RUTA ARTÀ-LLUC GR 222-ETAPA 1: Artà-Cala Mitjana

La “ RUTA ARTÀ-LLUC GR 222-ETAPA 1", tiene como objetivo recorrer el tramo de este itinerario que enlaza Artà con la Cala Mitjana. Parte de Artà en dirección al predio de Es Racó y el collado homónimo y baja atravesando la finca pública de Sa Duaia hacia Cala Mitjana. En total un recorrido de 14,31 km.

El Plan Especial de Ordenación y Protección de la Ruta Artà - Lluc, divide el GR-222 en 5 Etapas, con 4 variantes. La ruta principal tiene una longitud de 101,54 km, a los que hay que añadir otros 25,19 de las distintas variantes. Hay tramos que están señalizados y otros que aún no están finalizados. El recorrido se puede hacer a gusto de cada uno, según el tiempo de que se disponga y de la forma física que se tenga. Se trata de adaptar el camino a tus condiciones y a tu tiempo. La Etapa que aquí señalo como número 1 la he adaptado a esas circunstancias, no coincidiendo exactamente con la etapa oficial que va desde Artà al Refugio de S’Arenalet des Verger. Esta etapa está parcialmente señalizada con los típicos postes informativos del GR-222.

Al tratarse de un recorrido solo de ida dejamos un coche aparcado en la intersección del Camí de Cala Mitjana con el Camí de Cala Torta. A partir de aquí el mal estado del firme hace recomendable no bajar con los coches a ninguna de las dos Calas. El otro vehículo lo dejamos aparcado en Artà, en la Avinguda Costa i Llobera, frente a la antigua estación del tren, justo donde iniciamos la ruta GR-222.

Comenzamos a caminar por la mencionada Avenida dirección Palma. Al llegar a la rotonda “dimoni”, giramos a la derecha por el Carrer de Ciutat y seguimos sucesivamente por el Carrer de Antoni Blanes Juan, de Rafael Blanes, Plaça de s’Aigua y Carrer de s’Abeurador. Continuamos recto por la carretera Camí d'es Racó, que enlaza Artà con Cala Torta. Dejamos a la derecha el Campo de Fútbol de Ses Pesqueres y cruzamos el Torrent des Cocons. Avanzamos por la carretera en suave subida y un poco más adelante vemos a nuestra izquierda el camino que lleva a las casas de Es Racó y que ignoramos.

A partir de este punto la carretera se llama Camí des Coll des Racó, que sigue ascendiendo hasta alcanzar este collado, situado a 229 m de altitud y a 5,3 km de distancia del punto de inicio. Aquí, a la derecha de la carretera se encuentra el portillo que da acceso a la finca pública de Sa Duaia-Es Recó. También vemos el primer indicador de la ruta GR 222, que nos anuncia que aún nos queda 1h 40 min para llegar a Cala Torta y 1h 55 min para Cala Estreta. Desde Artà hasta el Coll des Racó el camino no está señalizado. También vemos a la derecha el camino que sube al Puig des Racó, situado a 386 m de elevación.

Una vez superado el botador de madera que se halla en el lado izquierdo de la barrera de entrada a la antedicha finca pública, continuamos la caminata, por una pista forestal que arranca detrás de la barrera, ahora en suave descenso. Poco después, dejamos de lado el ramal que surge a la derecha y que sube hasta el Coll de ses Buines. Luego pasamos por otro portillo con barrera cerrada y saltamos por el botador que tiene a su derecha y nos situamos en un cruce de caminos.

Cogemos el de la derecha, señalizado con un indicador GR 222. Por la izquierda el camino enlaza, poco después, con la carretera de Artá a Cala Torta que ignoramos. Seguimos en suave bajada, dejando de lado los senderos que vemos también a nuestra derecha, hasta que llegamos a un horno de cal recientemente restaurado. Enfrente observamos la silueta cónica del Puig de s'Esquerda, de 239 m de altitud. Proseguimos la marcha y en pocos minutos llegamos a una desviación, que vemos a nuestra derecha, en la que hay un cartel que indica el itinerario 2 “Camina por el bosque de red eléctrica” y que también obviamos.

Seguimos avanzando por nuestro camino teniendo el Puig de s’Esquerda a la izquierda y el Puig Negre, de 232 m de elevación, a la derecha. Enseguida vemos también a la derecha otro horno de cal igualmente restaurado recientemente. Luego iniciamos un descenso más acusado hacia un valle con tierras de cultivo, donde el camino dibuja una serie de lazadas. En lo alto divisamos las casas de Sa Duaia de Baix, hoy destinadas a agroturismo.

A continuación, llegamos al Torrent de Ses Voltes, que cruzamos. Luego alcanzamos otra bifurcación. El ramal de la izquierda se dirige a las casas de de Sa Duaia de Baix, que obviamos. Por lo tanto seguimos por la derecha conforme a las indicaciones del poste informativo GR 222. Pronto llegamos a un cruce señalizado y seguimos por la izquierda. El camino ahora es un bonito sendero que discurre entre el Puig de la Senyora, el Puig Figuer y el Puig Rodó y sigue el curso del Torrent de Ses Voltes, que cruzamos varias veces rodeados de palmitos y de càrritx y de algunas barracas y pedregales.

Este cómodo y agradable sendero enlaza poco después con la pista forestal de Cala Torta, donde vemos los restos de un pozo con su abrevadero. Tomamos esta pista por la derecha y enseguida cruzamos la desembocadura del Torrent de Ses Voltes para continuar por el arenal que nos conduce a la Playa de Cala Torta. Es una bonita playa virgen, de arenas blancas y aguas cristalinas, sencilla, tranquila, rodeada de pequeños acantilados y colinas, sin hoteles, casas, ni construcciones de ningún tipo.

En su lado izquierdo vemos una colina y en ella un sendero, señalizado con un indicador GR 222 que, con leve desnivel, nos lleva directos a la siguiente cala, la hermana pequeña de Cala Torta, la llamada Cala Mitjana. Mientras observamos enfrente la torre des Matzoc y el islote conocido como Faralló d’Albarca. Cala Mitjana, también conocida como S’Aduaia, es una preciosa playa virgen de arena fina bañada por aguas limpias, cristalinas y de color turquesa, con un sistema dunar, sin edificaciones, ni construcciones que nos da la sensación de haber entrado en un pequeño paraíso natural.

Cruzamos la zona arenosa y alcanzamos la carretera asfaltada que por la derecha permite llegar a Cala Estreta. Nosotros seguimos por la izquierda para dirigirnos, en subida, al punto donde dejamos aparcado uno de los coches y al que llegamos en pocos minutos. Durante la subida pudimos comprobar el mal estado del firme, donde apenas queda asfalto y está lleno de grandes baches que podrían dañar el vehículo, motivo por el que aparcamos en ese lugar y no descender hasta la playa.

Los componentes del grupo hemos sido: Salvador Gea y yo Juan González Blázquez como guía.

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