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Ruta 5. Rambla de Perea

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Trail stats

Distance
6.18 mi
Elevation gain
817 ft
Technical difficulty
Moderate
Elevation loss
207 ft
Max elevation
1,573 ft
TrailRank 
14
Min elevation
941 ft
Trail type
One Way
Coordinates
133
Uploaded
November 13, 2022
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near Yéchar, Murcia (España)

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Itinerary description

En el paisaje de la Rambla de Perea se muestra ante el observador como una profunda
herida en el relieve de la cuenca del río Mula. La rambla se encuentra encajada en su
tramo más alto por los relieves de la Sierra de Ricote, de materiales calizos, mientras
que en su tramo bajo discurre también encajada por la depresión de Mula, formada
por materiales margosos, sobre un paisaje que destaca por su aridez.
Se trata de un área que ha sido distinguida y catalogada con diferentes tipos y grados
de protección, que reconocen sus valores ambientales y naturales. Incluida en la Red
Natura 2000 de la Unión Europea con las figuras como LIC (Lugar de Interés
Comunitario) y ZEC (Zona de Especial Conservación). Este reconocimiento se debe no
sólo por su rica y variada flora o singular fauna, su cauce atesora varios hábitats de
interés ambiental a nivel comunitario, la mayor parte de ellos con un excelente grado
de conservación.
Dentro de Catálogo Regional de Lugares de Interés Geológico (LIG), también destaca
por su elevado interés científico a escala nacional, por su peculiar geodiversidad, ya
que representa el afloramiento del dominio Maláguide más septentrional de la Región
de Murcia. En la zona son visibles la serie estratigráfica de las capas tectónicas de la
parte occidental de la depresión de Mula/Pliego. También posee una valores y
reconocimiento por sus peculiaridades sedimentológicas, tectónicas, paleontológicas,
hidrogeológicas, geomorfológicas y paisajísticas, que le hacen ser un importante y
atractivo museo de geología al aire libre.
El cauce de la rambla ha visto la ancestral ocupación humana y el paso de diferentes
culturas a lo largo de los tiempos, culturas que ha dejado su huella en el territorio.
Destacan por su singularidad y antigüedad los asentamientos del Paleolítico Superior
que abrigan los acantilados del cauce. Los distintos yacimientos arqueológicos y
restos de actividades humanas dan fe de la importancia de este paso natural a lo largo
de la historia.
El carácter árido de este territorio ha favorecido la puesta en marcha de artilugios y
sistemas para el control, uso y almacenamiento del agua. Debido al aporte que de
forma permanente realiza el manantial de Fuente Caputa. Destacar los restos
arqueológicos de la presa romana del Ardal, muestra del esfuerzo humano para
mejorar la producción agropecuaria en la antigüedad.
La ruta discurre por un trazado que recorre una buena parte del cauce de la rambla,
y que permite vivir, conocer y disfrutar del espectáculo ambiental y cultual que a cada
paso se abre ante el caminante.

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Waypoints

PictographRuins Altitude 1,153 ft

1. Viviendas Trogloditas

Construcciones populares. Interés etnográfico. La orografía y el relieve de la rambla de Perea se caracteriza por la aparición de extensas zonas acantiladas en los márgenes del curso medio y alto de la rambla. Este paisaje pétreo es el resultado de la acción de las aguas al atravesar las estribaciones occidentales de la sierra de Ricote, abriendo una brecha entre las elevaciones de Lomo del Herrero y el Cejo Cortado. La formas y estructura de estos acantilados son la consecuencia de los continuos movimientos del edifico tectónico en la zona y los fuertes procesos erosivos a la que se ven sometidos por las aguas y el viento. Estas circunstancias hacen visibles grandes zonas de abrigos naturales que tras desprendimientos de la parte superior de las viseras rocosas aparecen abiertos en las paredes de la rambla. Desde antiguo estas oquedades han ofrecido la posibilidad para acondicionarlas como espacios habitables, muestra de ello son los yacimientos prehistóricos que se localizan en el curso de la rambla, y que aprovecharon estos espacios. De igual forma, a lo largo de la rambla también aparecen varios apriscos para guardar los ganados. En el caso de las casas trogloditas de la rambla de Perea, están han aprovechado el relieve, excavando o agrandando las oquedades horizontalmente para adaptarlas a las necesidades habitacionales. Estos tipos de viviendas conllevan algún peligro, en caso de temporales de agua o por caída de rocas de la parte superior. Las viviendas semisubterráneas tienen la ventaja de mantener unas condiciones de habitabilidad bastante salubres y constituyen una solución cálida en invierno y fresca en verano, llegando a asumir en parte una gran oscilación térmica diaria. En definitiva, estas viviendas hoy en día abandonadas, constituyen un atractivo ejemplo de un urbanismo rural que logró resolver de un modo muy efectivo la supervivencia de nuestros antepasados

PictographPanorama Altitude 1,238 ft

2. Geodiversidad Rambla de Perea

Formaciones geológicas. Patrimonio geológico. En el Inventario de Lugares de Interés Geológico (LIG) de la Región de Murcia, aparece recogido el LIGMU-32 con el nombre de Geodiversidad de La Puebla y Los Baños de Mula, que acumula sobre una superficie de unos 4,5 km2, formaciones geológicas de una cuenca neógenocuaternaria catalogada con un alto interés. El espacio geológico se distribuye por la cuenca del río Mula, la rambla de Perea y río Pliego. La rambla de Perea, en sus 13 km de recorrido desde su nacimiento en los cauces de Vertiente Caputa y Vertiente Zapata, hasta la confluencia con el río Mula en el paraje de La Misericordia, cuenta con una geodiversidad cambiante que se distribuye y modifica en los tres tramos de su curso. Tramos que cuentan historias desde hace unos 70 millones de años hasta la actualidad. El curso medio es un profundo tajo en la sierra de Ricote sobre rocas duras cortadas a pico, ofreciendo un paisaje formado por uno de los mejores cañones meandriformes de la Región de Murcia. Su curso bajo, es una gran herida sobre suelos y rocas blandas (cárcavas) donde infinitas formas erosivas muestran la belleza de una rambla asociada a un paisaje semiárido. Este curso fluvial de régimen muy irregular, tiene sin embargo en su cabecera y curso medio una corriente continua de agua que discurre desde su origen en Fuente Caputa, y que se remansa en una sucesión de pequeñas charcas, que una vez superadas, las aguas poco a poco terminan por filtrar y desaparecer el en lecho pedregoso del cauce. La rambla atraviesa varias unidades de rocas con edades comprendidas entre el Cretácico superior y el Cuaternario. El cauce y las tierras circundantes, permiten admirar dos grandes conjuntos de rocas que tienen una historia geológica común. Hace 7 millones de años esta zona de Mula quedó cubierta de nuevo por el mar, en este ambiente marino se formaron las rocas actuales. Rocas calizas depositadas en estos ambientes costeros y en la plataforma marina, que son visibles en la actualidad por la gran cantidad de fósiles de algas, ostras y erizos que aparecen en ellas. Estas rocas alcanzan un gran espesor hasta el curso medio de la rambla, a partir del cual se van adelgazando hacia el sur siendo sustituidas por los fangos margosos depositados en zonas más profundas. Las margas toman un enorme espesor hacia el final de la rambla, consecuencia de su formación en ambientes marinos profundos. Durante el Cuaternario reciente, la rambla se abrió paso hacia el río Mula, ganando así mayor pendiente y longitud hasta su desembocadura. Este fenómeno geológico, causó un encajamiento brutal de la rambla. Su caudal volvió a movilizar de nuevo los sedimentos, de esta forma la erosión del agua fue modelando las sucesivas terrazas que hoy en día son visibles, hundiendo su cauce casi un centenar de metros. Hoy día tan sólo resisten las rocas más duras de travertinos y conglomerados, con magníficas figuras que salpican el paisaje de mesas y muelas, últimos vestigios de un relieve original más elevado.

3. Abrigo Finca Doña Martina

arqueológicos. Estos yacimientos arqueológicos se encuentran situados al amparo de una serie de abrigos rocosos distribuidos por la margen izquierda de la rambla a la altura de la casa de Perea. Espacios de ocupación humana del Paleolítico Superior que se asentaron en la base del acantilado. La pared rocosa se corresponde con material de calcarenitas del Mioceno superior y que delimita el margen del espacio fluvial. Este periodo prehistórico se caracterizó por un ambiente climático riguroso, con grandes heladas y un descenso del nivel del mar. Los grupos humanos desarrollaron un utillaje lítico sobre láminas, es decir, piezas de piedra talladas mucho más largas y estrechas, mejor adaptadas a la confección de cuchillos y puntas de flecha, que implican la presencia del arco. Ambos yacimientos que apenas distan unas decenas de metros uno del otro, fueron descubiertos en el año 2007, tras un primer sondeo en el que aparecieron restos arqueológicos en la superficie. Esto dio lugar a la realización de cinco campañas de excavación en 2008-2010 y 2012-2013. El abrigo de la Boja empieza con un nivel del Magdaleniense Superior, seguido de una ocupación difusa con una serie de estructuras de combustión. Destaca un hogar enlosado, completo y muy bien conservado, excavado en 2012 y adscrito al periodo Solutreogravetiense. En los niveles solutrenses más profundos aparecen elementos de adorno, sobre conchas perforadas, su industria en piedra incluye raspadores, algunas puntas de flecha y buriles. El abrigo de Doña Martina tiene una acumulación de sedimentos de unos tres metros de profundidad y está constituido por restos acumulados por la acción de corrientes superficiales, donde la materia orgánica acumulada proviene de la acción humana. La textura arenosa del suelo y la poca profundidad del abrigo, hace que los restos prehistóricos de la fauna no se conserven, reduciéndose a algunos dientes de caballo y fragmentos muy pequeños. Los adornos sobre conchas marinas son abundantes en los niveles solutrenses y gravetienses. La datación del Carbono 14 sitúan la ocupación humana de los abrigos de Finca Doña Martina y La Boja en secuencias del Paleolítico Superior 25.000-23.000 años antes de nuestra era.

PictographPanorama Altitude 1,380 ft

4. Espacio Natural Rambla de Perea

Cursos fluviales. Valores naturales, ambientales y paisajísticos. Comprendido dentro de la Red Natura 2000, al territorio ocupado por la cuenca del río Mula se le aplican varias figuras de protección ambiental, como LIC (Lugar de Interés Comunitario) y ZEC (Zona Especial de Conservación). Este curso fluvial atraviesa de oeste a este las comarcas del Noroeste Murciano, Río Mula y Vega del Segura, discurriendo por los municipios de Bullas, Mula, Pliego, Albudeite, Campos del Río, Alguazas y Las Torres de Cotillas, donde vierte sus aguas al Segura. La zona protegida tiene una extensión de 881,85 Ha aproximadamente, distribuidas linealmente a lo largo de unos 40 kilómetros de cauces fluviales. Área natural comprende los cauces de los ríos Pliego y Mula, la rambla de Perea, afluente del río Mula por su margen izquierda, así como parte de las ramblas de la Herrería, rambla del Huérfano y barranco del Barbol, afluentes del río Pliego. Además, incluye los embalses de La Cierva y Los Rodeos. De acuerdo con el Anexo I de la Directiva 92/43/CEE, se han identificado hasta 20 tipos de hábitats de interés comunitario dentro de este espacio protegido. Siendo 5 de ellos prioritarios, 8 raros y 7 muy raros. La mayor parte de ellos presentan un estado de conservación catalogado como bueno y excelente.

PictographBridge Altitude 1,602 ft

5. Canales del Taibilla

Canalización de aguas. Infraestructura hidráulica. En el curso alto de la rambla en un angosto entre las verticales paredes rocosas, un acueducto salva la caída entre ambas márgenes, el acueducto de Perea. Esta estructura hidráulica corresponde a uno de los ramales de los Canales del Taibilla, en su camino hacia la Vega Media del río Segura. Esta institución comienza su andadura allá por el año 1913, cuando se inician los estudios que habían de concluir con la creación de la Mancomunidad de los Canales del Taibilla. Todo ello nace ante la necesidad de trasvasar agua a poblaciones del sureste ibérico. Se contempla primero la posibilidad de realizar un trasvase desde los Chorros del Mundo y después desde el río Tabilla. Es necesario llegar a los años veinte del siglo XX, para que el Ingeniero de Caminos José Eugenio Ribera redacte un anteproyecto en el que la fuente de suministro definitiva es el río Taibilla. Dos años después, en 1927, se crea la Mancomunidad por Decreto-Ley de 4 de Octubre. Organismo público encargado de trasvasar los caudales para el abastecimiento de las ciudades de Murcia, Cartagena y su Base Naval. Dando inicio a una de las grandes obras hidráulicas del siglo XX que mercará y asegurará el suministro de agua a una extensa área del sureste peninsular. Las obras del canal se comenzaron en 1932, tras el parón producido por la Guerra Civil y a partir de 1939 se desarrolla la construcción a un ritmo acelerado y se consigue que desde mayo de 1945 quedaran abastecidas Cartagena y su Base Naval, construyéndose en cinco años 200 km del canal principal, con cargo al Tesoro Público. El acueducto de la rambla de Perea corresponde a la denominado Canal del Segura que se construyó en 1958, y que con una longitud de 79,5 km se habilitó para dar servicio a una buena parte de los municipios del centro y el oriente de la Región de Murcia. Este canal en la actualidad puede transportar una media de entre 1,3 y 2,1 m³/seg, en su recorrido atraviesa 15,3 km de túneles y 3,3 km de acueductos, a lo que hay que sumar varios sifones, rápidos y saltos de agua. Todo ello muestra la magnitud e importancia de la obra. En la actualidad la Mancomunidad posé más fuentes para el abastecimiento y se encarga de todo el proceso de captación, tratamiento, conducción y almacenamiento en depósitos de reserva. Actúa sobre un área de unos 11.000 km2, que aglutina a 80 municipios, Murcia (43), Alicante (35) y Albacete (2) dando suministro de agua, a una población estable de más de 2.400.000 habitantes.

PictographWaterfall Altitude 1,424 ft

6. Poza de Fuente Caputa

Montaña singular. Interés etnográfico Leyendas populares. La ancestral ocupación humana del entorno de Fuente Caputa, unido a las características físicas del espacio, han dado lugar a que sea un lugar que concita a dar rienda suelta a leyendas y mitos que envuelven el lugar. Cuenta la leyenda que hace muchos siglos, vivía en Caputa una joven en una rica hacienda, esta, por las tardes se acercaba al nacimiento con su cántaro de agua. Por aquel tiempo se decía que la mujer que se lavaba la cara con el agua del manantial se conservaba eternamente bella y joven. Un día, llegó a la fuente un mozo que dio conversación a la muchacha, tan ameno fue el encuentro que cada tarde se veían en la fuente. Los jóvenes terminaron enamorados y se juraron amor eterno. Pero, una tarde el mozo no acudió a la cita, la joven lo esperó y esperó pero el muchacho no se presentó. Transcurrido un tiempo, la joven, fue a llenar su cántaro, pero cuando se hizo de noche no volvió a casa. Sus padres y sirvientes sólo encontraron su cántaro roto. Pasaron los años y la leyenda se apoderó de Fuente Caputa, se comentaba que algunos pastores desaparecían de forma extraña, se decía que esas desapariciones era cosa de los moros de Granada cuando hacían sus correrías. Una noche, siglos después, un caminante procedente de Ricote que se dirigía a Mula, vio una luz brillante que bajaba de la peña que hay junto a la rambla. Sorprendido y asustado se escondió, pensando que se trataría de algún bandolero, por aquellas fechas era muy temido Jusephe de Escámez y su cuadrilla. Cuando el misterioso resplandor llegó hasta el abrevadero donde estaba un pastor con su rebaño, vio a una joven hermosa vestida de un blanco. La mujer misteriosa portaba una antorcha luminosa y un cántaro que tendió al pastor para que lo llenara. La joven dijo llamarse Sila, cuando el pastor cogió el cántaro para entregárselo, esta lo tomó de la mano y le pidió que le acompañara a su cueva. El pastor quedó encantado al instante, soltó el cántaro que se hizo añicos contra el suelo y la acompañó, desapareciendo ambos tras la peña. El viajero, llegado al pueblo relató lo que había visto en Fuente Caputa. Algunos no dieron crédito y se burlaron de él diciéndole que el miedo a las brujas de San Juan le había jugado una mala pasada. Al clarear la mañana, llegaba al pueblo la noticia de que el hijo del Tío Peloncho había desaparecido mientras apacentaba su rebaño en Fuente Caputa. Desde entonces la gente comenzó a relacionar viejos rumores de desapariciones, y la leyenda de la Mujer Encantada fue tomando cuerpo, por lo que pastores y viajeros evitaban pasar por allí, sobre todo de noche, y más si era la de San Juan, por miedo a que se les apareciese la Ninfa Encantada de Fuente Caputa.

PictographPanorama Altitude 1,526 ft

7. Vías Pecuarias

Caminos del ganado. Interés etnográfico. La Ley 3/1995 de Vías Pecuarias, define las vías pecuarias como rutas o itinerarios por donde discurre o ha venido discurriendo tradicionalmente el tránsito ganadero. Estos caminos y pasos tienen su origen en el traslado de los ganados a los pastos invernales en noviembre y a los estivales en mayo. La tradición de trashumar a pie a grandes distancias se ha ido perdiendo con el paso del tiempo, hoy en día se embarca al ganado en camiones o ferrocarriles para su desplazamiento. En la actualidad sigue vigente la trasterminancia en las vías pecuarias que cruzan por la rambla de Perea, esta, es una variedad menor de la trashumancia que se caracteriza por los movimientos de corto recorrido, por lo general inferiores a los 100 km de distancia. Fuente Caputa es un importante paso para los ganados desde tiempos remotos ya que es una brecha natural que conecta los amplios llanos del Ardal y Cagitán al norte, con la vega del río Mula al sur, comunicando dos grandes espacios geográficos como son las comarcas naturales del Noroeste Murciano y del Río Mula. Las vías pecuarias se clasifican atendiendo a sus dimensiones en, las cañadas reales tienen como ancho 75 metros (90 varas castellanas), los cordeles tienen 37,5 m (45 varas) y las veredas 20 m (25 varas). Estas vías para los ganados siguen articulando espacios agrarios y naturales, conectándose entre sí a través de otras vías de anchura inferior llamadas ramales o coladas. Junto a estos caminos se sitúan los abrevaderos, descansaderos y majadas, asociados al tránsito ganadero, como es el caso de Fuente Caputa. Fuente Caputa es un importante abrevadero con una superficie de 1,50 ha, donde confluyen las vías pecuarias de:  Cañada Real de Calasparra 25.000 m.  Cordel de la Huerta 15.000 m.  Vereda de Valentín 15.000 m.

8. Villa Romana de Fuente Caputa

Asentamiento rural romano. Yacimiento arqueológico. El nombre de Fuete Caputa, tiene su origen en el término latino cap aquae (cabeza de agua) en definitiva manantial o fuente. En este punto donde brotan unos 5 l/seg, da comienza un curso permanente de agua que da lugar a encharcamientos en distintas pozas naturales a lo largo de su descenso por la rambla. La presencia continua de agua ha facilitado que a lo largo de la historia en su ribera se hayan asentado distintas culturas y civilizaciones. En la cabecera de la rambla aparecen restos arqueológicos desperdigados por la superficie, corresponden a lo que debió ser un asentamiento rural agrícola de época romana. Estos se localizan sobre la suave colina que se abre norte del manantial de Fuente Caputa. Sobre esta pequeña loma se hallaron durante unas prospecciones arqueológicas, abundante material cerámico fechado en época Altoimperial siglos I-II después de nuestra era. El material se corresponde con recipientes contenedores (ánforas) y algunos fragmentos de vajilla de mesa y cerámica de cocina. También fueron descubiertas dos basas de columnas que actualmente se exhiben en el Museo de la Ciudad de Mula. A mediados de la década de los ochenta del siglo XX, se documentó lo que parecía el impluvium de una villa romana. El impluvium era un espacio situado en el centro de un patio, en torno al cual se organizan la mayor parte de las villas romanas. Consistente en un pequeño estanque, al que iban a parar las aguas de lluvia recogidas en los tejados de la casa. Junto al impluvium se localizó otra estructura, interpretada como el hypocaustum (sala en la que se realizaba la combustión de la leña y que proporcionaba calor a las termas) de unos baños privados de la villa. Además, se tiene noticia de la aparición de una bañera durante la realización de unos trabajos agrícolas. Tanto las estructuras como la cerámica aparecida parecen datar el conjunto en época Altoimperial, aunque su ocupación bien pudo prolongarse hasta el siglo III después de nuestra era. En la actualidad todo el yacimiento está protegido por la ley, catalogado en la Carta Arqueológica de Mula y en el Plan General de Ordenación Municipal.

9. Presa romana del Ardal

Infraestructura hidráulica. Yacimiento arqueológico. La cabecera de la rambla de Perea recoge las aguas de los parajes de Veto, Llano de la Mata, El Prado y El Ardal. Esta circunstancia es la que llevó al aprovechamiento de las aguas que discurren por estos desagües naturales y que canaliza la rambla, para construir una presa en época romana y que estaba asociada a la villa de Fuente Caputa. Sus restos se localizan a unos 2 km aguas arriba del manantial. Los restos visibles se componen de un gran muro de unos 50 m de longitud, formado por piedras cimentadas, de medianas dimensiones, y trabadas con cal y argamasa. Una de las esquinas del muro está construida en ladrillo, seguramente formaba parte del sistema de desagüe a las dos acequias laterales. Una de ellas, la de la margen izquierda se puede seguir parte de si trazado, que llega cerca de la villa de Fuente Caputa. La otra acequia de la margen derecha, se ha perdido hoy en día su trazado. La presa, de pequeñas dimensiones y construida en un desnivel del terreno, almacenaba agua para el riego de una superficie de unas 10 Ha de las tierras circundantes. Esquema presa romana

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