Ruta de los Castillos en Monteagudo y Sierra de Mina

Ya va siendo tiempo que diga algo Pepe Marcos (yo, me estoy cansando de hacer su trabajo y ¡gratis!, págate algo): más compromisos sociales (ya sabéis comuniones, recuperaciones y alguna vaga que no ha tenido gana de venir, menos mal que el italiano ya casi esta aquí, habrá que ver como lo han dejado esos azzurros) . Tampoco iban a impedir nuestra habitual salida dominical. Por ello, dos de los siete nos dimos cita en Guadalupe para acercarnos al cercano Monteagudo. Poco después de las ocho y tras aparcar al lado de una iglesia de la pedanía, partimos para realizar una salida a un monte algo diferente, corto y con poca dificultad.
Soleada mañana por una de las zonas moriscas de Murcia. Pasamos por de castillo de Castillejo (esta en una finca privada y abandonado), Larache (municipal lo están acondicionando, está cerrado por una valla todo alrededor, pero había unos obreros y nos han dejado entrar) y Monteagudo (de Patrimonio Nacional, cerrado en la parte final), entre caminos de huerta.
Restos musulmanes: Ibn Mardanish, conocido por los cristianos como El Rey Lobo, fué el último rey Almorávide . Era rey de Murcia, prefería vivir alejado de la ciudad, pero cerca. Por ello, reformó la fortaleza existente en el cerro de Monteagudo, convirtiéndola en el castillo amurallado, pero, una fortaleza defensiva no se puede considerar un sitio precisamente lujoso para vivir y se construyó el palacio en el que haría la mayor parte de la vida diaria, llamado Qasr Ibn Sa'd, y que hoy conocemos como El Castillejo, para la vida politica, un tal Mardanis construyó una tercera fortaleza: El Castillo de Larache, donde alojaría a sus huéspedes. Actualmente, vemos estas tres fortalezas como tres elementos aislados, pero, desde el gran castillo hasta el Larache, todo formaba un único complejo lleno de fuentes, Albercas, terrazas repletas de vegetación con las que el Rey quería simular el paraíso en la tierra. Quedan algunos vestigios que lo atestiguan, se pueden ver los restos de los muros de las dos grandes albercas , incluso, en una de las maltrechas torres del Castillejo, podemos ver una estrella de Salomón, de ocho puntas (símbolo islámico del paraíso).
Tras pasar primero por Castillejo y Larache nos dirigimos hacia la parte trasera de Montepinar a largo de la cual se asciende a uno de los vértices geodésicos que rodean la capital murciana, el Mina (201 m). Saliendo de Monteagudo, se toma por sendero la subida a una pequeña elevación por los Polvorines. Como casi todas las lomas de esta cara sur de los montes están bastante peladas, no hay confusión con los senderos, cuyos trazados quedan a la vista. El recorrido no tiene pérdida ni ofrece dificultad especial, pero cuidado con la inclinación de algunas cuestas y el terreno que está un poco suelto en algunas pendientes con el que hay que tener un poco de cuidado para no resbalar. Lo mejor, aparte de las vistas desde el vértice, es la cara sur de este monte, arbolada, cubierta por un bosquecillo agradable. Tomamos un sendero para volver que hay a la altura de Las Lumbreras y de forma circular de nuevo a Monteagudo para subir al Castillo de Monteagudo, la subida se ha quedad a medio arregla y está cerrado arriba, al bajar pasamos por el centro de interpretación, nuevo y caro, más vale que lo hubieran gastado en el Castillo.
Al final unos 10Km, en unas 2,36 horas, con unos 244 metros de desnivel. Después nos dirigimos hacia Guadalupe, aperitivo de rigor en el Mochuelo (la semana pasada dije por confusión cervecera el Búho), también hoy un buen homenaje.
Para terminar, comentar, como siempre, que hemos echado de menos a los "magníficos" ausentes: Ana, Pili, Pepe, el convaleciente Coki y, sobre todo, a nuestro estupendo Miguel Ángel el bambino al que no olvidamos. El domingo que viene, Dios dirá y algunos de lo que no tenemos compromisos volveremos a senderear. Buena semanica tengáis.