Ruta Medieval de La Alpujarra (PR-A 299), Tramo I: Pórtugos-Busquístar. Chorrerón de Pitres
near Pórtugos, Andalucía (España)
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Itinerary description
Interesante ruta por la menos conocida Alpujarra profunda, siguiendo el primer tramo de la Ruta Medieval (de Pórtugos a Busquístar) con una variante inicial para visitar un bonito salto de agua del río Bermejo.
Salimos desde el Hotel Nuevo Malagueño (muy recomendable por su buena y sencilla comida casera y su amable trato), junto al lavadero tradicional Fuente Noguera, en Pórtugos. El nombre de esta localidad procede del latín “portus”, indicativo de que era un lugar de paso, gozando en el pasado de una situación privilegiada en el centro de este territorio, entre el Barranco de Poqueira y el de Trevélez. En época nazarí fue una de las nueve poblaciones que conformaban la Taha de Ferreyra; la taha (vocablo de origen hispanoárabe, sin traducción clara) era una división jurisdiccional y administrativa de pequeñas comarcas regidas por una misma autoridad, con una estructura defensiva para proteger a las poblaciones dependientes de la misma, originada en el siglo XIII pero afianzada en el XIV en el Reino de Granada (el nombre sólo pervivió hasta el siglo XVIII en La Alpujarra). Pórtugos además forma parte del Sitio Histórico de la Alpujarra Media y La Taha, figura de protección jurídica de carácter patrimonial (similar a la de parque natural), extensa área geográfica donde mejor se conservan los valores típicos alpujarreños (junto con el Conjunto Histórico del Barranco del Poqueira conforma el conjunto de patrimonio histórico protegido más grande de toda Europa). En estas tierras murió
Aben Xahuar, uno de los cabecillas de la Rebelión de los Moriscos en el XVI, tras la que su castillo medieval fue derruido (hasta no quedar rastro actual) y la población local fue expulsada, repoblándose posteriormente con colonos procedentes de diversas partes del territorio peninsular.
Cruzando la A-4132, subimos por la calle Sierra Nevada hacia el Ayuntamiento, en la Plaza Nueva, continuando a la aledaña Plaza de la Iglesia, presidida por el templo neomudéjar (fue reconstruido en 1967 sobre los cimientos de la antigua iglesia del siglo XVI), bajo la advocación de Nuestra Señora de la Encarnación; consta de tres naves y torre-campanario de cuatro cuerpos adosada a la capilla mayor (con decoración de azulejería en el último cuerpo y en el remate).
Luego seguimos por la calle Natalio Rivas, hasta una pequeña placeta donde se encuentra la Fuente Lavadero de Churriana (que se alimentaba por las aguas procedentes de Sierra Nevada que manan por una ladera rocosa), con un abrevadero y un bello lavadero cubierto (aprovechando el abrigo natural de la roca). Tomamos después por la calle Rosario (siguiendo la indicación de la Casa de las Chimeneas), para salir del pueblo dirección oeste por el Camino de Pitres (que coincide en este tramo con el sendero Río Bermejo), hasta llegar junto a la pintoresca Casa de las Chimeneas (donde se reproduce a mayor escala el mobiliario tradicional de una casa alpujarreña); aquí abandonamos el Camino de Pitres, siguiendo a la izquierda: pasaremos junto a la era Cruz de Piedra (donde se ha habilitado un mirador) y más adelante nos desviamos a la derecha por un camino que, bajo la sombra de antiguas moreras, baja hasta la carretera.
A unos 50 metros a la derecha, pasado el puente de río Bermejo, arranca un camino donde una señal nos indica que a unos 800 metros se encuentra el Chorrerón de Pitres y otra nos detalla los núcleos de población que comprende la Taha (o Tahá): Pitres —capital y sede del ayuntamiento—, con el anejo de Capilerilla; Mecina, con los de Fondales y Mecinilla; y Ferreirola (con el anejo de Atalbéitar); Pitres, Mecina Fondales y Ferreirola fueron tres municipios independientes hasta que en 1975 se fusionaron, recuperando el nombre medieval de “Taha” para designar al nuevo municipio, que puede ser considerado sucesor de la antigua Taha de Ferreyra (aunque esta incluía a los actuales municipios de Pórtugos y Busquístar y en la actual se incluye el núcleo de Mecinilla, no mencionado en época musulmana).
Seguimos el camino y a unos escasos metros subimos por una escalera a una estrecha senda que remonta durante unos 600 metros el río
Bermejo hasta llegar al Chorrerón, una bella cascada que hace las delicias de todos los senderistas.
Volvemos a la carretera y descendemos por ella unos 500 metros, hasta llegar a Pitres, capital de La Taha, donde destaca la silueta del campanario de la Iglesia de San Roque. A la entrada de la población, tomamos una calle a la izquierda empalmando con el Sendero Europeo E4, de Gran Recorrido (unos 10 500 kilómetros), que une Chipre con Tarifa (desde esta localidad hasta Andorra es el GR 7). Seguimos el GR (que aquí coincide con el Sendero Circular de la Taha) para bajar (por un bello entorno natural donde podremos ver castaños de gran porte y un frondoso bosque de ribera) hasta el río Bermejo, que se origina en la confluencia de los barrancos de la Chorrera y del Jabalí y, tras unos 3,5 kilómetros, vierte sus aguas el río Trevélez; sus rojas aguas poseen "virtudes prodigiosas y saludables cualidades", según un tratado de 1790.
Tras vadearlo sin mayor dificultad, subimos por el barranco y en unos 300 metros alcanzamos la Vereda de Ferreirola, pista asfaltada por la que cómodamente llegamos a Atalbéitar, pedanía que históricamente perteneció a la Taha de Ferreyra (y anteriormente al ŷuz´ primero y luego al iqlim de Farrayra); su musical nombre procede del árabe “harat albáyṭar”, que significa “barrio del veterinario” (el topónimo se escribía anteriormente en español con la grafía Atalbeytar, de carácter arcaizante).
Visitamos brevemente esta pequeña pero encantadora localidad, con sus fuentes y los típicos tinaos, solución arquitectónica propia de la arquitectura popular (habitual tanto en La Alpujarra granadina como en la almeriense) que crea espacios cubiertos de ámbito semiprivado o semipúblico, disponiendo una estructura de viguería (de troncos de roble o castaño que descansan sobre gruesos muros de piedra) techando la calle; encima suele situarse una habitación o vivienda particular. Hay tinaos de paso, si la viguería se apoya en viviendas situadas a ambos lados de una calle conformando un pasaje bajo la misma (de carácter público y transitable), a veces originando espacios de gran longitud si se sitúan uno a continuación del otro , como podemos encontrar en Atalbéitar; pero también los hay de otros dos tipos: dispuestos en fondo de saco bajo la estructura de una única vivienda, a modo de zaguán que da acceso a la casa (o también a la cuadra), abierto al espacio público, pero de uso semiprivado, como lugar de reunión y descanso; y adosados,
dispuestos de forma paralela a la fachada de la vivienda, apoyándose la estructura de viguería en la propia vivienda y en pilares, de mampuesto o ladrillo (nunca de madera), a modo de soportal, creando un espacio semipúblico (usualmente sobre ellos no se levanta habitación sino una especie de terraza abierta). Estos elementos arquitectónicos (que tienen aspectos comunes con los soportales y pasajes ) gozan de protección expresa (con carácter de BIC) por su valor patrimonial en el Sitio Histórico de la Alpujarra.
Retomamos camino, volviendo a la entrada de Atalbéitar, dejando el GR-7/E4 y conectando con la Ruta Medieval de la Alpujarra, cuyo Tramo I viene de Pórtugos por el Barranco del Castañar y termina en Busquístar (hay tres tramos más, hasta finalizar en Jubiles). Es un sendero medieval (ya documentado en los Libros de Apeos del siglo XVI de los diferentes municipios por los que transcurre, en los se hace referencia a que algunos tramos tienen origen tardo-romano). Siguiéndolo llegamos a Ferreirola (Ferreyrola en su forma arcaizante), cuyos orígenes se remontan a época romana (también se han hallado numerosos restos arqueológicos que atestiguan su importancia durante la ocupación árabe) y cuyo nombre, diminutivo de Ferreira, significa “pequeña mina de hierro”. Nos recibe un antiguo lavadero (donde no hace mucho aún hacían la colada las mujeres del pueblo), continuando hasta la plaza presidida por la Iglesia Parroquial de la Santa Cruz (del siglo XVI), que tiene anexo un antiguo cementerio (hoy en desuso); desde aquí tenemos una bonita vista de los típicos terraos con su cubierta de pizarra y launa y sus características chimeneas, con el Barranco de Trevélez al fondo.
Salimos de Ferreirola, admirando aquí también unos grandes y bellos tinaos, adornados con flores, enlazando con el sendero GR-142 (que viene desde Lanjarón y ahora comparte recorrido con el camino medieval hasta Busquístar). Llegamos al Barranco del Castañar, donde se encuentra una curiosa fuente de agua gaseosa, única en La Alpujarra al conjugar el agua ferruginosa con gas natural. Poco después subimos hasta la Era del Trance de Ferreirola, convertida hoy en un privilegiado mirador sobre Ferreirola y el Barranco del Trevélez, por donde discurren “las chorreras”, cauces verticales de agua que solo la aportan al río en caso de fuertes lluvias; destaca la cima de Los Picachos, donde hay un claro, “la Cabrilla”, que servía antaño a los vecinos de Ferreirola como referente horario: desde el pueblo, cuando el sol alcanzaba este punto en verano coincidía con la una del mediodía.
En la ladera este, a nuestra derecha, nos llama la atención un caminillo sinuoso que salva una fuerte pendiente desde las pozas del Trevélez ascendiendo por el pecho del cerro: es la “escarihuela” de Panjuila (que sube a estos baños y luego conecta con la Sierra de Contraviesa), pudiendo ver más adelante, ya más cerca de Busquístar, la de las Minas del Conjuro; el nombre de estos empinados caminos (podían tener una pendiente superior al 20%), de origen medieval, declarados BIC, también denominados carregüelas o carehuelas, al parecer procede de una deformación de "escaleruela", término relacionado con escalera y con alquería y sus diminutivos despectivos escaleruela y alqueruela (también se dice que puede venir de escarola por la similitud del zigzagueo del camino con las revueltas que presentan en sus bordes las hojas exteriores de esta planta). Servían para llevar mercancías a lomas de mulos, como el pescado procedente de la costa, tan necesario en estas comarcas del interior; o minerales, como en las Minas del Conjuro, donde se extraía hierro al parecer ya en época árabe (en base al hallazgo de una lucerna medieval en el cerro del Conjuro), aunque el auge minero tuvo lugar en el siglo XIX y durante la primera mitad del XX (provocando un intenso deterioro de la cubierta forestal).
Seguimos subiendo por el pedregoso sendero, aprovechando de tanto en cuanto para parar a recuperar el resuello y echar la vista atrás, disfrutando de una panorámica de los pueblos de La Taha; más arriba damos vistas a Busquístar, donde sobresale la Iglesia Parroquial de San Felipe y Santiago. Esta población fue entregada en 1499 en señorío al Gran Capitán (junto a la taha de Órgiva), estatus que mantuvo hasta la desaparición de los señoríos en el siglo XIX. Ya cerca del pueblo, en El Castillejo, el camino está cortado, por lo que debemos subir por otro, de acusada pendiente y con varias revueltas, que en 600 metros lleva hasta la carretera, por la que ya descendemos cómodamente hasta entrar a la parte alta de Busquístar, dirigiéndonos al Café Bar Paco; aquí ponemos el colofón a esta magnífica ruta con una cerveza fresquita y su correspondiente tapa, que para eso estamos en tierras granaínas.
Salimos desde el Hotel Nuevo Malagueño (muy recomendable por su buena y sencilla comida casera y su amable trato), junto al lavadero tradicional Fuente Noguera, en Pórtugos. El nombre de esta localidad procede del latín “portus”, indicativo de que era un lugar de paso, gozando en el pasado de una situación privilegiada en el centro de este territorio, entre el Barranco de Poqueira y el de Trevélez. En época nazarí fue una de las nueve poblaciones que conformaban la Taha de Ferreyra; la taha (vocablo de origen hispanoárabe, sin traducción clara) era una división jurisdiccional y administrativa de pequeñas comarcas regidas por una misma autoridad, con una estructura defensiva para proteger a las poblaciones dependientes de la misma, originada en el siglo XIII pero afianzada en el XIV en el Reino de Granada (el nombre sólo pervivió hasta el siglo XVIII en La Alpujarra). Pórtugos además forma parte del Sitio Histórico de la Alpujarra Media y La Taha, figura de protección jurídica de carácter patrimonial (similar a la de parque natural), extensa área geográfica donde mejor se conservan los valores típicos alpujarreños (junto con el Conjunto Histórico del Barranco del Poqueira conforma el conjunto de patrimonio histórico protegido más grande de toda Europa). En estas tierras murió
Aben Xahuar, uno de los cabecillas de la Rebelión de los Moriscos en el XVI, tras la que su castillo medieval fue derruido (hasta no quedar rastro actual) y la población local fue expulsada, repoblándose posteriormente con colonos procedentes de diversas partes del territorio peninsular.
Cruzando la A-4132, subimos por la calle Sierra Nevada hacia el Ayuntamiento, en la Plaza Nueva, continuando a la aledaña Plaza de la Iglesia, presidida por el templo neomudéjar (fue reconstruido en 1967 sobre los cimientos de la antigua iglesia del siglo XVI), bajo la advocación de Nuestra Señora de la Encarnación; consta de tres naves y torre-campanario de cuatro cuerpos adosada a la capilla mayor (con decoración de azulejería en el último cuerpo y en el remate).
Luego seguimos por la calle Natalio Rivas, hasta una pequeña placeta donde se encuentra la Fuente Lavadero de Churriana (que se alimentaba por las aguas procedentes de Sierra Nevada que manan por una ladera rocosa), con un abrevadero y un bello lavadero cubierto (aprovechando el abrigo natural de la roca). Tomamos después por la calle Rosario (siguiendo la indicación de la Casa de las Chimeneas), para salir del pueblo dirección oeste por el Camino de Pitres (que coincide en este tramo con el sendero Río Bermejo), hasta llegar junto a la pintoresca Casa de las Chimeneas (donde se reproduce a mayor escala el mobiliario tradicional de una casa alpujarreña); aquí abandonamos el Camino de Pitres, siguiendo a la izquierda: pasaremos junto a la era Cruz de Piedra (donde se ha habilitado un mirador) y más adelante nos desviamos a la derecha por un camino que, bajo la sombra de antiguas moreras, baja hasta la carretera.
A unos 50 metros a la derecha, pasado el puente de río Bermejo, arranca un camino donde una señal nos indica que a unos 800 metros se encuentra el Chorrerón de Pitres y otra nos detalla los núcleos de población que comprende la Taha (o Tahá): Pitres —capital y sede del ayuntamiento—, con el anejo de Capilerilla; Mecina, con los de Fondales y Mecinilla; y Ferreirola (con el anejo de Atalbéitar); Pitres, Mecina Fondales y Ferreirola fueron tres municipios independientes hasta que en 1975 se fusionaron, recuperando el nombre medieval de “Taha” para designar al nuevo municipio, que puede ser considerado sucesor de la antigua Taha de Ferreyra (aunque esta incluía a los actuales municipios de Pórtugos y Busquístar y en la actual se incluye el núcleo de Mecinilla, no mencionado en época musulmana).
Seguimos el camino y a unos escasos metros subimos por una escalera a una estrecha senda que remonta durante unos 600 metros el río
Bermejo hasta llegar al Chorrerón, una bella cascada que hace las delicias de todos los senderistas.
Volvemos a la carretera y descendemos por ella unos 500 metros, hasta llegar a Pitres, capital de La Taha, donde destaca la silueta del campanario de la Iglesia de San Roque. A la entrada de la población, tomamos una calle a la izquierda empalmando con el Sendero Europeo E4, de Gran Recorrido (unos 10 500 kilómetros), que une Chipre con Tarifa (desde esta localidad hasta Andorra es el GR 7). Seguimos el GR (que aquí coincide con el Sendero Circular de la Taha) para bajar (por un bello entorno natural donde podremos ver castaños de gran porte y un frondoso bosque de ribera) hasta el río Bermejo, que se origina en la confluencia de los barrancos de la Chorrera y del Jabalí y, tras unos 3,5 kilómetros, vierte sus aguas el río Trevélez; sus rojas aguas poseen "virtudes prodigiosas y saludables cualidades", según un tratado de 1790.
Tras vadearlo sin mayor dificultad, subimos por el barranco y en unos 300 metros alcanzamos la Vereda de Ferreirola, pista asfaltada por la que cómodamente llegamos a Atalbéitar, pedanía que históricamente perteneció a la Taha de Ferreyra (y anteriormente al ŷuz´ primero y luego al iqlim de Farrayra); su musical nombre procede del árabe “harat albáyṭar”, que significa “barrio del veterinario” (el topónimo se escribía anteriormente en español con la grafía Atalbeytar, de carácter arcaizante).
Visitamos brevemente esta pequeña pero encantadora localidad, con sus fuentes y los típicos tinaos, solución arquitectónica propia de la arquitectura popular (habitual tanto en La Alpujarra granadina como en la almeriense) que crea espacios cubiertos de ámbito semiprivado o semipúblico, disponiendo una estructura de viguería (de troncos de roble o castaño que descansan sobre gruesos muros de piedra) techando la calle; encima suele situarse una habitación o vivienda particular. Hay tinaos de paso, si la viguería se apoya en viviendas situadas a ambos lados de una calle conformando un pasaje bajo la misma (de carácter público y transitable), a veces originando espacios de gran longitud si se sitúan uno a continuación del otro , como podemos encontrar en Atalbéitar; pero también los hay de otros dos tipos: dispuestos en fondo de saco bajo la estructura de una única vivienda, a modo de zaguán que da acceso a la casa (o también a la cuadra), abierto al espacio público, pero de uso semiprivado, como lugar de reunión y descanso; y adosados,
dispuestos de forma paralela a la fachada de la vivienda, apoyándose la estructura de viguería en la propia vivienda y en pilares, de mampuesto o ladrillo (nunca de madera), a modo de soportal, creando un espacio semipúblico (usualmente sobre ellos no se levanta habitación sino una especie de terraza abierta). Estos elementos arquitectónicos (que tienen aspectos comunes con los soportales y pasajes ) gozan de protección expresa (con carácter de BIC) por su valor patrimonial en el Sitio Histórico de la Alpujarra.
Retomamos camino, volviendo a la entrada de Atalbéitar, dejando el GR-7/E4 y conectando con la Ruta Medieval de la Alpujarra, cuyo Tramo I viene de Pórtugos por el Barranco del Castañar y termina en Busquístar (hay tres tramos más, hasta finalizar en Jubiles). Es un sendero medieval (ya documentado en los Libros de Apeos del siglo XVI de los diferentes municipios por los que transcurre, en los se hace referencia a que algunos tramos tienen origen tardo-romano). Siguiéndolo llegamos a Ferreirola (Ferreyrola en su forma arcaizante), cuyos orígenes se remontan a época romana (también se han hallado numerosos restos arqueológicos que atestiguan su importancia durante la ocupación árabe) y cuyo nombre, diminutivo de Ferreira, significa “pequeña mina de hierro”. Nos recibe un antiguo lavadero (donde no hace mucho aún hacían la colada las mujeres del pueblo), continuando hasta la plaza presidida por la Iglesia Parroquial de la Santa Cruz (del siglo XVI), que tiene anexo un antiguo cementerio (hoy en desuso); desde aquí tenemos una bonita vista de los típicos terraos con su cubierta de pizarra y launa y sus características chimeneas, con el Barranco de Trevélez al fondo.
Salimos de Ferreirola, admirando aquí también unos grandes y bellos tinaos, adornados con flores, enlazando con el sendero GR-142 (que viene desde Lanjarón y ahora comparte recorrido con el camino medieval hasta Busquístar). Llegamos al Barranco del Castañar, donde se encuentra una curiosa fuente de agua gaseosa, única en La Alpujarra al conjugar el agua ferruginosa con gas natural. Poco después subimos hasta la Era del Trance de Ferreirola, convertida hoy en un privilegiado mirador sobre Ferreirola y el Barranco del Trevélez, por donde discurren “las chorreras”, cauces verticales de agua que solo la aportan al río en caso de fuertes lluvias; destaca la cima de Los Picachos, donde hay un claro, “la Cabrilla”, que servía antaño a los vecinos de Ferreirola como referente horario: desde el pueblo, cuando el sol alcanzaba este punto en verano coincidía con la una del mediodía.
En la ladera este, a nuestra derecha, nos llama la atención un caminillo sinuoso que salva una fuerte pendiente desde las pozas del Trevélez ascendiendo por el pecho del cerro: es la “escarihuela” de Panjuila (que sube a estos baños y luego conecta con la Sierra de Contraviesa), pudiendo ver más adelante, ya más cerca de Busquístar, la de las Minas del Conjuro; el nombre de estos empinados caminos (podían tener una pendiente superior al 20%), de origen medieval, declarados BIC, también denominados carregüelas o carehuelas, al parecer procede de una deformación de "escaleruela", término relacionado con escalera y con alquería y sus diminutivos despectivos escaleruela y alqueruela (también se dice que puede venir de escarola por la similitud del zigzagueo del camino con las revueltas que presentan en sus bordes las hojas exteriores de esta planta). Servían para llevar mercancías a lomas de mulos, como el pescado procedente de la costa, tan necesario en estas comarcas del interior; o minerales, como en las Minas del Conjuro, donde se extraía hierro al parecer ya en época árabe (en base al hallazgo de una lucerna medieval en el cerro del Conjuro), aunque el auge minero tuvo lugar en el siglo XIX y durante la primera mitad del XX (provocando un intenso deterioro de la cubierta forestal).
Seguimos subiendo por el pedregoso sendero, aprovechando de tanto en cuanto para parar a recuperar el resuello y echar la vista atrás, disfrutando de una panorámica de los pueblos de La Taha; más arriba damos vistas a Busquístar, donde sobresale la Iglesia Parroquial de San Felipe y Santiago. Esta población fue entregada en 1499 en señorío al Gran Capitán (junto a la taha de Órgiva), estatus que mantuvo hasta la desaparición de los señoríos en el siglo XIX. Ya cerca del pueblo, en El Castillejo, el camino está cortado, por lo que debemos subir por otro, de acusada pendiente y con varias revueltas, que en 600 metros lleva hasta la carretera, por la que ya descendemos cómodamente hasta entrar a la parte alta de Busquístar, dirigiéndonos al Café Bar Paco; aquí ponemos el colofón a esta magnífica ruta con una cerveza fresquita y su correspondiente tapa, que para eso estamos en tierras granaínas.
Waypoints
Mountain hut
3,996 ft
Refugio Los Albergues
Fountain
3,724 ft
Fuente de Atalbeitar
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