Ruta de los Diques del Río Turón, El Burgo (Málaga)

Comenzamos este recorrido en El Burgo, pueblo situado junto a la carretera A-366 (Ronda-Málaga). El punto de referencia es el puente "nuevo" sobre el río Turón. Desde un extremo del mismo se baja hacia el oeste por un carril hormigonado que discurre en paralelo al cauce, en sentido contrario al discurrir de las aguas.

Partiendo por tanto desde dicho puente por el camino que baja (según el sentido de nuestra marcha) a la orilla derecha del Turón o Río de El Burgo, es decir por su margen izquierda según el sentido en el que discurren sus aguas, avanzaremos entre las últimas casas del pueblo hasta discurrir por una vereda terriza, con huertas a un lado y el río al otro, envueltos en un denso bosque en galería con especies tan significativas como el fresno (Fraxinus angustifolia), el olmo (Ulmus minor), el álamo (Populus alba) y varios tipos de sauces (Salix spp.).

El sendero es en todo momento delicioso y sombreado, ceñido a la ribera de la pausada corriente, con charcas someras habitadas por la ranita meridional (Hyla meridionalis) y el gallipato (Pleurodeles waltl). Al rodear un abierto meandro dejamos por encima el antiguo molino de Requena. Poco más adelante, junto a unas construcciones, el sendero se inmiscuye en una maraña vegetal que nos obliga a subir a la cercana acequia hacia nuestra derecha. Tras un pequeño tramo, ya podemos bajar de la misma y retomar la trocha atravesando un bonito soto fluvial.

En nuestro siguiente hito, llegamos al Dique, también conocido como dique del molino caído, que no es más que el muro de una zúa o una pequeña presa con una poza de gran profundidad a sus pies. Desde éste punto, buscaremos la traza de un sendero que hacia la derecha de la mencionada zúa y sentido ascendente zigzagueante, nos elevará a la vez que nos alejará sobre el cauce del rio.

Ahora seguiremos por éste sendero alejados de la frescura y el cobijo sombrío que hasta el momento nos había ofrecido el rio y su vegetación de ribera; nuestra intención e itinerario es la de avanzar por este sendero situado a unas decenas de metros sobre el río para tener unas bonitas panorámicas del curso alto del valle del rio Turón.

Avanzaremos obviando algún desvío a la izquierda que nos llevaría hasta la segunda de las zúas, llamada Dique del Nacimiento, llamado de esa manera por estar a sus pies la impetuosa surgencia que alimenta al río y da de beber a los habitantes de El Burgo.

El trazado en esta parte transcurre a los pies de las impresionantes paredes rocosas, sobre las cuales se encarama el mirador del Guarda Forestal, situado junto a la carretera A-366 (Ronda-El Burgo).

A través de un continuado descenso con el discurrir del rio siempre a nuestra izquierda, llegaremos hasta situarnos en la misma cota del rio y ya solamente nos quedará un pequeño tramo para llegar al tercero y último de los diques, el de la Hierbabuena, en cuyos pies se forma una poza de frías aguas. Desde aquí cruzaremos a través de unas rocas dispuestas a modo de puente, a la margen contraria del rio y afrontaremos un empinado repecho por un camino en zig-zag bien marcado, que nos llevará hasta pasar junto al cortijo de la Hierbabuena. En este punto justo, enlazaremos con el carril forestal que, hacia la derecha, lleva hasta el Puerto de la Mujer, y que nosotros tomaremos hacia la izquierda ya inmersos en nuestro itinerario de retorno.

Ya sólo nos queda continuar por el camino forestal que discurre por la margen derecha del rio, pero en una cota superior, pasando junto a la remodelada Fuente del Quejigo, que aún conserva un ligero hilo de agua. Si estamos atentos observaremos, al llegar al punto donde se asoma el Dique del Nacimiento, y por encima de los paredones rocosos, las barandas del mirador del Guarda Forestal anteriormente referenciado.

De esta forma, llegaremos a la altura del primero de los diques y haciendo un giro de prácticamente 180º, seguiremos unos escasos metros para llegar al Largo del Dique, que no es más que una zona habilitada de baño, especialmente diseñada para familias, donde un murete de no mas de un metro de altura, conforma una piscina natural alargada donde disfrutar de un refrescante y reconfortante baño.

Volviendo sobre nuestros pasos, nos incorporaremos nuevamente a la pista forestal, pero la abandonaremos inmediatamente para cruzar por encima de la corona del primer dique, recorriendo así el tramo final hasta el punto de partida, por el mismo trazado de la ida, pero en este caso de regreso.