Ruta de los frutales en flor (Campos del Río)

De las cinco rutas propuestas y señalizadas por el ayuntamiento de Campos del Río, hoy vamos a hacer la azul, es decir, la de los frutales en flor.

Esta ruta tiene dos sectores muy diferentes: el primero discurre por caminos asfaltados entre hectáreas y hectáreas de fincas, sobre todo de limoneros y melocotoneros. En la segunda parte domina el terreno de monte, y sólo ocasionalmente encontraremos algún olivar.

La ruta parte desde la vieja estación de ferrocarril, hoy restaurada y coqueta. Nos dirigimos hacia el Norte, en busca de la salida de la población, por la calle Río de la Miel, que pasa entre el cementerio y una urbanización residencial.

Accedemos así a territorio agrícola. Tenemos a la vista una vasta panorámica de miles de limoneros y melocotoneros ocupando la mayor parte del suelo que alcanzamos a otear. Eso sí, me he adelantado al cénit de la floración (pensaba que serían almendros, y no melocotoneros), así que no he podido disfrutar de todo el esplendor que puede ofrecer este paisaje.

La ruta permanece bien señalizada, primero por postes, y luego con flechas y marcas azules que nos impiden perdernos.

Tras vadear el Barranco del Arco y ascender levemente, dejamos el asfalto y giramos a la derecha por camino de tierra, en un cambio de tipo de terreno sin apenas transición.

Nos movemos ahora por áridos y polvorientos montes. Un panel casi completamente comido por el sol nos informa de los distintos cultivos producidos en la zona. Es importante ir atentos a las flechas azules, sobre todo en un giro a la izquierda en el que salimos de un sendero claro para tomar un camino perdido, casi imperceptible y que he visto de casualidad por una flecha en la pared de las ruinas de una caseta.

Esto nos saca a otro camino en mejor estado para volver a la derecha y salir al camino del que nos desviamos hace unos minutos. Supongo que este requiebro tendrá su razón de ser, pero me ha parecido de lo más estúpida, ya que ni siquiera pasa por algún lugar de interés. En fin.

Salimos a unas naves industriales y volvemos a pisar asfalto, descendiendo hasta la Vía Verde del Noroeste. Pero ojo, porque no la debemos tomar, sino continuar unos metros más, hasta la carretera. Aquí encontramos unos peldaños a la derecha y una vieja señal de nuestra ruta caída en ellos. Se trata del antiguo trazado de la Vía Verde. Aún quedan carteles indicativos y la baranda de madera.

Vamos en paralelo a la carretera, y salimos a una rotonda con una pequeña locomotora amarilla. Seguimos junto a la carretera, pero fuera del arcén, sin peligro, hasta que llegamos a un camino que sale a la derecha, entre casas y bancales.

Lo seguimos y nos llevará, esta vez sí, la Vía Verde, que transitaremos algo menos de kilómetro y medio hasta la estación, punto final de este entretenido paseo por estos territorios de aspecto semidesértico.