Riosucio (Caldas) -San Lorenzo-Guamal-Supía

RUTA DE LOS PUENTES COLGANTES
RIOSUCIO-SAN LORENZO-SUPÍA
29 DE ABRIL DE 2018



Esta caminada de sólo 12 km la hice en compañía de mi grupo de caminantes Los Cruzamontañas y Los caminantes de La Vega de Supía

Para ello pasamos del Dpto de Antioquia al Dpto de Caldas rumbo al municipio de Riosucio para emprender de allí un descenso que nos llevaría a Supía.

Riosucio está localizado al occidente del departamento. La cabecera se extiende al pie del cerro Ingrumá, masa de sienita porfídica de extraordinaria imponencia. Tiene 100 veredas, 2 corregimientos y cuatro Resguardos Indígenas: Nuestra Señora Candelaria de la Montaña, Cañamomo y Lomaprieta, San Lorenzo y Escopetera y Pirza, siendo un verdadero santuario de la raza indígena.

El término “Resguardo” se refiere al territorio que la parcialidad ocupa y el cual es propiedad colectiva, inembargable, imprescriptible e inalienable de ella.

Riosucio, fue fundado por dos sacerdotes españoles José Bonifacio Bonafont y José Ramón Bueno. Cada uno con sus respectivos templos. No muy lejos el uno del otro. Para separar sus distintos predios pastorales, ambos se pusieron de acuerdo en poner una imagen de Jesucristo que dividiría Quiebralomo de La Montaña, como eran llamados los dos pueblos adyacentes.

Sin embargo, los habitantes de ambos lugares asistían a uno y otro lugar, sin que hubiese mucha diferencia, por lo que decidieron cambiar la estatua de Jesús por una del diablo, de manera que los parroquianos, por temor, no se pasaran los linderos.

Pero, en 1847, deciden terminar las disputas e inauguran un carnaval de unificación de los dos pueblos al cual se le llamó Riosucio. Es esta la razón por la cual es el único pueblo colombiano con dos iglesias centrales con sus respectivos parques.

En conmemoración de dicho encuentro, cada dos años se celebra el Carnaval de Riosucio, anteriormente conocido como "Carnaval del Diablo" , declarado, en 2006, patrimonio inmaterial de Colombia

Además del Carnaval, Riosucio es rico en manIfestaciones artísticas. No en vano allí se realiza también El Encuentro de la Palabra con prestigiosos escritoreS de todo el mundo

De este particular municipio, con dos plazas, salimos al medio día. Lo hicimos por el matadero. Tomamos un bonito camino en piedra y varios metros más allá entramos en un canalón demasiado empantado que se volvió muy técnico y desgastante.

En un punto divisamos abajo, a lo lejos, el Resguardo Indígena de San Lorenzo habitado por los Embera Chamí reconocidos por sus trabajos artesanales. Antes de llegar alla pasamos por El Rodeo, Qda La Salada y Qda Aguas Claras

Un par de km más allá entramos al caso urbano. En su plaza, el mercado campesino adornaba el paisaje. Nos hidratamos y continuamos. Atravesamos todo el poblado y en un punto cogimos otra trocha que nos llevaría a El Guamal, un asentamiento de afrodescendientes de la región.

Ésta trocha resultó ser muy bonita pues se fue bordeando el Río. En un punto encontramos que había que cruzarlo por dos puentes colgantes, construidos en guadua de manera artesanal, con un sólo tronco para sujetarse y un desnivel y grado de inclinación no muy confiable. El vértigo se hizo sentir pues la pasada de éstos puentes despertó buena dosis de adrenalina que le dio un toque de aventura a ésta jornada. En honor a estos puentes, ésta crónica lleva su nombre

Seguimos caminando con el Rio Supía a nuestra derecha. Entramos en una especie de valle con subidas y bajadas. Cruzamos por la extensa vereda Jaguar, bordeamos uno de los tantos inegnios de la zona, y vimos, a lo lejos, casas que daban cuenta de civilización y que anunciaban el fin del paseo.

En un punto se acabó la trocha y entramos a la vía principal por la cual llegamos a Guamal. Pequeño poblado de afrodescendientes.

Cuenta la historia que en 1700 al lugar fueron traídos 40 esclavos provenientes de Mozambique (África), comprados por 40 reales. La historia tambien dice que Simón Bolivar tiene orden de arresto en Supía pues, en alguna oportunidad, cuando pasó por Guamal, se robó un marrano para comer él y darle de comer a sus soldados que, hambrientos, iban para el sur.

En Guamal, una especie de barrio ubicado entre Supía y Riosucio,famoso por la mazamorra que venden y considerado un oasis en medio de comunidades indígenas - por lo que los enfrentamientos entre las mismas son muy comunes-; nos reencontramos con algunos caminantes y aprovechamos para hidratarnos.

Como estábamos cerca al siguiente municipio, seguimos por la vía pavimentada pára acabar de llegar a nuestro destino: Supía .

En éste antiguo poblado, fundado en 1540, y reconocido, entre otras, por las ferias de la Colaciónes, los Caminantes de La Vega, nos tenían de regalo almuerzo a cada uno de los 70 caminantes de Cruzamontañas. Con éste excelente detalle, por parte de estos hermanos de las montañas, finalizamos otra buena caminada por tierras caldenses.