Ruta del río Dulce, los arrieros semos

Hoy nos dirigimos al pueblo de Pelegrina con su castillo para contemplar las hoces del río Dulce, la carretera que nos ha traido hasta las inmediaciones del pueblo es muy estrecha y sus puentes más estrechos aun, menos mal que el conductor del autobús es bastante eficiente, ya en las proximidades del pueblo hay que aparcar en el parking que hay en la entrada en el pueblo es imposible. De camino al aparcamiento nos acercamos antes a contemplar el mirador dedicado a Felix Rodríguez de la Fuente que contemplas las hoces del río y es una maravilla, tuvimos la suerte de contemplar el vuelo de numerosos buitres que parece que nos estaban aguardando para desplegar en el cielo su impresionante porte.
Ya en el parking empezamos allí mismo la ruta que nos lleva al pueblo para callejear por sus calles y subir a las ruinas del castillo (info en el enlace http://www.turismocastillalamancha.es/patrimonio/castillo-de-pelegrina-27764/descripcion/)
Una vez visitado el pueblo y su castillo en la entrada del pueblo a la izquierda viniendo del parking empezamos a bajar para conocer el precioso paraje de las hoces del río Dulce, la verdad que su encajonamiento, su vegetación y sus rocas son impresionantes.
Caminamos por la margen derecha en sentido ascendente con la intención de llegar a unas cascadas, que luego vamos a desistir primero por falta de tiempo y segundo porque el río conforme subimos no trae ni una gota de agua lo que nos hace desistir el intento. En la subida contemplamos la caseta donde guardaba el equipo de rodaje de Felix su material. Atravesamos el puente y seguimos ascendiendo por su margen izquierda pero la guía de turismo del grupo le han informado que no lleva agua con lo cual empezamos a bajar por la margen izquierda por el sendero más próximo al río. El recorrido se hace sin ninguna dificultad pero la pena que venga seco.
Conforme nos vamos acercando a las inmediaciones del pueblo es el único lugar que trae algo de agua procedente de algún que otro arroyo.
Llegamos al puente que en la bajada dejamos a nuestra derecha y lo cruzamos para ascender por el mismo camino que en la salida nos condujo hasta el río.
Merece la pena conocer este entorno pero en época de lluvias y cuando el río tenga algún caudal.
Ya de vuelta regresamos a Guadalajara pues esta tarde tenemos la partida para nuestra Granada del alma.