Ruta 1: Del Arroyo de la Puerta por la Fuente de las Raigadas al Melojar y Pico Calar y vuelta por el Barranco de los pinos.
near Cotillas, Castilla-La Mancha (España)
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Itinerary description
“El verdadero milagro no es caminar sobre el agua o caminar en el aire, sino simplemente caminar sobre esta tierra”. Thich Nhat Hanh.
El Mundo es un río español, principal afluente del río Segura que nace entre los municipios de Vianos y Riópar; (Sierra de Alcaraz - Albacete) como rebosadero del acuífero que nutre el Calar del Mundo. Etimológicamente, "Mundo" no procede del sustantivo referente a "mundo" (del lat. mundus), sino del adjetivo "*mundo" (lat. mundus), antónimo de "inmundo": "limpio, lavado, claro.."…
El Parque Natural de Los Calares del Mundo y de la Sima, se encuentra a caballo entre las sierras de Alcaraz y del Segura, en el suroeste de la provincia de Albacete, abarcando parte de los municipios de Yeste, Riópar, MolinIcos, Villaverde de Guadalimar, Vianos y Cotillas. Lo conforman fundamentalmente las Sierras del Calar del Mundo ,Calar de la Sima y Sierra del Cujón; y los valles del río Mundo, el río Tus, el Arroyofrío, El río de La Vega, El arroyo de la Puerta, y el arroyo Madera. El relieve amesetado de sus sierras de naturaleza caliza permite el desarrollo intenso de procesos de disolución kárstica. Estas sierras han desarrollado una flora muy variada y rica en endemismos. Sus principales valores son, por lo tanto, el paisaje, su altísima riqueza en flora endémica y la existencia de un karst muy desarrollado.
Las principales formaciones boscosas son los pinares de Pinus nigra, Pinus pinaster, y Pinus halepensis, distribuidos según cota y orientación por casi toda la superficie del Parque, excepto en las zonas de mayor altitud de las distintas elevaciones montañosas.Los bosques de Pinus nigra clusiana se localizan en las cotas mas altas, limitando con los matorrales de alta montaña. Los bosques de Pinus halepensis y Pinus pinaster se encuentran en las zonas medias y bajas del parque. En cuanto a las frondosas, representan la vegetación potencial excepto en las áreas altas de los calares. Encinares y quejigares están representados sobretodo en las laderas de umbría del Calar del Mundo, ascendiendo hasta el Calar del medio, donde se encuentran los mejores ejemplares de quejigos centenarios. Está presente también como singularidad florística el rebollo, mezclado con quejigos, con los que se hibrida; sobretodo en la Torca de los Melojos. En cuanto a las formaciones de matorral, son significativos, a parte de los matorrales de alta montaña, los espinares que rodean los carrascales y quejigares, y la maquia silicícola levantina presente en determinadas zonas del parque con sustrato silíceo que da lugar a la existencia de madroño, brezo, agracejo etc.Hay presencia asimismo de numerosos microhabitats: riparios, de paredones rezumantes y tobas húmedas, comunidades rupícolas no nitrófilas, praderas, y bosques relícticos eurosiberianos ( presencia de olmo de montaña, avellano, tejo, acebo, fresno excelsior) . Todos los ecosistemas relatados dan lugar a una riqueza botánica expectacular, con 1.300 taxones de rango específico y subespecífico, contando con mas de 35 especies de flora incluidas en el catálogo regional de especies amenazadas; dos de ellas en peligro de extinción. Por último hay que destacar la enorme variedad de orquídeas presente, con mas de 40 especies.
Bajando por la carretera del Puerto del Arenal, en una curva conocida como “el puente hundido”, sale una pista que va siguiendo el Arroyo de la Puerta y lleva hasta la entrada a la ganadería de la Dehesa de los Mojones. Al principio de la pista, dejamos a mano izquierda los Cortijos de Tribaldos, uno derruido y otro más arreglado, una excelente zona de pastizal rodeado de carrascas y pinos a la solana y de un viejo encinar en la umbría. Seguimos la buena pista con el coche viendo los chopos lombardos a orillas del arroyo y arriba, en lo alto el costillar de la Cuerda de los Charcones y a nuestra derecha El Puntal de Las Mesas, El Hituero Grande, el Poyo del Esplegar y La Piedra de la Lastra, ambas pequeñas cordilleras conforman la morfología del valle en V que forman el Arroyo de la Puerta, conocido como Barranco de la Huesa. A mano derecha dejaremos una pista que asciende al Hituero y Las Mesas donde hay instalado el comedero de buitres de La Tejerilla. Por la pista el pino laricio es el que reina junto algún meloso y algún tejo cerca de la fuente y de la zona de acampada denominada Era de los Vadillos. Pasamos por la Fuente Dulce, vadeando el arroyo y pronto llegamos al comienzo de la ruta: La Fuente del Arroyo de la Puerta, con tres tórnanos y un considerable chorro de agua fresquísima aún en pleno verano. Enfrente de la Fuente pero al otro lado del arroyo hay vallada otra fuente en forma de guitarra.
Desde la parte trasera superior de la fuente sale una trocha que debemos seguir hasta el barranco de La Buitrera, tiene una corta pero fuerte subida y debemos tomar como referencia un enorme pino laricio donde las distintas trochas de ganado se unifican formando una senda muy clara. Desde el pino, el trayecto es tan bonito y encantador que se hace fácil y corto de andar. Empezaremos a disfrutar, si no lo hemos hecho ya de un magnífico bosque de pinos laricios mezclados con robles y quejidos, salpicado de algún tejo y arce como si estuviéramos inmersos en un bosque encantado con su flora asociada: espinos negros, májuelos, rusos, acebos, endrinos, madreselvas, zarzas, hiedras en un suelo tapizado de helechos. En media hora llegaremos a una fuente con tornajos de cemento y un poco más adelante otra con tornajos, ya destrozados, de tronco de pino, ambas forman parte de La Fuente de las Raigadas, enclave singular y enigmático que pertenece a Vianos. Tenemos que seguir la senda algo más confusa en dirección hacia un escalonamiento pétreo más alto. Enfrente, en la solana, vemos, en lo alto, los peñascos horadados de oquedales, Los Covachos de las Raigadas, donde es fácil ver cabra montés. Remontando la ladera llegamos a una balconada sobre la dolina que se extiende a nuestros pies entre ovalada y circular y de ahí los diferentes nombres que recibe: Dolina, Torca de los Melojos, El Melojar, El Rebollar, La Torca del Malojar, Torcarrobreo…. Ante su vista es fácil perder la capacidad de mesura y en otoño mucho más.
Descendemos un poco a la cercana Torca de Los Melojos, una hoya amplia (dolina) y alargada, con un magnífico bosque de Quercus pirenaica (roble melojo o rebollo) bajo un sotobosque de helechos con sustrato silíceo, este tipo de roble alcanza los 20 m de altura, es de lento desarrollo, aguanta bien tanto la sequía como las heladas, pero es poco longevo y su madera aunque proporciona leña y carbón de excelente calidad, se usa para traviesas de ferrocarril, vigas, postes de teléfono y en carpintería de puertas y ventanas. Creciendo en el tronco de un roble añejo moribundo, vemos un “pollo de las maderas o del bosque”, el hongo Laetiporus sulphureus (seta estante azufre). Además del fruto del roble, la bellota, se observan unas excrecencias esféricas (cecidias o agallas), tumores producidos al defenderse el árbol de las larvas depositadas por avispas en sus tallos. La agalla desarrolla unos tejidos vegetales para alimento y protección de las larvas, y se han usado para prender fuego, como tinte y astringente.
Un botánico que conociese tan solo las condiciones generales de suelo y clima de nuestras Sierras descartaría la presencia en ella del melojo, árbol que necesita terreno ácido y bastante humedad. Pero nos explican los expertos que, si acercamos una lupa al mapa de la comarca, vemos que esa situación se da en zonas muy concretas, como la Torca de los Melojos y los valles del Tus y de Río Madera, donde un suelo profundo y rico en materia orgánica coincide con afloramientos de arenas silíceas.
El melojo debió ser más abundante en nuestras Sierras, como se cita en escritos de épocas pasadas. En la actualidad, sin embargo, casi todos los melojos que quedan -que son pocos- se encuentran bajo el dosel del pinar, que ha desplazado artificialmente al melojar. Este suele formar pequeños rodales de estructura inmadura, pero también hay ejemplares sueltos de más de 600 años, de gran porte, testigos irrefutables de un pasado más glorioso. La excepción es la Torca, porque el melojar que en ella se cobija es prácticamente puro y está formado por ejemplares maduros. Un lujo. Esta es una de las mejores representaciones de melojar o rebollar del sur peninsular. Situado en una gran torca o dolina, de las más grandes del Calar, este bosque, aun siendo pequeño, nos transporta a lugares lejanos, que para nada esperaríamos encontrar en esta zona relativamente árida. En la Torca de los Melojos estaremos rodeados de majestuosos ejemplares de robles centenarios, formando un pequeño bosque asentado sobre un curioso sustrato que no pasa desapercibido, compuesto por finas arenas que nos pueden recordar a una playa paradisíaca. La relativa acidez de este sustrato, en contraste con la alcalina caliza de los alrededores, ha dejado aislado aquí a este tesoro natural. Además, si nos fijamos bien, podremos encontrar pequeñas piedras repartidas por la arena (está prohibida su recolección), algunas de ellas con raras marcas, pequeños hoyuelos. Estas marcas son, ni más ni menos, que las huellas del antiguo coral que hace millones de años formó esta roca, lo que nos da una idea del origen de estas sierras.
Ascendemos por la Dehesa de la Cañada de los Mojones, pisando la hojarasca cambiamos el melojar por el calar, con su arbustiva y rala vegetación entre multitud de dolinas a nuestra izquierda, antes de entrar la zona de las Charcas, visitamos una dolina con un majestuoso tejo y un poco más adelante, enfrente, vemos otro tejo semiherido al que también nos acercamos. El suelo que pisamos es lapiaz o lenar, muy malo para los pies pero precioso para la vista, es decir, la piedra atomizada, rota, alveolar, fisurada, acanalada, horadada, grisácea, blanquecina aveces, colonizada por hongos y líquenes, sembrada de piropos y pequeñas plantas de porte almohadillado de duras y puntiagudas hojas, algún pequeño enebro, alguna sabina rastrera… un regalo para los ojos. Por la derecha el Vallejo de los Arenales y más adelante el Mojón de las Tres Cruces que separa Albacete de Jaén, enfrente ya divisamos la cumbre del Pico Calar del Mundo (1631 m) también llamado El Paredón o el Pico de la Bandera, por una que había antes del vértice geodésico al que llegamos. Al Sur (nuestra derecha) tenemos el Puntal de la Escaleruela, la Sierra del Cuquillo y el Mentiras (1896 m), al Noreste (nuestra izquierda), el Puntal de la Encomienda, la Cuerda de los Tornajos con el Argel (1698 m) y la Sierra del Cujón.
Desde el vértice seguimos por los cortados que delimitan y conforman el hueco de Tus, recorriendo lo que se conoce como los Picones. Desde el primero, a la derecha del vértice llamado el Puntal del Mediodía hasta el Pico de las Cuevas, pasando por el Picón de los Rincones. Las vistas son impresionantes tanto al valle de Tus como a los Barrancos. Cruzamos la valla del ganado y seguimos bordeando los cintos y canteros hasta que sin senda clara vamos tomando dirección norte para dirigirnos al barranco de los pinos. Comienza ya a aparecer la vegetación: enebros, majuelos, piornos, y un poco más abajo los pinos laricios. El suelo se tapiza de zamarrillas y lastones. Comenzamos a descender por el barranco con clara senda cubierto de pinar que se conoce como Barranco de los Pinos. Una vez descendido el barranco nos encontramos en la Cañada de los Mojones, el mayor polje del calar, que lo recorre longitudinalmente a lo largo de 4 km, confirmando un valle con fondo de saco o ciego.
Cuando llegamos a una Tiná de cabras y ovejas, giramos a la izquierda y pasaremos por una especie de toldo que queda a la derecha y llegaremos entre un oscuro y enigmático robledal hasta la Fuente de las Raigadas para empalmar con la ruta de ida y llegar de nuevo a la Fuente del Arroyo de la Puerta y dar por finalizada la ruta.
Y recuerda: “A veces nos perdemos, pero siempre llegamos”.
Mucha información ha sido recogida del libro de Ángel Ñacle García “Andar por el parque natural de los calares del Mundo y de la Sima”
El Mundo es un río español, principal afluente del río Segura que nace entre los municipios de Vianos y Riópar; (Sierra de Alcaraz - Albacete) como rebosadero del acuífero que nutre el Calar del Mundo. Etimológicamente, "Mundo" no procede del sustantivo referente a "mundo" (del lat. mundus), sino del adjetivo "*mundo" (lat. mundus), antónimo de "inmundo": "limpio, lavado, claro.."…
El Parque Natural de Los Calares del Mundo y de la Sima, se encuentra a caballo entre las sierras de Alcaraz y del Segura, en el suroeste de la provincia de Albacete, abarcando parte de los municipios de Yeste, Riópar, MolinIcos, Villaverde de Guadalimar, Vianos y Cotillas. Lo conforman fundamentalmente las Sierras del Calar del Mundo ,Calar de la Sima y Sierra del Cujón; y los valles del río Mundo, el río Tus, el Arroyofrío, El río de La Vega, El arroyo de la Puerta, y el arroyo Madera. El relieve amesetado de sus sierras de naturaleza caliza permite el desarrollo intenso de procesos de disolución kárstica. Estas sierras han desarrollado una flora muy variada y rica en endemismos. Sus principales valores son, por lo tanto, el paisaje, su altísima riqueza en flora endémica y la existencia de un karst muy desarrollado.
Las principales formaciones boscosas son los pinares de Pinus nigra, Pinus pinaster, y Pinus halepensis, distribuidos según cota y orientación por casi toda la superficie del Parque, excepto en las zonas de mayor altitud de las distintas elevaciones montañosas.Los bosques de Pinus nigra clusiana se localizan en las cotas mas altas, limitando con los matorrales de alta montaña. Los bosques de Pinus halepensis y Pinus pinaster se encuentran en las zonas medias y bajas del parque. En cuanto a las frondosas, representan la vegetación potencial excepto en las áreas altas de los calares. Encinares y quejigares están representados sobretodo en las laderas de umbría del Calar del Mundo, ascendiendo hasta el Calar del medio, donde se encuentran los mejores ejemplares de quejigos centenarios. Está presente también como singularidad florística el rebollo, mezclado con quejigos, con los que se hibrida; sobretodo en la Torca de los Melojos. En cuanto a las formaciones de matorral, son significativos, a parte de los matorrales de alta montaña, los espinares que rodean los carrascales y quejigares, y la maquia silicícola levantina presente en determinadas zonas del parque con sustrato silíceo que da lugar a la existencia de madroño, brezo, agracejo etc.Hay presencia asimismo de numerosos microhabitats: riparios, de paredones rezumantes y tobas húmedas, comunidades rupícolas no nitrófilas, praderas, y bosques relícticos eurosiberianos ( presencia de olmo de montaña, avellano, tejo, acebo, fresno excelsior) . Todos los ecosistemas relatados dan lugar a una riqueza botánica expectacular, con 1.300 taxones de rango específico y subespecífico, contando con mas de 35 especies de flora incluidas en el catálogo regional de especies amenazadas; dos de ellas en peligro de extinción. Por último hay que destacar la enorme variedad de orquídeas presente, con mas de 40 especies.
Bajando por la carretera del Puerto del Arenal, en una curva conocida como “el puente hundido”, sale una pista que va siguiendo el Arroyo de la Puerta y lleva hasta la entrada a la ganadería de la Dehesa de los Mojones. Al principio de la pista, dejamos a mano izquierda los Cortijos de Tribaldos, uno derruido y otro más arreglado, una excelente zona de pastizal rodeado de carrascas y pinos a la solana y de un viejo encinar en la umbría. Seguimos la buena pista con el coche viendo los chopos lombardos a orillas del arroyo y arriba, en lo alto el costillar de la Cuerda de los Charcones y a nuestra derecha El Puntal de Las Mesas, El Hituero Grande, el Poyo del Esplegar y La Piedra de la Lastra, ambas pequeñas cordilleras conforman la morfología del valle en V que forman el Arroyo de la Puerta, conocido como Barranco de la Huesa. A mano derecha dejaremos una pista que asciende al Hituero y Las Mesas donde hay instalado el comedero de buitres de La Tejerilla. Por la pista el pino laricio es el que reina junto algún meloso y algún tejo cerca de la fuente y de la zona de acampada denominada Era de los Vadillos. Pasamos por la Fuente Dulce, vadeando el arroyo y pronto llegamos al comienzo de la ruta: La Fuente del Arroyo de la Puerta, con tres tórnanos y un considerable chorro de agua fresquísima aún en pleno verano. Enfrente de la Fuente pero al otro lado del arroyo hay vallada otra fuente en forma de guitarra.
Desde la parte trasera superior de la fuente sale una trocha que debemos seguir hasta el barranco de La Buitrera, tiene una corta pero fuerte subida y debemos tomar como referencia un enorme pino laricio donde las distintas trochas de ganado se unifican formando una senda muy clara. Desde el pino, el trayecto es tan bonito y encantador que se hace fácil y corto de andar. Empezaremos a disfrutar, si no lo hemos hecho ya de un magnífico bosque de pinos laricios mezclados con robles y quejidos, salpicado de algún tejo y arce como si estuviéramos inmersos en un bosque encantado con su flora asociada: espinos negros, májuelos, rusos, acebos, endrinos, madreselvas, zarzas, hiedras en un suelo tapizado de helechos. En media hora llegaremos a una fuente con tornajos de cemento y un poco más adelante otra con tornajos, ya destrozados, de tronco de pino, ambas forman parte de La Fuente de las Raigadas, enclave singular y enigmático que pertenece a Vianos. Tenemos que seguir la senda algo más confusa en dirección hacia un escalonamiento pétreo más alto. Enfrente, en la solana, vemos, en lo alto, los peñascos horadados de oquedales, Los Covachos de las Raigadas, donde es fácil ver cabra montés. Remontando la ladera llegamos a una balconada sobre la dolina que se extiende a nuestros pies entre ovalada y circular y de ahí los diferentes nombres que recibe: Dolina, Torca de los Melojos, El Melojar, El Rebollar, La Torca del Malojar, Torcarrobreo…. Ante su vista es fácil perder la capacidad de mesura y en otoño mucho más.
Descendemos un poco a la cercana Torca de Los Melojos, una hoya amplia (dolina) y alargada, con un magnífico bosque de Quercus pirenaica (roble melojo o rebollo) bajo un sotobosque de helechos con sustrato silíceo, este tipo de roble alcanza los 20 m de altura, es de lento desarrollo, aguanta bien tanto la sequía como las heladas, pero es poco longevo y su madera aunque proporciona leña y carbón de excelente calidad, se usa para traviesas de ferrocarril, vigas, postes de teléfono y en carpintería de puertas y ventanas. Creciendo en el tronco de un roble añejo moribundo, vemos un “pollo de las maderas o del bosque”, el hongo Laetiporus sulphureus (seta estante azufre). Además del fruto del roble, la bellota, se observan unas excrecencias esféricas (cecidias o agallas), tumores producidos al defenderse el árbol de las larvas depositadas por avispas en sus tallos. La agalla desarrolla unos tejidos vegetales para alimento y protección de las larvas, y se han usado para prender fuego, como tinte y astringente.
Un botánico que conociese tan solo las condiciones generales de suelo y clima de nuestras Sierras descartaría la presencia en ella del melojo, árbol que necesita terreno ácido y bastante humedad. Pero nos explican los expertos que, si acercamos una lupa al mapa de la comarca, vemos que esa situación se da en zonas muy concretas, como la Torca de los Melojos y los valles del Tus y de Río Madera, donde un suelo profundo y rico en materia orgánica coincide con afloramientos de arenas silíceas.
El melojo debió ser más abundante en nuestras Sierras, como se cita en escritos de épocas pasadas. En la actualidad, sin embargo, casi todos los melojos que quedan -que son pocos- se encuentran bajo el dosel del pinar, que ha desplazado artificialmente al melojar. Este suele formar pequeños rodales de estructura inmadura, pero también hay ejemplares sueltos de más de 600 años, de gran porte, testigos irrefutables de un pasado más glorioso. La excepción es la Torca, porque el melojar que en ella se cobija es prácticamente puro y está formado por ejemplares maduros. Un lujo. Esta es una de las mejores representaciones de melojar o rebollar del sur peninsular. Situado en una gran torca o dolina, de las más grandes del Calar, este bosque, aun siendo pequeño, nos transporta a lugares lejanos, que para nada esperaríamos encontrar en esta zona relativamente árida. En la Torca de los Melojos estaremos rodeados de majestuosos ejemplares de robles centenarios, formando un pequeño bosque asentado sobre un curioso sustrato que no pasa desapercibido, compuesto por finas arenas que nos pueden recordar a una playa paradisíaca. La relativa acidez de este sustrato, en contraste con la alcalina caliza de los alrededores, ha dejado aislado aquí a este tesoro natural. Además, si nos fijamos bien, podremos encontrar pequeñas piedras repartidas por la arena (está prohibida su recolección), algunas de ellas con raras marcas, pequeños hoyuelos. Estas marcas son, ni más ni menos, que las huellas del antiguo coral que hace millones de años formó esta roca, lo que nos da una idea del origen de estas sierras.
Ascendemos por la Dehesa de la Cañada de los Mojones, pisando la hojarasca cambiamos el melojar por el calar, con su arbustiva y rala vegetación entre multitud de dolinas a nuestra izquierda, antes de entrar la zona de las Charcas, visitamos una dolina con un majestuoso tejo y un poco más adelante, enfrente, vemos otro tejo semiherido al que también nos acercamos. El suelo que pisamos es lapiaz o lenar, muy malo para los pies pero precioso para la vista, es decir, la piedra atomizada, rota, alveolar, fisurada, acanalada, horadada, grisácea, blanquecina aveces, colonizada por hongos y líquenes, sembrada de piropos y pequeñas plantas de porte almohadillado de duras y puntiagudas hojas, algún pequeño enebro, alguna sabina rastrera… un regalo para los ojos. Por la derecha el Vallejo de los Arenales y más adelante el Mojón de las Tres Cruces que separa Albacete de Jaén, enfrente ya divisamos la cumbre del Pico Calar del Mundo (1631 m) también llamado El Paredón o el Pico de la Bandera, por una que había antes del vértice geodésico al que llegamos. Al Sur (nuestra derecha) tenemos el Puntal de la Escaleruela, la Sierra del Cuquillo y el Mentiras (1896 m), al Noreste (nuestra izquierda), el Puntal de la Encomienda, la Cuerda de los Tornajos con el Argel (1698 m) y la Sierra del Cujón.
Desde el vértice seguimos por los cortados que delimitan y conforman el hueco de Tus, recorriendo lo que se conoce como los Picones. Desde el primero, a la derecha del vértice llamado el Puntal del Mediodía hasta el Pico de las Cuevas, pasando por el Picón de los Rincones. Las vistas son impresionantes tanto al valle de Tus como a los Barrancos. Cruzamos la valla del ganado y seguimos bordeando los cintos y canteros hasta que sin senda clara vamos tomando dirección norte para dirigirnos al barranco de los pinos. Comienza ya a aparecer la vegetación: enebros, majuelos, piornos, y un poco más abajo los pinos laricios. El suelo se tapiza de zamarrillas y lastones. Comenzamos a descender por el barranco con clara senda cubierto de pinar que se conoce como Barranco de los Pinos. Una vez descendido el barranco nos encontramos en la Cañada de los Mojones, el mayor polje del calar, que lo recorre longitudinalmente a lo largo de 4 km, confirmando un valle con fondo de saco o ciego.
Cuando llegamos a una Tiná de cabras y ovejas, giramos a la izquierda y pasaremos por una especie de toldo que queda a la derecha y llegaremos entre un oscuro y enigmático robledal hasta la Fuente de las Raigadas para empalmar con la ruta de ida y llegar de nuevo a la Fuente del Arroyo de la Puerta y dar por finalizada la ruta.
Y recuerda: “A veces nos perdemos, pero siempre llegamos”.
Mucha información ha sido recogida del libro de Ángel Ñacle García “Andar por el parque natural de los calares del Mundo y de la Sima”
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Comments (2)
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Vaya lección de botánica. Nunca una ruta estuvo tan bien explicada. Deseos dan de ir mañna mismo.
Ángel Ñacle es un gran defensor y conocedor de estos parajes. A él le debemos las magníficas descripciones y, como bien dices, las ganas de conocer los lugares que tanto quiere y disfruta. Te sigo y sé que disfrutas del monte y de los paisajes y no sólo de los del calar. Un saludo.