Ruta circular por Sierra Crestellina: Casares - Cerro de las Chapas - Mirador de la Cosalba o del Castillón.

La Sierra Crestellina es una impresionante masa caliza que se enmarca entre sus dos picos más significativos, el Pico Casares (906 m.) y el Cerro de las Chapas (943 m.), unidos por una cresta de algo más de 2 kilómetros. Se trata de un lugar privilegiado, donde se concentra la mayor población de buitre leonado de la provincia de Málaga.

Comienzo la ruta en Casares, en el aparcamiento que existe al inicio del Sendero Crestellina Natural, que será el que seguiremos durante casi toda la ruta, con la excepción del desvío que tomaremos para ascender al Cerro de las Chapas. Durante los 3 primeros kilómetros caminamos por un carril asfaltado que sirve de acceso a las múltiples fincas que salpican el valle del Arroyo Albarrán, hasta el momento en que llegamos a una barrera que cierra el paso a los vehículos a motor. En poco más de 700 metros nos desviamos para tomar el sendero de ascenso al Cerro de las Chapas, aunque después habrá que volver a este lugar para seguir con la ruta circular.

Pronto desaparece el sendero y nos enfrentamos a lo más complicado del ascenso, en medio kilómetro superamos un desnivel de 180 metros. Inicialmente la vegetación es baja, espinosa y bastante espesa y hay varias sendas creadas por el paso de los caminantes; más arriba la vegetación es más escasa y esas sendas se van entrecruzando, borrando y volviendo a surgir en un terreno de tierra y piedras sueltas, en el que hay que extremar la precaución para no resbalar. La orientación no es complicada y siempre podemos seguir los majanos que han dejado otros senderistas.

Las vistas desde la cima y los miradores naturales cercanos son impresionantes. Pese a no ser un día de buena visibilidad, abarcamos las Sierras Bermeja y de las Nieves, los valles del Genal y del Guadiaro, las sierras que forman los Parques Naturales de Grazalema y de los Alcornocales, etc. En días mejores se puede ver una buena parte de la Costa del Sol hasta Gibraltar y las Costas Africanas. Pero lo más hipnótico es el planeo de los buitres, con el que el tiempo pasa sin darme cuenta. Llegué a contar más de 20 individuos en varias ocasiones.

Tras el descenso volvemos al Sendero Crestellina Natural y acompañado del elegante vuelo de los buitres y las preciosas panorámicas que nos regala la Sierra, llego al Mirador de Cosalba por un carril con bastante tráfico de bicicletas y senderistas. Tomo allí un nuevo respiro disfrutando de las nuevas perspectivas del Pico Casares y ya afronto el sendero de descenso el Refugio, con un importante desnivel que pone a prueba las articulaciones; de repetir ruta la haría en sentido inverso.