Río Sixto - San Cristobo - Mosteiro dos Picos - Canal Tronceda - Ponte da Pasada - Fervenza do Coto. (Andaina club Toxiza).

Tras acabar por la mañana la ruta a la Frouxeira, Moncho y yo nos volvimos a comer a Ferreira, donde se nos unió Suso. Después de reponer fuerzas nos acercamos a Mondoñedo y calculamos las horas restantes de luz para ver que tramo podíamos hacer de la andaina que se realizará con motivo del trail que organiza anualmente el club Toxiza, para el cual llevan varias semanas trabajando en el desbroce y acondicionamiento del los senderos (la caminata total será de 16 km. aproximadamente).

Moncho nos fue descubriendo los principales hitos por los que discurrirá la ruta, que es de una enorme belleza natural, paisajística, cultural y artística. De esta forma, paseamos por unas veredas con frondosa vegetación, cruzamos varios ríos, el Sixto, el Xión y el Masma y contemplamos las vistas al bosque de Silva, inspiración de Cunqueiro. Visitamos dos registros de la toma de agua de una conducción que data de finales del siglo XVIII y que recorre más de dos kilómetros, y también el curioso acueducto del canal de Tronceda, que abastece una central hidroeléctrica sobre el río Masma. Recorrimos el Vía Crucis dos Picos, que comienza en una capilla en ruinas y asciende por la ladera en paralelo a 9 de los 14 nichos que quedan en pie, pero que todavía mantienen las imágenes que representan la pasión dentro de las hornacinas, todas ellas realizadas en barro por Puchades. Nos acercamos al monasterio de Vilaurente o Os Picos, de cuya edificación no quedan registros, pero del que se sabe que en el siglo XIV se le otorgaron privilegios por parte del rey Juan I de Castilla, pues en él "se acogen muchos peregrinos y romeros de los que van al Apóstol Santiago".

Como colofón llegamos al área recreativa do Coto, donde quedamos maravillados con las cascadas y pozas que allí forma el río Masma, de las que yo no tenía noticia y que se encuentran a menos de cien metros de la carretera. Todo un privilegio recorrer estos parajes de la mano de Moncho, un gran conocedor de la zona, quien además nos iba indicando mil posibilidades de rutas por la zona que, a buen seguro, intentaremos hacer en el futuro en su compañía.