RUTA 2: EL CEDRO Y LOS MIRADORES

Viaje confortable y apto para todos los públicos sobre la historia natural y humana de la sierra de Béjar y su comarca, que nos trasladará a uno de los paisajes más bellos del entorno de Béjar, donde podremos disfrutar de unas vistas panorámicas privilegiadas sobre la ciudad y alrededores.
Desde los amplios miradores que encontraremos a lo largo de esta ruta contemplaremos la vegetación autóctona de imponentes castaños y robles melojos, espectaculares bosques en los que nos adentraremos, cobijándonos bajo la agradable sombra que ofrecen.
De especial interés y uno de los grandes atractivos de esta ruta es el centenario ejemplar de Cedro ubicado en la Finca de La Francesa, que recibe su nombre de la esposa de Monsieur Papau, ingeniero francés encargado de las obras del ferrocarril en el municipio bejarano. Este colosal cedro no deja indiferente a nadie por su impresionante porte. Es una finca privada y permiten el paso por la parte de arriba pero no molestar.
Sin embargo, este gigantesco árbol no debe restar importancia al resto de especies que tapizan los bosques de castaños, roble, álamos, acacias, sauces y fresnos presentes en este lugar, cuyos colores, especialmente en otoño, conforman una inolvidable delicia visual.
Se trata, por tanto, de una ruta que tiene todos los alicientes para ofrecer un paseo mágico y apacible que queda grabado en la retina de aquellos que se adentren en este majestuoso entorno natural.

CARACTERÍSTICAS DE LA RUTA
Identificación de la senda: RUTA DEL CEDRO Y LOS MIRADORES
Tipo de recorrido: Circular
Longitud: 7,4 km
Desnivel: 289 metros
Tiempo aproximado 3 horas
Inicio/Final: Parque Santa Ana
Dificultad: Baja
Recomendaciones: Ropa y calzado cómodos, adecuados a la época del año, bastones, mochila con agua y algo de comida.
Puntos de Interés: Paraje de Santa Ana, Paraje de la Centena, Finca de la Francesa, Mirador del Viaducto, Mirador de los Navarejos, Mirador-merendero de la Fuente del Lobo, Mirador del Sagrado Corazón.

Iniciamos la ruta en Béjar en el Parque de Santa Ana, donde encontramos la ermita con el mismo nombre. En este lugar hay un panel informativo de dicha ruta. Al fondo del parque se encuentra una gran fuente señorial.

Seguimos por el camino que nos lleva hasta la Finca de La Centena, finca que dista unos 20 minutos. Cuenta la leyenda que en este lugar, el día de Santa Marina, los cristianos se reunieron para celebrar una misa. Tras la oración, cubrieron sus ropajes de musgo y emprendieron camino hasta las murallas de la fortaleza, para después tomar la ciudad.
En el lugar donde se celebró la eucaristía se construyó una ermita en honor a Santa Marina y desde entonces se celebra una romería para conmemorar a aquellos “hombres de musgo”.
La vista sobre Béjar es maravillosa, especialmente en días claros.

Desde la Centena siguiendo las señales, continuamos por el camino que nos lleva hasta la Francesa. El camino discurre con prados de excelentes pastos y bosques de robles.
Llegamos a la Finca la Francesa donde se encuentra el Cedro Centenario árbol singular por su longevidad y por sus grandes dimensiones de 28 metros de altura y 9 de perímetro. Procedente del norte de África, es un ejemplar con un porte majestuoso.
Un poco más adelante se encuentra la Fuente de la Teja.

Siguiendo por la senda llegamos al Mirador de los Navarejos donde podemos contemplar la curiosa línea divisoria, que distingue la forestación autóctona de roble melojo (quercus pirenaica) con la plantación de castaños centenarios injertados (castanea sativa), con el fin de dar sustento a la población en épocas de hambruna.

Seguimos nuestro camino y pasando al lado de una finca privada llegamos al cruce del Mirador-Merendero Fuente del Lobo. Su nombre viene dado por la fuente construida en granito con cabeza de lobo en bronce. Desde el mirador podemos observar la ciudad. Con una vegetación muy extensa roble, castaño, espino albar…

Continuamos por la carretera dirección Béjar para llegar al mirador del Sagrado Corazón, nos recibirá con los brazos abiertos una imponente imagen construida en 1929.

Saliendo del sagrado corazón a la izquierda nos incorporamos a un camino de tierra con escaleras que llega al parque de Santa Ana. Aquí acaba nuestra ruta circular.