Ruta de las Acequias: Mayores Aljufía y Alquibla (o Barreras) y vías Amables
near Guadalupe, Murcia (España)
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Itinerary description
La ruta de la que me nutro con variantes es de mi amigo Coki 7090 "Siguiendo las acequias mayores, Alquibla y Aljufia" (gracias amigo), https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/siguiendo-las-acequias-mayores-alquibla-y-aljufia-31310365. Él (Coki) sale del Puente de los Peligros en Murcia, yo la cojo a nivel de Guadalupe donde vivo, si vienes de fuera de la ciudad te recomiendo el Parking disuasorio al principio del Paseo Malecón, marcado como waypoint parking y desde ahí parto la descripción, me dirijo al jardín aledaño, el Jardín de la Alameda, este es un espacio en el que se han representado los diferentes elementos paisajísticos que componen el escenario de la huerta de Murcia y el río Segura, basándose en tres elementos clave: el agua, la agricultura, y la ribera. Las diferentes relaciones pasadas y presentes entre estos elementos se ven reflejadas en cada zona del jardín, a fin de comunicar al visitante la historia y la razón de ser de estos lugares y las interacciones entre el ser humano y la naturaleza. Cada uno de estas zonas representativas está señalizada con un código QR que te proporcionará más información al respecto. El eje principal del jardín, una alameda, comunica el límite más urbano del mismo (el Malecón) y su extremo más naturalizado (el río), estableciendo una transición progresiva entre estos dos paisajes.
Al terminar el jardín subo por una de las escaleras laterales al Paseo del Malecón y por el discurro hasta el final del mismo, tiene su origen en el siglo XV cuando sirvió de muro de contención a las crecidas del antiguo Thader. El paseo se reedificó en 1736. Monumento histórico-artístico en 1982. Posee un pequeño jardín botánico en su primera parte.
Saliendo del paseo por la estatua de don José María Muñoz (se trata de un conocido personaje murciano de finales del siglo XIX. En agradecimiento a la ayuda económica donada a las familias afectadas por la Riada de Santa Teresa de 1879, que provocó graves daños materiales y personales en Cartagena, Murcia, Lorca y todo el Bajo Segura, se le erigió una estatua de bronce al final del paseo del Malecón en la pedanía murciana de La Arboleja (Murcia), colindando con la acequia de Aljufía y La Albatalía. Tal y como versa en el pedestal: "Socorrió con cien mil duros a los inundados de 1879. Haciéndose digno de universal gratitud y se le dedica este recuerdo costeado por suscripción". También puede encontrarse una réplica de la estatua murciana en la plaza de Monserrate de la ciudad de Orihuela, pues igualmente hizo allí un importante donativo de dos millones de reales a las familias afectadas por esta misma riada).
A l derecha encontramos la Acequia Mayor Aljufía que va a entrar en Murcia (es una de las dos acequias mayores que vertebran la red de riego tradicional de la Huerta de Murcia, tomando sus aguas del río Segura. La Aljufía abastece a las huertas de la zona norte del Segura -al discurrir paralelamente al mismo. El nombre "Aljufía" procede del árabe al-Yawfiyya, "la del norte", llega hasta Monteagudo), la seguimos hasta llegar al Molino del Amor, recientemente restaurado (aun no por dentro, pero ya se ven las acequias y alrededores.
El Molino del Amor, la joya patrimonial que culmina el eje Murcia Río-Malecón y se integra en la ruta de La Alfujía, este inmueble catalogado del siglo XVIII junto con la Plaza del Amor quedará enmarcada por las dos acequias: la acequia mayor Aljufía que discurre por la parcela y la acequia Zaraiche; ésta última, que queda al aire (estaba soterrada).
Paso por la Chimenea de la antigua fábrica de conserva de Caravaca, ahora centro socio sanitario de la Albatalia, iba para centro de salud, pero… cosas de la política.
Entro en la Albatalía y zigzagueando carriles llego al Carril de los Penchos, en la zona de los Andreu, donde hay un típico restaurante del mismo nombre para comer las cosas de la huerta murciana, aquí me salgo ponto y cambio al carril Botías (la ruta seguía por el de los Penchos, pero hoy hay mucho tráfico, me voy a este menos conocido y transitado (vivo cerca de la zona y conozco las alternativas).
Me lleva al Camino de Guadalupe, donde tomo enseguida el carril de los Luises, para llegar a la acequia Alfatego (es una acequia menor y nace de la Acequia Mayor Aljufia) en el Carril de la Torre de los Martínez (de aquí he salido yo porque vivo en cercano Guadalupe de Maciascoque).
Continúo por el Carril de la Torre y aparece otra vez la Acequia Alfatego de donde realmente he partido (por cercanía a casa). Más adelante me voy a la izquierda por el Carril de la Torre (esta vez sin Martínez) y en el vuelve a aparecer la acequia Alfatego, poco más adelante cojo el carril de los Silvestres a la dercha y por el llego a la acequia Mayor Aljufía y a los restos del Molino de la Pólvora conocida como el Molino de los Canalaos (en Rincón de Beniscornia), es uno de los ambientes acuáticos de la Huerta de Murcia donde la anguila encuentra refugio y alimento.
Actualmente se conservan tres canales de impulsión, el aliviadero y un canal auxiliar (conocido como brazal del Pavón), además del pantano o regolfo. Los tres canales principales están separados por tajamares de sillería con sus respectivos portillos con brencas de arenisca.
Se aprecia un gran zócalo longitudinal parcialmente destruido, junto al que se localizan diversas piezas de madera carbonizadas, entre las que se distingue un doble madero y diversas piezas cilíndricas de corte biselado, que se identifican con la maquinaria y con posibles utensilios empleados en la manipulación de la pasta húmeda de pólvora. En Murcia se comienza a fabricar pólvora, oficialmente, a mediados del siglo XVII (1637/1654) cuando, por Orden Real de Felipe IV, se crea la Real Fábrica de Salitre en la calle Acisclo Díaz (antigua calle de la Acequia Aljufía). Previo a este comienzo oficial se tiene noticia en 1633 de la concesión de la construcción de un molino de pólvora a Francisco Berastegui y Lisón; molino que se conocerá como Molino Alto, en contraposición al que nos ocupa, que se edificará, posteriormente, aguas abajo del molino harinero de la Ñora (de Puxmarín o Los Casianos), en la misma acequia de Aljufía, en el pago de Guadalupe, actualmente, Rincón de Beniscornia. El 27 de julio de 1742 se produjo una gran deflagración en uno de los molinos de pólvora. No obstante, parece que el molino de Beniscornia siguió produciendo pólvora hasta inicios del siglo XIX, cuando el arma de Artillería se hace cargo definitivamente de su fabricación (1802) en la actual Fábrica de la Ñora. Después, las instalaciones se transformaron en batán de picar esparto y borra (1802 1870), quedando en desuso hasta su última rehabilitación como molino harinero en las primeras décadas del siglo XX, cuando ya se abandona definitivamente.
Observamos a la dercha el Monasterio de los Jerónimos: con el nombre de San Pedro de la Ñora, tomando el mismo nombre que la parroquia de dicha localidad, fue fundado el monasterio, primero en el lugar de La Ñora en 1574-1578. A raíz de la riada de 1648 se decidió su traslado a sitio más idóneo para salvaguardarlo de las crecidas del río Segura, el nuevo conjunto de convento e iglesia fue construido por el monje jerónimo, fray Antonio de San José. A partir de entonces los frailes reciben multitud de legados y donaciones que enriquecen económica y artísticamente el convento. Hacia primeros del siglo XIX habitaban el monasterio veintiséis religiosos. Importantísimos fueron los servicios prestados cuando la guerra de la Independencia, la fiebre amarilla de 1811-1813, el hambre y otras calamidades, fuente de abundantes subsidios y asilo de autoridades. En el período revolucionario de comienzos 1820, fue extinguido el Monasterio, pasando a propiedad del Estado y al dárseles de nuevo a los religiosos, en 1823 la posesión del mismo, fue solo para renovar un decenio después la orden de expulsión definitiva.
Desposeídos de sus bienes dispersó a sus moradores. Entre tanto, el abandonado edificio sirvió para morada de enfermos del Manicomio de Murcia, durante el cólera de 1855, también para los asilados de la Misericordia; hospital de sangre en el período cantonal de Cartagena. A partir de 1835 el monasterio sufre numerosos saqueos y abandonos. En 1870 era víctima del saqueo y convertido en fortaleza; las mismas baterías colocadas en los tejados atraían las balas enemigas causándole grandes desperfectos.
Ya en tiempos del obispo Landeira pudo ser restaurado y librado de la ruina gracias al clero y a las autoridades eclesiásticas y a su suscripción promovida entre el clero de la diócesis. En 1878 el obispo Alguacil lo cedió a los jesuitas. Éstos lo han usufructuado durante, aproximadamente, un siglo, habilitándolo sucesivamente para casa de Ejercicios Espirituales, noviciado de la Compañía, escuela de primeras letras, centro de maestría industrial, etc. Parte del edificio también fue habitado por la orden de religiosas “hermanas de Cristo Rey” que permanecieron hasta hace pocos años en él. La información que nos lleva desde principios del siglo hasta los años cincuenta deja claramente una situación lamentable en lo que al uso de monasterio se refiere, ya que fue ocupado durante la Guerra Civil (1936-39) posteriormente el ejército del Aire dispuso de él como cuartel de instrucción (águila de la entrada a la Iglesia). Durante 1940, la labor llevada a cabo por los jesuitas fue muy importante, llevando a cabo actividades entre las que cabe destacar sobre todo la dedicada a Ejercicios Espirituales y la antigua Escuela de Maestría Industrial. En los años 70’s los jesuitas abandonan los Jerónimos y es en estos años cuando las monjas de las Esclavas de Cristo se encargan de la custodia del monasterio. El Monasterio es declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional (6 de marzo de 1981) lo cual se aprovecha para restaurarlo externamente. Desde 1996 el obispado de Cartagena lo cede a la Fundación Universitaria San Antonio para la ubicación de la Universidad Católica del mismo nombre (UCAM).
Llegamos El Molino de "Los Casianos" se encuentra en esta acequia y en tiempos fue un molino harinero que llegó a tener tres piedras para moler cereales. Con los años se empleó para moler pimentón, un producto muy exportado que se produce en ésta y otras pedanías de Murcia. Aunque se conoce como el "Molino de los Casianos", en alusión a los propietarios que tuvo entre los años 1919 y 1970, sus primeros dueños fueron los Puxmarín, familia que lo dejó en herencia a los monjes Jerónimos, que gracias a ésta y otras concesiones llegarían a acumular un gran patrimonio en la pequeña villa durante el siglo XVI.
A su valor como un patrimonio arqueológico vivo que a día de hoy sigue en uso, hay que sumar los beneficios ambientales y paisajísticos que se pueden apreciar sobre todo en el tramo de huerta mejor conservado entre el monasterio de los Jerónimos y la rueda de La Ñora.
Seguimos por la acequia Aljufía con 27 kilómetros de longitud -frente a los 22 Kilómetros de la Alquibla-, recorre las pedanías de Javalí Viejo, La Ñora (donde se sitúa la famosa Noria sobre su cauce). La Rueda de La Ñora en la Ñora (Murcia) (37.98601, -1.19391). Noria ubicada sobre la acequia mayor Aljufía que fue ideada para elevar el agua de esta canalización a huertos que se encontraban a mayor altura. Aunque su existencia está documentada desde el siglo XV, la rueda actual es de hierro, tiene un diámetro de más de 10 metros hace unos años en Orihuela. Esta noria de cangilones continuos está adjunta a un acueducto de 220 metros que fue recrecido en altura ante el cambio de tamaño de la noria. La Rueda de La Ñora es posiblemente el elemento más representativo de la Huerta de Murcia, llegando a aparecer a finales de los noventa del siglo pasado en las monedas de 5 pesetas.
Por el puente que cruza la Aljufía frente a la Noria vamos por el camino de la Hoya al Soto del mismo nombre y llegamos a la Mota del río Segura por su margen izquierda. Llegamos hasta el puente enfrente de la fábrica Hero y lo cruzo. Poco después Izquierda camino del Pino. Vía amable 1 donde aparece la acequia Mayor Alquibla. Acequia Mayor Alquibla (también llamada Acequia de Barreras). El nombre "Alquibla" procede del árabe al-Qibla, "la del sur". Cuenta con 22 kilómetros y medio de recorrido. La canalización recorre las pedanías de Javalí Nuevo, introduciéndose posteriormente en el término municipal de Alcantarilla (donde se sitúa una famosa Noria sobre su cauce), volviendo posteriormente al término de Murcia recorriendo Puebla de Soto, La Raya, Nonduermas, Aljucer, llegando hasta Beniaján, Torreagüera y Alquerías, donde las aguas vuelven a desembocar en el cauce principal del río gracias a los azarbes que recogen las aguas sobrantes, esta es la peculiaridad del sistema de regadío de la huerta de Murcia, ya que tras regar todas las tierras a su paso a través de los partidores que dan agua a acequias más pequeñas, la acequia Alquibla va recogiendo las aguas sobrantes a través de los llamados canales de avenamiento como son los azarbes, construcciones que se ha conservado en la toponimia (Orilla del Azarbe). Esto lo convierte en un sistema de regadío perfecto en el que no se pierde ni una gota de agua, algo indispensable en una tierra donde este recurso constituye un bien escaso.
Seguimos por el carril Escudera en Puebla de Soto y pronto aparece otra vez la acequia mayor barreras, aquí en este punto sale la acequia de Benali que no seguiremos. Continuamos por la Barreras hasta plaza San Antón y ermita del mismo nombre donde la Acequia Mayor continua a la derecha y nosotros seguimos por la acequia Puxmarina que nace aquí, esto se conoce como el Paraje de la Boquera, antiguo camino del palomar.
Ermita de San Antón que se encuentra rodeada por la acequia mayor de Barreras y de Escudera. Ermita con espadaña. Situada en la Plaza de San Antón. Estaba bajo la advocación de San Antón. El edificio data del siglo XVIII, fundado por Baltasar Escudero en 1765. Es de reducidas proporciones, presenta una única nave de trazado rectangular. La fachada de ladrillo revocado, la puerta de ingreso está enmarcada por dos pilastras terminadas en un sencillo capitel. En el dintel de la puerta se aprecia un oculo ovalado que constituye el único foco de iluminación del interior de la iglesia. Actualmente la ermita de propiedad privada, está abandonada y desmantelado su interior.
Seguimos por la acequia Puxmarina por encima (esta entubada por desgracia) y así entra en el pueblo de la Raya, seguimos por el Barrio de los Seanos donde aparece la acequia y continuamos por el Rincón de Seca por el carril de los Antoñitos, para llegar al camino de Funes y a la Mota del río, esta vez por su margen derecha, tras un corto recorrido nos salimos por una senda muy estrecha a la derecha donde llega al Rincón de los Ortuños por el carril Soto de los Ortuños tras varias intersecciones marcadas con waipoint salimos otra vez a la Mota y por aquí cruzo la pasarela de hierro de la Purísima-Barriomar sobre el Río Segura (reciclada pasarela de Inacua, colocada ahí hace dos décadas tras las obras de reforma del Puente de Hierro y que es el único paso hasta Rincón de Seca) que llega directamente al parking disuasorio (punto más adecuado para realizar esta ruta si vienes de fuera)
Waypoints
Ruinas Molino de la Pólvora (ruinas restauradas)
Conocida como el Molino de los Canalaos o de la Pólvora (en Rincón de Beniscornia), es uno de los ambientes acuáticos de la Huerta de Murcia donde la anguila encuentra refugio y alimento. Actualmente se conservan tres canales de impulsión, el aliviadero y un canal auxiliar (conocido como brazal del Pavón), además del pantano o regolfo. Los tres canales principales están separados por tajamares de sillería con sus respectivos portillos con brencas de arenisca. Se aprecia un gran zócalo longitudinal parcialmente destruido, junto al que se localizan diversas piezas de madera carbonizadas, entre las que se distingue un doble madero y diversas piezas cilíndricas de corte biselado, que se identifican con la maquinaria y con posibles utensilios empleados en la manipulación de la pasta húmeda de pólvora. En Murcia se comienza a fabricar pólvora, oficialmente, a mediados del siglo XVII (1637/1654) cuando, por Orden Real de Felipe IV, se crea la Real Fábrica de Salitre en la calle Acisclo Díaz (antigua calle de la Acequia Aljufía). Previo a este comienzo oficial se tiene noticia en 1633 de la concesión de la construcción de un molino de pólvora a Francisco Berastegui y Lisón; molino que se conocerá como Molino Alto, en contraposición al que nos ocupa, que se edificará, posteriormente, aguas abajo del molino harinero de la Ñora (de Puxmarín o Los Casianos), en la misma acequia de Aljufía, en el pago de Guadalupe, actualmente, Rincón de Beniscornia. El 27 de julio de 1742 se produjo una gran deflagración en uno de los molinos de pólvora. No obstante, parece que el molino de Beniscornia siguió produciendo pólvora hasta inicios del siglo XIX, cuando el arma de Artillería se hace cargo definitivamente de su fabricación (1802) en la actual Fábrica de la Ñora. Después, las instalaciones se transformaron en batán de picar esparto y borra (1802 1870), quedando en desuso hasta su última rehabilitación como molino harinero en las primeras décadas del siglo XX, cuando ya se abandona definitivamente
Acequia Mayor Aljufia y a la derecha los Jerónimos de Guadalupe
Observamos a la derecha el Monasterio de los Jerónimos: con el nombre de San Pedro de la Ñora, tomando el mismo nombre que la parroquia de dicha localidad, fue fundado el monasterio, primero en el lugar de La Ñora en 1574-1578. A raíz de la riada de 1648 se decidió su traslado a sitio más idóneo para salvaguardarlo de las crecidas del río Segura, el nuevo conjunto de convento e iglesia fue construido por el monje jerónimo, fray Antonio de San José. A partir de entonces los frailes reciben multitud de legados y donaciones que enriquecen económica y artísticamente el convento. Hacia primeros del siglo XIX habitaban el monasterio veintiséis religiosos. Importantísimos fueron los servicios prestados cuando la guerra de la Independencia, la fiebre amarilla de 1811-1813, el hambre y otras calamidades, fuente de abundantes subsidios y asilo de autoridades. En el período revolucionario de comienzos 1820, fue extinguido el Monasterio, pasando a propiedad del Estado y al dárseles de nuevo a los religiosos, en 1823 la posesión del mismo, fue solo para renovar un decenio después la orden de expulsión definitiva. Desposeídos de sus bienes dispersó a sus moradores. Entre tanto, el abandonado edificio sirvió para morada de enfermos del Manicomio de Murcia, durante el cólera de 1855, también para los asilados de la Misericordia; hospital de sangre en el período cantonal de Cartagena. A partir de 1835 el monasterio sufre numerosos saqueos y abandonos. En 1870 era víctima del saqueo y convertido en fortaleza; las mismas baterías colocadas en los tejados atraían las balas enemigas causándole grandes desperfectos. Ya en tiempos del obispo Landeira pudo ser restaurado y librado de la ruina gracias al clero y a las autoridades eclesiásticas y a su suscripción promovida entre el clero de la diócesis. En 1878 el obispo Alguacil lo cedió a los jesuitas. Éstos lo han usufructuado durante, aproximadamente, un siglo, habilitándolo sucesivamente para casa de Ejercicios Espirituales, noviciado de la Compañía, escuela de primeras letras, centro de maestría industrial, etc. Parte del edificio también fue habitado por la orden de religiosas “hermanas de Cristo Rey” que permanecieron hasta hace pocos años en él. La información que nos lleva desde principios del siglo hasta los años cincuenta deja claramente una situación lamentable en lo que al uso de monasterio se refiere, ya que fue ocupado durante la Guerra Civil (1936-39) posteriormente el ejército del Aire dispuso de él como cuartel de instrucción (águila de la entrada a la Iglesia). Durante 1940, la labor llevada a cabo por los jesuitas fue muy importante, llevando a cabo actividades entre las que cabe destacar sobre todo la dedicada a Ejercicios Espirituales y la antigua Escuela de Maestría Industrial. En los años 70’s los jesuitas abandonan los Jerónimos y es en estos años cuando las monjas de las Esclavas de Cristo se encargan de la custodia del monasterio. El Monasterio es declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional (6 de marzo de 1981) lo cual se aprovecha para restaurarlo externamente. Desde 1996 el obispado de Cartagena lo cede a la Fundación Universitaria San Antonio para la ubicación de la Universidad Católica del mismo nombre (UCAM).
Molino de los Casianos
El Molino de "Los Casianos" Se encuentra en esta acequia y en tiempos fue un molino harinero que llegó a tener tres piedras para moler cereales. Con los años se empleó para moler pimentón, un producto muy exportado que se produce en ésta y otras pedanías de Murcia. Aunque se conoce como el "Molino de los Casianos", en alusión a los propietarios que tuvo entre los años 1919 y 1970, sus primeros dueños fueron los Puxmarín, familia que lo dejó en herencia a los monjes Jerónimos, que gracias a ésta y otras concesiones llegarían a acumular un gran patrimonio en la pequeña villa durante el siglo XVI. A su valor como un patrimonio arqueológico vivo que a día de hoy sigue en uso, hay que sumar los beneficios ambientales y paisajísticos que se pueden apreciar sobre todo en el tramo de huerta mejor conservado entre el monasterio de los Jerónimos y la rueda de La Ñora.
Rueda de la Ñora
La acequia Aljufía con 27 kilómetros de longitud -frente a los 22 Kilómetros de la Alquibla-, recorre las pedanías de Javalí Viejo, La Ñora (donde se sitúa la famosa Noria sobre su cauce), La Rueda de La Ñora en la Ñora (Murcia) (37.98601, -1.19391) Noria ubicada sobre la acequia mayor Aljufía que fue ideada para elevar el agua de esta canalización a huertos que se encontraban a mayor altura. Aunque su existencia está documentada desde el siglo XV, la rueda actual es de hierro, tiene un diámetro de más de 10 metros hace unos años en Orihuela. Esta noria de cangilones continuos está adjunta a un acueducto de 220 metros que fue recrecido en altura ante el cambio de tamaño de la noria. La Rueda de La Ñora es posiblemente el elemento más representativo de la Huerta de Murcia, llegando a aparecer a finales de los noventa del siglo pasado en las monedas de 5 pesetas.
Derecha Mota del rio Segura
Margen izquierdo, porque en el río los margenes son desde el nacimiento a su desembocadura
Izquierda camino del Pino. Vía amable 1. Aparece la acequia Mayor Alquibla o Barrera
Acequia Mayor Alquibla (también llamada Acequia de Barreras). El nombre "Alquibla" procede del árabe al-Qibla, "la del sur". Cuenta con 22 kilómetros y medio de recorrido. La canalización recorre las pedanías de Javalí Nuevo, introduciéndose posteriormente en el término municipal de Alcantarilla (donde se sitúa una famosa Noria sobre su cauce), volviendo posteriormente al término de Murcia recorriendo Puebla de Soto, La Raya, Nonduermas, Aljucer, llegando hasta Beniaján, Torreagüera y Alquerías, donde las aguas vuelven a desembocar en el cauce principal del río gracias a los azarbes que recogen las aguas sobrantes, esta es la peculiaridad del sistema de regadío de la huerta de Murcia, ya que tras regar todas las tierras a su paso a través de los partidores que dan agua a acequias más pequeñas, la acequia Alquibla va recogiendo las aguas sobrantes a través de los llamados canales de avenamiento como son los azarbes, construcciones que se ha conservado en la toponimia (Orilla del Azarbe). Esto lo convierte en un sistema de regadío perfecto en el que no se pierde ni una gota de agua, algo indispensable en una tierra donde este recurso constituye un bien escaso.
Nacimiento acequia Puxmarina, plaza San Anton y ermita del mismo nombre
Paraje de la Boquera, antiguo camino del palomar Ermita de San Antón que se encuentra rodeada por la acequia mayor de Barreras y de Escudera. Ermita con espadaña. Situada en la Plaza de San Antón. Estaba bajo la advocación de San Antón. El edificio data del siglo XVIII, fundado por Baltasar Escudero en 1765. Es de reducidas proporciones, presenta una única nave de trazado rectangular. La fachada de ladrillo revocado, la puerta de ingreso esta enmarcada por dos pilastras terminadas en un sencillo capitel. En el dintel de la puerta se aprecia un oculo ovalado que constituye el único foco de iluminación del interior de la iglesia. Actualmente la ermita de propiedad privada, está abandonada y desmantelado su interior.
Izquierda entrar Mota ahora margen derecha
Corredor fluvial periurbano Murcia Contraparada
Izquierda pasarela de hierro de la Purísima-Barriomar
Reciclada pasarela de Inacua, colocada ahí hace dos décadas tras las obras de reforma del Puente de Hierro y que es el único paso hasta Rincón de Seca.
Jardín de la Alameda
el Jardín de la Alameda, este es un espacio en el que se han representado los diferentes elementos paisajísticos que componen el escenario de la huerta de Murcia y el río Segura, basándose en tres elementos clave: el agua, la agricultura, y la ribera. Las diferentes relaciones pasadas y presentes entre estos elementos se ven reflejadas en cada zona del jardín, a fin de comunicar al visitante la historia y la razón de ser de estos lugares y las interacciones entre el ser humano y la naturaleza. Cada uno de estas zonas representativas está señalizada con un código QR que te proporcionará más información al respecto. El eje principal del jardín, una alameda, comunica el límite más urbano del mismo (el Malecón) y su extremo más naturalizado (el río), estableciendo una transición progresiva entre estos dos paisajes.
Izquierda jardín del agua al lado del Colegio de los Maristas
Emblemático y pintoresco edificio ubicado junto al Paseo del Malecón. Comenzó a construirse en 1934 y fue inaugurado a finales del siguiente año, aunque al poco, comenzada la Guerra Civil, fue utilizado durante muchos años como hospital.
Cuatro piedras a la entrada de la Arboleja
Las Cuatro Piedras (así llamada por los cuatro bancos de piedra que había en cada una de sus esquinas) era la vía que apuntaba más a la médula urbana. Allá, el barrio de San Antolín, Almenara, Muralla, Bochas, la huerta con huertanos de verdad , los huertos, las Ericas, Belchí, la fuente con un caño de agua para el común ciudadano. Acá, las regaderas, los brazales, los tablachos rebosantes de risueña agua de riego y, avanzando hacia poniente, huerta adentro, las Cuatro Piedras, donde el Malecón se abría materialmente en canal.
Final Malecón y Estatua de Don José María Muñoz
Estatua de don José María Muñoz (se trata de un conocido personaje murciano de finales del siglo XIX. En agradecimiento a la ayuda económica donada a las familias afectadas por la Riada de Santa Teresa de 1879, que provocó graves daños materiales y personales en Cartagena, Murcia, Lorca y todo el Bajo Segura, se le erigió una estatua de bronce al final del paseo del Malecón en la pedanía murciana de La Arboleja (Murcia), colindando con la acequia de Aljufía y La Albatalía. Tal y como versa en el pedestal: "Socorrió con cien mil duros a los inundados de 1879. Haciéndose digno de universal gratitud y se le dedica este recuerdo costeado por suscripción". También puede encontrarse una réplica de la estatua murciana en la plaza de Monserrate de la ciudad de Orihuela, pues igualmente hizo allí un importante donativo de dos millones de reales a las familias afectadas por esta misma riada).
Acequia Mayor Aljufia
Es una de las dos acequias mayores que vertebran la red de riego tradicional de la Huerta de Murcia, tomando sus aguas del río Segura. La Aljufía abastece a las huertas de la zona norte del Segura -al discurrir paralelamente al mismo. El nombre "Aljufía" procede del árabe al-Yawfiyya, "la del norte", llega hasta Monteagudo
Molino del Amor con la Acequia mayor Aljufia y la acequia menor Zaraiche
El Molino del Amor, la joya patrimonial que culmina el eje Murcia Río-Malecón y se integra en la ruta de La Alfujía, este inmueble catalogado del siglo XVIIIjunto con la Plaza del Amor quedará enmarcada por las dos acequias: la acequia mayor Aljufía que discurre por la parcela y la acequia Zaraiche; ésta última, que queda al aire (estaba soterrada).
Chimenea de la antigua fábrica de conserva de Caravaca, ahora centro sociosanitario de la Albatalia
Chimenea de la antigua fábrica de conserva de Caravaca, ahora centro socio sanitario de la Albatalia, iba para centro de salud, pero… cosas de la política.
Comments (1)
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Espectacular la ruta y, si cabe, mucho más la extensísima descripción tanto de la misma como, puntualizando, de los abundantes waypoints. Sin duda, referente indispensable para el conocimiento de estas dos grandes acequias murcianas.