Ruta 5: Balcón de Pilatos, Puntal de la Raspilla, Collado del Puerto, Cañada de las Yeguas, Pico Argel y Tejo Viejo.

Ruta 5: Balcón de Pilatos, Puntal de la Raspilla, Collado del Puerto, Cañada de las Yeguas, Pico Argel y Tejo Viejo.

“Todos quieren vivir en la cima de la montaña, pero la felicidad y el crecimiento suceden mientras se sube” Andy Rooney

En El Parque Natural de los Calares del Mundo y de la Sima es importante el valor etnológico, histórico y cultural, por la integración armoniosa de las aldeas y pueblos en el entorno, y la presencia de elementos como lavaderos, molinos, pontones, iglesias, antiguas torres de vigilancia de la época de la Encomienda de Santiago, etc..
El nacimiento del rio Mundo es uno de los lugares más bellos de España, pero no es el único lugar que merece la pena visitar en este Parque Natural, cuyo paisaje y biodiversidad le hacen único. Cabras y diversas especies de rapaces son abundantes, pero tal vez lo más notable sea la flora, con endemismos que sólo aquí podemos encontrar.
En el Parque podemos considerar 5 grandes unidades paisajísticas: 1) El Calar del Mundo, una meseta de 22 km. de largo por 5 de ancho, con elevadas pendientes meridionales (cuenca del río Tus) y en la vertiente nordeste, donde nace el río Mundo. 2) El Valle del río Tus, que corre entre los Calares del Mundo y de la Sima. 3) El Calar de la Sima, en la zona sur y con el pico más alto del Parque, el Mentiras (1.897 m). 4) La Sierra del Cujón, separada del Calar del Mundo por el arroyo de la Celada. 5) El río de la Vega, en la zona norte.
El paisaje es muy variado, con multitud de variantes del paisaje kárstico: calares, simas, uvalas, dolinas (de las que hay 960 sólo en el macizo del Calar del Mundo, siendo uno de los sitios donde son más abundantes en España) y numerosas cuevas, entre las que destaca la Cueva de los Chorros del Mundo. Aunque tal vez el paisaje natural sea lo más impactante, los núcleos urbanos de Riópar, Yeste, Cotillas, Villaverde del Guadalimar o Molinicos también merecen una visita.
En el área se han explorado también 85 cavidades subterráneas, destacando la cueva de los Chorros (abierta en una gran pared vertical que cierra el valle), con más de 50 km. de galerías exploradas actualmente por espeleólogos, lo que la convierte en una de las zonas más extensas de este tipo, sólo por detrás de Ojo Guareña en España. Desde la cueva el agua forma una gran caída de más de 80 metros, en cuya base hay pequeñas pozas de agua, que reciben el nombre de calderetas.
Este espacio protegido contiene un karst de extraordinario desarrollo y riqueza en formas pétreas, así como una gran diversidad botánica y paisajística y un excelente grado de conservación de sus ecosistemas, lo que le otorga una excepcional importancia desde el punto de vista de la conservación del patrimonio geológico, la biodiversidad y el paisaje de Castilla-La Mancha.

Al llegar a la aldea de Mesones desde Elche, tomamos el desvío a la izquierda hacia el Arroyo de la Celada para seguir la pista que va subiendo dicho arroyo, la pista discurre entre bosque de pino, majuelos, quejigos y enebros; pasaremos por la fuente de la Guitarra , luego dejaremos un desvío a la derecha que lleva al Pozo Bomba, nosotros seguimos subiendo por la pista y un poco antes de empalmar con la pista que sale de la carretera, va por encima de la Fuente de la Plata y cruza por el medio de la ladera del molejón, aparcamos el coche justo en el desvío por donde vamos a empezar la ruta. Si siguiéramos la pista anterior nos llevaría a la entrada del cortijo de Segundo, donde termina dicha pista.
Iniciamos nuestra marcha por un bonito y tranquilo camino, sin mucha inclinación, que primero nos llevará a cruzar el arroyo de la Celada y, posteriormente, el Cortijo de Segundo, (de Fernando, de los Bastetanos o de La Celada, cualquiera de estos nombres vale, depende del propietario) que lo dejaremos a nuestra izquierda, muy bien arreglado como turismo rural y que suele estar ocupado. Pronto se acaba el camino, cruzamos el barranco y llegamos al punto donde se bifurca, un sendero nos sube al Tejo Milenario, por el cual bajaremos y, el otro, que es el que tomaremos, nos subirá siguiendo el barranco al Balcón de Pilatos, suelen estar indicadas con unas tablillas ambas direcciones. Seguimos rectos, por la izq. por las marcas de un GR hacia el balcón en una subida continua pero muy llevadera que nos planta enseguida en el Balcón de Pilatos. Aquí las vistas son preciosas teniendo de frente y abajo la pedanía de las Quebradas y todo el hueco de Tus, impresionante a pesar del desolado paisaje que dejó el reciente incendio.
Desde el Balcón seguimos ascendiendo por nuestra derecha por una senda estrecha y bastante empinada, salvando zonas de roca y girando hacia la izquierda ya entre los pinos, la pendiente pronunciada y el estrecho sendero debemos de ir con cuidado de no pasarnos el desvío que sale a la izquierda para seguir superando la ladera y llegar al collado entre los dos barrancos y a los pies de la peña que veíamos desde el Balcón de Pilatos. Seguimos un tramo corto por la cresta del collado y nos dirigimos a la izquierda siguiendo el nuevo arroyo que baja a las Quebradas, arroyo del Saltador, al llegar a su lecho lo cruzamos y por un entretenido bosque de pinos vamos dirigiéndonos a otro collado, ya en el calar, donde la vegetación escasea y abunda el lapiaz puro y duro. Desde el nuevo Collado las vistas son impresionantes, a la derecha el Cerro los Tornajos y el Arkel, enfrente a la derecha el polje de la Cañada de las Yeguas, la cuerda de los Viboreros, el cauce del incipiente arroyo de tus rodeando la Torca de la Cabra y a nuestra izquierda y enfrente la Loma Pelá y más cerca el Puntal de la Raspilla hacia donde nos dirigimos sin senda clara. Vamos a recorrer toda la cuerda de los cortados de esta impresionante y desconocida zona del calar que cobija a las aldeas de Las Quebradas, Majadacarrasca, La Tejeruela, La Raspilla, La Hoya la Parrilla y Moropeche, Los Simancos, Los Malojares.
Apenas sin darnos cuenta nos vemos rodeados por el lapiaz, un extendso lenar que no nos va a abandonar durante gran parte de la ruta y donde no hay otra vegetación que enebros y piornos, entre la enorme llanura de roca caliza, blanca, colonizada por líquenes, que casi como cuchillos sobresalen del suelo. Es la roca deshecha y gelifractada por el hielo y la nieve, pulverizada por la enorme erosión del viento, que, a veces, hará difícil nuestro caminar. Observado el paisaje podemos apreciar la diferencia de un lado a otro, un mar de piedras y roca pelada a nuestra derecha y unas laderas pobladas de grandes pinos a nuestra izquierda intentando alcanzar y colononizar los paredones que protegen este bello lugar.
Acercándonos todo lo que nos permiten los cortados para ver el valle y contemplar las cimas que nos brinda nuestra posición llegamos muy cerca del Collado del Puerto, al cual decidimos no bajar y tomar hacia nuestra derecha una senda que por las estribaciones finales de la Loma Pelá va a cambiar de vertiente y seguirá bajando hacia la Fuente de los Tornajos de Abajo o Tornajos de Tus, cambiando nuestra dirección. Pronto nos vamos a encontrar una bajada en pendiente pero con la compañía de pinos, enebros y quejigos. Desde la fuente cambia nuestra visión, ahora vemos desde abajo lo que en el otro extremo veíamos desde arriba, al fondo Los Tornajos y el Argel; Loma Pelá y La Torca de la Cabra a nuestra derecha; enfrente la cuerda de los viboreros y a nuestra izquierda el hueco abierto por donde se precipita el Arroyo de Tus recorriendo la conocida Cuesta de las Peladillas.
Desde la Fuente, atravesamos el arroyo de Tus y subimos a la plataforma pétrea, al lenar más puro del Calar para recorrer el Polje o Cañada de las Yeguas en dirección a la Fuente de los Tornajos de Arriba o Tornajos Yegüeros. Observamos el paisaje casi lunar, vemos cómo el ya casi invisible arroyo deambula, zigzagueante, blanquecino su lecho, por el centro del polje, escoltado por la derecha por la Cordillera de Loma Pelá y por la izquierda por las últimas lomas de los Viboreros (Los Vigoleros) un costillar que desde donde estamos forma otra pequeña cordillera que llega hasta el Argel y el Cerro de los Tornajos; sobresaliendo en primer término el Pico del Cerezo, una pequeña altura en cuya base se encuentra la Fuente de los Tornajos de Arriba, hacia donde nos dirigimos. Desde esta fuente tomamos un pequeño sendero que continúa de frente bordeando longitudinalmente la pequeña cordillera por su base, quince minutos después comienza a subir ascendiendo lenta pero decididamente toda su ladera hasta llegar a un collado desde el que, lógicamente podemos ver ambas laderas, la que da vista al Polje del Espino y la que estamos subiendo. Una vez en el collado debemos cimbrear toda la cuerda y seguir la arista por la parte más alta hasta llegar a la cima del Argel (1.698m) cuyo vértice geodésico está derruido y un pequeño mojón de piedra señala la cumbre con un letrero indicando la cima. Caminamos por las aristas del Argel y bajamos hacia la Fuente del Buitre, a los pies del Cerro de los Tornajos (1.662 m) para dirigirnos por buena pista y buen firme a la dolina del Tejo Viejo o Milenario; un tejo enorme, impresionante, tan extraordinario como enigmático, árbol todo él tóxico a excepción de las bayas, árbol sagrado para los druidas celtas.
Desde el tejo vamos dirección al barranco de la derecha para cruzarlo y tomar una senda conocida como la del Salto de la Sangre que pronto va a ir buscando el arroyo del barranco para bajar sin compasión por él, pero sin descuidarnos del paisaje y de los bellos acebos que adornan parte del sendero al igual que el tupido bosque de pinos, robles, encinas y arces. Así llegamos al cruce por donde pasamos al inicio de la ruta, giramos a la izquierda y bajamos la pista dejando a nuestra derecha el cortijo de La Celada y dando por terminada la ruta a la altura del coche.

Y recuerda: “A veces nos perdemos, pero siempre llegamos”.
Mucha información ha sido recogida del libro de Ángel Ñacle García “Andar por el parque natural de los calares del Mundo y de la Sima”