ya no hay otra cosa que nieve a patadas.

Tras cruzar un último arroyo, enfilamos la parte final del ascenso al puerto. Aquí la nieve es bastante molesta. Costrilla más dura por arriba y blanda por abajo, con lo que caminar se hace muy pesado y agotador. Afortunadamente me he traído raquetas, así que lo que para unos cuantos se eterniza por no tenerlas, para los más previsores no nos supone mayor esfuerzo.

En un momento alcanzamos el puerto. Hacia el norte hay un valle muy amplio, y la Sierra de Paramera se ve a lo lejos, también completamente cubierta de nieve. Muy chula. Nunca he ido. Y hacia el sur, un espectacular mar de nubes, que abarca todo lo que alcanza la vista. Una gozada comer con estas vistas. Hace un día estupendo y es una maravilla verlo todo cubierto de nubes.

En grupo, las paradas para comer siempre se me hacen muy largas. Soy más de engullir y seguir caminando, pero hay que adaptarse. Por lo menos da gusto estar aquí. Al rato, por fin nos levantamos y seguimos.

Nos metemos en las nubes y descendemos por un sendero algo pesado, por la nieve que no hace más que molestar. No hay ni mucha ni poca, sino la justa para ser un incordio. En fin, un poco más adelante me quito las raquetas y la cosa mejora.

La última parte del camino es espectacular. Antes de llegar a Piedralaves entramos en el Robledo de la Angostura, y es un sitio maravilloso. Si te gustan los árboles viejos y musgosos, claro. Si no, es un bosque como otro cualquiera. A mí me pareció una pasada. Hay árboles más o menos jóvenes, pero de vez en cuando aparece por ahí uno que se ve antiguo, todo retorcido y cubierto de verde, y es impresionante. Un sitio mágico.

Poco sendero seguimos para la bajada, hasta cruzarnos con una pista, pero siempre por sitios cómodos y fáciles. Y un poco más abajo, Piedralaves y el autocar.

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