Ruta 409 - Filadelfia: La Florida, La Mesenia, El Bosque, Villa Martin, Guacari, Irra

Caminata de dificultad MEDIA-ALTA. Sin embargo, si se hace al revés podría ser de dificultad ALTA. De todos modos, hay que seleccionar muy bien a la gente que hace la ruta, ya que en la zona, la temperatura es elevada. Nos hizo un día hermosamente soleado y sin nubes.

Lleve al menos tres o cuatro litros de agua. En esa zona, si uno pide agua, le entregan un frasco de agua hervida, pero turbia.

El camino pasa sobre todo por fincas ganaderas. Verás muchas vacas. Por lo tanto, sea cuidadoso cerrando todos los portillos.

Para llegar a Filadelfia tomamos del Terminal de Transporte de Manizales un carro de Sideral ($15.000), el cual partió a las 6:30am. Llegamos a Filadelfia aproximadamente a las 8.00am y allí abordamos el jeep de don Dairo (cel 311 710 9428), quien nos cobró $10.000 por nuestro desplazamiento ($2.000 por persona; 5 personas) hasta la entrada de La Florida.

Una vez en La Florida, tomamos la carretera veredal que nos lleva hasta la Vereda La Loma. Ese camino lo transitamos hasta su final, donde se convierte en un camino real. En ciertas partes ese camino es súper ancho, ya que este era el Camino antiguo que comunicaba a Riosucio con Filadelfia (pasando por el puente del Pintado y La Mesenia).

Descendimos por una ruta no muy empinada, pasamos por grandes torres eléctricas, desde donde se divisa la montaña del fondo, que según el IGAC se llama Cerro Bravo, pero los lugareños la llaman El Bosque. Esa montaña siempre nos ha llamado la atención, dado que desde La Vereda La Cabaña de Manizales, se ve como una pirámide.

En el recorrido, por el camino real, no hay casas. Cerca a Can Can, nos desviamos del camino que originalmente tenía planeado; sin embargo, dado que queríamos pasar por la parte de atrás de Cerro Bravo, seguimos caminando, ya que el camino parecía llevarnos hasta esa zona. El camino nos llevó hasta la Hacienda La Mesenia. Allí una persona, muy probablemente su dueño, nos indicó como llegar a la ruta que originalmente tenía prevista. Simplemente debíamos descender por una manga 200 m, por un camino que había entre el pasto. Para nada fue complicado este descenso. Se llega hasta una quebrada. Ese recorrido desde Can Can a La Mesenia fue muy agradable.

El señor de La Mesenia nos dijo que ese era el camino real antiguo que comunicaba Filadelfia con Ríosucio, nos habló de varias tierras cercanas y nos brindó una conversación amena.

Una vez en la ruta que se había trazado originalmente, pasamos por una zona con mucho Solanum (un arbusto espinoso con un fruto amarillo y venenoso). Aquí hubiera sido conveniente traer, para nuestra comodidad, un machete, ya que algunos tramos estaban bastante enyerbados.

Caminamos y caminamos hasta llegar hacia las 12:00 del día y bajo el sol abrazador, a la Hacienda Alto Bonito. Allí, con el permiso de los agregados, almorzamos. Media hora después continuamos nuestro recorrido por una carretera interna de la finca, bastante agradable, ya que se transitaba sobre tierra, no sobre grava. En la Puerta 3 se desvía hasta La Hacienda Villa Martín. En este tramo, de 200 metros aproximadamente, no hay un camino claramente demarcado.

De Villa Martín y hasta el final del camino, la ruta está claramente definida entre los pastizales. Pasamos por muchos potreros, bajo la mirada intimidante de las vacas. Finalmente llegamos a Guacarí. Allí cruzamos la Quebrada Honda. El agua nos llegó por encima de las rodillas; unos 300 metros después cruzamos el río Tapias. Allí el agua nos cubrió todo el muslo, al punto que tuve que guardar el celular en el morral. El paso de ambas corrientes de agua fue relativamente fácil. A 200 de donde cruzamos el río Tapias había un balneario. ¡Qué delicia el agua!, porque con ese sol, ya estabamos derretidos.

Finalmente, llegamos a la carretera Manizales-Medellín a las 2:30pm y a las 2:50pm estabamos en Irra. Allí tomamos el bus de regreso a Manizales por $12.000 cada uno.

NOTA HISTÓRICA: la Quebrada La Honda fue el límite sur de Salamina de 1829 (Jorge Enrique Esguerra Leóngomez - La Fundación de Salamina, Caldas).