Ruta circular desde Luyando por el Pagonabarra, Pagolar, Kastanizabal y Mostatxa

Pronostican hoy día un bueno y soleado pero con una mañana gélida. En efecto, salto de la cama a las 06:30 y a las 08:00 estoy en Luyando dispuesto a iniciar la ruta. Hace mucho frío (cero grados) y hay una niebla cerrada que por la pinta se disipará pronto.

Hoy voy solo. Imagino que ninguno de mis compañeros de monte está dispuesto a pasar frío a estas horas de la mañana que casi no ha amanecido todavía. Claro, a mi me interesa llegar sobre las doce a casa y ellos no suelen tener tanta prisa. Ya habrá mas días. De todas formas esta semana con dos días de fiesta entre semana es un tanto anómala.

Aparco el coche junto al estanco y la parada de autobús e inicio la grabación de la ruta en wikiloc y pongo el reloj en modo de senderismo. Salgo a la carretera principal que va por el centro del pueblo en dirección a Llodioy a unos metros giro a la izquierda para pasar por el túnel por el que he accedido en coche al núcleo urbano de Luiaondo.

Nada mas cruzar el túnel bajo la autovía que va de Llodio a Orduña tengo que girar a la izquierda. Sigo por la carretera hasta un cruce a unos cientos de metros donde una señal amarilla en un poste eléctrico me indica la dirección que me interesa: hacia Pagonabarra y Pagolar. Debo decir que las personas interesadas en esta ruta verán que todos los giros, intersecciones, desviaciones, etc..., están indicadas con una foto donde mis bastones indican la dirección a seguir. Sencillo a mas no poder. A falta de algún compañero o compañera que en su caminar indique la dirección o el giro, me he servido de los bastones.

Hago caso a la indicación y sigo por la carretera para llegar enseguida al recinto cerrado de la ermita de San Lorenzo. Me trae recuerdos esta ermita, ya que hace como cuarenta y cinco años mi entonces novia (actualmente mi mujer) y yo, asistimos como invitados a una boda que se celebró aquí.

Sigo adelante y paso ante un caserío para llegar a los pocos metros a una bifurcación donde hay que seguir de frente. A unos cientos de metros llego a otra bifurcación donde la carretera deja de ser tal y se convierte en camino de tierra, donde hay que seguir de frente, para de inmediato llegar a otra bifurcación, donde en este caso hay que ir a la izquierda. En todo caso hay que seguir siempre el camino que nos parece el principal. Hemos entrado en un eucaliptal que mas adelante se convierte en pinar.

Empiezan a sucederse los repechos y aunque sigue haciendo frío me quito ropa. El sol empieza a despuntar por detrás y proyecta mi sombra en el camino. En un rato llego a una bifurcación en el pinar donde tengo que seguir el camino de la izquierda, y unos centenares de metros más arriba, dentro del bosque de eucaliptos, tengo que seguir por la izquierda de nuevo en otra bifurcación. Repito que en las fotos de los cruces se ven perfectamente señalizados el sentido de los giros. A pesar del lío de bifurcaciones no existe posibilidad de pérdida.

A pocos metros cojo de nuevo el camino de la derecha para llegar a un pequeño claro donde hay que seguir de frente. Desde que hemos dejado la carretera y cogido la pista terrosa hemos subido casi 200 m de altitud. Ahora sigo un buen tramo casi sin cuestas y sin desvíos, hasta llegar a un amplio espacio abierto con un caserío cerrado a la derecha que es donde hay que desviarse para subir al Pagonabarra.

Supero el gran caserío, que más bien parece un almacén ganadero por su tamaño, y unos metros más adelante giro a la izquierda, ya que por la derecha iría en dirección al Pagolar. Unos pocos metros mas abajo hay una trifurcación, pero hay que seguir de frente, desechando una pista que sale un poco antes hacia la derecha y otra más ancha que sigue hacia la izquierda. Estoy ya a 480 m de altitud y a partir de aquí todo son fuertes repechos para llegar a la cumbre del Pagonabarra (606 m).

Como he dicho, en la trifurcación hay que seguir de frente. El camino se introduce en un eucaliptal y a partir de ahora no hay que desviarse en ningún momento. La subida es un poco exigente, pero no en exceso. Al cabo de un rato llego a otra trifurcación y de nuevo hay que seguir de frente, por una senda que no es mas que un fuerte y prolongado repecho que bajo los eucaliptos nos llevará a la cumbre del Pagonabarra. La senda se ha convertido en un lecho de barro que han canalizado las aguas de los últimos días. Para subir por ese terreno no hay demasiadas pegas, pero veremos cómo me las arreglo para bajar después por aquí sin poner el culo en el suelo.

Por fin, llego a un pequeño claro herboso que rodeo y llego a la cumbre, adornada con una pequeña réplica de la cruz del Gorbea con el buzoncito en su base. Me hago un selfie con ella y de inmediato inicio el regreso a la zona descampada donde estaba el gran caserío, que allí se encuentra la desviación para el Pagolar.

Bajo exactamente por el mismo camino de subida, andando con mucho cuidado por los laterales de la senda para no resbalar y caer. Los dos bastones me son de gran ayuda.

Y llego al citado espacio abierto. Sigo hacia delante y cerca de donde anteriormente he girado a la izquierda, ahora sigo de frente para coger de inmediato el camino a la izquierda, hacia el Pagolar. Estoy a 474 m de altitud y tendré que ascender hasta sus 722 m.

A partir de ahora andaré bajo los pinos, tanto de pinos recientemente plantados como bajo pinares longevos, y siempre por pistas de tierra abiertas por forestalistas. Desde luego la ruta de hoy no tiene absolutamente nada del prefijo "Pago" (del Pagonabarra y del Pagolar). Seguramente por aquí habrán existido bosques de hayas hace mucho, mucho tiempo, pero ahora solo hay pinos y eucaliptos, que por cierto existe una moratoria del Gobierno Vasco para la replantación de esta especie arbórea, pero por lo que he visto en varias zonas han
hecho caso a la norma, pero omiso.

En fin, yo sigo a lo mío de subir al Pagolar y después al Mostatxa. Para ello, como he dicho, cojo a la izquierda por el amplio camino. Tras un pequeño rato de subida llego a una primera bifurcación donde tengo que girar a la izquierda, y al poco rato a la derecha. Ojo con esta última desviación, que yo no me dí cuenta y seguí unos metros adelante para tener que retroceder y coger por el buen camino.

La senda baja un tramo y se mete en un pinar crecido, llegando a una bifurcación donde tengo que seguir hacia la izquierda. Paso al lado de una plantación de eucalipto joven y un poco mas arriba, en la siguiente bifurcación, cojo el camino de la derecha casi de frente. Llego enseguida a otra bifurcación y elijo ir por la izquierda.

Ahora el camino discurre por un espacio abierto donde hace no mucho tiempo han realizado una gran matarrasa (talado completo del bosque) y han replantado eucalipto y pino. Tras otro tramo en ascenso (casi todo el rato hay que subir) llego a otra bifurcación en la que hay que seguir hacia delante y arriba. Hay huellas inequívocas de que por esa pista ha pasado algún camión maderero.

Desde hace rato tengo ya a la vista la rojiblanca antena de telecomunicaciones del Pagolar. Llego a confluir con el camino de la cresta por donde tras visitar el Pagolar seguiré hacia el Mostatxa. Saco una foto de lejos a la ya cercana antena y sigo hacia delante para llegar a los pocos metros al final de la pista cementada que desde Llodio asciende hasta la antena. Es la carretera de mantenimiento de la misma, por donde Jose Mari y yo subimos el miércoles pasado.

Me acerco a la cerca que circunda la antena y su caseta correspondiente y por detrás de la misma llego a la cima del Pagolar, de 722 m. Me hago otro selfie con el poste geodésico que han pintado de azul y el lauburu de hierro de la cumbre. Para llegar hasta aquí me he pegado unas buenas sudadas, así que paro unos pocos minutos para beberme una botella de medio litro de esas txurruplastas para deportistas que venden en las grandes superficies y me jamo unos puñados de pasas de uvas y arándanos, además de una barrita de esas que llaman "energéticas". Se nota que he venido yo solo, porque si vengo con Edu y Jose Mari seguro que pasamos de estas gilipolleces gastronómicas y nos jamamos unos bocatas guapos acompañados de la "damajuana" (la bota de vino), además del clásico plátano, el chocolate con avellanas y las galletas de Jose Mari de postre. Pero hoy no toca.

Me visto un poco más, ya que en la cumbre corre un viento fino. Hay unos pocos restos de nieve en el suelo alrededor de la cumbre. De la misma emprendo el camino hacia el Mostatxa volviendo por el mismo camino por el que he venido, hasta desviarme enseguida a la izquierda a pocos metros de dejar la carretera que sube de Llodio, también por mi izquierda.

El camino ahora es el de la cresta y no tiene pérdida. Siempre con algunos árboles y matojos a la izquierda y el amplio valle a la derecha. En unos cientos de metros llego a una pequeña cimita con un túmulo de piedras, que más bien parece un kairn y que es la cima del Kastanizabal, que no tiene buzón ni señal alguna, únicamente el montoncito de piedras. Lo he llamado así por haberlo leido escrito en algún sitio.

Sigo hacia delante y enseguida llego a una trifurcación de caminos en la que hay unos mojones de piedra junto a unos postes de color naranja con tejadillo metálico que señalan el paso de un oleoducto de la compañía CLH que contiene "hidrocarburos a alta presión". Hasta aquí volveré enseguida para desviarme hacia el valle e ir bajando poco a poco entre pinares hasta Luyando.

Tras pasar la trifurcación y seguir por la cresta hacia delante llego enseguida a la cumbre del Mostatxa, de 668 m altitud. Tiene en su cima una gran cruz metálica con un buzoncito en la base y una especie de estela funeraria tallada en una traviesa de ferrocarril que es una curiosa escultura con la foto del finado. Las vistas son excelentes, bastante mejores que las del Pagonabarra y las del Pagolar, donde sus panorámicas cimeras están un tanto censuradas por los pinos circundantes. Foto de rigor y de inmediato inicio el regreso por donde he venido hasta la citada trifurcación, donde me desvío por el camino situado a mi izquierda.

A pocos metros de la trifurcación hay una alambrada con una puerta sujeta con una cadena que se puede abrir. Una vez superada esta sigo hacia abajo hasta otro cruce muy cercano, en el que opto por seguir el camino que marca la cadena de pivotes naranjas del citado oleoducto. Para ello giro a la izquierda bajando de frente un pequeño repecho hasta llegar a un evidente camino cercano que se ve muy claro un poco más abajo. Bien es verdad que me hubiera ahorrado ese pequeño destrepe si hubiera seguido un poco mas por el camino girando a la izquierda en la primera curva.

El camino se mete enseguida en un pinar. Voy dejando a mi lado los pivotes del oleoducto. En cada uno hay una pegatina con la palabra ¡peligro!. Sigo todo derecho durante un rato hasta que el amplio camino por el que bajo dentro del pinar da un giro de la derecha para llegar al poco a la aldea de Isardio. Si no hubiera hecho el giro y seguido hacia delante hubiera llegado al mismo camino de descenso hacia Luyando pero un poco mas abajo, sin pasar por el citado barrio.

La verdad es que Isardio tiene solamente tres caseríos, pero los tres de pegolete., muy bonitos y bien mantenidos. En el primero de ellos termina el camino por el que he bajado hasta ahora y empieza la pista cementada que me llevará en un par de kilómetros hasta la carretera general. Es el camino llamado "camino de Isardio".

Tras bajar por la pista cementada un par de kilómetros siempre bajo el arbolado, llego a la carretera general y cruzo allí mismo a la otra parte para meterme pr la carretera que lleva a Luyando. Es la carretera de salida del pueblo hacia Llodio y Bilbao. En poco menos de un kilómetro estoy en el coche de nuevo. Fin de la ruta.

En definitiva, la de hoy es una bonita ruta que discurre casi todo el rato bajo la sombra de los pinos, con algo más de 14 Km (14,18 Km) y 816 metros de desnivel acumulado positivo. La verdad es que en varias partes de la ruta hay hay que subir unos repechos serios. Yo la he completado en 3 horas y 40 minutos realizando mínimas paradas, que casi todas han sido para sacar las fotos de los cruces y bifurcaciones y documentar así mejor la ruta, lo que ha hecho que en movimiento haya estado solamente tres horas.