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Ruta de la lengua de Murcia

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Trail stats

Distance
1.99 mi
Elevation gain
16 ft
Technical difficulty
Easy
Elevation loss
16 ft
Max elevation
162 ft
TrailRank 
62 5
Min elevation
127 ft
Trail type
Loop
Moving time
39 minutes
Time
one hour
Coordinates
536
Uploaded
March 9, 2024
Recorded
March 2024
  • Rating

  •   5 1 review
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near Murcia, Murcia (España)

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Itinerary description

Esta ruta propone vivir una experiencia distinta a las rutas turísticas habituales porque se hará con una mirada científico-lingüística: descubrirá el patrimonio filológico que la ciudad muestra y esconde a sus habitantes y visitantes.
Inicia su recorrido dentro de la muralla islámica del siglo XII, continua en dirección sur hacia extramuros, cruza el rio por el puente más antiguo de la ciudad (el Puente de los Peligros) y, de nuevo vuelve a cruzar el río, pero ahora por la pasarela de Manterola, hasta llegar al Palacio Almudí, el recorrido pasa por lugares emblemáticos de la ciudad (calles y construcciones centenarias y modernas, con un paisaje lingüístico visible y oculto en las fachadas de edificios públicos y privados, esculturas, placas y hasta el suelo que caminamos.
El paisaje linguistico siempre comunica, informa, prescribe, homenajea, rememora, transmite... sobre hechos históricos, efemérides, acontecimientos relevantes para la ciudad, personajes ilustres preocupados por el castellano y el murciano, lenguas (latín, árabe, aragonés o catalán) que han dejado sus huellas en la toponimia menor, en el vocabulario gastronómico, en el vocabulario del agua y el clima, etc. y, lo que es muy importante para el objetivo lingüístico de esta ruta, también nos dice comunica, informa, prescribe, homenajea, rememora, transmite... sobre cómo se escribía en épocas pasadas: qué grafías se usaban y hoy permanecen, han desaparecido o han sido sustituidas por otras; qué rasgos fónicos (de la pronunciación) se manifiestan en la escritura... En definitiva, cuál ha sido la diacronía de la lengua española, es decir, la evolución y los cambios que ha experimentado la a lo largo de la historia. Esta ruta aúna diversos intereses: el científico, que ayuda a conocer con criterios sólidos el pasado y el presente de una lengua; el divulgativo, que permite transferir a la sociedad esos conocimientos; y el patrimonial, que pone en valor uno de los aspectos más importantes de la comunidad murciana: el habla y el vocabulario que le dan personalidad y riqueza a esta tierra. El vocabulario, las palabras serán el hilo conductor de toda la ruta.
Aunque marco más puntos la ruta tiene como protagonista 9 Puntos:
3,2 Km y alrededor de una hora, totalmente llana. Muy fácil
Punto 1. Vocabulario gastronómico murciano
Donde se juntan la literatura y el buen yantar (comer')
Vocabulario gastronómico La gastronomía es un elemento importante de la identidad cultural de un pueblo, ciudad, región o país. Cuando se habla de gastronomía, no se entiende únicamente como el conjunto de alimentos o platos típicos de una localidad, sino que se abarca un concepto mucho más amplio que incluye las bebidas, costumbres alimentarias, tradiciones, los procesos, las personas y los estilos de vida que se definen alrededor de la misma. En el caso de la Región de Murcia, tenemos platos que son seña de identidad de la gran riqueza gastronómica heredada por los diversos pobladores que ha tenido nuestro territorio y, del mismo modo, muchas denominaciones de los productos culinarios son también reflejo de la huella lingüística que estos dejaron en las hablas murcianas: Arabismos: alcacil (alcachofa). Catalanismos: crilla (patata), péso/ (guisante), bajoca (judía verde), etc.
Vocabulario con identidad. La pava es la coliflor. Lingüísticamente, es una palabra muy curiosa porque es común al español, pero en Murcia se le añadió un nuevo significado. Quizá, el motivo de ese nuevo significado sea consecuencia de haber realizado una metáfora de imagen, es decir, lo ha hecho el hablante ha sido proyectar la imagen que se tiene de un pavo (con su gran cola desplegada) sobre la imagen de una coliflor con sus grandes hojas verdes.
Cascaruja Cascaruja o frutos secos. Es una palabra que la Real Academia Española incorporó al diccionario en 1925, marcándola como murcianismo. Se mantiene así hasta la actualidad. También se recoge en varios vocabularios murcianos y en diccionarios de uso del español, de entre los que hay que destacar el Diccionario de uso del español de María Moliner, que vivió en Murcia durante 6 años.
El zarangollo es uno de esos platos murcianos que tiene tantas variedades en sus ingredientes como zonas en las que se cocina: lo hay con tomate, sin tomate; con pimiento, sin pimiento, etc. El zarangollo se recogió por primera vez en 1788 en un diccionario sobre las voces de la ciencia y las artes
El paparajote es el postre murciano por excelencia, sin desmerecer al resto de dulces típicos de la región. La Real Academia Española la incluyo en el Diccionario de la lengua española en la actualización de diciembre de 2021. Dulce frito, típico de la región española de Murcia que se prepara rebozando una hoja de limonero en una masa, generalmente de harina, leche y huevo, y se sirve espolvoreado con azúcar y canela.
No solo podemos comer paparajotes, sino que también nos puede dar un paparajote, es decir, un minivahído, un miniataque, un trastorno ('alteración leve de la salud'), etc. El grado de intensidad del paparajote dependerá de muchos factores. Alberto Sevilla incluyó la acepción 'pataleta' en su vocabulario, la cual podría formar parte del mismo ámbito semántico.
Nuevas realidades gastronómicas:
Marinera: esta tapa murciana es un reflejo de las nuevas realidades gastronómicas que surgen en Murcia. La palabra marinera pone de manifiesto la vitalidad de la lengua y la genialidad de la persona a la que se le ocurrió el nombre, pues, quizá, realizó una sencilla metáfora de imagen: la forma de una marinera nos recuerda a un barco. Se ha convertido en la tapa estrella de Murcia y empieza a servirse fuera de la región. Ingredientes básicos: ensaladilla, rosquilla, anchoa.
Bicicleta: la clásica marinera, pero solo con rosquilla y ensaladilla.
Marinero La última variación, que sepamos, es el marinero: con rosquilla y boquerón en vinagre.
El sufijo -ico: este sufijo es uno más de los sufijos del castellano. Santa Teresa, Góngora, Quevedo y Cervantes, entre otros, lo utilizaban en sus obras. Con el paso del tiempo, -ico ha quedado restringido a algunas zonas dialectales. Lo comparten el aragonés, el murciano, el andaluz oriental y algunas zonas del español del Caribe (Cuba, Costa Rica, Colombia y Venezuela). En Murcia es el sufijo más usado, ¡el sufijo por excelencia!, que enriquece el habla aportándole matices y expresividad a muchas de las cosas que se dicen: ¡Qué cosa más bonica! (cuando se ve algo entrañable, bonito...). Llego en cinco minuticos (pueden ser más de cinco minutos). ¡Nenica!, ¿tú qué te has creído? (cuándo se muestra enfado). Hoy en día, se ha convertido en un caracterizador dialectal de todos los grupos sociales. Lo que sí es exclusivo del murciano es la variante palatalizada de -ico, es decir, - iquio, que se usaba, casi exclusivamente, en la zona de la huerta: tomate > tomatico > tomatiquio.
Punto 2: Confluencia de lenguas: Gran Vía Alfonso X el Sabio / Plaza de Santa Ana Gran Vía Alfonso X el Sabio.
El segundo punto de la ruta lingüística se encuentra al inicio de la Gran Vía Alfonso X el Sabio, lo que en otro tiempo fue el límite de la ciudad medieval. A un lado, se ubica el Convento de Santa Ana (conocido popularmente como el Convento de las Anas) y, al otro, el Convento de Santa Clara la Real (o de las Claras o Clarisas). Históricamente, en este punto confluyeron diferentes lenguas y culturas que se hacen evidentes en el paisaje lingüístico, que se funde con el urbano y arquitectónico y que son muestra de la identidad lingüística y cultural de Murcia y sus habitantes, como se mostrará a lo largo de la ruta. A esta Gran Vía se la conoce también por otros nombres, quizá, más utilizados que el de Gran Vía: Paseo Alfonso X el sabio o Tontódromo. La llegada del monarca castellano a la ciudad de Murcia y su incorporación a la Corona de Castilla fue uno de los acontecimientos históricos que mayor repercusión tuvo en el devenir de la historia cultural de la región. Alfonso X trajo la lengua castellana, la religión cristiana y todo un bagaje cultural (jurídico, astronómico...), que fue plasmando en las obras que emanaron del scriptorium alfonsí durante su reinado (1252-1284), de ahí que se le distinguiese con el sobrenombre de el sabio. Tener un sobrenombre no es exactamente lo mismo que tener un apodo o alias (sinónimos). Alfonso X tiene un sobrenombre (el Sabio), lo mismo que la reina Isabel I de Castilla (la Católica). Muchas veces no es fácil diferenciar entre sobrenombre, mote, apodo o alias y suelen emplearse de forma indistinta, incluso en la bibliografía especializada. Estos términos hacen referencia, por ejemplo, a rasgos físicos, cualidades personales (virtudes y defectos), procedencia geográfica, etc. En el significado y ortografía de estas palabras hay algunas pequeñas diferencias que intentan aclarar muchas obras, pero al final, son los hablantes, con el uso, quienes deciden qué término emplear por tradición, por gustos, etc.: apodo, mote...; así, por ejemplo, se percibe que la palabra mote ha adquirido un matiz, quizá, peyorativo, burlesco.
En el códice se incluyen varios datos del poblador: nombre, apellido (no todos lo tenían), lugar de procedencia, la parte de tierra que se le adjudicaba, creencia religiosa, etc. Ante la ausencia del apellido o su coincidencia con el de otro poblador, se hizo necesario anotar, junto al nombre, un apodo, un sobrenombre o un topónimo (nombre del lugar geográfico de procedencia) Por lo tanto, personas de toda condición social y credo religioso aparecen listadas en el Libro del Repartimiento con un nombre, un apellido (si lo tenía), un apodo o sobrenombre (que aludía al oficio que desempeñaba, a un rasgo físico, etc. y que con el tiempo es muy probable que se afianzase como apellido), filiación familiar, un patronímico o un topónimo (lugar de procedencia). Las fórmulas para nombrar en el Libro del Repartimiento son muy diversas. Patronímico dicho de un nombre propio de una persona: Que deriva del de su padre o de otro antecesor masculino, y que originariamente indicaba su filiación o pertenencia a un linaje; p. ej., Martínez, de Martín, Mijailóvich, de Mijail, MacDonald, de Donald. Dicho de un apellido: Que se daba antiguamente en España al 2 hijo, y que está formado sobre el nombre del padre. Fernández es el patronímico de Fernando. Topónimo dicho nombre propio de lugar.
La importancia de Alfonso X el Sabio para la lengua castellana Al rey Sabio le apasionaba la cultura, el saber y su transmisión. Hasta ese momento la ciencia y la historia se escribían, sobre todo, en latín y con Alfonso XI el romance castellano pasa a ser lengua de la cultura escrita y de la administración, pero no hay que olvidar que en el reinado de su padre (Fernando Ill, el Santo) los documentos que emanaban de la cancillería se escribían ya en romance. La labor cultural y científica de Alfonso X favoreció que el romance castellano se convirtiera en la variedad estándar del español, lo que lleva a decir también que fue el primer divulgador científico en lengua castellana. La lengua castellana La denominación de la lengua y lenguaje con los gentilicios "castellana" y "castellano", es decir, con una palabra relacionada con un lugar geográfico (castellano, a - Castilla) en las expresiones lenguage de Castiella, castellano o lenguaje
Confluencia de lenguas en el paisaje lingüístico, los avatares históricos que acontecieron en Murcia (sublevaciones mudéjares; petición de ayuda de Alfonso X a su suegro, el rey Jaime I de Aragón; procesos de repoblación, etc.) hicieron que en el Reino de Murcia confluyeran varias lenguas: catalán, aragonés, castellano y árabe. En esta confluencia de lenguas y lugar de encuentro de culturas se encuentra el origen del murciano. Históricamente, el murciano se ha forjado, por un lado, con elementos lingüísticos del árabe, del castellano, del catalán y del aragonés y, por otro, con una serie de rasgos fonéticos y léxicos que comparte el extremeño, andaluz y canario. En el que el murciano tiene su personalidad (su diferencia dialectal), que se muestra en su pronunciación, en su acento (con sus rasgos tónicos, ritmo y melodía), en su vocabulario y en el sufijo -ico (de uso general en otras zonas del español
La influencia de la lengua árabe en el regaban y abastecían la ciudad y la léxico se evidencia de forma especial en huerta; la primera, la zona norte y la el vocabulario relacionado con el agua, la segunda, la zona sur. Una de las palabras más usadas en la época fue acequia, por lo que simbolizaba para el desarrollo de la ciudad y su huerta.
Punto 3. Murcia Gremial
La toponimia menor: nombre de las calles de la ciudad El segundo punto de la ruta lingüística se entra en lo que fue la ciudad medieval y nos ubicamos en el cruce de las calles Platería y Trapería, es decir, en las Cuatro Esquinas de San Cristóbal. Con el uso y paso del tiempo, esta denominación se ha acortado en las Cuatro esquinas, quizá por el socorrido argumento de la economía lingüística. La placa de la calle San Cristóbal nos recuerda que hubo un tiempo en el que el pueblo murciano se veía, quedaba o escuchaba, por ejemplo, al pregonero en las Cuatro Esquinas de San Cristóbal.
Sabemos que el vocabulario murciano bebe de fuentes latinas, árabes, aragonesas, catalanas y castellanas, pero es innegable que también lo hace de la creatividad y expresividad de sus hablantes. En picoesquina, crear, a través de un proceso morfológico, una palabra compuesta por dos sustantivos que le son conocidos en los que se da una relación de coordinación: pico y esquina. Para nombrar una realidad que carecía de denominación. Calles con mucha historia, la llegada de Jaime I (suegro de Alfonso X el Sabio) a Murcia supuso, entre otras cosas, la transformación del paisaje urbano de la ciudad; así, proyecto la construcción de una calle (Trapería) que partía de la Mezquita Mayor (iglesia de Santa María, más tarde catedral) hasta la muralla, lugar en el que se ordenó abrir la Puerta del Mercado para facilitar el acceso a la plaza del mismo nombre (Plaza del Mercado, hoy Santo Domingo). Alfonso X convirtió la Trapería en el centro de una red de calles comerciales, que ha perdurado a lo largo de la historia de la ciudad.
Los nombres de las calles históricas son palabras derivadas, el centro de la ciudad de Murcia conserva los nombres históricos de las calles con trazado y diseño de origen árabes. En ellas se concentraban la mayor parte de los oficios, gremios artesanales y lugares de venta en la época medieval. En la actualidad, estas calles mantienen la vida comercial de tiempos pasados, pero, prácticamente, no quedan establecimientos que recuerden que en esos lugares se vendiera plata, jabones, paños..., o se arreglaran órganos y frenos. Los nombres de las calles forman parte de lo que se denomina toponimia menor (rama de la lingüística que estudia el origen de los nombres de lugares).
Calle Trapería en esta calle desarrollaba su trabajo el gremio de plateros y joyeros. Con el paso del tiempo, se asentó uno de los bazares más famosos y populares de la ciudad: el Bazar Murciano.
Calle Platería El gremio de traperos, muy popular en la época, elaboraba y vendía trapos. Las palabras trapería, trapo y paño, en sus primeros usos, paño y trapo, fueron sinónimos y trapería era la calle en la que los mercaderes o traperos las vendían. Con el paso del tiempo, la voz trapo y sus derivados (trapero, trapería) experimentaron una especialización semántica hacia el significado que tiene en la actualidad.
Otras calles de la ciudad como:
Calle Alfareros: calle en la que estaban los que se dedicaban a trabajar el barro cocido para hacer vasijas. Calle Carniceros: esta calle toma su nombre por el gremio de carniceros. Calle Frenería: en esta calle se agrupó el gremio de los freneros, quienes fabricaban y vendían trenos para las máquinas y carruajes. Calle Jabonerías: en esta calle se ubicaba el gremio de jaboneros, aunque ahora hay, sobre todo, comercios textiles. Calle Organistas: calle en la que se concentraba el gremio de los organistas, que tocaban y componían música para órgano. La catedral y casi toda las parroquias tenían un órgano. Calle Turroneros: el gremio de turroneros se agrupaba con sus obradores en esta calle del barrio de San Antolín. Calle Vidrieros: esta calle tuvo su nombre por el gremio de vidrieros. Antiguamente, este gremio estuvo en la Plaza de Vidrieros, que es la actual Plaza San Antolín. Calle Yesqueros: los yesqueros, es decir, las personas que se dedicaban al oficio de hacer yesca, necesaria para encender el fuego.
Punto 4. Palabras testigos de la historia.
Palabras testigos de la historia y de la vida cotidiana en el paisaje lingüístico. La ciudad de Murcia conserva en su paisaje lingüístico palabras y textos que nos adentran en un pasado lejano y próximo que mantiene un hilo conductor: un relato, aunque con pocas pistas, sobre cómo era la vida cotidiana de los habitantes de la ciudad, con qué curiosidades nos podemos encontrar de cómo era su día a día, qué leían en las paredes o les leían (pensemos que la mayor parte de la población ha sido durante siglos analfabeta), etc. Las paredes oyen, pero también hablan.
Pintadas o grafitis
Las pintadas en las paredes no son una moda reciente. En la antigua Roma y en Pompeya se escribía en ellas para transmitir mensajes de temática muy parecida a la que podemos encontrar hoy en día: mensajes de amor, insultos, quejas, protestas, pensamientos, alabanzas, aclamaciones, etc.
En dos de las paredes de la torre de la catedral de Murcia hay pintadas hechas en color almagre. Algunas son descifrables, pero otras no tanto, en realidad su nombre es VÍTOR, que era el que se le daba a los grafitis que se escribían en las paredes desde la Edad Media.
El vitor se representa por un anagrama ('símbolo o emblema'), que adopta diterentes formas y está compuesto con las letras de las palabra vítor o víctor. Va acompañado del nombre de la persona a la que se la hacía el vítor, de palabras o breves textos. Los más conocidos están en las paredes de los edificios universitarios salmantinos y celebran los logros y obtención del grado de doctor de sus estudiantes. El origen del anagrama se encuentra en el crismón o lábaro.
Volviendo al punto de la ruta en el que nos encontramos (la Plaza de la Cruz), pueden verse varios vítores en el primer cuerpo de la torre de la catedral, probablemente alusivos a algunos canónigos de la catedral, a alguien vinculado con la iglesia o, quizá, a algún acontecimiento relevante que ocurriera en la época. Se pueden ver los anagramas y, junto a ellos, escrito: DE IASSO o DE LASSO; DE CHECHA... ¡Las hipótesis sobre lo que aparece escrito son varias! También hay vítores en la fachada de la torre que se encuentra en la calle Oliver.
Punto 5. Herencia murciana al Humanismo. Calle de Los Apóstoles Paisaje lingüístico neolatino.
Bordeando la catedral desde la Plaza de la Cruz, se accede a la calle de Los Apóstoles nombrada así porque en ella está la Puerta de Los Apóstoles (una de las entradas de acceso a la catedral). Si se avanza un poco, nos encontramos, en la fachada lateral de la catedral, con la lápida que recuerda a los viandantes ella está famosa capilla renacentista del siglo XVI de la familia Junterón
En la inscripción se lee: “DE IVNTE RON ES”.
Al finalizar la calle de los Apóstoles y antes de entrar en la Plaza del Cardenal Belluga, nos encontramos con una lápida de mármol blanco (fijada en la fachada de la actual Escuela de Arte Dramático, antiguo Seminario de San Fulgencio), que conmemora los trescientos años del fallecimiento del humanista, filólogo e historiador murciano Francisco Cascales, llamado también con el sobrenombre Licenciado Cascales (1564-1642), fue uno de los máximos exponentes del Humanismo y del Siglo de Oro españoles. Gran conocedor de disciplinas como la retórica, la gramática, la filología, la historia...
Mucho se ha escrito sobre Cascales, pero en este punto de la ruta se va a poner de relieve el uso de palabras dialectales en la obra del humanista murciano. Los dialectalismos son, por ejemplo: balamido 'rumor confuso de los balidos de un rebaño, 'estruendo, vocerío grande. Bizuejo 'biszo, bisojo'. Cauza 'cestilla o caja de esparto donde se incuba (aviva) la simiente del gusano de seda. De los 252 murcianismos que hay actualmente en el Diccionario de la lengua española (DLE), 183 son exclusivos de la Región de Murcia y 69 comparten con otras de la lengua española, variedades del español de Andalucía, Albacete, Cuenca, Canarias, etc.
Punto 6. El barroco del español. Plaza Cardenal Belluga
Convergencia de paisaje lingüístico y escultórico En este punto de la ruta se encuentra en uno de los lugares neurálgicos más importantes de la ciudad: la plaza del cardenal Belluga o plaza de la Catedral. El paisaje lingüístico y escultórico de esta localización permite hablar de tres aspectos que despiertan la curiosidad de los hablantes y que son muy relevantes para la historia de la lengua española: El concepto de etimología. Los hipocorísticos. Los usos gráficos, sobre todo, las abreviaturas.
En el imafronte (fachada) barroco de la catedral se encuentran cuatro hornacinas con veneras (conchas) en las que están las esculturas de los llamados cuatro santos de Cartagena: san Leandro, san Fulgencio, san Isidoro y santa Florentina. De estos cuatro santos hay que destacar la figura de san Isidoro de Sevilla (556-636) por su relevancia para las investigaciones filológicas; además, es el patrón de las humanidades.
San Isidoro que uno de los hombres más ilustres de la Edad Media, ya que alcanzó gran renombre por su categoría intelectual. Hay que añadir que fue arzobispo de Sevilla, Doctor de la iglesia y presidió el IV Concilio de Toledo. Su obra cumbre fue Etymologiae (Etimologías), compuesta por 20 volúmenes en los que refleja la evolución del conocimiento desde la antigüedad hasta el siglo VII; tuvo una influencia enorme en las instituciones educativas de la Edad Media. San Isidoro escribió esta obra en latín, pero en ella sentó las bases de la Etimología, disciplina que se ocupa del estudio del origen, significado, forma, evolución de las palabras. La Etimología es una disciplina auxiliar porque proporciona el étimo (raíz o palabra) de la proceden esas palabras.
Los hipocorísticos y las fórmulas de tratamiento en la Huerta de Murcia Los nombres propios (antropónimos) de san Fulgencio y santa Florentina nos conducen directamente a un paisaje lingüístico, en este caso, oculto porque no vemos sus nombres, pero sí que podemos intuirlo, es decir, podemos saber cómo nombraban a estos dos santos en su entorno familiar, es decir, con que nombres hipocorísticos Florentina › Flora, Fulgencio > Pencho, Fuensanta › Santi, Catalina > Tati, Daniel > Daní, José > Pepe, Lucía > Lucia, Isabel>Isa, Teresa Tere, María Teresa > Maritere o Maite, Los hipocorísticos "son los acortamientos, diminutivos o variantes del nombre propio original que se emplean en lugar de este como designación afectiva, familiar, cariñosa o eufemística" (RAE) Diego > Yago, María del Carmen > Mamen. Manuela › Manoli. Antonia › Toñi, Juan Francisco > Panchi, Ignacio > Nacho, Alberto > berto. Esta forma de nombrar se ha dado desde siempre en el habla murciana y en el resto Antonio > Tono, toño, toni de zonas en las que se habla español.
La utilización del nombre propio precedido del artículo determinado (el, la) se remonta al siglo XV y su empleo es generalizado en muchas zonas en las que se habla español, no solo en Murcia. Su origen se encuentra en una estructura culta latina.
En la actualidad, hay zonas del español en las que se considera un coloquialismo, pero hay otras en las su uso esta estigmatizado y, por tanto, se observa como un vulgarismo.
Punto 7. Palabras de origen árabe
Si has llegado hasta aquí y no te has cansado, en waypoint más puntos y más texto.

Waypoints

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Iglesia San Pedro

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Photo ofPunto 1. Vocabulario gastronómico murciano. Plaza de las Flores. Photo ofPunto 1. Vocabulario gastronómico murciano. Plaza de las Flores. Photo ofPunto 1. Vocabulario gastronómico murciano. Plaza de las Flores.

Punto 1. Vocabulario gastronómico murciano. Plaza de las Flores.

Donde se juntan la literatura y el buen yantar (comer') Vocabulario gastronómico La gastronomía es un elemento importante de la identidad cultural de un pueblo, ciudad, región o país. Cuando se habla de gastronomía, no se entiende únicamente como el conjunto de alimentos o platos típicos de una localidad, sino que se abarca un concepto mucho más amplio que incluye las bebidas, costumbres alimentarias, tradiciones, los procesos, las personas y los estilos de vida que se definen alrededor de la misma (Hernández-Mogollón et al., 2015; Torres Oñate et al., 2017). En el caso de la Región de Murcia, tenemos platos que son seña de identidad de la gran riqueza gastronómica heredada por los diversos pobladores que ha tenido nuestro territorio y, del mismo modo, muchas denominaciones de los productos culinarios son también reflejo de la huella lingüística que estos dejaron en las hablas murcianas: Arabismos: alcacil (alcachofa) • Catalanismos: crilla (patata), péso/ (guisante), bajoca (judía verde), etc. Vocabulario con identidad. La pava es la coliflor. Lingüísticamente, es una palabra muy curiosa porque es común al español, pero en Murcia se le añadió un nuevo significado. Quizá, el motivo de ese nuevo significado sea consecuencia de haber realizado una metáfora de imagen, es decir, lo ha hecho el hablante ha sido proyectar la imagen que se tiene de un pavo (con su gran cola desplegada) sobre la imagen de una coliflor con sus grandes hojas verdes. "La coliflor y sus parientes como la col, la col de Bruselas y el brócoli (...] se caracterizan por tener compuestos órganos- sulfurados y también la enzima mirosinasa, que es inactiva en el medio ácido de los tejidos celulares. Cuando estos se rompen al partir y trocear el vegetal, la enzima se activa y provoca la transformación de los compuestos órgano- sulfurados en isotiociantos, que a su vez de descomponen por el calor de la cocción en mercaptanos, amoniaco y sulfhídrico (responsable del clásico olor a huevos podridos. Cada cinco minutos de cocción se duplica la cantidad de productos maloliente" Cascaruja Cascaruja o frutos secos. Es una palabra que la Real Academia Española incorporó al diccionario en 1925, marcándola como murcianismo. Se mantiene así hasta la actualidad. También se recoge en varios vocabularios murcianos y en diccionarios de uso del español, de entre los que hay que destacar el Diccionario de uso del español de María Moliner, que vivió en Murcia durante 6 años. El zarangollo es uno de esos platos murcianos que tiene tantas variedades en sus ingredientes como zonas en las que se cocina: lo hay con tomate, sin tomate; con pimiento, sin pimiento, etc. El zarangollo se recogió por primera vez en 1788 en un diccionario sobre las voces de la ciencia y las artes El paparajote es el postre murciano por excelencia, sin desmerecer al resto de dulces típicos de la región. La Real Academia Española la incluyo en el Diccionario de la lengua española en la actualización de diciembre de 2021. Dulce frito, típico de la región española de Murcia que se prepara rebozando una hoja de limonero en una masa, generalmente de harina, leche y huevo, y se sirve espolvoreado con azúcar y canela. No solo podemos comer paparajotes, sino que también nos puede dar un paparajote, es decir, un minivahído, un miniataque, un trastorno ('alteración leve de la salud'), etc. El grado de intensidad del paparajote dependerá de muchos factores. Alberto Sevilla incluyó la acepción 'pataleta' en su vocabulario, la cual podría formar parte del mismo ámbito semántico. Nuevas realidades gastronómicas: Marinera: esta tapa murciana es un reflejo de las nuevas realidades gastronómicas que surgen en Murcia. La palabra marinera pone de manifiesto la vitalidad de la lengua y la genialidad de la persona a la que se le ocurrió el nombre, pues, quizá, realizó una sencilla metáfora de imagen: la forma de una marinera nos recuerda a un barco. Se ha convertido en la tapa estrella de Murcia y empieza a servirse fuera de la región. Ingredientes básicos: ensaladilla, rosquilla, anchoa. Bicicleta: la clásica marinera, pero solo con rosquilla y ensaladilla. Marinero La última variación, que sepamos, es el marinero: con rosquilla y boquerón en vinagre. El sufijo -ico: este sufijo es uno más de los sufijos del castellano. Santa Teresa, Góngora, Quevedo y Cervantes, entre otros, lo utilizaban en sus obras. Con el paso del tiempo, -ico ha quedado restringido a algunas zonas dialectales. Lo comparten el aragonés, el murciano, el andaluz oriental y algunas zonas del español del Caribe (Cuba, Costa Rica, Colombia y Venezuela). En Murcia es el sufijo más usado, ¡el sufijo por excelencia!, que enriquece el habla aportándole matices y expresividad a muchas de las cosas que se dicen: ¡Qué cosa más bonica! (cuando se ve algo entrañable, bonito...). Llego en cinco minuticos (pueden ser más de cinco minutos). ¡Nenica!, ¿tú qué te has creído? (cuándo se muestra enfado). Hoy en día, se ha convertido en un caracterizador dialectal de todos los grupos sociales. Lo que sí es exclusivo del murciano es la variante palatalizada de -ico, es decir, - iquio, que se usaba, casi exclusivamente, en la zona de la huerta: tomate > tomatico > tomatiquio.

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Photo ofIglesia Santa Catalina en la plaza del mismo nombre Photo ofIglesia Santa Catalina en la plaza del mismo nombre Photo ofIglesia Santa Catalina en la plaza del mismo nombre

Iglesia Santa Catalina en la plaza del mismo nombre

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Plaza Santa Isabel

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Estatua a Francisco Rabal

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Teatro Romea

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Iglesia de Santa Clara

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Camerin en calle Aurora

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Museo Arqueológico

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Photo ofPunto 2: Confluencia de lenguas: Gran Vía Alfonso X el Sabio / Plaza de Santa Ana Gran Vía Alfonso X el Sabio. Photo ofPunto 2: Confluencia de lenguas: Gran Vía Alfonso X el Sabio / Plaza de Santa Ana Gran Vía Alfonso X el Sabio.

Punto 2: Confluencia de lenguas: Gran Vía Alfonso X el Sabio / Plaza de Santa Ana Gran Vía Alfonso X el Sabio.

El primer punto de la ruta lingüística se encuentra al inicio de la Gran Vía Alfonso X el Sabio, lo que en otro tiempo fue el límite de la ciudad medieval. A un lado, se ubica el Convento de Santa Ana (conocido popularmente como el Convento de las Anas) y, al otro, el Convento de Santa Clara la Real (o de las Claras o Clarisas). Históricamente, en este punto confluyeron diferentes lenguas y culturas que se hacen evidentes en el paisaje lingüístico, que se funde con el urbano y arquitectónico y que son muestra de la identidad lingüística y cultural de Murcia y sus habitantes, como se mostrará a lo largo de la ruta. A esta Gran Vía se la conoce también por otros nombres, quizá, más utilizados que el de Gran Vía: Paseo Alfonso X el sabio o Tontódromo. La llegada del monarca castellano a la ciudad de Murcia y su incorporación a la Corona de Castilla fue uno de los acontecimientos históricos que mayor repercusión tuvo en el devenir de la historia cultural de la región. Alfonso X trajo la lengua castellana, la religión cristiana y todo un bagaje cultural (jurídico, astronómico...), que fue plasmando en las obras que emanaron del scriptorium alfonsí durante su reinado (1252-1284), de ahí que se le distinguiese con el sobrenombre de el sabio. Tener un sobrenombre no es exactamente lo mismo que tener un apodo o alias (sinónimos). Alfonso X tiene un sobrenombre (el Sabio), lo mismo que la reina Isabel I de Castilla (la Católica). Muchas veces no es fácil diferenciar entre sobrenombre, mote, apodo o alias y suelen emplearse de forma indistinta, incluso en la bibliografía especializada. Estos términos hacen referencia, por ejemplo, a rasgos físicos, cualidades personales (virtudes y defectos), procedencia geográfica, etc. En el significado y ortografía de estas palabras hay algunas pequeñas diferencias que intentan aclarar muchas obras, pero al final, son los hablantes, con el uso, quienes deciden qué término emplear por tradición, por gustos, etc.: apodo, mote...; así, por ejemplo, se percibe que la palabra mote ha adquirido un matiz, quizá, peyorativo, burlesco. Pero no solo las personas famosas, conocidas o con poder tenían sobrenombre o apodo en la época medieval. En Murcia, disponemos de un CÓDICE (es decir, un libro manuscrito, escrito a mano y anterior a la invención de la imprenta) llamado el Libro del Repartimiento que contiene la lista de pobladores castellanos, catalanes, aragoneses, árabes y judíos a los que se les repartía la tierra tras la incorporación del Reino de Murcia a la Corona de Castilla. En el códice se incluyen varios datos del poblador: nombre, apellido (no todos lo tenían), lugar de procedencia, la parte de tierra que se le adjudicaba, creencia religiosa, etc. Ante la ausencia del apellido o su coincidencia con el de otro poblador, se hizo necesario anotar, junto al nombre, un apodo, un sobrenombre o un topónimo (nombre del lugar geográfico de procedencia) Por lo tanto, personas de toda condición social y credo religioso aparecen listadas en el Libro del Repartimiento con un nombre, un apellido (si lo tenía), un apodo o sobrenombre (que aludía al oficio que desempeñaba, a un rasgo físico, etc. y que con el tiempo es muy probable que se afianzase como apellido), filiación familiar, un patronímico o un topónimo (lugar de procedencia). Las fórmulas para nombrar en el Libro del Repartimiento son muy diversas. Patronímico dicho de un nombre propio de una persona: Que deriva del de su padre o de otro antecesor masculino, y que originariamente indicaba su filiación o pertenencia a un linaje; p. ej., Martínez, de Martín, Mijailóvich, de Mijail, MacDonald, de Donald. Dicho de un apellido: Que se daba antiguamente en España al 2 hijo, y que está formado sobre el nombre del padre. Fernández es el patronímico de Fernando. Topónimo dicho nombre propio de lugar. La importancia de Alfonso X el Sabio para la lengua castellana Al rey Sabio le apasionaba la cultura, el saber y su transmisión. Hasta ese momento la ciencia y la historia se escribían, sobre todo, en latín y con Alfonso XI el romance castellano pasa a ser lengua de la cultura escrita y de la administración, pero no hay que olvidar que en el reinado de su padre (Fernando Ill, el Santo) los documentos que emanaban de la cancillería se escribían ya en romance. La labor cultural y científica de Alfonso X favoreció que el romance castellano se convirtiera en la variedad estándar del español, lo que lleva a decir también que fue el primer divulgador científico en lengua castellana. La lengua castellana La denominación de la lengua y lenguaje con los gentilicios "castellana" y "castellano", es decir, con una palabra relacionada con un lugar geográfico (castellano, a - Castilla) en las expresiones lenguage de Castiella, castellano o lenguaje Confluencia de lenguas en el paisaje lingüístico, los avatares históricos que acontecieron en Murcia (sublevaciones mudéjares; petición de ayuda de Alfonso X a su suegro, el rey Jaime I de Aragón; procesos de repoblación, etc.) hicieron que en el Reino de Murcia confluyeran varias lenguas: catalán, aragonés, castellano y árabe. En esta confluencia de lenguas y lugar de encuentro de culturas se encuentra el origen del murciano. Históricamente, el murciano se ha forjado, por un lado, con elementos lingüísticos del árabe, del castellano, del catalán y del aragonés y, por otro, con una serie de rasgos fonéticos y léxicos que comparte el extremeño, andaluz y canario. Las formas de nombrar al murciano en lingüística: 1 Variedad dialectal del español hablado en la Región de Murcia y en algunas zonas de las provincias de Alicante, Albacete y Almería. 2 Variedad diatópica murciana. 3 Geolecto murciano. 4 Dialecto murciano. 5 Hablas murcianas Denominación más apropiada porque los rasgos del murciano no son los mismos ni tienen la misma extensión e intensidad en todas las comarcas de la región. Hay muchas variedades del español, pero las del murciano extremeño andaluz canario forman lo que se llama el español meridional en el que el murciano tiene su personalidad (su diferencia dialectal), que se muestra en su pronunciación, en su acento (con sus rasgos tónicos, ritmo y melodía), en su vocabulario y en el sufijo -ico (de uso general en otras zonas del español La influencia de la lengua árabe en el regaban y abastecían la ciudad y la léxico se evidencia de forma especial en huerta; la primera, la zona norte y la el vocabulario relacionado con el agua, la segunda, la zona sur. Una de las palabras más usadas en la época fue acequia, por lo que simbolizaba para el desarrollo de la ciudad y su huerta. Muchas de las voces de origen árabe utilizadas en la región de Murcia son de uso generalizado en otras zonas de la península. En el recorrido de esta ruta nos Acequia proviene del árabe hispánico assáqya, y este, a su vez, del árabe clásico saqiyah 'irrigadora (participio activo del verbo sáqà 'regar'). La acequias mayores (o madres) Aljufía y Alquibla fueron las dos acequias encontraremos en el paisaje lingüístico con palabras de procedencia árabe que forman parte el patrimonio léxico-cultural de la ciudad y de la región. Alfonso X el Sabio está enterrado en la catedral de Sevilla, pero deseaba que su cuerpo o algunos de sus restos fueran sepultados en el monasterio de Santa María la Real de Murcia (actual catedral). Diversas circunstancias hicieron que el anhelo del rey no se cumpliese hasta pasados muchos años. Fue en 1525 cuando ese deseo se llevó a cabo por mandato del emperador Carlos V, quien ordenó trasladar las entrañas y el corazón del monarca castellano a la ciudad de Murcia. A continuación, se recogen algunos de los fragmentos del testamento de Alfonso X en la transcripción realizada por Juan Torres Fontes y una imagen y transcripción del texto que hay en la urna de la catedral de Murcia en la que están depositados Su corazón y entrañas.

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Paseo Alfonso X

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Iglesia de Santo Domingo

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Punto 3. Murcia Gremial.

La toponimia menor: nombre de las calles de la ciudad El segundo punto de la ruta lingüística se entra en lo que fue la ciudad medieval y nos ubicamos en el cruce de las calles Platería y Trapería, es decir, en las Cuatro Esquinas de San Cristóbal. Con el uso y paso del tiempo, esta denominación se ha acortado en las Cuatro esquinas, quizá por el socorrido argumento de la economía lingüística. La placa de la calle San Cristóbal (antes cantón del Cabico) nos recuerda que hubo un tiempo en el que el pueblo murciano se veía, quedaba o escuchaba, por ejemplo, al pregonero en las Cuatro Esquinas de San Cristóbal. Sabemos que el vocabulario murciano bebe de fuentes latinas, árabes, aragonesas, catalanas y castellanas, pero es innegable que también lo hace de la creatividad y expresividad de sus hablantes. En picoesquina, crear, a través de un proceso morfológico, una palabra compuesta por dos sustantivos que le son conocidos en los que se da una relación de coordinación: pico y esquina. Para nombrar una realidad que carecía de denominación. Una palabra que forma parte del léxico específico de la variedad dialectal o geolecto murciano. La primera referencia lexicográfica y documental de la que disponemos se registra en el vocabulario que Emilia García Cotarruelo recopiló en su Estudio sobre el habla de Cartagena y su comarca (1959). Picoesquina.- 'Esquina' (Cartagena) Aunque un poco alejado de la ruta lingüística, en otras zonas de la ciudad hay paisaje linguístico con esta palabra. Calles con mucha historia, la llegada de Jaime I (suegro de Alfonso X el Sabio) a Murcia supuso, entre otras cosas, la transformación del paisaje urbano de la ciudad; así, proyecto la construcción de una calle (Trapería) que partía de la Mezquita Mayor (iglesia de Santa María, más tarde catedral) hasta la muralla, lugar en el que se ordenó abrir la Puerta del Mercado para facilitar el acceso a la plaza del mismo nombre (Plaza del Mercado, hoy Santo Domingo). Alfonso X convirtió la Trapería en el centro de una red de calles comerciales, que ha perdurado a lo largo de la historia de la ciudad. “Otrosi les damos e les otorgamos que las tiendas que los christianos vendran [venderán] los pannos (paños] de Francia e las tiendas de los canuios [cambios] de las monedas e la pelligeria (pellejería sean en aquella carrera qu'el rey de Aragón fizo derribar las casas, de Santa Maria fasta al muro de la cibdat faza el Arrixaca. Otrosi les damos e les otorgamos que las calles de los armeros e de los Selleros e de los freneros e de los bruneteros e de los blanqueros e de los çapateros e de los correros e de los carpenteros e las carnecerías e las pescaderías sean en aquellos logares que los partidores les dieron con consejo de los omes buenos de la cibdat. E mandamos que de las tablas de las carnecerías e de las pescaderías las dos partes sean en la carnecería mayor e la tercera parte en la carnecería de la Puerta de Orihuela. E defendemos que ninguno non sea osado de vender ningunas carnes nin pescados en otras tablas nin en otros logares si non en las nuestras en aquellos logares que nos mandamos saluo tocinos o puercos enteros salados que los puedan cada vnos [unos] vender en sus casas a quienes quisieren e anguiellas menudas e sardinas saladas e costales de congrios e de pixotas ['merluzas'] saladas”. Los nombres de las calles históricas son palabras derivadas, el centro de la ciudad de Murcia conserva los nombres históricos de las calles con trazado y diseño de origen árabes. En ellas se concentraban la mayor parte de los oficios, gremios artesanales y lugares de venta en la época medieval. En la actualidad, estas calles mantienen la vida comercial de tiempos pasados, pero, prácticamente, no quedan establecimientos que recuerden que en esos lugares se vendiera plata, jabones, paños..., o se arreglaran órganos y frenos. Los nombres de las calles forman parte de lo que se denomina toponimia menor (rama de la lingüística que estudia el origen de los nombres de lugares). En castellano, muchos topónimos se crean por sufijación, es decir, por la adición de un sufijo (ito, -ico...) a una base léxica (palabra) que ya existe en la lengua. De la unión de estos dos elementos base léxica resultan las palabras derivadas. Los sufijos protagonistas de la topo- nimia menor murciana son: -ero, -ería, -ista muy productivos en la formación de nombres de profesiones u oficios; por ejemplo, altar + -ero Alfar es el 'obrador o taller del alfarero. El origen de esta palabra se encuentra en altahar, que proviene del árabe hispánico altahhar, y este del árabe clásico fahhar'cerámica', 'alfarería', como informa Joan Corominas en su Breve diccionario etimológico de la lengua castellana. Calle Trapería en esta calle desarrollaba su trabajo el gremio de plateros y joyeros. Con el paso del tiempo, se asentó uno de los bazares más famosos y populares de la ciudad: el Bazar Murciano. El 10 de octubre de 1862 el Ayuntamiento de Murcia, con motivo de la visita a la ciudad de la reina Isabel I y sus hijos (la infanta Isabel y el príncipe Alfonso), aprobó el cambio de denominación de la calle Trapería por el de Calle del Príncipe Alfonso. Calle Platería El gremio de traperos, muy popular en la época, elaboraba y vendía trapos. Las palabras trapería, trapo y paño, en sus primeros usos, paño y trapo, fueron sinónimos y trapería era la calle en la que los mercaderes o traperos las vendían. Con el paso del tiempo, la voz trapo y sus derivados (trapero, trapería) experimentaron una especialización semántica hacia el significado que tiene en la actualidad. Otras calles de la ciudad como: Calle Alfareros: calle en la que estaban los que se dedicaban a trabajar el barro cocido para hacer vasijas. Calle Carniceros: esta calle toma su nombre por el gremio de carniceros. Calle Frenería: en esta calle se agrupó el gremio de los freneros, quienes fabricaban y vendían trenos para las máquinas y carruajes. Calle Jabonerías: en esta calle se ubicaba el gremio de jaboneros, aunque ahora hay, sobre todo, comercios textiles. Calle Organistas: calle en la que se concentraba el gremio de los organistas, que tocaban y componían música para órgano. La catedral y casi toda las parroquias tenían un órgano. Calle Turroneros: el gremio de turroneros se agrupaba con sus obradores en esta calle del barrio de San Antolín. Calle Vidrieros: esta calle tuvo su nombre por el gremio de vidrieros. Antiguamente, este gremio estuvo en la Plaza de Vidrieros, que es la actual Plaza San Antolín. Calle Yesqueros: los yesqueros, es decir, las personas que se dedicaban al oficio de hacer yesca, necesaria para encender el fuego.

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Casino

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Photo ofPunto 4. Palabras testigos de la historia. Plaza de la Cruz. Photo ofPunto 4. Palabras testigos de la historia. Plaza de la Cruz. Photo ofPunto 4. Palabras testigos de la historia. Plaza de la Cruz.

Punto 4. Palabras testigos de la historia. Plaza de la Cruz.

Palabras testigos de la historia y de la vida cotidiana en el paisaje lingüístico. La ciudad de Murcia conserva en su paisaje lingüístico palabras y textos que nos adentran en un pasado lejano y próximo que mantiene un hilo conductor: un relato, aunque con pocas pistas, sobre cómo era la vida cotidiana de los habitantes de la ciudad, con qué curiosidades nos podemos encontrar de cómo era su día a día, qué leían en las paredes o les leían (pensemos que la mayor parte de la población ha sido durante siglos analfabeta), etc. Las paredes oyen, pero también hablan. El vocabulario murciano y la prensa: la prensa y el periodismo experimentaron durante el siglo XIX un auge sin parangón porque se convirtió en un medio económico para difundir cualquier tipo de noticias, entre ellas, las relacionadas con la lengua. Debido a la inmediatez de la información, la prensa fue el foro idóneo para expandir las ideas y las palabras. Los textos periodísticos tienen gran valor para la historia de la lengua porque recogen noticias sobre la lengua, usos lingüísticos y polémicas sobre los más variados aspectos. En particular, el periodismo se convierte: en un medio para la aprobación y aceptación de palabras (por ejemplo, los regionalismos) y en una de las fuentes de autoridad palabras: académica. Hay que recordar que la mayor parte de los académicos de la RAE participaron en la redacción de periódicos, bien como colaboradores, bien como editores, directores, etc. La prensa: la gran divulgadora del vocabulario murciano. La prensa murciana de finales del siglo XIX y de la primera mitad del XX fue el gran medio de divulgación del léxico. Pintadas o grafitis Las pintadas en las paredes no son una moda reciente. En la antigua Roma y en Pompeya se escribía en ellas para transmitir mensajes de temática muy parecida a la que podemos encontrar hoy en día: mensajes de amor, insultos, quejas, protestas, pensamientos, alabanzas, aclamaciones, etc. En dos de las paredes de la torre de la catedral de Murcia hay pintadas hechas en color almagre. Algunas son descifrables, pero otras no tanto, en realidad su nombre es VÍTOR, que era el que se le daba a los grafitis que se escribían en las paredes desde la Edad Media. El vitor se representa por un anagrama ('símbolo o emblema'), que adopta diterentes formas y está compuesto con las letras de las palabra vítor o víctor. Va acompañado del nombre de la persona a la que se la hacía el vítor, de palabras o breves textos. Los más conocidos están en las paredes de los edificios universitarios salmantinos y celebran los logros y obtención del grado de doctor de sus estudiantes. El origen del anagrama se encuentra en el crismón o lábaro. Volviendo al punto de la ruta en el que nos encontramos (la Plaza de la Cruz), pueden verse varios vítores en el primer cuerpo de la torre de la catedral, probablemente alusivos a algunos canónigos de la catedral, a alguien vinculado con la iglesia o, quizá, a algún acontecimiento relevante que ocurriera en la época. Se pueden ver los anagramas y, junto a ellos, escrito: DE IASSO o DE LASSO; DE CHECHA... ¡Las hipótesis sobre lo que aparece escrito son varias! También hay vítores en la fachada de la torre que se encuentra en la calle Oliver.

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Photo ofPunto 5. Herencia murciana al Humanismo. Calle de Los Apóstoles Paisaje lingüístico neolatino. Photo ofPunto 5. Herencia murciana al Humanismo. Calle de Los Apóstoles Paisaje lingüístico neolatino. Photo ofPunto 5. Herencia murciana al Humanismo. Calle de Los Apóstoles Paisaje lingüístico neolatino.

Punto 5. Herencia murciana al Humanismo. Calle de Los Apóstoles Paisaje lingüístico neolatino.

Bordeando la catedral desde la Plaza de la Cruz, se accede a la calle de Los Apóstoles nombrada así porque en ella está la Puerta de Los Apóstoles (una de las entradas de acceso a la catedral). Si se avanza un poco, nos encontramos, en la fachada lateral de la catedral, con la lápida que recuerda a los viandantes ella está famosa capilla renacentista del siglo XVI de la familia Junterón En la inscripción se lee: “DE IVNTE RON ES” Estas tres palabras han dado mucho juego entre expertos y legos en cuestiones lingüísticas. Se ha dicho y escrito que las dos posibles lecturas serían: (1) DE INTERONES es decir, que la capilla pertenece a la familia de los Junterones, y (2) DE INTERON ES esto es, que la capilla es de la familia Junterón. En este último caso, el verbo (es) se pone al final de la oración porque es un rasgo propio de la influencia latinizante. A esto último, hay que añadir que la grafía humanística neolatina (también imitación de la utilizada en las inscripciones latinas clásicas) da prestigio a la inscripción, al escudo del papa Julio Il y, por supuesto, a los dueños de la capilla. Otro dato se suele incluir en el planteamiento de las hipótesis es el espacio del que disponía el maestro cantero para cincelar la inscripción. “DEIVNIE RON ES” inscripción del exterior de la capilla de Junterores de la Catedral de Murcia Por la fecha aproximada de la inscripción y por el contexto, se puede afirmar que se está ante una estructura neolatina tanto por el tipo de letra como por el orden sintáctico que presenta. Francisco Cascales: figura del Humanismo. Al finalizar la calle de los Apóstoles y antes de entrar en la Plaza del Cardenal Belluga, nos encontramos con una lápida de mármol blanco (fijada en la fachada de la actual Escuela de Arte Dramático, antiguo Seminario de San Fulgencio), que conmemora los trescientos años del fallecimiento del humanista, filólogo e historiador murciano Francisco Cascales, llamado también con el sobrenombre Licenciado Cascales Muy próximo a este punto de la ruta está el Instituto de Educación Secundaria Licenciado Francisco Cascales, nombre que recibió en el curso académico 1981-1982. En la inscripción sobre azulejo que corona las dos entradas al edificio se lee: La inscripción en letras mayúsculas simula los usos gráficos de las inscripciones romanas en latín, quizá, para recordar la solera del edificio y del centro educativo. “INSTITUTO DE BACHILLERATO "LCDO. FRANCISCO CASCALES" Francisco Cascales (1564-1642), fue uno de los máximos exponentes del Humanismo y del Siglo de Oro españoles. Gran conocedor de disciplinas como la retórica, la gramática, la filología, la historia... Mucho se ha escrito sobre Cascales, pero en este punto de la ruta se va a poner de relieve el uso de palabras dialectales en la obra del humanista murciano. Los dialectalismos son, por ejemplo: balamido 'rumor confuso de los balidos de un rebaño, 'estruendo, vocerío grande. Bizuejo 'biszo, bisojo'. Cauza 'cestilla o caja de esparto donde se incuba (aviva) la simiente del gusano de seda. De los 252 murcianismos que hay actualmente en el Diccionario de la lengua española (DLE), 183 son exclusivos de la Región de Murcia y 69 comparten con otras de la lengua española, variedades del español de Andalucía, Albacete, Cuenca, Canarias, etc.

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Photo ofPunto 6. El barroco del español. Plaza Cardenal Belluga Photo ofPunto 6. El barroco del español. Plaza Cardenal Belluga Photo ofPunto 6. El barroco del español. Plaza Cardenal Belluga

Punto 6. El barroco del español. Plaza Cardenal Belluga

Convergencia de paisaje lingüístico y escultórico En este punto de la ruta se encuentra en uno de los lugares neurálgicos más importantes de la ciudad: la plaza del cardenal Belluga o plaza de la Catedral. El paisaje lingüístico y escultórico de esta localización permite hablar de tres aspectos que despiertan la curiosidad de los hablantes y que son muy relevantes para la historia de la lengua española: El concepto de etimología. Los hipocorísticos. Los usos gráficos, sobre todo, las abreviaturas. En el imafronte (fachada) barroco de la catedral se encuentran cuatro hornacinas con veneras (conchas) en las que están las esculturas de los llamados cuatro santos de Cartagena: san Leandro, san Fulgencio, san Isidoro y santa Florentina. De estos cuatro santos hay que destacar la figura de san Isidoro de Sevilla (556-636) por su relevancia para las investigaciones filológicas; además, es el patrón de las humanidades. San Isidoro que uno de los hombres más ilustres de la Edad Media, ya que alcanzó gran renombre por su categoría intelectual. Hay que añadir que fue arzobispo de Sevilla, Doctor de la iglesia y presidió el IV Concilio de Toledo. Su obra cumbre fue Etymologiae (Etimologías), compuesta por 20 volúmenes en los que refleja la evolución del conocimiento desde la antigüedad hasta el siglo VII; tuvo una influencia enorme en las instituciones educativas de la Edad Media. San Isidoro escribió esta obra en latín, pero en ella sentó las bases de la Etimología, disciplina que se ocupa del estudio del origen, significado, forma, evolución de las palabras. La Etimología es una disciplina auxiliar porque proporciona el étimo (raíz o palabra) de la proceden esas palabras. Los hipocorísticos y las fórmulas de tratamiento en la Huerta de Murcia Los nombres propios (antropónimos) de san Fulgencio y santa Florentina nos conducen directamente a un paisaje lingüístico, en este caso, oculto porque no vemos sus nombres, pero sí que podemos intuirlo, es decir, podemos saber cómo nombraban a estos dos santos en su entorno familiar, es decir, con que nombres hipocorísticos Florentina › Flora, Fulgencio > Pencho, Fuensanta › Santi, Catalina > Tati, Daniel > Daní, José > Pepe, Lucía > Lucia, Isabel>Isa, Teresa Tere, María Teresa > Maritere o Maite, Los hipocorísticos "son los acortamientos, diminutivos o variantes del nombre propio original que se emplean en lugar de este como designación afectiva, familiar, cariñosa o eufemística" (RAE) Diego > Yago, María del Carmen > Mamen. Manuela › Manoli. Antonia › Toñi, Juan Francisco > Panchi, Ignacio > Nacho, Alberto > berto. Esta forma de nombrar se ha dado desde siempre en el habla murciana y en el resto Antonio > Tono, toño, toni de zonas en las que se habla español. Hay un personaje de ficción en la Región de Murcia al que solo se le conoce por su nombre hipocorístico, como se podrá averiguar fácilmente, es El Tío Pencho. Manuel Sánchez Baena, autor de la viñeta o tira cómica, supo reflejar perfectamente el paradigma del habla de una zona de la Región de Murcia siempre con un buen sabor de boca humorístico. La viñeta aparecía todos los días en el diario La Verdad de Murcia. El nombre de esta tira cómica está formado por un artículo + tío + hipocorístico. EL TÍO PENCHO. La estructura artículo + tío / tía fue una fórmula de tratamiento en la Huerta de Murcia y podía ir acompañada de un antropónimo (nombre propio) o de un hipocorístico: Artículo + Tío / Tía + antropónimo: La Tía María, El Tío Antonio, El Tío Francisco, Artículo + Tío / Tía + hipocorístico, El Tío Pecho, El Tío Paco, La Tía Paca. La utilización del nombre propio precedido del artículo determinado (el, la) se remonta al siglo XV y su empleo es generalizado en muchas zonas en las que se habla español, no solo en Murcia. Su origen se encuentra en una estructura culta latina. En la actualidad, hay zonas del español en las que se considera un coloquialismo, pero hay otras en las su uso esta estigmatizado y, por tanto, se observa como un vulgarismo. Usos gráficos de épocas pasadas. En la fachada norte del Palacio Episcopal se encuentra una de las lápidas que más información ofrece sobre los usos gráficos del castellano de épocas pasadas: Abreviaturas de vocales y consonantes con lineta (virgulilla) y letras voladas. Dígrafos (dos letras) cultos de origen griego o latino. Grafías vocálicas con valor consonántico. Como se comprueba en la imagen y transcripción de más abajo, el manejo de estos usos gráficos no es sistemático, es decir, no siempre se produce, depende de muchos factores. Las abreviaturas popularmente, se ha considerado que el uso de las abreviaturas (reducción gráfica) respondía a la necesidad de ahorrar en material de escritura y en el tiempo que se dedicaba a la labor de escribir. Si tenemos en cuenta que hay obras medievales en las que abundan las formas ornamentales y dibujos (que suponen gran dedicación) el argumento del ahorro de tiempo no es apropiado. Existen otros argumentos más lingüísticos para el empleo de las abreviaturas, por ejemplo, la relación entre grafía y lectura, es decir, la grafía como representación de la pronunciación o la vinculación entre lengua escrita y oral. Cuando una abreviatura se utiliza muchas veces para representar a una palabra, el lector la reconoce inmediatamente, incluso, antes que la palabra completa.

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Photo ofPunto 7. Palabras de origen árabe. Photo ofPunto 7. Palabras de origen árabe.

Punto 7. Palabras de origen árabe.

Vocabulario de origen árabe El vocabulario de las hablas murcianas es uno de los aspectos sobre el que más se ha investigado y publicado porque refleja muy bien la idiosincrasia de la zona. Gran parte del vocabulario que se emplea en las diferentes comarcas de la Región de Murcia es el resultado de la influencia del árabe, aragonés, catalán y castellano, es decir, de su historia y del hecho de haber sido tierra de frontera. La Murcia medieval era una ciudad de diseño musulmán adaptado a las costumbres cristianas. Las calles eran estrechas y quebradas, con plazas muy pequeñas y las casas volcadas hacia el interior. En este punto de la ruta (la calle Azucaque), el paisaje linguístico muestra que la presencia de arabismos en la ciudad fue y sigue siendo evidente. Justo García Soriano escribió en la introducción de su Vocabulario del dialecto murciano que "el árabe influyó [...] en la formación del dialecto murciano menos de lo que generalmente se piensa. (1932: XXXVIII). Esta afirmación no niega que los arabismos formen parte de la vida cotidiana de los habitantes de la ciudad. Hay dos ámbitos que destacan por la presencia de arabismos: uno es el diseño de las calles y otro el relacionado con el agua y los sistemas de canalización. Este punto de la ruta se dedica al primero de ellos. Callejón de Azucaque o Calle Azucaque Cerca de la catedral se encuentra una calle muy estrella que mantiene el diseño original de las calles musulmanas, el famoso callejon de azvcaqve. Con el paso del tiempo, la palabra callejón fue sustituida por el hiperónimo ('palabra cuyo significado está incluido en el de otras') calle: calle azucaque. Quizá, debería haberse mantenido el sustantivo callejón porque su significado se adecúa más al diseño estrecho y largo de la calle y, además, tiene cierto de aire de misterio. La palabra azucaque ('callejón estrecho, escondido y sin salida') solo se encuentra en dos diccionarios La búsqueda de esta palabra de origen árabe en diccionarios y vocabularios da dos registros: uno de 1693 en el Tesoro de la Lengua Castellana de Juan Francisco de Ayala y otro del 2007 en el Vocabulario de las Hablas Murcianas. El Español hablado en Murcia de Diego Ruiz Marín. La definición de Diego Ruiz Marín de azucaque es el nombre que, desde el siglo XV, se da en Murcia a los adarves. Callejón ciego o grupo de ellos. Callejón con revueltas. Adarve en las antiguas ciudades musulmanas, callejón particular (sin salida) que daba acceso a las viviendas situadas en él y se cerraba por las noches. Calleja o callejón sin salida. Azucaque está, lógicamente, muy vinculada con la palabra adarve tanto por su significado como por su etimología árabe. Diccionario de la lengua española Hubo un tiempo que en la ciudad de Murcia se podía callejear de adarve en adarve,en la actualidad, uno de los adarves mejor conservados y cuidados de Murcia es el Adarve Cortés (Barrio de San Pedro).

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Ayuntamiento

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Photo ofPunto 8. Un río de palabras. Puente de los Peligros. Photo ofPunto 8. Un río de palabras. Puente de los Peligros. Photo ofPunto 8. Un río de palabras. Puente de los Peligros.

Punto 8. Un río de palabras. Puente de los Peligros.

Sentimientos enfrentados: el aire fresco del río Segura y los balamidos de las riadas En este punto de la ruta confluyen varios sentimientos provocados por el fluir del río Segura: En los días muy calurosos: un aire fresco, que alivia un poco. • En los días muy lluviosos: el miedo a una posible riada, que puede traer los balamidos o balamíos con consecuencias personales y materiales. El río y todo lo que gira a su alrededor (sistemas de riego, construcciones hidráulicas, etc.) han enriquecido el vocabulario murciano a lo largo de Su historia. Paisaje lingüístico en latín: la Virgen de los Peligros y las riadas El templete que alberga a la Virgen de los Peligros está muy unido a esos sentimientos de alivio y miedo. Encima de la hornacina de la Virgen, hay una inscripción en latín (Salus in periculis), que implora por la salud en los peligros, especialmente, en época de riadas. Es un lugar que, habitualmente, tiene un paisaje lingüístico escrito por personas anónimas que agradecen a la virgen que haya escuchado sus rogativas; aunque también hay otras que aluden a comportamiento respetuoso: Bajo la hornacina hay una inscripción muy curiosa que recuerda que, si se reza a la Virgen de los Peligros, se concederán: 40 días de indulgencias por parte del obispo de Cartagena Tomás Brian Livermore y 320 días de indulgencias por otros cardenales y obispos. “ESTE RETABLO SE RESTAURÓ A EXPENSAS DE SU PROPIETARIO D. ANTONIO REBOLLO CALATAYUD Y DEVOTOS EN EL AÑO 1893. FUE ENCOMENDADO EL PINTADO A EL REPUTADO ARTISTA D. MANUEL SAN MIGUEL FRANSO Y NTRO. EXMO. E ILTMO. PRELADO DR. D. TOMÁS BRIAN Y LIVERMORE HA CONCEDIDO 40 DÍAS DE INDULGENCIAS A TODOS LOS FIELES POR CADA AVE MA, SALVE, ORACIÓN O JACULATORIA QUE SE RECE ANTE ESTA SAGRADA IMAGEN. IGUALMENTE HAY CONCEDIDAS 320 DÍAS DE INDULGENCIAS POR VARIOS EXMOS. E ILTMOS. SRES CARDENALES Y OBISPOS EN LA REFERIDA FORMA. FUE GRABADA ESTA LÁPIDA POR ENCARGO DE SU CAMARERA DA. PELIGROS PÉREZ GUIRAO - 1-9-1968” Desde el templete de la Virgen de los Peligros se desciende por úñala escalera hacia el puente de Manterola. Desde este último puente se tiene una vista privilegiada de uno de los espacios más bonitos de la ciudad; pero, sobre todo, es un lugar desde el que disfrutar y ver el vocabulario relacionado con el agua. El vocabulario vinculado con el agua, sistemas de riego, construcciones de canalización, etc., bien específico del murciano, bien compartido con otras zonas del español, es amplio: acequia, acequiaje, albellón, azarbe, azarbeta, azarbón, azuda, brazal, brazalero, corrental, correntía, escurridor, malecón, marmota, mota, partidor, portillo, rafa, riada, sobrecequiero, tanda, etc. Para este punto de la ruta hemos seleccionado tres palabras que aparecen en el paisaje natural y escultórico, que se funden con el lingüístico: azud, mota y malecon. El azud es una especie de barrera o presa pequeña construida en los ríos para elevar el nivel del agua y derivarla hacia canalizaciones laterales (acequias, molinos, etc.) para aprovechar, así, la fuerza del agua con fines de regadío o para mover las piedras que molían el grano en los molinos. En el puente de Manterola, se ve perfectamente el azud, que desvía el agua hacia los molinos que se encuentran en cada margen del río. Si hay un lugar en Murcia por el que se suele pasear, correr, montar en bicicleta, etc., es la mota del río Segura. Según los diccionarios etimológicos, esta palabra es de origen incierto. La mota es la elevación natural que se forma por sedimentación a ambos márgenes del Río. Si hay otro lugar por el que las murcianas y murcianos suelen pasear, correr, montar en bicicleta, etc., es el malecón. Al igual que mota, los diccionarios etimológicos le dan un origen incierto. Se construyó en el siglo XV para ser el muro de contención del río y sus crecidas. El paso del tiempo fue deteriorándolo y en el siglo XVIII fue reconstruido. Repartidos por España (Murcia, Cádiz), Europa y América (La Habana, Guayaquil, Santo Domingo, Lima, Mazatlán, etc.). Hay muchos malecones, pero el de Murcia aúna dos rasgos que lo diferencian de los demás: Es un malecón de río. Tiene la escultura del León del Malecón, que aunque no es la original, la representa fielmente. El original se encuentra el Museo de la Ciudad. En el pedestal hay una inscripción que conmemora la restauración en 1776.

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Pasarela Manterola

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Photo ofPunto 9. Alma mater. El Palacio Almudí. Photo ofPunto 9. Alma mater. El Palacio Almudí. Photo ofPunto 9. Alma mater. El Palacio Almudí.

Punto 9. Alma mater. El Palacio Almudí.

Otro punto de la ruta lingüística se encuentra en el Palacio Almudí (antiguo edificio del Pósito de trigo o grano de la ciudad de Murcia) y, en concreto, bajo uno de los emblemas de la ciudad: el relieve de la Caridad, conocido también como el relieve de la Matrona de Murcia, realizado en 1575 por Hernando de Torquemada. Ahora, el Palacio Almudí alberga el Archivo Municipal de Murcia (AMM). Desde sus inicios, este archivo se vincula a la fundación del Concejo de la ciudad por Alfonso X el Sabio en 1266. El Concejo siempre veló por la custodia y la buena catalogación de los documentos que emitía, lo que es una suerte para los investigadores, pero volvamos al punto exacto de esta ruta: al relieve de la Matrona de Murcia. Las interpretaciones alegóricas que se han dado sobre la simbología de este relieve han sido variadas (algunas muy apasionadas y vivas), las cuales van engrosando las páginas de publicaciones y animan el debate sobre este tema. Se ha hablado de una alegoría sobre la hospitalidad, la caridad y el acogimiento como cualidades innatas a la ciudad de Murcia y a sus habitantes. La inscripción latina que llevan los ángeles del relieve (La caridad que obligó a su creación, ella misma obligue a su administración) apoya el sentido de caridad. La interpretación más extendida a lo largo de la historia de este relieve ha sido la siguiente: representa a una madre amamantando a un niño (se supone que no es su hijo) y a su izquierda estaría su hijo. ¿Por qué alma mater? Alma mater es una locución latina que significa 'madre nutricia, que provee de alimento y, por lo tanto, transmite la idea de acogimiento. Esta ha sido la forma en la que se ha conceptualizado y expresado la idea popularmente Nuestra interpretación es sencilla y lingüística: utilizamos el concepto de metáfora (propuesto por la teoría semántico-cognitiva), pues, en el fondo, las palabras hospitalidad, acogimiento y caridad forman parte de una misma categorización conceptual, es decir, de una red semántica con límites de significado difusos entre esas tres palabras. El murciano se ha amamantado y ha acogido fuentes árabes, aragonesas, catalanas, castellanas (principalmente en el nivel léxico) y rasgos fonéticos que comparte con las otras hablas meridionales (extremeño, andaluz y canario). Son influencias que han penetrado, se han asimilado y se han quedado en la escritura y en el habla murciana y conforman los rasgos o caracterizadores dialectales de la variedad murciana del español, que le confieren una fuerte personalidad. Se iniciaba la ruta en un punto en el que se leía y veía en el paisaje lingüístico de origen árabe acogido por el vocabulario murciano (acequia), y se finaliza en un lugar que pivota sobre otra palabra de origen árabe: almudí, sinónimo de alhóndiga. La historia del almudí murciano está llena de cambios y vicisitudes, por ejemplo, el 30 de agosto de 1612 le impactó un rayo, se incendió y se derrumbó gran parte del edificio. Eel Almudí murciano Fue Alfonso X el Sabio quien Lo hizo en el Privilegio Rodado concedió al Concejo e Murcia el fechado el 9 de abril de 1272.

PictographRuins Altitude 148 ft
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Muralla de Verónicas y mercado

Comments  (2)

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    lamorosangel Mar 10, 2024

    Me ha encantado toda la extensísima explicación que has aportado Paco. No puedo más que felicitarte porque me he entretenido un buen rato, leyéndola y disfrutando, y sobre todo culturizándome, porque he de reconocer que algunos de los datos que aportas con tanto detalle los desconocía por completo.
    Enhorabuena y muchas gracias por divulgar nuestro rico y poco conocido legado cultural, tantas veces menospreciado (por nosotros mismos los primeros).
    Un abrazo fuerte y a ver si coincidimos pronto en la montaña, la quedada de Wikiloc la tenemos ahí pendiente!

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    Francisco Jose Martinez Martinez Mar 10, 2024

    lamorosangel gracias por la valoración y las estrellitas, Desde que vivo en Murcia ciudad, hace poca más de un año y sobre todo algo averiado me estoy reconvertiendo, aunque sigo echando de menos mucho la montaña, apenas la piso. Murcia es una gran ciudad, con mucha historia a cada paso, muy entretenida de recorrer y muchas historias que recuperar. Otro abrazo para ti y a ver si se mueve la quedada y nos volvemos a reunir. Un saludo.

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