Ruta de minas de hierro Ocero - Vega de Espinareda
near Ocero, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
La ruta arranca en el pueblo de Ocero y tras pasar bosques de pino, poco a poco iremos adentrándonos en un bosque autóctono de robles, monte bajo o helechos en las zonas sombrías y húmedas. Descendemos hasta, tras algo más de 4 Km, encontrarnos con las Minas de Hierro que entre 1957 y 1958 abrió una empresa de Bembibre llamada Mina Sorpresa, que exploró las posibilidades de la extracción de hierro con 7 trabajadores del pueblo y que nunca llegó a comercializar, a pesar de que sí extrajo mineral de las diferentes bocaminas.
Esta ruta de carácter etnográfico, que atraviesa un paraje natural de gran valor paisajístico, consta de sendas de un metro de ancho, aptas tanto para senderismo como BTT, que discurren por el monte público propiedad de la junta vecinal de Ocero.
En esta ruta se puede encontrar hasta 11 antiguos colmenares (conocidos como cortines) y cinco minas de hierro (hasta hace poco ocultas por la naturaleza y a punto de desparecer), así como una antigua mina en la que se buscó oro y un pozo de minería vertical denominado en los mapas antiguos ‘cueva moros’, de la cual aún se estudia su origen.
Destacan los denominados cortines. Estos son construcciones circulares típicas del noroeste peninsular, destinadas a resguardar las colmenas de los ataques de los osos. Estas estructuras solían tener una altura de entre dos y cuatro metros y estaban rematadas con una albardilla de lajas de pizarra o de rama. Algunas tenían una puerta de madera o una escalera de mano para acceder a ellas. Estas estructuras solían disponerse en pendientes orientadas al sur para obtener la mayor cantidad de horas de sol a la vez que se protegían las colmenas del viento, así como cerca de cauces de agua. Las colmenas, habitualmente, eran secciones de troncos de roble, generalmente vaciados, denominados truébanos o trovos, cerrados por lajas de pizarra por ambos extremos.
En cuanto a las minas de hierro, se pueden observar cinco bocaminas explotadas entre los años 1957 a 1959, en el valle del río Rigo, en la pedanía de Ocero. Solamente se encontró hierro en dos de ellas y, por avatares de la economía, su extracción dejó de ser rentable. Además, este mineral nunca se sacó del valle y hoy en día se encuentra apilado en la parte externa de las bocaminas. En la zona todavía quedan vestigios de una construcción de ladrillo que servía de almacén, acopio de explosivos y vestuario de la empresa. Asimismo, se localiza en el entorno la construcción de una alberca para el almacenamiento de agua que daba servicio a la actividad minera. Las galerías tienen unas dimensiones de 2,5 metros de diámetro y una longitud variable entre 20 y 400 metros.
Se ha restaurado esta ruta a través del programa mixto de formación y empleo.
La senda está señalizada, con diferentes direcciones que nos llevarán, tanto a las antiguas minas de hierro, como a visitar los diferentes cortines que encontraremos en el camino, siguiendo hasta San Vicente.
Para volver se puede hacer circular y volver a Ocero o simplemente, desde San Vicente, por la pista de tierra (por la que de vez en cuando paso un coche) caminar hasta Vega de Espinareda, como fue en este caso.
Esta ruta de carácter etnográfico, que atraviesa un paraje natural de gran valor paisajístico, consta de sendas de un metro de ancho, aptas tanto para senderismo como BTT, que discurren por el monte público propiedad de la junta vecinal de Ocero.
En esta ruta se puede encontrar hasta 11 antiguos colmenares (conocidos como cortines) y cinco minas de hierro (hasta hace poco ocultas por la naturaleza y a punto de desparecer), así como una antigua mina en la que se buscó oro y un pozo de minería vertical denominado en los mapas antiguos ‘cueva moros’, de la cual aún se estudia su origen.
Destacan los denominados cortines. Estos son construcciones circulares típicas del noroeste peninsular, destinadas a resguardar las colmenas de los ataques de los osos. Estas estructuras solían tener una altura de entre dos y cuatro metros y estaban rematadas con una albardilla de lajas de pizarra o de rama. Algunas tenían una puerta de madera o una escalera de mano para acceder a ellas. Estas estructuras solían disponerse en pendientes orientadas al sur para obtener la mayor cantidad de horas de sol a la vez que se protegían las colmenas del viento, así como cerca de cauces de agua. Las colmenas, habitualmente, eran secciones de troncos de roble, generalmente vaciados, denominados truébanos o trovos, cerrados por lajas de pizarra por ambos extremos.
En cuanto a las minas de hierro, se pueden observar cinco bocaminas explotadas entre los años 1957 a 1959, en el valle del río Rigo, en la pedanía de Ocero. Solamente se encontró hierro en dos de ellas y, por avatares de la economía, su extracción dejó de ser rentable. Además, este mineral nunca se sacó del valle y hoy en día se encuentra apilado en la parte externa de las bocaminas. En la zona todavía quedan vestigios de una construcción de ladrillo que servía de almacén, acopio de explosivos y vestuario de la empresa. Asimismo, se localiza en el entorno la construcción de una alberca para el almacenamiento de agua que daba servicio a la actividad minera. Las galerías tienen unas dimensiones de 2,5 metros de diámetro y una longitud variable entre 20 y 400 metros.
Se ha restaurado esta ruta a través del programa mixto de formación y empleo.
La senda está señalizada, con diferentes direcciones que nos llevarán, tanto a las antiguas minas de hierro, como a visitar los diferentes cortines que encontraremos en el camino, siguiendo hasta San Vicente.
Para volver se puede hacer circular y volver a Ocero o simplemente, desde San Vicente, por la pista de tierra (por la que de vez en cuando paso un coche) caminar hasta Vega de Espinareda, como fue en este caso.
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