Ruta de las mil ventanas de Güimar

La ruta de las mil ventanas de Güimar discurre por los impresionantes parajes que deparan las volcánicas crestas montañosas entre las que descansa el enigmático barranco de Badajoz. El recorrido fluye por una antigua red de galerías destinadas al transporte del agua desde los acuíferos en la montaña hasta Güimar, el pueblo que en su falda se encuentra. Una gran parte del recorrido transcurre por pequeños y oscuros túneles excavados en la ladera, por lo que es más que recomendable la utilización del casco y de la linterna para esta andadura.

Nuestra particular aventura comienza en el mirador de Don Martín en la TF-28 donde se puede aparcar sin ningún problema el coche. Tras dejar la TF-28 subimos por el camino de Anocheza, asfaltado hasta la mitad del recorrido y con una fuerte pendiente ascendente que culmina en el Pino de Don Tomás, al lado de una antena. Llegados a este punto abandonamos el camino por la senda de la derecha para encontrarnos casi de repente con un estrecho sendero por el que apenas cabe una persona, flanqueado por la imponente pared montañosa a la izquierda y a la derecha por un traicionero abismo más que respetable. A partir de aquí, este va a ser este el panorama común durante la mayor parte de la travesía, la cual transcurre siempre siguiendo una vieja acequia; por lo que el destino no tiene pérdida. (Excepto para nosotros ya que en el punto "último tunel" el camino se bifurca y elegimos la opción incorrecta con el fin de conectar nuestra ruta con la de la hidroeléctrica; cosa imposible ya que las rutas nunca se cruzan por lo que me atrevería a decir que NO SE PUEDE UNIR LA RUTA DE LAS MIL VENTANAS DE GÜIMAR CON LA DE LA HIDROELÉCTRICA, como hemos leído en algún libro de rutas. Si estoy equivocado ruego que alguien me lo diga y me ilustre de cómo hacerlo. Este "despiste" explica las líneas en la parte alta de la ruta que se adentran en la garganta del barranco y que NO PERTENECEN A LA RUTA DE LAS MIL VENTANAS.)

Recorridos cerca de 10 Km de ruta llegamos a un claro (marcado en el mapa como punto de acampada) donde dejamos la acequia y seguimos el camino que desciende hasta el pueblo de Güimar donde finaliza, al día siguiente de comenzarla, nuestra aventura.

Un saludo muy especial a los siete inconscientes que, junto conmigo, tuvieron participación activa en esta locura. Sin ellos no hubiese sido lo mismo. Alguien, no sé quien, dijo un día "la vida no se mide por las veces que respiras sino por los momentos que te dejan sin aliento"; este, señores, ha sido uno de ellos. Impresionante ruta!!