Roblones y hayas de La Serna. Por el desfiladero de Las Palancas; Munilla y Arreba. Las Merindades.
near Landraves, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
Ruta circular desde Lándraves, valle de Valdebezana, para remontar el arroyo de La Serna hacia el desfiladero de Las Palancas.
Una vez sorteada la pasada del desfiladero por las piedras que permiten vadearlo sin mojarse con buen equilibrio seguimos la senda hacia Munilla.
Entre avellanos, nogalas, robles, sauces y el agradable sonido del agua por las marmitas de gigante que se presentan en algunos tramos vamos avanzando para recorrer un paisaje espectacular y único.
Los crestones calcáreos dejan boquiabiertos a cualquiera que se atreva a proyectar su mirada hacia esas moles plateadas.
Poco antes de adentrarnos en el paso descubrimos un rincón con unas mesas de recreo entre unas nogalas bien vestidas.
De ahí se adentra uno en el angosto paso encajado en el propio cauce del arroyo de La Serna.
El desfiladero de Las Palancas es uno de los tesoros naturales de Las
Merindades.
Atravesarlo pisando las piedras que están colocadas estratégicamente para conseguirlo sin mojarse es toda una aventura muy recomendable.
Auténtica emoción.
En medio del paso uno corre el riesgo de romperse las cervicales si se perfila hacia el infinito de los farallones calcáreos que lo delimitan.
Después de conseguir vadearlo nos dirigimos hacia Munilla.
Subimos rodeados de un tupido bosque de avellanos, encinas y muchos arbustos de ribera.
Detrás ya quedan las agujas calcáreas y las formas que nos deleitan y hacen que perdamos el aliento.
Maravilloso todo.
Al girar encontramos de frente unos prados, unas sernas.
Ahora se chapotea entre ellas debido a la aparición temporal de los manantiales que las rodean.
Nos dirigimos hacia unos sauces que nos llaman la atención por su forma y tamaño.
De ahí bajamos ya hacia el arroyo de la Pisa para remontarlo atravesando unos bosquejos de robles y hayas más altas que anchas.
Poco después se llega al camino de Munilla hacia Crespos y nos topamos con un bucólico puente de piedra.
Junto al cauce podemos vislumbrar las primeras hayas con buen porte.
Giramos a la izquierda y poco después vamos a la derecha para acercarnos a la gran haya de este bosque maravilloso.
Impresiona su tronco y mucho más sus ramajes.
Alrededor van apareciendo más ejemplares vistosos y más arriba el bosque se entremezcla con roblones que han perdurado después de las explotaciones carboneras que por aquí se daban.
Seguimos por el cordal de este monte hasta llegar a un roble con un perímetro desproporcionado con respecto al resto del árbol.
Espectacular.
Enseguida se llega a la pista forestal que rodea estos lugares y después de atravesar una gran puerta avanzamos entre pinos de reforestación hacia Arreba.
Nos adentramos de vez en cuando hacia robles peculiares que llaman nuestra atención y así aparecemos a la vera del pico de Campino.
Una vez sorteada la pasada del desfiladero por las piedras que permiten vadearlo sin mojarse con buen equilibrio seguimos la senda hacia Munilla.
Entre avellanos, nogalas, robles, sauces y el agradable sonido del agua por las marmitas de gigante que se presentan en algunos tramos vamos avanzando para recorrer un paisaje espectacular y único.
Los crestones calcáreos dejan boquiabiertos a cualquiera que se atreva a proyectar su mirada hacia esas moles plateadas.
Poco antes de adentrarnos en el paso descubrimos un rincón con unas mesas de recreo entre unas nogalas bien vestidas.
De ahí se adentra uno en el angosto paso encajado en el propio cauce del arroyo de La Serna.
El desfiladero de Las Palancas es uno de los tesoros naturales de Las
Merindades.
Atravesarlo pisando las piedras que están colocadas estratégicamente para conseguirlo sin mojarse es toda una aventura muy recomendable.
Auténtica emoción.
En medio del paso uno corre el riesgo de romperse las cervicales si se perfila hacia el infinito de los farallones calcáreos que lo delimitan.
Después de conseguir vadearlo nos dirigimos hacia Munilla.
Subimos rodeados de un tupido bosque de avellanos, encinas y muchos arbustos de ribera.
Detrás ya quedan las agujas calcáreas y las formas que nos deleitan y hacen que perdamos el aliento.
Maravilloso todo.
Al girar encontramos de frente unos prados, unas sernas.
Ahora se chapotea entre ellas debido a la aparición temporal de los manantiales que las rodean.
Nos dirigimos hacia unos sauces que nos llaman la atención por su forma y tamaño.
De ahí bajamos ya hacia el arroyo de la Pisa para remontarlo atravesando unos bosquejos de robles y hayas más altas que anchas.
Poco después se llega al camino de Munilla hacia Crespos y nos topamos con un bucólico puente de piedra.
Junto al cauce podemos vislumbrar las primeras hayas con buen porte.
Giramos a la izquierda y poco después vamos a la derecha para acercarnos a la gran haya de este bosque maravilloso.
Impresiona su tronco y mucho más sus ramajes.
Alrededor van apareciendo más ejemplares vistosos y más arriba el bosque se entremezcla con roblones que han perdurado después de las explotaciones carboneras que por aquí se daban.
Seguimos por el cordal de este monte hasta llegar a un roble con un perímetro desproporcionado con respecto al resto del árbol.
Espectacular.
Enseguida se llega a la pista forestal que rodea estos lugares y después de atravesar una gran puerta avanzamos entre pinos de reforestación hacia Arreba.
Nos adentramos de vez en cuando hacia robles peculiares que llaman nuestra atención y así aparecemos a la vera del pico de Campino.
Waypoints
Intersection
2,648 ft
Izquierda. Portilla
Pista forestal. Hemos subido luego a la izquierda para saludar a varios robles, pero si no se quiere uno complicar es mejor continuar por la pista
Comments (1)
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Para disfrutar en familia. Unos rincones de fábula.
Vaya bosque!!!!