Royo María, Cueva Camarilla, Cueva Buena, Prao Chortales, Tosero (Sierra de las Villas)
near El Tranco, Andalucía (España)
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Trail photos
Itinerary description
Agradecemos a galenomam y pacoubeda sus tracks, los cuales seguimos con algunas variaciones y que sin duda fueron de gran ayuda.
Por un error del GPS sitúa el comienzo de la ruta en los Poyos de Andaragasca, cuando realmente es donde está puesto el waypoint "Inicio / Carretera Transversal de la Sierra de las Villas".
Fantástico recorrido por el sector más septentrional de la Sierra de las Cuatro Villas, aunque para los más puristas en toponímia serrana, la mitad del mismo se desarrolla por la Sierra de las Lagunillas. Los parajes son absolutamente sobrecogedores, la desnudez que ahora muestra su pétrea fisionomía desprovista del manto arbóreo que se llevo el devastador incendio del año 2.005, nos enseña los lugares quizá más agrestes del Parque, parecen imposibles de andar, una sucesión continua de poyos, cortados, crestas, barrancos, … Pero por aquí hubo cortijos, ubicados en pequeñas zonas fértiles donde sus moradores arañaban algo a la tierra que llevarse a la boca. Y donde hubo gentes, hubo senderos y siguen estando, pero como están....
La primera parte del recorrido transita por la senda de Cueva Buena, que por desgracia se encuentra prácticamente devorada por romeros y que con un poco de intuición y fijándonos muy mucho en los refuerzos mamposteros que asentaban los senderos de la categoría de éste, podremos seguir no sin el inconveniente de tener que ir apartando maleza a nuestro paso. Por este motivo, por la longitud del recorrido y el desnivel acumulado, superior a 1.200 metros, la he calificado de difícil. Aunque eso sí, la mayor parte de la ruta es muy cómoda al discurrir por pistas.
Comenzamos en la carretera transversal de la Sierra de las Villas, a un kilómetro aproximadamente del puente de los Agustines, junto al puente sobre el arroyo María. Allí hay un anchurón para dejar vehículos. Sin vadear el arroyo, a un lado del puente arranca la senda de Cueva Buena, en un principio ancha y despejada porque lleva a una represa. Tras sortear la represa por el lado izquierdo, continuamos ya por la primitiva senda, en un principio remontando su cauce hacia el Sur para pronto cambiar de sentido ganando altitud y después virar de nuevo hacia el Sur buscando de nuevo las proximidades del María en el Paraje de Cueva Fría.
En éste paraje se bifurca la senda, tirando la derecha hacia el Sur remontando el arroyo hasta el Prao de los Chortales. Nosotros seguimos la izquierda, que vira hacia el Norte separándose definitivamente del royo María y pasando por encima de los Poyos de Andaragasca. Desde la bifurcación el enmatojamiento es mucho mayor y hay que andar con mucho ojo para no perder la senda, pero la lógica nos da a entender que el paso más cómodo es por la franja de tierra entre cortados y efectivamente así es.
Al llegar a una zona de abandonados olivos perdemos momentáneamente la senda y llegamos hasta casi el collado del Poyón de Andaragasca (Argasa según los mapas), pero remontando unos metros campo a través hacia el Este pronto damos de nuevo con ella. Ya no la perderemos hasta salir a la pista que hay tras pasar por la espectacular repisa y abrigos de la Camarilla.
Una vez en la pista estamos debajo de Cueva Buena, pero más de 100 metros de desnivel nos separan de ella y no tenemos ni idea de por donde llegará a ésta la vieja senda. Siguiendo los pasos de galenomam y pacoubeda ascendemos por la pista hacia la derecha para ir ganando altura por ésta hasta que vemos que a nuestra izquierda sale una especie de jorro o cortafuegos que hicieron cuando limpiaron el monte tras el incendio, para salirnos por él. Pero no lo seguimos muchos metros, pues comenzamos a remontar un poco la ladera y después siguiendo más o menos la curva de nivel hacia el NE nos vamos encarando hacia la cueva. Al llegar a una zona más rocosa y rala de vegetación damos de nuevo con la desvencijada senda, los muros mamposteros o lo que de ellos quedan la delatan. Esta termina de ascender de forma zigzagueante los pocos metros que nos quedan para llegar a Cueva Buena. El nombre no le va mal puesto, pues orientada al Sur, SW y protegida de los fríos vientos norteños, más pequeña tampoco era, tuvo que ser buena de verdad. Parece ser que los moradores del cortijo homónimo situado unos metros más arriba la utilizaron para guardar ganado.
Siguiendo la senda en pocos metros estamos en el collado y en las ruinas del cortijo de Cueva Buena. También por aquí pasa una de las pistas forestales que construyeron tras el incendio del año 2.005. Tras recrearnos un rato en tan bonito lugar seguimos caminando por la pista hacia el Sur (ya todo lo que nos resta de ruta será por pista y algo de carretera). Fuertes pendientes nos esperan, tanto de bajada como de subida hasta llegar al Collado de los Toros (según el IGN), pero ensimismados ante tan apabullante belleza a pesar de la desgracia se nos hace corto el periplo. Cuesta trabajo imaginar como fueron estos pagos antes del incendio, por desgracia no tuvimos ocasión de conocerlos, pero boquiabiertos ante su desnudez post-incendio, sin duda tuvieron que ser de los parajes más bonitos del Parque Natural y por ende de España.
Desde el collado nos dejamos caer hasta un paraje que desde que lo vi cuando hace ya tiempo ascendimos al Alto del Almagreros me enamoré de él y me prometí visitarlo alguna vez. Se trata de la abandonada cortijada de Prao de los Chortales, un bucólico lugar al filo de un alto cortado y por donde haciendo honor a su topónimo brota el agua por doquier. Un poco más abajo de la cortijada en ruinas se encuentran una especie de refugio (bien conservado, protegido y cerrado) y un caudaloso manantial.
Unos metros después llegamos a una bifurcación de pistas. La izquierda asciende por la Cañá Somera hasta el Collado del Pocico, donde termina. Nosotros seguimos la derecha, que nos lleva hasta el recién nacido royo María, junto a las ruinas de la casa del Tejuelo y que tras vadearlo comienza a ascender suavemente por la ladera oriental del Torraso para llegar al collado del Tosero, bajo la cumbre de la Osera. Aquí conectamos con el GR 247 y sale una pista de menor entidad a la derecha. La pista principal sigue hacia el Sur en busca de la carretera transversal de la Sierra de las Villas a la altura del collado del Ojuelo. Nosotros seguimos la derecha, por las marcas del GR, que hacia el Oeste comienza a descender muy bruscamente en busca del royo Martín para después virar al Norte y ya descendiendo de forma más suave salir a la pista de la Albarda, que tomamos a la derecha.
La pista de la Albarda nos lleva en menos de 2 kilómetros a la carretera transversal y ahora toca la parte más tediosa de la ruta: caminar durante algo más de 4 kilómetros por asfalto, descendiendo por las innumerables curvas de la cuesta de los Palancares. Pero como no hay mal que por bien no venga, ahora disfrutamos de forma sosegada y tranquila de un paisaje impresionante, un espectáculo grandioso, que cuando vamos en vehículo no podemos disfrutar en toda su magnitud. Buena parte del recorrido de hoy, atravesando imposibles poyos y trancos lo vislumbramos mientras acometemos los últimos kilómetros de esta inolvidable ruta.
Por un error del GPS sitúa el comienzo de la ruta en los Poyos de Andaragasca, cuando realmente es donde está puesto el waypoint "Inicio / Carretera Transversal de la Sierra de las Villas".
Fantástico recorrido por el sector más septentrional de la Sierra de las Cuatro Villas, aunque para los más puristas en toponímia serrana, la mitad del mismo se desarrolla por la Sierra de las Lagunillas. Los parajes son absolutamente sobrecogedores, la desnudez que ahora muestra su pétrea fisionomía desprovista del manto arbóreo que se llevo el devastador incendio del año 2.005, nos enseña los lugares quizá más agrestes del Parque, parecen imposibles de andar, una sucesión continua de poyos, cortados, crestas, barrancos, … Pero por aquí hubo cortijos, ubicados en pequeñas zonas fértiles donde sus moradores arañaban algo a la tierra que llevarse a la boca. Y donde hubo gentes, hubo senderos y siguen estando, pero como están....
La primera parte del recorrido transita por la senda de Cueva Buena, que por desgracia se encuentra prácticamente devorada por romeros y que con un poco de intuición y fijándonos muy mucho en los refuerzos mamposteros que asentaban los senderos de la categoría de éste, podremos seguir no sin el inconveniente de tener que ir apartando maleza a nuestro paso. Por este motivo, por la longitud del recorrido y el desnivel acumulado, superior a 1.200 metros, la he calificado de difícil. Aunque eso sí, la mayor parte de la ruta es muy cómoda al discurrir por pistas.
Comenzamos en la carretera transversal de la Sierra de las Villas, a un kilómetro aproximadamente del puente de los Agustines, junto al puente sobre el arroyo María. Allí hay un anchurón para dejar vehículos. Sin vadear el arroyo, a un lado del puente arranca la senda de Cueva Buena, en un principio ancha y despejada porque lleva a una represa. Tras sortear la represa por el lado izquierdo, continuamos ya por la primitiva senda, en un principio remontando su cauce hacia el Sur para pronto cambiar de sentido ganando altitud y después virar de nuevo hacia el Sur buscando de nuevo las proximidades del María en el Paraje de Cueva Fría.
En éste paraje se bifurca la senda, tirando la derecha hacia el Sur remontando el arroyo hasta el Prao de los Chortales. Nosotros seguimos la izquierda, que vira hacia el Norte separándose definitivamente del royo María y pasando por encima de los Poyos de Andaragasca. Desde la bifurcación el enmatojamiento es mucho mayor y hay que andar con mucho ojo para no perder la senda, pero la lógica nos da a entender que el paso más cómodo es por la franja de tierra entre cortados y efectivamente así es.
Al llegar a una zona de abandonados olivos perdemos momentáneamente la senda y llegamos hasta casi el collado del Poyón de Andaragasca (Argasa según los mapas), pero remontando unos metros campo a través hacia el Este pronto damos de nuevo con ella. Ya no la perderemos hasta salir a la pista que hay tras pasar por la espectacular repisa y abrigos de la Camarilla.
Una vez en la pista estamos debajo de Cueva Buena, pero más de 100 metros de desnivel nos separan de ella y no tenemos ni idea de por donde llegará a ésta la vieja senda. Siguiendo los pasos de galenomam y pacoubeda ascendemos por la pista hacia la derecha para ir ganando altura por ésta hasta que vemos que a nuestra izquierda sale una especie de jorro o cortafuegos que hicieron cuando limpiaron el monte tras el incendio, para salirnos por él. Pero no lo seguimos muchos metros, pues comenzamos a remontar un poco la ladera y después siguiendo más o menos la curva de nivel hacia el NE nos vamos encarando hacia la cueva. Al llegar a una zona más rocosa y rala de vegetación damos de nuevo con la desvencijada senda, los muros mamposteros o lo que de ellos quedan la delatan. Esta termina de ascender de forma zigzagueante los pocos metros que nos quedan para llegar a Cueva Buena. El nombre no le va mal puesto, pues orientada al Sur, SW y protegida de los fríos vientos norteños, más pequeña tampoco era, tuvo que ser buena de verdad. Parece ser que los moradores del cortijo homónimo situado unos metros más arriba la utilizaron para guardar ganado.
Siguiendo la senda en pocos metros estamos en el collado y en las ruinas del cortijo de Cueva Buena. También por aquí pasa una de las pistas forestales que construyeron tras el incendio del año 2.005. Tras recrearnos un rato en tan bonito lugar seguimos caminando por la pista hacia el Sur (ya todo lo que nos resta de ruta será por pista y algo de carretera). Fuertes pendientes nos esperan, tanto de bajada como de subida hasta llegar al Collado de los Toros (según el IGN), pero ensimismados ante tan apabullante belleza a pesar de la desgracia se nos hace corto el periplo. Cuesta trabajo imaginar como fueron estos pagos antes del incendio, por desgracia no tuvimos ocasión de conocerlos, pero boquiabiertos ante su desnudez post-incendio, sin duda tuvieron que ser de los parajes más bonitos del Parque Natural y por ende de España.
Desde el collado nos dejamos caer hasta un paraje que desde que lo vi cuando hace ya tiempo ascendimos al Alto del Almagreros me enamoré de él y me prometí visitarlo alguna vez. Se trata de la abandonada cortijada de Prao de los Chortales, un bucólico lugar al filo de un alto cortado y por donde haciendo honor a su topónimo brota el agua por doquier. Un poco más abajo de la cortijada en ruinas se encuentran una especie de refugio (bien conservado, protegido y cerrado) y un caudaloso manantial.
Unos metros después llegamos a una bifurcación de pistas. La izquierda asciende por la Cañá Somera hasta el Collado del Pocico, donde termina. Nosotros seguimos la derecha, que nos lleva hasta el recién nacido royo María, junto a las ruinas de la casa del Tejuelo y que tras vadearlo comienza a ascender suavemente por la ladera oriental del Torraso para llegar al collado del Tosero, bajo la cumbre de la Osera. Aquí conectamos con el GR 247 y sale una pista de menor entidad a la derecha. La pista principal sigue hacia el Sur en busca de la carretera transversal de la Sierra de las Villas a la altura del collado del Ojuelo. Nosotros seguimos la derecha, por las marcas del GR, que hacia el Oeste comienza a descender muy bruscamente en busca del royo Martín para después virar al Norte y ya descendiendo de forma más suave salir a la pista de la Albarda, que tomamos a la derecha.
La pista de la Albarda nos lleva en menos de 2 kilómetros a la carretera transversal y ahora toca la parte más tediosa de la ruta: caminar durante algo más de 4 kilómetros por asfalto, descendiendo por las innumerables curvas de la cuesta de los Palancares. Pero como no hay mal que por bien no venga, ahora disfrutamos de forma sosegada y tranquila de un paisaje impresionante, un espectáculo grandioso, que cuando vamos en vehículo no podemos disfrutar en toda su magnitud. Buena parte del recorrido de hoy, atravesando imposibles poyos y trancos lo vislumbramos mientras acometemos los últimos kilómetros de esta inolvidable ruta.
Waypoints
Waypoint
3,520 ft
Ascendemos campo a través hacia Cueva Buena
Intersection
3,901 ft
Bifurcación / Seguimos a la derecha
Summit
3,490 ft
Puntal del Rayo
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