Ruidera - El Lobillo (Castillo de Peñarroya). Etapa 2 del Camino Natural del Guadiana

El trayecto Ruidera - El Lobillo (Castillo de Peñarroya) corresponde a la primera parte de la segunda etapa del Camino Natural del Guadiana (la última parte de esta etapa, que concluye en Argamasilla de Alba tiene menor interés, y creemos que es prescindible para el senderista que sólo se proponga hacer el recorrido de las lagunas de Ruidera y el embalse de Peñarroya).
En esta etapa, el camino comienza a la altura del Cementerio de Ruidera, en el cruce entre la N-430 y la CR-650, y se prolonga por senderos en buen estado hasta la presa del embalse de Peñarroya, pasando por la esclusa de Miravete.
En la primera parte se encuentra, a menos de 1/2 km del origen la cascada del Hundimiento, con unos escalones y pasarelas de madera para facilitar el acceso. Esta es la cascada más alta de las Lagunas, y qué producida por una rotura en el muro tobáceo de la laguna del Rey. A continuación viene una zona con grandes cañas (espadañas y carrizos, principalmente), donde se encuentran las lagunas inferiores, o "bajas" (Cueva Morenilla, Coladilla y Cenagosa). Son lagunas de baja profundidad, pero en las que hemos visto diferentes embarcaciones y bastantes casas; aunque nos parecen más bellas las lagunas superiores, los paisajes aquí son también muy bellos.
Después el camino sigue hasta encontrar el canal de Villanueva y pasar por el cortijo Batán de la Zarza ; esta parte, a través del monte seco y con limitada vegetación en algunos puntos, sin vistas al embalse y pasando por varias fincas, es algo menos llamativa que los paisajes de las lagunas, aunque hemos visto una gran cantidad de perdices y otras aves (incluyendo rapaces en buen número).
Llegamos después a la cola del embalse de Peñarroya, que seguimos hasta alcanzar la zona de la presa. La subida final al castillo de Peñarroya no ofrece dificultades y las vistas desde el castillo, incluyendo las fortificaciones al otro lado de la presa del embalse, son muy bellas.
A partir de Peñarroya, ya en tierras de Argamasilla de Alba, las aguas del río Pinilla (¿o deberíamos llamarle Guadiana?), desaparecen progresivamente. El río se divide en numerosos riachuelos que, literalmente, desaparecen en la tierra, para reaparecer después en los Ojos del Guadiana y las lagunas de la Nava, Albuera y Escopillo, y reconstruir el gran río Ana no lejos de las Tablas de Daimiel.
En conjunto valoramos la dificultad técnica como moderada por la longitud y las subidas de la última parte, aunque no hay ningún paso difícil de salvar y creemos que en conjunto es un sendero fácil para cualquier persona acostumbrada a hacer caminatas largas. Las partes relacionadas con el agua (principio y final) nos parecieron muy bonitas; la parte intermedia, a través de los cortijos en zona de secano, es algo menos divertida.