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Ruta de SANTIAGO DE LA NAVA

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Trail stats

Distance
2.99 mi
Elevation gain
610 ft
Technical difficulty
Moderate
Elevation loss
331 ft
Max elevation
1,588 ft
TrailRank 
25
Min elevation
1,188 ft
Trail type
One Way
Coordinates
42
Uploaded
November 20, 2012
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near Guadalmez, Castilla-La Mancha (España)

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Itinerary description

EL CAMINO DE SANTIAGO GUADALMISEÑO

Guadalmez también cuenta con un Camino de Santiago, pero que no se dirige a Compostela, sino a su antigua ermita de Santiago de la Nava, a los pies de la sierra, un camino que durante los siglos XV, XVI, XVII y XVIII fue una auténtica “Vía Sacra” en la que se levantaron las ermitas de Nuestra Señora de los Remedios, Santiago de la Nava y Santo Domingo de Silos, en el itinerario que unía la entonces aldea de Guadalmes con su villa matriz Chillón.

El camino de Santiago comienza en la parroquia de San Sebastián, en el centro de la población, a una altura en torno a los 362 metros sobre el nivel del mar, y desde aquí tomamos la calle de Almadén hasta el camino de El Puerto, que en un primer tramo, discurre paralelo al arroyo de la Gavia, donde antiguamente se encontraba la ermita de Nuestra Señora de los Remedios. Pronto comenzará el ascenso a este puerto, que nos llevará de los 362 metros iniciales a alcanzar los 482 metros en lo más alto del puerto, a unos 2 kilómetros de distancia, y donde se levanta hoy día una pequeña capilla (Virgen del Puerto). Desde aquí continuamos por el camino recto que desciende hasta el arroyo de Los Muertos, volviendo a descender hasta los 416 metros, y pasaremos al lado de las abandonadas minas de cinc de Rafaelita-El Bombero, para comenzar nuevamente un ascenso hasta coronar el puerto de La Nava o de Santiago de 468 metros. Desde aquí, a nuestra izquierda, tendremos una bonita panorámica de la sierra y de las minas de Santa Catalina y Bombita.

Un nuevo descenso nos llevará a cruzar el arroyo de la Nava, para continuar ascendiendo de forma suave hasta el alcornocal y las viejas paredes de piedra de las antiguas huertas de la Nava. Apartándonos del camino de moderno, a nuestra derecha, seguiremos por el antiguo camino de Puertomellado, entre paredes de piedra y centenarios alcornoques, y por fin habremos alcanzado las ruinas de la ermita de Santiago de la Nava, en un bello paraje lleno de fuentes y exuberante vegetación. Si se continuase este viejo camino hasta Puertomellado, pasaríamos al lado de la antigua cantera de jaspe y de la desaparecida ermita de Santo Domingo de Silos.


UN POCO DE HISTORIA

Realizar la ruta del antiguo camino de Santiago de la Nava, no es solo una actividad física y saludable para nuestro cuerpo, sino también para nuestra mente y nuestro intelecto, porque andar por ese mismo camino es revivir parte de nuestra Historia y tradiciones. El camino de Santiago de la Nava transcurre por el antiguo camino que unía la aldea de Los Palacios de Guadalmez con su villa matriz, Chillón, a través de Puertomellado, y cuyo itinerario estaba custodiado por tres históricas ermitas, la de Nuestra Señora de los Remedios de la Gavia, la de Santiago de la Nava y la de Santo Domingo de Silos, lo que lo convertían en una auténtica Vía Sacra, en la que los habitantes de Guadalmez habían expresado su devoción y religiosidad. Pero así mismo es el camino que tomaron en 1516 el alcalde de Guadalmez, Diego Sánchez Rico, y su procurador, Juan Ruiz Izquierdo, junto a los vecinos Diego Núñez y Juan Alonso del Río, para recibir de manos del marqués de Comares, su señor natural, alcaide de los Donceles y Virrey de Navarra, la Carta de Censo Enfitéutico, piedra angular que sostendrá el futuro desarrollo de Guadalmez, ya que en ella, D. Diego Fernández de Córdoba y Arellano, cede la Vega de Valdesapos y los quintos a ella unidos, para siempre jamás a los vecinos y moradores de la aldea de Guadalmez, a cambio de un canon anual de 30.000 maravedís.

De ahí la importancia histórica, cultural y religiosa de este camino, donde el senderista puede volver a descubrir los magníficos parajes naturales por los que transita, así como el patrimonio cultural y la devoción religiosa que aquellos primeros habitantes de Guadalmez nos han legado.

Durante siglos, Guadalmez contó con una verdadera Vía Sacra (camino sagrado), en la que se situaban los principales testimonios religiosos de la época, y que coincidía con el camino más transitado de aquellos tiempos, el que unía a la entonces aldea de Los Palacios de Guadalmez con su villa matriz, Chillón. Ese camino no era otro, que el Camino del Puerto, como hoy lo conocemos, y esa vía sacra marcaba el calendario festivo y religioso de la antigua aldea.

En el centro de la aldea se levantaba la parroquia de San Fabián y San Sebastián, edificio del siglo XV y erigido nuevamente a finales del siglo XVI siguiendo las trazas de Hernán Ruiz III, y tomando ese camino de Chillón, a escasos cuatrocientos metros, el viajero se encontraba con la ermita de Nuestra Señora de los Remedios. Más adelante, en La Nava, a los pies de la sierra, se construyó la ermita de Santiago, y coronando el Puertomellado, era la ermita de Santo Domingo de Silos la que recibía al viandante.

La más antigua de ellas, parece ser que era la dedicada al Señor Santiago, pues ya a finales del siglo XVII se encontraba en ruinas, como lo atestigua una anotación de 1690 en el Libro de Cuentas de la Fábrica de la Iglesia:

“... item se cargan cien reales por los mismos en que se vendió una campana de la hermita del señor Santiago por estar hundida la hermita que la compró el obrero de Chillon...”

Aunque es probable, que incluso antes, la referida ermita ya estuviera abandonada, por lo que se puede deducir de un apunte del año 1655, en el que al enumerar los bienes de la Cofradía del Santísimo Sacramento, aparecen reflejados entre los mismos “...una sabana de Santiago...la lengua de la campana de Santiago...”. Es decir, por aquel año, la campana de la ermita no tenía su lengua ni existía motivación para repararla, situación que bien pudiera dar a entender el total abandono del templo.

Esta ermita se encontraba situada en la Nava, camino de la villa de Chillón, dando nombre con ello a aquel paraje que sería conocido como la Dehesa de Santiago de la Nava, y tras quedar en ruinas, la imagen del santo, que era de piedra, se trasladó a la Iglesia Parroquial de la aldea. Aparece mencionada por vez primera en las Relaciones de Felipe II del año 1591, junto al resto de ermitas que existían en el señorío de Chillón:

“...hay otras ermitas muy devotas como son San Juan Baptista y Santiago y Santo Elifonso...”

Cada año, el día de su festividad, los vecinos de Los Palacios de Guadalmez realizaban una procesión con la imagen del santo, cuyos gastos ayudaban a costear con las cantidades sobrantes del importe de los 30.000 maravedíes que debían reunir, tras la venta de las hierbas, para el pago del Censo Enfitéutico por las tierras de la Vega de Valdesapos, a tenor de lo narrado en un documento de abril de 1619:

“... En las tierras que nuestro Señor tiene en término del dicho Lugar los cuales dijeron que los bienes los poseen en virtud de un titulo y Escritura de censo perpetuo que dijeron de que pagan a Vuestra Excelencia Treinta mil maravedis de tributo cada año... y que algunos años le sobran doce u trece mil maravedis y estos los distribuyen en las necesidades que se producen en comun y en la procesion que se hace del señor Santiago...”

No hace mucho que los cimientos de esta ermita de Santiago de la Nava, han sido hallados en el referido paraje, y existe la motivación de volver a reconstruir este pequeño templo, muestra de la devoción religiosa de un pueblo, y la valorización de su patrimonio cultural y arquitectónico.

Respecto a la ermita de Santo Domingo de Silos, situada en Puerto Mellado, y por tanto muy cerca de la anterior, ésta no aparece mencionada en las Relaciones Topográficas de Felipe II, por lo que con toda probabilidad, se erigiese a principios del siglo XVII y que en el siglo XIX ya se encontraba en ruinas, según Pascual Madoz, quien asegura que su imagen, de piedra labrada, fue llevada a la parroquia de Chillón.

La tercera de estas ermitas fue la erigida en honor de Nuestra Señora de los Remedios, de carácter mariano, culto a la Virgen que se vio favorecido durante los siglos XVI y XVII gracias al impulso dado por la Contrarreforma frente a los planteamientos protestantes, potenciando la Iglesia con todas sus fuerzas, la devoción a María. Con la reforma protestante se llegan a cuestionar algunos dogmas relacionados con la Madre de Dios, y no es de extrañar por ello, que el culto a la Virgen María se utilizase como arma contra el protestantismo, ya que los teólogos católicos vieron en la figura de la Virgen a la vencedora de las herejías. El tema mariano aparecerá entonces con profusión en el arte, sirviendo como elemento catequizador de primer orden.

Si bien el lugar exacto que ocupaba la ermita nos es desconocido, por las descripciones y menciones de la misma, éste debía estar situado junto al pueblo, en el camino de El Puerto y pegado al arroyo de la Gavia. Así se desprende de un contrato del año de 1749, que señala:

“... una cerca inmediata a dicho Lugar (Guadalmez) que esta entre cercas por cima de el lindando con el callejoncillo que entra por bajo de la hermita de Nuestra Señora de los Remedios y con las primeras casas que están caidas...”.

O en otros dos documentos similares, uno de 1764, y el segundo, cincuenta años más tarde, en 1797, en los que se añade:

“...cruzando desde lo alto del puerto que da vista a Guadalmes y siguiendo el camino que va de este pueblo (Chillón) a aquel Lugar (Guadalmez) que pasa por Nuestra Señora de los Remedios...”

“...bajo de un mismo cerco, este y el que se vende y por otra con callejón que entra de la Virgen y sale a la Dehesa...”

Como ocurriera con la ermita de Santo Domingo de Silos, ésta de Nuestra Señora de los Remedios no aparece tampoco en las Relaciones Topográficas de Felipe II, de finales del siglo XVI, y las primeras referencias escritas que tenemos sobre ella son del 5 de enero de 1655, fecha en la que Pascual Sánchez Romero, mayordomo de la Cofradía del Santísimo Sacramento y patrono de la ermita, interpone una demanda contra el albacea ...

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