Rucandio, Los Castillos 1141m, Bujal 1184m., Tablones 1239m., Oña

Con esta larga travesía recorremos la meseta con forma de media luna que es continuación de la sierra de Oña. Partimos de la pequeña aldea de Rucandio para descender a Oña con su monasterio destacando desde la distancia.
Desde Rucandio partimos desde el abrevadero y fuente a la entrada del pueblo para tomar a la izquierda la primera calle nada más pasar la casa con el nombre del pueblo. Se puede subir por escaleras pero optamos por ir "calentando" poco a poco y subimos por la siguiente calle que nos lleva a la iglesia que está de reformas en lo alto. Continuamos por la pista que pasa junto a una bodega y que ya, más suavemente continua ascendiendo en busca del Collado en la meseta. Una vez allí optamos por coronar Los Castillos, para lo cual tendremos que girar a la izquierda, en seguida visualizaremos el vértice cimero. De nuevo en el collado (unos 2kms entre ida y vuelta), tomamos dirección a las visible antenas de Tablones que se ven a lo lejos. Hasta allí no hay mucha perdida en días despejados, hay que tomar las sendas más evidentes en función de lo que queramos hacer. Nosotros tratamos de mantenernos lo máximo posible junto al corte, tratando de crestear (ancha y sin casi exposición) y hacer todas las cimas posibles. Pasamos por una pequeña ermita y un bonito mirador adornado por una gran cruz antes de llegar a la cima de Bujal (hay que pasar una doble alambrada previa a la cima jalonada por un montón de piedras).
Pasamos por un par de cimas más, cuyo nombre está escrito en una piedra y en un mojón divisorio (a lo largo de la cresta a muchos mojones).
De esta manera llegaremos a Tablones, tras una larga caminata donde hemos seguido múltiples marcas: azules, lilas, rojas, verdes...
Queda descender desde esta última cima a Oña (otros siete largos kms.) Un error en la elección de sendero en una zona de bosque bajo nos hace perder unos 45' buscando salida entre los jaros. Recomendamos seguir las señales arcoiris porque a buen seguro que después un desvío nos llevará al camino correcto que por fin alcanzamos algo penosamente monte a través por seguir unas cintas que terminaban en nada. Lo dicho, mejor coger camino arcoiris que desciende hacia en valle contrario a Oña para luego, al de poco, coger por esa vertiente dirección Oña. Cuando ya salimos al ancho y despejado camino llegamos a un tendido eléctrico que aprovechamos para volver al valle donde divisamos Oña y su monasterio. Confiamos en largo descenso hasta entrar por el aparcamiento y área recreativa junto al río.

Recuerda que las montañas no son propiedad de nadie y son para el disfrute de todos. Por ello, respétalas, y sobre todo, no te confíes. Toma siempre todas las precauciones. Esto es sólo una ayuda para caminar en libertad. Pero en la naturaleza solo somos invitados. Así que, deja que tu intuición y sentido de la orientación trabajen un poco también y , por favor, respeta la montaña.
A disfrutar de la ruta!