Ruta de los Pintores. A Fonsagrada

En las aldeas Allonquiña y Pántaras, nacieron y vivieron su infancia dos de los pintores internacionales más importantes con que cuenta A Fonsagrada: Manuel López Monteseirín y Benxamín Vázquez, de ahí el nombre de la ruta.

🚶‍♀️🚶‍♂️🚶‍♀️ Inicio. En la aldea de A Ferrería, antes de Pántaras, encontramos a un lado de la carretera el cartel señalizador de la ruta y ahí dejamos el coche 🚗🚘 hay poco sitio para aparcar.

🛑 Ruta señalizada y con carteles indicadores e informativos.

🌳🌲🌳Encontramos mucha variedad de árboles y de bosques, soutos donde se explotaba la castaña, algún bosque de coníferas, tejos,...
🌮🌯🥝🥑 Comimos en Allonquiña sentados en el porche de la capilla en la mitad de la ruta.

⛪ Lugares y construcciones de interés :

La iglesia de Sta. María de Allonca con sus escaleras para subir al campanario, porche y la vegetación que cubre su tejado.

El Club Acivro nos cuenta: "A partir de ahí seguimos por sendero y comenzamos un tramo algo más dificultoso donde puede haber árboles caídos que dificulten la progresión, pero que es auténticamente mágico y espectacular. Pasamos delante de varias corripas, las antiguas construcciones para almacenar castañas."

🏘️🏞️ Visitamos el molino de Allonquiña, con la maquinaria aún en buen estado, en la parte superior la vivienda de la molinera, según nos cuentan unos vecinos, estuvo en funcionamiento hasta los años 80, se molía centeno y trigo, y lo ha comprado uno de Barcelona por 5.000 euros. Se puede visitar con cuidado el suelo es de madera, conserva la estructura de una cama y un banco. Llama la atención la galería de madera y cristal que da al río.

En Allonquiña encontramos la casa natal del pintor Manuel López Monteseirín, y la antigua escuela.

Continuamos por camino hasta llegar a la aldea de Allonca, con su casa grande, y más adelante nos desviamos por sendero para ascender a Pántaras, lugar de nacimiento del otro artista Benxamín Álvarez.
Consejo : Encontramos muchas "corripas", esas construcciones que servían para guardar los erizos de las castañas, y una vez se le desprendía el erizo, supongo que se las llevaban, hay unas cuantas, son redondas, no muy altas hechas de muros de piedra, hay que fijarse porque en algunos casos están totalmente cubiertas de musgo, casi camufladas.
Completamos ruta con la visita en coche a 30 minutos de la Semieira de Vilagocende, una cascada de 54 metros de alto, según dicen la más alta de Galicia. Espectacular