RUTA ARTÀ-LLUC GR 222-ETAPA 2: Cala Mitjana-Betlem

La “ RUTA ARTÀ-LLUC GR 222-ETAPA 2", tiene como objetivo recorrer el tramo de este itinerario que enlaza Cala Mitjana con Betlem. Parte de Cala Mitjana en dirección a s'Arenalet d'Albarca, sube por el Camí d’en Mondoi hasta el Campament dels Soldats y desde aquí se dirige a la Ermita de Betlem y luego a la urbanización del mismo nombre. En total un recorrido de 21,72 km.

El Plan Especial de Ordenación y Protección de la Ruta Artà - Lluc, divide el GR-222 en 5 Etapas, con 4 variantes. La ruta principal tiene una longitud de 101,54 km, a los que hay que añadir otros 25,19 de las distintas variantes. Hay tramos que están señalizados y otros que aún no están finalizados. El recorrido se puede hacer a gusto de cada uno, según el tiempo de que se disponga y de la forma física que se tenga. Se trata de adaptar el camino a tus condiciones y a tu tiempo. La Etapa que aquí señalo como número 2 la he adaptado a esas circunstancias, no coincidiendo exactamente con la etapa oficial que va desde s'Arenalet d'Albarca a Betlem. Esta etapa está parcialmente señalizada con los típicos postes informativos del GR-222.

Al tratarse de un recorrido solo de ida dejamos un coche aparcado en la carretera Ma-3331, que une la Colonia de Sant Pere con la urbanización de Betlem, en un espacio que hay frente al camino final de ruta. El otro coche lo dejamos en la intersección del Camí de Cala Mitjana con el Camí de Cala Torta. A partir de aquí el mal estado del firme hace recomendable no bajar con los coches a ninguna de las dos Calas. En este punto iniciamos la etapa de hoy.

Comenzamos a caminar en bajada en dirección a Cala Mitjana por una pista, en otro tiempo asfaltada y hoy en muy mal estado de conservación. En pocos minutos alcanzamos esta Cala, también conocida como S’Aduaia, es una preciosa playa virgen de arena fina bañada por aguas limpias, cristalinas y de color turquesa, con un sistema dunar, sin edificaciones, ni construcciones que nos da la sensación de haber entrado en un pequeño paraíso natural.

Continuamos por la carretera-camino y en breve llegamos a la siguiente Cala, llamada Cala Estreta. Es una cala virgen y rocosa con gran interés paisajístico. Es un lugar muy bonito, compuesto de una playa pequeña y estrecha de aguas cristalinas y rodeada de un entorno natural espectacular. Seguimos avanzando por un camino pedregoso que discurre por primera línea de la costa. Pasamos al lado de otras calas menores como Cala Déntola y Es Maganetes y después llegamos a Cala Matzocs. Se trata de una playa que alterna zonas de cantos rodados con otras de fina arena blanca. Es una playa muy poco frecuentada que no está protegida contra el oleaje. Dispone de abundante vegetación en sus alrededores.

Proseguimos la marcha bordeando la costa y un poco más adelante llegamos a la Torre d’Albarca o des Matzocs. Es una torre de defensa construida en 1751 para vigilar la zona marítima entre Mallorca y Menorca ya que en esos tiempos la isla vecina de Menorca estaba ocupada por los británicos. Forma parte de la cadena de puntos de vigilancia que rodeaban toda la isla de Mallorca. Es un edificio circular de dos plantas y se encuentra en muy buen estado de conservación. Es posible acceder y subir hasta la cubierta donde aún se encuentra uno de los cañones de los que disponía la torre. Desde la cubierta las vistas son inmejorables y se divisa la isla de Menorca. Actualmente ha sido declarada Bien de Interés Cultural.

Desde la torre seguimos el sendero que desciende hasta una zona llana y rocosa muy expuesta a los vientos que le dan un aspecto árido y desértico. Así llegamos a la Cala de Sa Font Salada o Sa Font Celada que es la desembocadura del Torrent des Castellot. Es una playa de arena blanca y fina muy limpia. Según la época del año queda agua al final del torrente detrás de la playa.

Inmediatamente después llegamos a la playa S'Arenalet d'es Verger, también conocida como S'Arenalet d'Albarca. Es una playa virgen de arena blanca, con aguas cristalinas y una de las playas menos frecuentadas de Mallorca debido a su complicado acceso y a su exposición a los fuertes vientos del norte. Cerca de la playa se encuentra el Refugio de s'Arenalet, antigua casa de verano de los propietarios de la finca de Albarca. Tiene una superficie de 190 m2, distribuidos en dos plantas, con capacidad para 22 personas, alojadas en tres habitaciones dobles y cuatro habitaciones cuádruples. Se alquila por habitaciones. Teléfono de información: 971 17 76 52.

En este punto tenemos dos caminos: el camino de S'Esquena Llarga (Itinerario 5) y el camino d'en Mondoi (Itinerario 6), ambos desembocan en el Camino dels Presos (Itinerario 3) y ambos forman parte del GR 222. Nosotros optamos por el Camino d’en Mondoi. Se trata de una ancha pista de tierra que comienza con una importante subida, teniendo a la izquierda el Torrente de la Penya Roja, el Camino de S'Esquena Llarga y el Puig de sa Font y a la derecha la Penya Roja. Todo en un entorno que aparece dominado por vegetación baja, que le convierte en un mirador excelente sobre la costa, desde el que se puede divisar la isla de Menorca en los días claros.

Tras un rato de subida alcanzamos una barrera cerrada con candado y saltamos por un “botador”que tiene a su izquierda. Más adelante llegamos al Pla de sa Romana donde el camino se bifurca. Por la derecha se dirige a la Talaia Moreia (433 m), que obviamos. Por la izquierda, que es por donde continuamos, el camino se adentra en un joven bosque de pinos y poco a poco se va convirtiendo en un sendero, que asciende con mucha pendiente, dibujando una infinidad de curvas. Al final de la subida alcanzamos un cruce. Por la derecha se va al Coll de la Paret, donde muere el camino. De frente sigue siendo el camino d'en Mondoi, que ahora se ensancha.

Un poco más adelante desembocamos en el Camí des Presos, donde obviamos el ramal de la derecha que conduce al Puig de sa Tudosa (442 m), inconfundible por la presencia de unas antenas de comunicación, y continuamos por el de la izquierda hasta llegar al cruce con Camí de s'Esquena Llarga, donde vemos el primer indicador GR 222. El “camino de los presos” es una carretera construida con la intención de instalar una batería de defensa antiaérea en el Puig de Sa Tudossa, proyecto inacabado en el que trabajaron cientos de presos republicanos entre 1941 y 1943.

Avanzamos por este camino-carretera y un poco más adelante nos desviamos por el antiguo camino de herradura, que discurre paralelo al camí des Presos, calzada que cruzamos para ir al Campament des Soldats. Un poco antes de llegar alcanzamos un cruce de caminos, donde por la izquierda se va a la cima del Puig de Porrassar (492 m) y por la derecha, tras cruzar un portillo, llegamos al antiguo campamento. En este campamento se concentraban los republicanos represaliados tras la Guerra Civil, que trabajaban en la construcción del “Camí des Presos”. Estaba formado por un patio de armas rodeado de cuatro edificios destinados a la tropa y a los oficiales, un almacén y un establo. Los confinados se alojaban en barracones de obra con cubierta de càrritx.

Desde este lugar tomamos un sendero, señalizado con una estaca GR 222, que marca el inicio del descenso a s’Alquería Vell de Baix, por la ladera norte del Puig des Corb, llamado Camí Vell. Poco después enlazamos con el Camí des Presos, desde donde observamos las casas de s’Alqueria Vella de Dalt al fondo del Valle. Enseguida abandonamos este camino para seguir por otro que sale a nuestra derecha tras cruzar un portillo con barrera que se abre. Cruzamos el Torrent des Cocons y pasamos al lado de una noria que data del siglo XIX y que servía para regar uno de los huertos de la propiedad.

Aquí continuamos por nuestra izquierda y al poco tiempo llegamos a dos edificios, el primero de los cuales “Sa Tafona” alberga una almazara. En el interior de esta pequeña construcción, que podemos visitar previa petición en el centro de información, encontramos todos los elementos necesarios para elaborar aceite. El trull o trujal, molino
formado por unas enormes piedras que, movidas con la fuerza de un animal molían la aceituna; una gran caldera donde se calentaba el agua que se usaría para el prensado; y una prensa mecánica, donde se prensaba hasta obtener el aceite, que luego se decantaba en unas grandes picas. El otro edificio es Ses Cotxeres.

Pocos metros después nos situamos en un cruce. Por la izquierda se va al centro de interpretación del Parque Natural de la Península de Llevant (s'Alqueria Vell de Baix). Por la derecha, que es por donde seguimos, nos dirigimos a la Ermita de Betlem por un camino que discurre entre los restos de las parcelas de los Establits de s’Alqueria, muy maltrechos por el abandono y por los incendios. Al principio el camino es estrecho y discurre paralelo a una pared que separa la finca pública de s’Alquería Vella de la propiedad vecina. Luego continúa en ascenso por un terreno abierto y enmarcado por paredes y márgenes que delimitan antiguas tierras de cultivo.

Más adelante, el camino da una vuelta hacia la izquierda y se separa de la pared medianera. El cambio de dirección nos permite contemplar buenas vistas sobre el valle. Seguimos avanzando rodeados de cercados de piedra y una vegetación de abundante carrizo y palmitos. A mano derecha vemos el cuello de una cisterna que se levanta frente a las ruinas de la casita de Can Murto. Esta casita es una muestra de la presencia de los llamados “establecidos”, que hace referencia a los agricultores que se establecieron en esta zona a finales del siglo XIX con motivo de la parcelación de varias posesiones, con la finalidad de convertir esta tierra inhóspita en tierras de cultivo.

Un poco más arriba, nuestro camino hace un giro a la izquierda. Vemos un pequeño grupo de encinas y también lo que queda de Can Duc, una de las casas con más entidad de los Establits. Poco después alcanzamos el Coll de sa Truja, situado a 342 m de altitud. El terreno ahora es llano. En este collado hay un cruce señalizado. Por la derecha continúa el itinerario 10 “els Establits”. Ahora seguimos de frente, por donde continúa el GR-222 dirección a la ermita de Betlem.

Enseguida el camino comienza a descender y ya nos permite ver el mar y la ermita. El descenso es rápido y el camino sigue siendo pedregoso. Más abajo pasamos el límite del Parque Natural que hay por esta parte del camino. Luego cruzamos un portillo y el camino comienza a llanear y se convierte en un cómodo sendero de tierra, que se adentra en una zona arbolada.

Al poco tiempo nuestro camino desemboca en otro más ancho que viene de la urbanización de Betlem. Tomamos este nuevo camino por nuestra izquierda. Por la derecha continúa el GR-222 dirección a dicha urbanización y que tomaremos luego. A los pocos minutos alcanzamos la Font de sa Ermita, también llamada Font de na Bernadeta, ubicada en una explanada. El agua de esta fuente queda recogida en un fregadero dentro de una capilla. En un lado de esta explanada hay una capilla dedicada a la Virgen de Lourdes, con una imagen de la Virgen y otra de Santa Bernadeta Soubirous.

De la fuente a la ermita solo nos separan unos minutos. El camino desemboca frente a la barrera del recinto de la Ermita de Betlem. A la izquierda tenemos la carretera que conduce a Artà. Entramos en el recinto por un amplio sendero cementado enmarcado por cipreses. Se trata de una construcción sencilla, donde en la fachada principal encontramos un reloj de sol, una pequeña ventana y un rosetón. Alrededor encontramos los restos de los antiguos huertos, una era y construcciones destinadas a almacenes o instalaciones ganaderas que permitían una vida autosuficiente en la comunidad religiosa.

En la parte trasera hay un portillo sin puerta y detrás salen dos caminos, uno de frente y otro a la derecha. Este último va rodeando el recinto y finaliza a los pocos metros en una especie de Mirador Natural que ofrece unas buenas vistas de la urbanización de Betlem, Es Caló, Sa Talaia Freda, Puig de Sa Creu, etc. El camino que sale de frente conduce en corta subida por un sendero acotado hasta la cima del Puig d’en Coassa, situado a 320 m de altura.

Después de visitar este lugar, regresamos por nuestros pasos hasta el cruce que he mencionado antes para dirigirnos hacia la urbanización de Betlem. El camino continúa en dirección al Pas des Grau, un sendero estrecho que encontramos después de pasar un horno de cal y un portillo. A partir de aquí el descenso se acelera. Dejamos al lado una presa destinada a prevenir las crecidas del torrente y llegamos a una bifurcación, donde elegimos el camino de la derecha, en dirección al mar, que nos permite pasar cerca de las casas de Betlem. Estas casas se encuentran deshabitadas y amenazan ruina desde hace décadas. Los edificios principales conforman dos bloques paralelos, con una clastra empedrada y un porxo que acoge los lavaderos.

Las Casas están ya muy cerca de la carretera que une la Colònia de Sant Pere y Betlem, a la que accedemos tras franquear una barrera con un paso para los peatones. Cruzamos la carretera y enfrente tenemos el aparcamiento donde hemos dejado uno de los coches, dando por finalizada esta etapa.

Los componentes del grupo hemos sido: Salvador Gea y yo Juan González Blázquez como guía.

Mas información en mi Blog Caminando por Mallorca