Ruta de las Ermitas. Arnedillo. La Rioja

Ruta de las siete ermitas

Flanqueado por las imponentes peñas que comparten nombre con el municipio, Arnedillo es uno de los pueblos más atractivos y visitados de La Rioja. Aunque hoy su fama viene por su amplia oferta de ocio y turismo y por sus valiosas aguas termales, claro exponente de la complejidad tectónica de la zona, antaño Arnedillo era conocido como el pueblo de las siete ermitas.

Dos de estos santuarios están dedicados a la virgen: la ermita de Nuestra Señora de Peñalba, tan importante como desconocida, y la de Nuestra Señora de la Torre, situada al pie de la carretera que lleva a los baños. El resto de templos se erigieron en honor a San Tirso, San Andrés y San Blas, San Miguel, Santiago y San Zoilo.

El recorrido por estos lugares de oración es hoy una interesante manera de conocer la esencia del alto valle del Cidacos. Las escapadas que os proponemos se centran, en realidad, en un mismo itinerario, pero os damos dos alternativas diferentes para que podais realizar la ruta completa o sólo una parte de ella si vais con niños, con personas de avanzada edad o, simplemente, si os apetece dar un paseo más corto.

Cualquiera de las opciones nos permitirá disfrutar del bello paisaje que conforman las Peñas de Arnedillo, pertenecientes a la Red Natura 2000, observar de cerca a las muchas rapaces que moran en sus paredes de piedra, sorprendernos con la imagen de las laderas esculpidas por la agricultura de tiempos pasados o admirar las amplias panorámicas que ofrece este territorio integrado en la Reserva de la Biosfera de los valles del Leza, Jubera, Cidacos y Alhama.


Itinerario

Cruzando Arnedillo, tomamos la cuesta que baja hacia el Balneario. Al comienzo de ésta se encuentra la ermita de la Virgen de la Torre, y dentro del recinto del balneario la de San Zoilo, actualmente capilla del complejo termal.

Si no hemos aparcado antes, podemos hacerlo en el aparcamiento que hay a la entrada de la Vía Verde. A pocos metros del frontón abandonamos la vía para bajar a la Senda del Agua Termal, un recorrido interpretativo que nos ayudará a comprender el origen de los manantiales de aguas calientes y del paisaje que nos rodea.

Pasamos al otro lado del río Cidacos y ascendemos bajo un pinar de pino carrasco hasta el cruce de caminos que nos lleva a la ermita de San Andrés y San Blas, que ofrece magníficas vistas de Arnedillo y su entorno.

Volvemos sobre nuestros pasos y, de nuevo en el cruce, tomamos el camino ascendente de la izquierda hasta la ermita de San Miguel. Olivos plantados en bancales de piedra acompañan a la vegetación propia de la zona, dominada por especies de matorral mediterráneo como aulaga, tomillo y romero.

En las imponentes paredes de las Peñas de Arnedillo que dominan el ascenso ponen la nota de color sabinares de sabina mora y algún ejemplar de cornicabra.

Pasada la ermita, la senda da paso a una pista forestal. A poco más 150 metros llegamos a un antiguo nevero en el que aún se aprecia con claridad el agujero por donde se introducía la nieve.

Seguimos en suave ascenso hasta el santuario de Peñalba. Allí podemos detenernos a disfrutar de una impresionante panorámica acompañados, a buen seguro, de la sigilosa presencia de los buitres leonados que nos observan desde los cercanos riscos: a la derecha, la cresta caliza de Peñalmonte y el pico de Peña Isasa; a la izquierda, los antiguos bancales de cereal esculpidos en la ladera; y frente a nosotros, olivos y almendros dominando un valle en el que destacan las siluetas de las casas de Santa Eulalia Somera y Bajera y las arcillas rojas de los cortados de Herce.

A 50 metros de la ermita la pista se bifurca. Tomamos el camino de la izquierda, que desciende suavemente bordeando la montaña hasta la Vía Verde. Cogemos la Vía Verde hacia la derecha en dirección Préjano y andamos unos 1.700 metros junto a la vega del Cidacos. Nada más cruzar el puente que atraviesa el barranco de San Tirso, bajamos hacia el cauce del barranco que remontaremos hasta llegar a la ermita del santo, excavada en la roca. Regresamos por la Vía Verde en dirección Arnedillo y, a la altura del Mirador del Buitre, cruzamos la carretera para visitar la última de las ermitas, la de Santiago, que queda a la derecha.


Reseña de CHEBACA:

"Arnedillo es un pueblo que cuenta con muchos alicientes para su visita. Enclavado en la salida de un angosto desfiladero que forman las Peñas de Arnedillo (que cuentan más de 100 vías de escalada equipadas y otras tantas de corte clásico, de una calidad excepcional), es el punto de llegada de la Vía Verde del Cidacos (antigua vía de ferrocarril) y son famosas sus aguas termales, que se pueden disfrutar o bien a través de su imponente balneario o por unas piscinas públicas al aire libre. Es una encrucijada de caminos, algunos preparados para el senderismo y cuenta con un curioso centro de interpretación de rapaces de esta ZEPA, el llamado Mirador del Buitre, acondicionado en un antiguo cargadero de una cantera.
Uno de estos bonitos senderos es el denominado como Ruta de Las Ermitas y otro hace su visita a la preciosa ermita de San Tirso. En este recorrido propongo (fácil+)fusionar estas dos rutas, posibilitando un espectacular paseo.
ERMITAS DE ARNEDILLO + Senderismo en TRACKSRIOJA
Tras cruzar el pueblo, al principio de la bajada (izquierda) que da acceso al balneario y que nos lleva a un aparcamiento, dejamos a nuestra derecha la primera de las ermitas la de La Virgen de la Torre (s. XVI) y dentro del recinto del balneario se encuentra la ermita de San Zoilo, convertida hoy en su capilla.

Comenzamos esta ruta desde el aparcamiento existente junto a la antigua estación del tren (hoy colegio y acceso a las piscinas municipales) del desaparecido a mediados de los años 60 "trenillo", ferrocarril de vía estrecha que unía Calahorra con Arnedillo. Decir que por debajo de la carretera por la que hemos atravesado Arnedillo, va un túnel subterráneo que desemboca poco antes de llegar a esta vieja estación.

Nos dirigimos al fondo del parking hacia la derecha y descendemos por unas escaleras hacia las pozas termales. En estas son numerosas las personas que disfrutan gratuitamente de las propiedades de estas aguas que manan junto al cauce del río Cidacos a una temperatura superior a los 50ºC pero que al mezclarse con el agua del río su temperatura puede bajar entorno a los 40-45ºC dependiendo de la estación (he visto gente bañándose rodeada de nieve). Estas termas eran ya conocidas por los romanos que se aprovechaban de sus propiedades terapéuticas.
Continuamos nuestro paseo por la llamada Senda del Agua Termal paralela al río y junto a numerosas huertas. Llegamos en seguida a las primeras casas donde encontramos un viejo trujal para la elaboración de aceite que era movido por la fuerza del agua. Un poco más adelante hay una pasarela peatonal por la que cruzamos el Cidacos hasta la margen derecha. Seguimos bajo el pinar de pino carrasco hacia la izquierda.

Dejamos atrás el pueblo y mientras subimos por el sendero que bordea el barranco, observamos hacia la izquierda la ermita de San Andrés y San Blas que al final de este recorrido visitaremos. Atravesamos un pequeño puente y proseguimos el ascenso por el pedregoso sendero entre unos olivos aterrazados. La escasa vegetación de tomillo, aulagas y romero nos acompaña hasta la ermita de San Miguel (s. XVI), situada en un paraje desolado bajo la ladera S. del monte Cornaz (944m.) donde hay vestigios de una atalaya defensiva. Antaño este paso fue el camino más concurrido de comunicación con los pueblos del valle, evitando el tortuoso desfiladero.
Seguimos un poco más adelante y encontramos una antigua nevera para la producción de hielo aprovechando la nieve.

El sendero se ha transformado en ancha pista y continuamos la subida ante la atenta mirada de los buitres que sobrevuelan las cercanas peñas como Encineta (1095m.), coronada de antenas a nuestra derecha (SO). Nos desviamos hacia la izquierda para visitar la ermita de Nª Sª de Peñalba de estilo mozárabe s. X, desde la cual hay una buena panorámica de la vega del Cidacos y de las montañas que lo flanquean.

Volvemos a la pista y en una bifurcación seguimos hacia la derecha llaneando con la mirada puesta en la alargada cumbre caliza de Peñalmonte y la repoblación de pino larício que protege su ladera de umbría (decir que cerca del cresterio hay unos cuantos tejos). Caminamos a media ladera por un entorno deforestado dominado por bancales abandonados donde hasta mediados del siglo pasado se cultivaba cereal.
Más adelante seguimos recto por un ramal que da una gran vuelta con vistas a Santa Eulalia, (Somera y Bajera), barrios de Arnedillo.

Descendemos y volvemos a subir, para más adelante salirnos de la pista. Un hito marca un trecho corto, en pendiente, campo a través, entre monte bajo, que hay que tomárselo con cuidado para no tropezar, y bajar hacia el abrupto barranco donde se encuentra escondida la ermita de San Tirso.
El paraje es una pasada, entre conglomerados y arenisca roja, resalta la fachada blanca de la capilla de origen del s. IX, enclavada en una cueva natural. Una romería sube hasta este precioso lugar el último domingo de enero.

Ahora seguimos en suave descenso al arroyo que ha horadado este barranco que desciende desde Peñalmonte. Los aromas a romero y tomillo nos acompañan entre juncos y zarzas, escuchando el rumor de las aguas del riachuelo hasta que llegamos a un viejo puente. Por su derecha subimos hacia la Vía Verde del Cidacos (junto a un mirador) y seguimos a este antiguo ferrocarril hacia la izquierda.

El cómodo trayecto (NO) entre huertas y almendros nos conduce hacia el cañón de entrada a Arnedillo, donde podemos admirar las verticales paredes de roca caliza que nos rodean. En este lugar junto a un puente localizamos la ermita de Santiago.
Dejamos a la izquierda un ramal que sube al Mirador del Buitre y continuamos hacia un puente que da acceso a un túnel de 600m que desemboca poco antes del parking donde hemos aparcado el vehículo. Sin embargo nosotros no lo agtravesamos y subimos por una escalera metálica y andamos con cuidado unos metros por el arcén de la carretera, para pasar el río por un fotogénico puente de piedra de un solo ojo cuyo origen es del s. XII.
Así visitamos primero el torreón del castillo del s. XIII(de origen árabe s.IX), residencia de verano de los obispos de Calahorra detrás del cementerio y después la ermita de San Andrés y San Blas, edificio barroco s. XVIII con unas vistas por encima del pueblo realmente espectaculares,con la iglesia de S.Servando y S. Germán en primer término.

Volvemos hacia el puente y nos adentramos entre las angostas calles, para ir a buscar la Senda del Agua Termal que entre las apreciadas huertas junto al río nos conduce al inicio, pasando por la antigua estación del ferrocarril.

Este es un recorrido lo suficientemente interesante y lleno de alicientes para decidirnos a visitar estos magníficos lugares para disfrutar de sus paisajes, su naturaleza y rica gastronomía."