Ruta Convento dos Capuchos- Anta Andrenunes- Santuario de Peninha- Parque natural de Sintra y Cascais
near Capuchos, Lisboa (Portugal)
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Itinerary description
Comenzamos esta interesantísima ruta a unos 400 m. del Convento dos Capuchos, hacia donde nos dirigimos para realizar su visita; en este punto pausamos wikiloc y lo volvimos a conectar una vez realizada la visita.
El humilde Convento dos Capuchos se encuentra a tan sólo unos 8 km. de Sintra. Su modestísima arquitectura contrasta con la opulencia de los palacios y quintas que salpican la sierra. Viviendo prácticamente en la roca misma, en medio de la abundante vegetación, los religiosos franciscanos que practicaban la fe mediante el despojo material, la pobreza extrema hasta el límite de la supervivencia, encontraron aquí un espacio propicio para la meditación y la penitencia.
Siendo la sierra un lugar mítico y misterioso desde tiempos remotos, no cabe duda de que el lugar escogido por Alvaro de Castro, allá por 1560 debió ser el apropiado para la instalación de un convento de estas características. Cumpliendo los deseos de su padre João de Castro, que murió sin poder construirlo, creó el Convento de Santa Cruz dos Capuchos.
Fueron ocho los primeros franciscanos que habitaron allí, procedentes del Convento de Arrábida y el número de celdas indica que nunca fueron más de una docena.
La modesta entrada del convento es flanqueada por dos bloques de piedra y precedida por unos gastados escalones.
Apenas traspasada la puerta, a la derecha se encuentra la capilla dedicada al Senhor dos Passos, revestida de azulejos pintados en azul.
A la izquierda se accede a la iglesia y a un corredor tortuoso y oscuro que conduce a un patio interior. La pequeña iglesia tiene como toda ornamentación un retablo de mármol y el altar, los únicos elementos que escapan al rigor y la pobreza presente en los otros espacios. A un lado se encuentra la Sala do Coro Alto, donde se entonaban los cánticos de celebración de la misa.
Un corredor lleva a las diminutas celdas, que los frailes construyeron tallando la roca misma, cuyas puertas obligaban a agacharse para entrar y donde dormían encogidos; unos huecos en la piedra que hacía de pared evidencian que fueron excavados para colocar los pies... Las reglas de la vida contemplativa de los monjes capuchinos imponían condiciones muy duras.
Otros espacios que destacan en el conjunto conventual son una biblioteca (el espacio con más iluminación natural), el refectorio o comedor, cuya mesa consiste en una enorme losa de piedra apenas elevada del suelo, la cocina y la Sala do Capitulo, forrada con corcho para evitar la humedad.
El corredor que comienza en la entrada se prolonga hasta el patio interior, adornado por una fuente hexagonal y destinada a la recreación de los frailes. En este patio se encuentra la Capela do Senhor Morto, adornada por frescos a cada lado de la puerta, que representan a San Francisco y San Antonio. Sobre ellos, una tira con la típica inscripción capuchina: "Alabado sea el Santísimo Sacramento".
En los terrenos del convento se encuentra la gruta del célebre Frei Honorio de Santa Maria, un monje de quien los devotos dicen que vivió 100 años, 30 de ellos en absoluta penitencia.
El convento impresionó desde siempre a todos lo que pasaron por allí, desde simples viajeros a monarcas, por la vida austera de los religiosos. No siempre las impresiones eran de admiración; muchos se preguntaban, especialmente en el siglo XVIII, cómo era posible que seres humanos pudiesen vivir en esas condiciones, y se sentían aliviados de regresar a Sintra...
Se sabe que el convento estuvo habitado con seguridad hasta finales del siglo XVIII, aunque el abandono definitivo debió producirse en 1834, año en que el régimen liberal determinó la extinción de las órdenes religiosas del país.
El Estado adquirió el lugar en el siglo XX y procedió a importantes restauraciones para permitir las visitas al público. Nuevas intervenciones fueron necesarias a finales de siglo, reabriendo sus puertas en 2001.
Una vez realizada la visita, continuamos la ruta por una pista que transita paralela a la N 247-3 y a un Km nos desviaremos para llegar a un impresionante mirador que nos deja tomar conciencia de la extensión de este parque natural con unas vistas únicas.
En el Km. 2,5 de nuestra ruta llegaremos a unas casas y nos desviaremos a la izquierda por el Caminho do Moinho que en un durillo ascenso de casi 2 Km. nos conducirá a una planicie que seguiremos para poco después desviarnos a la derecha por un pequeño sendero mágico rodeado de matorral y llegaremos a una necrópolis colectiva llamada Anta Andrenunes. Se trata de una formación de roca natural, se cree que se utilizó como una tumba colectiva durante el período megalítico. El colapso de las piedras que lo constituían formó una estrecha galería de 5 m de altura. Construido en uno de los más altos pináculos de las últimas estribaciones de la Sierra, 422 metros sobre el nivel del mar.
Hoy esta estructura recibe muchas visitas con motivo de los acontecimientos celestes, y ciertamente es digno de una investigación arqueológica en profundidad, tanto en sí mismo como en sus alrededores. Hay rastros de antigua pavimentación en su acceso, lo que revela una importancia arqueológica y cultural insospechada.
Volvemos sobre nuestros pasos para desviarnos a la derecha por una pista que comienza un descenso que nos lleva a un espectacular bosque de árboles mágicos, retorcidos por el viento, velados por la lluvia ... o pintados por los dioses del reino de Agartha. El sitio tiene algo mágico que te atrapa y estuvimos un buen rato en este lugar observando sus magníficos cedros.
Dicen algunos teósofos y ocultistas que esta montaña sagrada "Monte da Lua" puede ser una de las cien puertas que dan acceso al reino mítico de Agharta, el interior de la Tierra, donde se encuentra el "Rey del Mundo".
La Sierra de Sintra es hueca por dentro, formada por varios túneles y grandes galerías, construidas por los moros y los Templarios hace unos ocho siglos.
Si el "Monte da Lua" de Sintra parece que está conectado internamente al paraíso perdido de Agharta ... ¿podría haber mejor día para experimentar sus misterios?. Seguimos nuestro camino unas veces con sol y otras a través de la niebla, los acantilados, los árboles, las nubes, el litoral vislumbrando el Alto da Peninha, todo parecía tomar formas fantasmales, transportándonos desde el presente hasta los misterios y enigmas del pasado perdido en el tiempo...
Siguiendo paso a paso nos toparemos con el monumento y el marco geodésico dedicado al Monje Anta, antiguo edificio circular casi reducidos a ruinas, que tenían los celtíberos como santuario litúrgico. El apellido, "monje", se refiere al episodio, legendario o no, que se produjo con un capuchino monje que, en la niebla de la noche y perdido en las montañas ... de repente se ve en otro mundo!
Más adelante llegaremos a el Santuario de Peninha; es parte de un conjunto arquitectónico formado por la antigua ermita de San Saturnino (fundada por D. Pedro Páez en el momento de la fundación de Portugal) y el palacio romántico de estilo revivalista, en 1918. Desde ahí se puede ver una fabulosa panorámica... cuando los dioses lo permiten ya que en este punto empezó a soplar un viento fortísimo que casi nos impedía caminar.
A través de la niebla apareció esporádicamente Cabo da Roca, allí donde la tierra termina y comienza el mar.
Ruta muy recomendable.
El humilde Convento dos Capuchos se encuentra a tan sólo unos 8 km. de Sintra. Su modestísima arquitectura contrasta con la opulencia de los palacios y quintas que salpican la sierra. Viviendo prácticamente en la roca misma, en medio de la abundante vegetación, los religiosos franciscanos que practicaban la fe mediante el despojo material, la pobreza extrema hasta el límite de la supervivencia, encontraron aquí un espacio propicio para la meditación y la penitencia.
Siendo la sierra un lugar mítico y misterioso desde tiempos remotos, no cabe duda de que el lugar escogido por Alvaro de Castro, allá por 1560 debió ser el apropiado para la instalación de un convento de estas características. Cumpliendo los deseos de su padre João de Castro, que murió sin poder construirlo, creó el Convento de Santa Cruz dos Capuchos.
Fueron ocho los primeros franciscanos que habitaron allí, procedentes del Convento de Arrábida y el número de celdas indica que nunca fueron más de una docena.
La modesta entrada del convento es flanqueada por dos bloques de piedra y precedida por unos gastados escalones.
Apenas traspasada la puerta, a la derecha se encuentra la capilla dedicada al Senhor dos Passos, revestida de azulejos pintados en azul.
A la izquierda se accede a la iglesia y a un corredor tortuoso y oscuro que conduce a un patio interior. La pequeña iglesia tiene como toda ornamentación un retablo de mármol y el altar, los únicos elementos que escapan al rigor y la pobreza presente en los otros espacios. A un lado se encuentra la Sala do Coro Alto, donde se entonaban los cánticos de celebración de la misa.
Un corredor lleva a las diminutas celdas, que los frailes construyeron tallando la roca misma, cuyas puertas obligaban a agacharse para entrar y donde dormían encogidos; unos huecos en la piedra que hacía de pared evidencian que fueron excavados para colocar los pies... Las reglas de la vida contemplativa de los monjes capuchinos imponían condiciones muy duras.
Otros espacios que destacan en el conjunto conventual son una biblioteca (el espacio con más iluminación natural), el refectorio o comedor, cuya mesa consiste en una enorme losa de piedra apenas elevada del suelo, la cocina y la Sala do Capitulo, forrada con corcho para evitar la humedad.
El corredor que comienza en la entrada se prolonga hasta el patio interior, adornado por una fuente hexagonal y destinada a la recreación de los frailes. En este patio se encuentra la Capela do Senhor Morto, adornada por frescos a cada lado de la puerta, que representan a San Francisco y San Antonio. Sobre ellos, una tira con la típica inscripción capuchina: "Alabado sea el Santísimo Sacramento".
En los terrenos del convento se encuentra la gruta del célebre Frei Honorio de Santa Maria, un monje de quien los devotos dicen que vivió 100 años, 30 de ellos en absoluta penitencia.
El convento impresionó desde siempre a todos lo que pasaron por allí, desde simples viajeros a monarcas, por la vida austera de los religiosos. No siempre las impresiones eran de admiración; muchos se preguntaban, especialmente en el siglo XVIII, cómo era posible que seres humanos pudiesen vivir en esas condiciones, y se sentían aliviados de regresar a Sintra...
Se sabe que el convento estuvo habitado con seguridad hasta finales del siglo XVIII, aunque el abandono definitivo debió producirse en 1834, año en que el régimen liberal determinó la extinción de las órdenes religiosas del país.
El Estado adquirió el lugar en el siglo XX y procedió a importantes restauraciones para permitir las visitas al público. Nuevas intervenciones fueron necesarias a finales de siglo, reabriendo sus puertas en 2001.
Una vez realizada la visita, continuamos la ruta por una pista que transita paralela a la N 247-3 y a un Km nos desviaremos para llegar a un impresionante mirador que nos deja tomar conciencia de la extensión de este parque natural con unas vistas únicas.
En el Km. 2,5 de nuestra ruta llegaremos a unas casas y nos desviaremos a la izquierda por el Caminho do Moinho que en un durillo ascenso de casi 2 Km. nos conducirá a una planicie que seguiremos para poco después desviarnos a la derecha por un pequeño sendero mágico rodeado de matorral y llegaremos a una necrópolis colectiva llamada Anta Andrenunes. Se trata de una formación de roca natural, se cree que se utilizó como una tumba colectiva durante el período megalítico. El colapso de las piedras que lo constituían formó una estrecha galería de 5 m de altura. Construido en uno de los más altos pináculos de las últimas estribaciones de la Sierra, 422 metros sobre el nivel del mar.
Hoy esta estructura recibe muchas visitas con motivo de los acontecimientos celestes, y ciertamente es digno de una investigación arqueológica en profundidad, tanto en sí mismo como en sus alrededores. Hay rastros de antigua pavimentación en su acceso, lo que revela una importancia arqueológica y cultural insospechada.
Volvemos sobre nuestros pasos para desviarnos a la derecha por una pista que comienza un descenso que nos lleva a un espectacular bosque de árboles mágicos, retorcidos por el viento, velados por la lluvia ... o pintados por los dioses del reino de Agartha. El sitio tiene algo mágico que te atrapa y estuvimos un buen rato en este lugar observando sus magníficos cedros.
Dicen algunos teósofos y ocultistas que esta montaña sagrada "Monte da Lua" puede ser una de las cien puertas que dan acceso al reino mítico de Agharta, el interior de la Tierra, donde se encuentra el "Rey del Mundo".
La Sierra de Sintra es hueca por dentro, formada por varios túneles y grandes galerías, construidas por los moros y los Templarios hace unos ocho siglos.
Si el "Monte da Lua" de Sintra parece que está conectado internamente al paraíso perdido de Agharta ... ¿podría haber mejor día para experimentar sus misterios?. Seguimos nuestro camino unas veces con sol y otras a través de la niebla, los acantilados, los árboles, las nubes, el litoral vislumbrando el Alto da Peninha, todo parecía tomar formas fantasmales, transportándonos desde el presente hasta los misterios y enigmas del pasado perdido en el tiempo...
Siguiendo paso a paso nos toparemos con el monumento y el marco geodésico dedicado al Monje Anta, antiguo edificio circular casi reducidos a ruinas, que tenían los celtíberos como santuario litúrgico. El apellido, "monje", se refiere al episodio, legendario o no, que se produjo con un capuchino monje que, en la niebla de la noche y perdido en las montañas ... de repente se ve en otro mundo!
Más adelante llegaremos a el Santuario de Peninha; es parte de un conjunto arquitectónico formado por la antigua ermita de San Saturnino (fundada por D. Pedro Páez en el momento de la fundación de Portugal) y el palacio romántico de estilo revivalista, en 1918. Desde ahí se puede ver una fabulosa panorámica... cuando los dioses lo permiten ya que en este punto empezó a soplar un viento fortísimo que casi nos impedía caminar.
A través de la niebla apareció esporádicamente Cabo da Roca, allí donde la tierra termina y comienza el mar.
Ruta muy recomendable.
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Comments (13)
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Easy to follow
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Moderate
Een mooie tocht met naar verschillende kanten mooie vergezichten. De tocht is zeer makkelijk te volgen en gaat voornamelijk over brede paden door het bos. Af en toe zit er een pittige helling in, maar deze is desgewenst makkelijk te omzeilen.
Gracias sandra
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Easy to follow
Scenery
Moderate
Muito bom! Obrigado
Gracias nichlasnnz por tu comentario y valoración.
Saludos
Uma rota muito interessante e obrigado pela partilha com tanta informação. Abraço,
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Moderate
Uma rota muito interessante e em poucos quilómetros recheada de pontos de interesse.
Muchas gracias papaleguas por tu valoración y comentarios; esto aníma mucho para seguir subiendo rutas y compartiendo.
Saludos.
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Moderate
Boa trilha :)
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Moderate
Ruta que lleva su tiempo, ya que tiene cantidad de lugares de interés en los que merece la pena pararse con calma. Súper recomendable!
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Moderate
Trilho muito bom, recomendo.
joaocmar, gracias por tu comentario y valoración.
Salu2
Interesantísimo!!!
bomberito50, gracias por tu comentario y valoración.
Salu2