Río Odiel por Sotiel Coronada

Turno para el tercer capítulo de nuestro objetivo de conocer el río Odiel. El escenario de esta aventura tuvo lugar en la aldea de Sotiel Coronada, perteneciente al municipio de Calañas, situado en la cuenca minera y dentro de la comarca de El Andévalo.

A priori la ruta de los Molinos de Sotiel es una ruta familiar y muy popular, apta para todo tipo de senderista. Aunque cuando a una ruta se le añade una serie de elementos como son la lluvia, el gran caudal y fuerte corriente del río y sobre todo adentrarse en la otra orilla del propio río, la dificultad se multiplica.

Al principio tuvimos un tramo por un estrecho sendero marcado próximo al rio, en el cual teníamos muy buenas vistas del recorrido de sus aguas color ocre, debido a las explotaciones mineras de la zona, como también de los restos de los molinos de agua que quedan. Todo comenzó a complicarse cuando nos cruzamos el arroyo del Fresnajoso, con un caudal muy por encima de lo que suele llevar, que tuvimos que cruzarlo metiéndonos hasta la propia cintura. Seguimos un sendero que por ocasiones despareció y había que transitar por la poca orilla que había.

Después de varios kilómetros de caminar llegaron los continuos tramos repletos de rocas mojadas por la lluvia y el propio río que tuvimos que sortear trepando, escalando y manteniendo con firmeza el equilibrio. Incluso en algunos momentos su paso era casi imposible y temerario, por lo que optamos por meternos en el cauce del río con la corriente en contra.

Fueron kilómetros muy lentos, salvajes y de mucha aventura. Cuando parecía que iba a llegar el momento de cruzar hacia la otra orilla del Odiel, es decir, la orilla más accesible, comprobamos que el cruce donde están los restos de las columnas del viejo puente del tren minero con la rivera del Villar llevaba muchísima más agua que de lo normal, ya que la arena y las piedras no se veían, y a ello se le unía la fuerte corriente.

Pensamos varias alternativas, y antes de rendirnos, decidimos cruzar la rivera. Una vez que lo hicimos seguimos por un terreno cómodo hasta que se acabaron y volvimos al sorteo de rocas, todo esto mientras volvía a llover. Buscamos la manera de pasar al margen izquierdo, pero el río no daba cuartel y viendo la enorme dificultad del paso por su derecha pusimos punto y final a la ruta ya que nos quedaba un largo y complicado retorno.