Ruta nº1 Refugio Sierra Crestellina (Casares, Málaga)

El 14/03/2021 realizamos esta ruta señalizada por el Ayuntamiento de Casares donde disfrutamos del maravilloso paisaje de la Sierra Crestellina, maravillosa vegetación y vistas de las aves de la zona.

Es una ruta moderada, fácil en la mayor parte del recorrido, aunque su tramo final es dificultosa debido a una bajada de rocas que hay que pisar con cuidado y en la que recomiendo el uso de bastones, que al menos a mi me ayudaron en este trayecto.

Comienzo: Aparcamos en las inmediaciones del restaurante Laura, que es donde comienza la ruta (pero en Casares hay mucho aparcamiento y gratuito). Veremos un cartel con las indicaciones de Ruta circular Nº1 y subimos por el camino asfaltado, siguiendo las indicaciones color blanca y roja.

Recorrido: Continuamos en pequeña subida dejando a la izquierda unas magnificas vistas del pueblo de Casares y de fondo el mar.

Llegamos a una fuente de la Arquita (original de 1785) y un poco mas arriba pasamos por la finca Xoxipilli, donde se divisa un duendecillo entre las palmeras observándonos.

Continuamos una subida algo mas pronunciada hasta llegar al puerto de las Viñas, donde hay una bifurcación en la que atravesaremos una valla negra que impide paso a coches pero podemos atravesar a pie y ahora seguimos las indicaciones de color verde y blancas.

Aquí en lo alto del puerto de las Viñas se divisan unas maravillosas vistas que merecen la pena la parada y alguna fotografía. Si hace buen tiempo incluso se puede ver el continente africano, como fue en nuestro caso.

Continuamos dirección al refugio y por el trayecto, con las crestas afiladas de la Sierra Crestellina a nuestra derecha, podemos deleitarnos con el vuelo de especies de elevado interés como del buitre leonado, el alimoche, las águilas real, perdicera y calzada o el halcón peregrino entre otras especies que alojan esta ZEPA y que es realmente precioso de ver.

Una vez llegamos al refugio, hay unos banquitos con mesitas para pararnos a descansar o hacer un picnic. Nosotros llevábamos unos bocadillos y nos paramos ahí a comérnoslo.

Tras la paradita continuamos la bajada para llegar de nuevo al pueblo de Casares. Esta bajada he de decir que es un poco complicada, ya que es muy pedregosa y hay que vigilar la pisada. A mi personalmente me ayudó mucho el llevar conmigo los bastones.

Tras el pequeño trayecto rocoso, llegamos a una calzada y finalmente a la carretera, por la que debemos andar por un acerado vallado junto a la carretera que sube hasta Casares donde finaliza la ruta.

Todo el trayecto está lleno de floración y mariposas revoloteando a nuestro alrededor y la verdad ha sido como un cuento. Recomiendo mucho esta ruta, sobre todo en el periodo de primavera pues de verdad que nos lo pasamos muy bien.