RUTA DE LOS REGADILLOS

Esta ruta no señalizada permite descubrir dos espacios bien diferenciados, por un lado las fértiles tierras del valle del Ubierna, y por otro el páramo que domina un vasto territorio desde las alturas.

El itinerario comienza en Celadilla Sotobrín (aunque al ser circular también permite iniciarla desde Villanueva de Río Ubierna), localidad en la que sobresale la iglesia de San Miguel Arcángel, de sólida construcción de sillería, con torre fortaleza y artesonado de madera, y un entramado urbano de sólidas construcciones de piedra, algunas de ellas blasonadas.
El recorrido se inicia por el camino que sale por el norte de la localidad, en dirección a la ermita de Sotobrín. A ambos lados del camino se suceden las fincas agrícolas, mientras que algunas alienaciones de arbolado escoltan el paseo en varios tramos.
Situada en una pequeña elevación del terreno está rodeada de una amplia pradera rodeada de bosquetes arbolados con chopos, sauces, álamos, etc., ofreciendo un entorno donde pasar un buen rato de descanso en un agradable entorno.
El recorrido continúa por el camino que sale por la izquierda justo antes de llegar a la ermita y que asciende al páramo. En época primaveral el contraste de colores es inigualable, con las diferentes tonalidades de verde que ofrecen los campos de trigo y cebada, las repoblaciones de pino que crecen en las laderas o la chopera situada junto al camino, pasando por el rojo de los campos de amapolas o el blanco de la tierra que aflora en la ladera.
El páramo ofrece un hábitat para gran cantidad de aves esteparias, como alondras, calandrias, terreras comunes o cogujadas, mientras que los cielos son surcados por pequeñas rapaces como el busardo ratonero, el cernícalo vulgar, el halcón peregrino o el milano, negro y real.
Más adelante se desciende por un camino flanqueado por arbolado hasta Villanueva de Río Ubierna. Sobresale en esta población la iglesia de San Juan Bautista, declarada Bien de Interés Cultural. De estilo renacentista sus sólidos contrafuertes en todo el perímetro exterior, su torre rectangular y su obra de sillería le proporcionan un porte imponente.
El sendero continúa por un pequeño camino que discurre por el pie de la ladera, saliendo en dirección noreste de la localidad para ir hasta el paraje de Los Regadillos, que da nombre a la ruta. Se trata de una pequeña zona húmeda a la que tradicionalmente acudían a lavar las mujeres a un pilón que aún se conserva.
Desde aquí el sendero discurre por un camino que recorre la falda de la ladera del páramo y que ya no se debe abandonar, conduciendo de nuevo hasta Celadilla Sotobrín.