Ruta de La Genciana. Alarcia. PRC-BU-84
near Alarcia, Castilla y León (España)
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En esta ruta abierta hace unos años por Arancha y Carlos, antiguos compañeros del Grupo Espeleológico Niphargus de Burgos, nos hemos juntado nueve personas: Miguel Ángel, Javi, Mariajo, Roberto, Albert, Pedro, Jesús, Santi, que es oriundo de Alarcia, y el que suscribe. Ninguno de los participantes, hasta hoy, conocía a la totalidad de los demás.
Iniciamos este itinerario circular en un día de enero con algo de nieve a media altura de la ladera que marca la vertiente septentrional de la Sierra de la Demanda burgalesa, en el pequeño pueblo de Alarcia. Se ve que la caza y las setas les proporcionan muchos ingresos porque tiene unas instalaciones importantes para la poca población que lo habita. Destaca el imponente frontón cubierto en el que cabría toda su población multiplicada por veinte o treinta.
Comenzamos nuestra marcha a las 9.47 saliendo por una pista que remonta la localidad hacia el noreste, en dirección al Mirador de la Cruz. A las 10.03 llegamos a un cruce por el que tendremos que continuar tomando el ramal descendente de la izquierda. Pero aquí nos desviamos solo unos cien metros para alcanzar el mencionado mirador, el cual nos da una amplia panorámica sobre los alrededores de Alarcia y algunas de las cumbres cercanas. Hoy el cielo está cubierto.
Regresamos al camino y descendemos por una pista entre pastos que nos deja en la carretera de Pradoluengo. La seguimos unos centenares de metros. Tenemos que dejar atrás el cruce que asciende hacia la llamada Casa de los Ingenieros y el refugio de vigilancia contra incendios del Trigaza. Trescientos metros más adelante entramos en un sendero a la derecha de la carretera que se inicia en un apartadero de la carretera con un depósito se sal para las heladas. Son las 10.29. Este sendero baja hacia el arroyo de la Tejera, el cual cruzamos un cuarto de hora más tarde. De momento solo estamos descendiendo. Será este punto el más bajo de todo el recorrido y, como curiosidad, apuntaré que nos encontramos en la divisoria de aguas entre las cuencas del Duero (Alarcia) y del Ebro en la que se encuadran este arroyo y el de la Genciana, por el que nos vamos a adentrar. También marca el límite entre los términos municipales de Rábanos, que incluye Alarcia, y Valmala.
Una vez cruzado el arroyo de la Tejera, que discurre hacia el este en busca del río Urbión, nos toca avanzar un poco más en la misma dirección y girar 90 grados a la derecha, hacia el sur, comenzando aquí el ascenso (10.58) para remontar el grandioso valle de la Genciana. Se trata de un valle fluvial en forma de V en su parte inferior. Los glaciares la tienen en forma de U. También contamos con ellos en la Demanda burgalesa.
Como digo, se empieza aquí la sub ida tendida por la ladera occidental del valle, andando primero por una senda ancha durante cinco minutos para, acto seguido, ascender de forma más pronunciada por una trocha estrecha en el hayedo.
La senda gana altura de forma suave hasta llegar a una pista en la cabecera del Genciana. De camino podemos ver abundancia de hayas, robles rebollos, y vegetación arbustiva. Hay bastante escoba. Poco a poco la nieve va haciéndose con el suelo. Y al final está casi todo tapizado de blanco pero sin más de seis o siete centímetros de espesor.
Nos detenemos a ratos a contemplar el fabuloso panorama del valle que se descubre ante nosotros, cada vez más imponente según vamos ascendiendo. Nos estamos alejando cada vez más del cauce del arroyo. Se ven abajo una serie de cascadas. La zona se denomina la Chorreta de acuerdo con el mapa IGN. Aquí confluyen dos ramales del valle de la Genciana. Remontamos el que queda a nuestra derecha y que viene del sur. Descendemos un poco para contemplar una de las cascadas, la cual tiene tres escalones.
Vadeamos el arroyo y seguimos remontando por la izquierda (margen derecha). Descubrimos justo al lado un tejo engullido por otro. La estampa es curiosa. De un tronco muerto y bien grueso, sale otro más esbelto que alcanza más de una decena de metros y se alza espigado hacia el cielo.
Unos cincuenta metros más arriba llegamos a una pista que bordea más o menos a la cota 1.400 y que rodea por el norte la falda del Trigaza. Llegamos a ella a las 12.35 y empezamos a ver amplias vistas sobre las montañas que quedan al otro lado de la depresión de la Bureba. Se ven montañas nevadas incluso del País Vasco: Aitzgorri, Gorbea, etc. Por allí está despejado. Nosotros tenemos nubes en nuestra zona.
Nos desplazamos quinientos metros hacia la izquierda en busca del Mirador de la Genciana (12.48), desde el que se tiene la mejor vista de todo el recorrido. Se encuentra en la loma que separa los dos ramales de la parte alta del valle. El otro, por el que no nos hemos adentrado, es considerablemente más largo y culmina en los hoyos Bajero, de En medio y Encimero, justo bajo la cara sur del Trigaza (2.032).
Detrás nuestro, a una altura de 1.662 metros hacia el suroeste, está asomándose la Casa de los Ingenieros.
Volvemos sobre nuestros pasos hasta el punto por el que antes habíamos accedido a la pista y continuamos por ella hacia el oeste, sin perder mucha altura. El camino ahora es cómodo. Nos lleva entre pinos hacia el paraje de Hizondo, en el que se ubica una especie de dehesa de hayas, todas de gran altura, y una cabaña bien visible a nuestra izquierda pero un poco alejada del camino (13.24).
Continuamos por las roderas para evitarnos la nieve lo más posible y en torno a las 13.45 se alcanza el enlace con la pista que viene de Alarcia y sube a la Casa de los Ingenieros así como a la cima del Trigaza, con su caseta de vigilancia contra incendios. Con 1.536 metros sobre el nivel del mar, estamos en el punto más alto de nuestro recorrido.
Proseguimos por esta pista descendiendo. Se cruza un amplio cortafuegos en medio del cual transcurre un tendido eléctrico. Pasamos el merendero de Fuente Paulejas (13.57), que es un buen lugar para detenerse y comer. Pero las mesas y bancos de cemento, cubiertos con una capa de diez centímetros de nieve, y la temperatura no nos invitan a quedarnos.
Seguimos descendiendo por el pinar y encontrándonos cada dos por tres con instalaciones realizadas por los cazadores: algunas chabolas y torres construidas a base de andamios superpuestos para superar las copas de los árboles y disparar a las palomas. Se encuentra todo mimetizado en la espesura del oscuro pinar.
Una vez recorrido este bosque de repoblación, la zona se despeja y nosotros nos salimos de la pista para rodear un pequeño alto en el pago de Campito Largo. Son unos pastos. Vamos por una pista hacia Peña Luenga. En el collado que separa ambos parajes giramos hacia la derecha y, al poco, entramos en un robledal (14.34) al inicio del cual se localiza un curioso refugio de pastores indicado por los letreros de la Ruta de la Dehesa, realizada por los vecinos de Alarcia. Aprovecharon un abrigo de roca y le añadieron unas piedras para crear un cobijo relativamente cómodo (14.39).
Proseguimos hacia un vallejo alimentado por el agua de la Fuente del Vadillo. Tenemos a la vista la iglesia de San Roque, alejada del pueblo como si fuera una ermita pero que sí es la parroquia del lugar. No nos queda apenas nada para alcanzar Alarcia una vez superados unos pastos. A las 15.00 llegamos al aparcamiento frente al bar, desde el que iniciamos nuestra ruta circular hace algo más de cinco horas.
El GPS me indica que hemos recorrido 16,570 kilómetros y salvado un desnivel acumulado de 696 metros. Como siempre la aplicación de Wikiloc indica unos datos diferentes, que son los que figuran en los campos que la ruta trae por defecto. Hemos paseado toda la comida en las mochilas sin habernos detenido para almorzar. Pero el bar y el pueblo están surtidos de una caseta acristalada bien cómoda al otro lado de la carretera en el que nos hemos resarcido. El que quiera también puede comer en el bar, que hace de restaurante.
Personas de Latinoamérica que vienen a buscarse el sustento a España son los que están recuperando los bares de estos pueblos y les están aportando vidilla. En vez de pensar que España es una fortaleza asediada con teorías del gran reemplazo, deberíamos darnos cuenta de los beneficios que aportan los inmigrantes en un país que está envejeciendo y al que traen savia nueva. Esto es un win-win: vienen en busca de una vida mejor y los de aquí también los necesitamos. Cruzo los dedos para que el invierno de la Sierra de la Demanda y de otros lugares, así como la escasez de clientela en la envejecida España vacía no desanimen a estas personas venidas del otro lado del charco. Si te das un garbeo por este y otros sitios, haz un poco de gasto en sus establecimientos, que son un servicio público de primer orden.
Buena ruta en la que hemos visto un valle, el del arroyo de la Genciana, bastante desconocido pero de gran belleza. Te toca a ti comprobarlo.
Iniciamos este itinerario circular en un día de enero con algo de nieve a media altura de la ladera que marca la vertiente septentrional de la Sierra de la Demanda burgalesa, en el pequeño pueblo de Alarcia. Se ve que la caza y las setas les proporcionan muchos ingresos porque tiene unas instalaciones importantes para la poca población que lo habita. Destaca el imponente frontón cubierto en el que cabría toda su población multiplicada por veinte o treinta.
Comenzamos nuestra marcha a las 9.47 saliendo por una pista que remonta la localidad hacia el noreste, en dirección al Mirador de la Cruz. A las 10.03 llegamos a un cruce por el que tendremos que continuar tomando el ramal descendente de la izquierda. Pero aquí nos desviamos solo unos cien metros para alcanzar el mencionado mirador, el cual nos da una amplia panorámica sobre los alrededores de Alarcia y algunas de las cumbres cercanas. Hoy el cielo está cubierto.
Regresamos al camino y descendemos por una pista entre pastos que nos deja en la carretera de Pradoluengo. La seguimos unos centenares de metros. Tenemos que dejar atrás el cruce que asciende hacia la llamada Casa de los Ingenieros y el refugio de vigilancia contra incendios del Trigaza. Trescientos metros más adelante entramos en un sendero a la derecha de la carretera que se inicia en un apartadero de la carretera con un depósito se sal para las heladas. Son las 10.29. Este sendero baja hacia el arroyo de la Tejera, el cual cruzamos un cuarto de hora más tarde. De momento solo estamos descendiendo. Será este punto el más bajo de todo el recorrido y, como curiosidad, apuntaré que nos encontramos en la divisoria de aguas entre las cuencas del Duero (Alarcia) y del Ebro en la que se encuadran este arroyo y el de la Genciana, por el que nos vamos a adentrar. También marca el límite entre los términos municipales de Rábanos, que incluye Alarcia, y Valmala.
Una vez cruzado el arroyo de la Tejera, que discurre hacia el este en busca del río Urbión, nos toca avanzar un poco más en la misma dirección y girar 90 grados a la derecha, hacia el sur, comenzando aquí el ascenso (10.58) para remontar el grandioso valle de la Genciana. Se trata de un valle fluvial en forma de V en su parte inferior. Los glaciares la tienen en forma de U. También contamos con ellos en la Demanda burgalesa.
Como digo, se empieza aquí la sub ida tendida por la ladera occidental del valle, andando primero por una senda ancha durante cinco minutos para, acto seguido, ascender de forma más pronunciada por una trocha estrecha en el hayedo.
La senda gana altura de forma suave hasta llegar a una pista en la cabecera del Genciana. De camino podemos ver abundancia de hayas, robles rebollos, y vegetación arbustiva. Hay bastante escoba. Poco a poco la nieve va haciéndose con el suelo. Y al final está casi todo tapizado de blanco pero sin más de seis o siete centímetros de espesor.
Nos detenemos a ratos a contemplar el fabuloso panorama del valle que se descubre ante nosotros, cada vez más imponente según vamos ascendiendo. Nos estamos alejando cada vez más del cauce del arroyo. Se ven abajo una serie de cascadas. La zona se denomina la Chorreta de acuerdo con el mapa IGN. Aquí confluyen dos ramales del valle de la Genciana. Remontamos el que queda a nuestra derecha y que viene del sur. Descendemos un poco para contemplar una de las cascadas, la cual tiene tres escalones.
Vadeamos el arroyo y seguimos remontando por la izquierda (margen derecha). Descubrimos justo al lado un tejo engullido por otro. La estampa es curiosa. De un tronco muerto y bien grueso, sale otro más esbelto que alcanza más de una decena de metros y se alza espigado hacia el cielo.
Unos cincuenta metros más arriba llegamos a una pista que bordea más o menos a la cota 1.400 y que rodea por el norte la falda del Trigaza. Llegamos a ella a las 12.35 y empezamos a ver amplias vistas sobre las montañas que quedan al otro lado de la depresión de la Bureba. Se ven montañas nevadas incluso del País Vasco: Aitzgorri, Gorbea, etc. Por allí está despejado. Nosotros tenemos nubes en nuestra zona.
Nos desplazamos quinientos metros hacia la izquierda en busca del Mirador de la Genciana (12.48), desde el que se tiene la mejor vista de todo el recorrido. Se encuentra en la loma que separa los dos ramales de la parte alta del valle. El otro, por el que no nos hemos adentrado, es considerablemente más largo y culmina en los hoyos Bajero, de En medio y Encimero, justo bajo la cara sur del Trigaza (2.032).
Detrás nuestro, a una altura de 1.662 metros hacia el suroeste, está asomándose la Casa de los Ingenieros.
Volvemos sobre nuestros pasos hasta el punto por el que antes habíamos accedido a la pista y continuamos por ella hacia el oeste, sin perder mucha altura. El camino ahora es cómodo. Nos lleva entre pinos hacia el paraje de Hizondo, en el que se ubica una especie de dehesa de hayas, todas de gran altura, y una cabaña bien visible a nuestra izquierda pero un poco alejada del camino (13.24).
Continuamos por las roderas para evitarnos la nieve lo más posible y en torno a las 13.45 se alcanza el enlace con la pista que viene de Alarcia y sube a la Casa de los Ingenieros así como a la cima del Trigaza, con su caseta de vigilancia contra incendios. Con 1.536 metros sobre el nivel del mar, estamos en el punto más alto de nuestro recorrido.
Proseguimos por esta pista descendiendo. Se cruza un amplio cortafuegos en medio del cual transcurre un tendido eléctrico. Pasamos el merendero de Fuente Paulejas (13.57), que es un buen lugar para detenerse y comer. Pero las mesas y bancos de cemento, cubiertos con una capa de diez centímetros de nieve, y la temperatura no nos invitan a quedarnos.
Seguimos descendiendo por el pinar y encontrándonos cada dos por tres con instalaciones realizadas por los cazadores: algunas chabolas y torres construidas a base de andamios superpuestos para superar las copas de los árboles y disparar a las palomas. Se encuentra todo mimetizado en la espesura del oscuro pinar.
Una vez recorrido este bosque de repoblación, la zona se despeja y nosotros nos salimos de la pista para rodear un pequeño alto en el pago de Campito Largo. Son unos pastos. Vamos por una pista hacia Peña Luenga. En el collado que separa ambos parajes giramos hacia la derecha y, al poco, entramos en un robledal (14.34) al inicio del cual se localiza un curioso refugio de pastores indicado por los letreros de la Ruta de la Dehesa, realizada por los vecinos de Alarcia. Aprovecharon un abrigo de roca y le añadieron unas piedras para crear un cobijo relativamente cómodo (14.39).
Proseguimos hacia un vallejo alimentado por el agua de la Fuente del Vadillo. Tenemos a la vista la iglesia de San Roque, alejada del pueblo como si fuera una ermita pero que sí es la parroquia del lugar. No nos queda apenas nada para alcanzar Alarcia una vez superados unos pastos. A las 15.00 llegamos al aparcamiento frente al bar, desde el que iniciamos nuestra ruta circular hace algo más de cinco horas.
El GPS me indica que hemos recorrido 16,570 kilómetros y salvado un desnivel acumulado de 696 metros. Como siempre la aplicación de Wikiloc indica unos datos diferentes, que son los que figuran en los campos que la ruta trae por defecto. Hemos paseado toda la comida en las mochilas sin habernos detenido para almorzar. Pero el bar y el pueblo están surtidos de una caseta acristalada bien cómoda al otro lado de la carretera en el que nos hemos resarcido. El que quiera también puede comer en el bar, que hace de restaurante.
Personas de Latinoamérica que vienen a buscarse el sustento a España son los que están recuperando los bares de estos pueblos y les están aportando vidilla. En vez de pensar que España es una fortaleza asediada con teorías del gran reemplazo, deberíamos darnos cuenta de los beneficios que aportan los inmigrantes en un país que está envejeciendo y al que traen savia nueva. Esto es un win-win: vienen en busca de una vida mejor y los de aquí también los necesitamos. Cruzo los dedos para que el invierno de la Sierra de la Demanda y de otros lugares, así como la escasez de clientela en la envejecida España vacía no desanimen a estas personas venidas del otro lado del charco. Si te das un garbeo por este y otros sitios, haz un poco de gasto en sus establecimientos, que son un servicio público de primer orden.
Buena ruta en la que hemos visto un valle, el del arroyo de la Genciana, bastante desconocido pero de gran belleza. Te toca a ti comprobarlo.
Waypoints
Intersection
3,466 ft
Desvío. Salimos del camino ancho y tomamos senda estrecha alejándonos del cauce.
Intersection
4,279 ft
Salimos de la pista hacia la derecha entre Campito Largo y Peña Luenga.
Intersection
4,089 ft
Enlazamos con la pista que baja de Peña Luenga. Se solapan el PRC-BU-84, el GR-82 y la senda de la Dehesa.
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